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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N°77
  • Celebrada el
  • Legislatura número 367
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Intervención
ESTABLECIMIENTO DE CUOTA DE GÉNERO EN ELECCIONES DE GOBERNADORES REGIONALES, ALCALDES Y CONCEJALES (PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETÍN N° 11994-34) [CONTINUACIÓN]

Autores

El señor FLORES, don Iván (Presidente).-

Tiene la palabra la diputada Ximena Ossandón Irarrázabal .

La señora OSSANDÓN (doña Ximena).-

Señor Presidente, no se trata de quejarse, pero es una realidad que las mujeres siempre hemos debido luchar por conquistar ciertos derechos que a los hombres se les han dado casi de manera natural. En la Edad Media, las mujeres ni siquiera tenían acceso a la cultura ni a las artes, y esas fueron sus primeras demandas. Luego, en la Revolución Francesa, las mujeres exigen el derecho a la educación y a ser parte de la vida civil del país. Algunas incluso fueron guillotinadas por impulsar estas demandas que hoy realmente ya no son tema.

En el siglo pasado fueron nuestras antecesoras las que dieron la pelea para lograr que accediéramos al derecho a voto. Mi agradecimiento a todas ellas sin importar el color político que defendían.

Está claro que a las mujeres siempre nos ha costado más en esta materia. Llegar a posiciones de poder ha sido siempre un problema endémico, porque para muchos ser político es un oficio propio de hombres.

Me voy a sincerar. Reconozco que en un principio tuve dudas sobre la ley de cuotas; pero después de darme cuenta de las barreras que existen entendí que este era el empujón que permitiría que muchas de las que hoy estamos sentadas aquí nos convirtiéramos en parlamentarias.

Nadie quisiera depender de un proyecto de ley para acceder a cargos políticos. Por eso buscamos producir un cambio cultural, el que ya se está dando. Un ejemplo es -lo digo con mucho orgullo el distrito N° 12, al cual represento, donde las tres primeras mayorías fuimos mujeres.

Hay barreras económicas y culturales difíciles de sobrellevar. Todos los días debemos estar demostrando que no estamos en política por casualidad. Sabemos que es cansador, pero entendemos bien que ello forma parte de este camino que estamos recorriendo. Debemos convencer a otras mujeres que no hay por qué enterrar un rol para crear otro. Podemos ser madres, abuelas, dueñas de casa y también políticas.

Ese es el sentido de trascendencia que tiene nuestra participación en lugares de poder. Vemos las cosas desde otro prisma, y lo hacemos porque sabemos que mientras más mujeres accedan al poder en todo nivel, el país estará mucho mejor.

Cuando apoyas a la mujer -lo digo con mucha sinceridad-, las mejores cosas pasan. Nosotras, por condiciones naturales -no es falta de humildad-, somos seres colaborativos, empáticos. En las discusiones que se dan en el Parlamento ofrecemos una mirada distinta.

Queremos más mujeres en el poder, no para quitarles el escaño a los hombres, sino porque somos complemento. Cualquier mirada desde el punto de vista masculino y femenino será necesariamente mejor.

Sobre el proyecto que estamos discutiendo es de toda lógica aprobarlo, considerando el contexto social que estamos viviendo. Hay que pasar de las palabras a las obras. Si realmente estamos convencidos de que mujeres y hombres hacen un aporte diferente, entonces debemos transformar ese hecho en realidad y promoverlo en nuestra cultura política.

Hay que derribar el mito de que una diferenciación como la que propone el proyecto constituye una discriminación arbitraria. Eso no es así, porque las mujeres y los hombres están en el ámbito de la política en situación desigual. Eso es lo que intentamos corregir con este proyecto. Toda diferencia que se establezca en favor de las primeras, es decir, de las mujeres, es razonable, dado el contexto específico. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en materia laboral, donde la mujer también está en una situación de objetiva desventaja. Falta una mirada integral de género.

Apoyo el informe evacuado por la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad , Ciudadanía y Regionalización, el cual concentra en este proyecto las candidaturas plurinominales.

Vamos a ir ganando espacios. No me cabe ninguna duda. Y el día de mañana, naturalmente, tendremos, ojalá, paridad entre gobernadores y gobernadoras y entre alcaldes y alcaldesas.

Me quiero referir a un dato muy relevante, que puede aportar a nuestra discusión. Según estudios del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, los países que han aumentado la participación de mujeres en posiciones políticas o en la economía, aunque ustedes no lo crean, han visto mejorados los niveles de bienestar general. Según esos estudios, si los salarios de las mujeres se igualaran al de los hombres, las riquezas del mundo aumentarían 16 por ciento y en Latinoamérica 26 por ciento. ¿Saben por qué? Porque las mujeres tendemos a promover más el desarrollo general que el propio y tenemos una visión de sociedad en la que nadie se queda abajo.

Este proyecto viene a hacer justicia a las mujeres que ahora quieren entrar en política, tal como nosotros lo hicimos antes. Es deber nuestro abrirles las puertas, ayudarlas y, si es posible, aconsejarlas.

La gracia de esta nueva iniciativa de ley es que consagra cuotas para cores y concejales, y lo mejor de todo es que ha sido un acuerdo transversal, lleno de diálogo y de debate, que finalmente redundó en mejorar el sentido del proyecto.

Me declaro agradecida por haber participado en la Comisión de Mujeres y Equidad de Género y haber aportado con un pequeño grano de arena a esta noble causa.

También agradezco profundamente a las autoras del proyecto. No cabe duda de que esto será el principio de una revolución en materia política. Esperamos que Chile vaya en la línea de tener más mujeres en el poder.

He dicho.

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