Labor Parlamentaria

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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión especial N° 30
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1971
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Intervención
DENUNCIAS SOBRE NO CUMPLIMIENTO DE LA LEY DE REFORMA AGRARIA, ESPECIALMENTE EN LO RELATIVO A LA FORMACION DE NUEVOS ASENTAMIENTOS. PROYECTO DE HACIENDAS ESTATALES. OFICIOS.

Autores

El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-

Puede hacer uso de la palabra la señora Pabla Toledo.

A continuación, están inscritos los señores Anatolio Salinas; Zaldívar, Tejeda y Schnake.

Hablan varios señores Diputados a la vez.

La señora TOLEDO.-

Señor Presidente, nadie puede poner en duda que la Democracia Cristiana está comprometida con el proceso de reforma agraria.

No nos negamos a modificar la ley, para corregir los vicios o defectos que se han notado durante su aplicación. Sabemos que el movimiento se prueba andando, y esta importante experiencia que iniciamos en nuestro Gobierno sobre tenencia de la tierra, precisamente donde se actúa con hombres, ha ido demostrando que se necesita modificar la ley. Estamos de acuerdo en que eso se haga para garantizar más el derecho de los asentados y de la familia campesina, y para que se desarrolle más la producción del país.

Quiero aclarar que esta sesión no fue pedida por los parlamentarios; es una sesión especial, solicitada por las federaciones campesinas, para analizar el problema agrario. Nosotros, los democratacristianos, no hemos hecho otra cosa que acoger la inquietud y la petición, clara y contundente, hecha por los dirigentes campesinos. De manera que esto queda bien aclarado.

Soy abogado, pero no me considero inhabilitada para opinar sobre el problema agrario, porque represento a los campesinos de mi provincia; además, soy hija de campesinos y, porque nací en el campo, estoy demasiado cerca de hombres y mujeres que laboran en la tierra, principalmente en los asentamientos.

Quiero recoger algunas cosas que ha dicho el señor Ministro. Ha dicho que entre los problemas de los asentamientos está el del tamaño o superficie del predio. Dice que esta polémica no es teórica. Porque no es teórica, como es lógico, ya que estamos tratando problemas humanos y económicos, con grandes factores materiales, quiero dar a conocer mi experiencia y señalar lo que he observado en los asentamientos de mi provincia.

Se dice que en los asentamientos hay crisis por falta de producción y deudas a la CORA.

En mi provincia, he visto que desde hace dos años o más ha llovido hasta diez meses al año; no se ha podido cosechar, porque ha llovido en la mejor época, cuando ya se han secado los trigos no se ha podido recolectar. He visto también cómo se entregaron fundos a los campesinos, tierras de muy buena calidad, sin cercos, y llenos de murras o zarzamoras; que había que limpiarlos y hacerles los cercos; que los entregaron sin maquinarias ni animales; en que los campesinos tuvieron que levantar sus propias casas, empezar como recién casados: a producir todo y a hacer las obras de infraestructura. He visto cómo los grandes asentamientos, de más de cuarenta mil hectáreas, tienen problemas por ser latifundios, porque es difícil armonizar tantas voluntades humanas; porque todo asentamiento es una sociedad comunitaria. Es difícil lograr el acercamiento espiritual, la armonía, entre 480 asentados, más o menos, como sucede en algunos asentamientos. En cambio, he visto un asentamiento muy chico, modelo de producción en mi provincia; tanto es así que se ha sacado el Premio de la Producción: el Asentamiento "Arco Iris" de la comuna de Paillaco. De solamente 462 hectáreas, entrega doscientos litros diarios de leche en pleno invierno y más de cuatrocientos, en verano, con las dificultades climáticas que tenemos en nuestra zona; vende semilla de trigo a los demás asentamientos; de gran producción de papas, ha enviado este producto a los damnificados del terremoto, y lo hemos visto vender semillas de papas a otros asentamientos; lo hemos visto trabajar con armonía extraordinaria y lo hemos visto mecanizar y electrificar su producción lechera.

Por consiguiente, no es problema de tamaño, sino de otra naturaleza.

Y en cuanto a los fundos madereros, señor Ministro, ¿qué sabe usted de la dramática situación que están viviendo y han vivido 380 familias del asentamiento "Arquilhue" de la comuna de Lago Ranco, departamento de Río Bueno, de la provincia de Valdivia, que represento? Este asentamiento fue constituido el año pasado. Usted ha dicho aquí -y me alegro de haberlo oído- que los actuales asentamientos no pueden ser tocados, que nadie puede meterse en ellos, y que tampoco puede establecerse en ellos, también lo sé, ningún Centro o Reforma Agraria.

Pues bien, señor Ministro, yo tengo que denunciar, muy responsablemente, que en este sector, al que solamente el domingo pude llegar hasta allá, y que está enquistado entre el Lago Ranco y la Cordillera de los Andes, a más de cien kilómetros de Valdivia, hay trescientas ochenta familias que han vivido estos tres últimos meses la situación más dramática que es posible imaginar. Se les pidió, por las autoridades del Ministerio de Agricultura, destinar el asentamiento a un Complejo Maderero. Lindo nombre que nos tienta realmente a todos los valdivianos, porque todo lo que sea desarrollar y fomentar la industria maderera es para nosotros una esperanza de "despegue" económico... Pero esto del Complejo Maderero, se ha empezado a hacer destruyendo el asentamiento de Arquilhue y amenazando con destruir otro que tiene más de dos años, como es el asentamiento "Los Esteros", también de la comuna de Lago Raneo.

Un día, hace tres meses, las trescientas ochenta familias recibieron la visita, "la toma", si así se pudiera emplear este término, de los funcionarios del Ministerio de Agricultura, porque, "manu militari" tomaron posesión del asentamiento y empezaron a mandar. Sacaron a los asentados que estaban desempeñando determinados cargos por voluntad soberana de sus acuerdos y los destinaron a otras funciones. Empezaron a perseguir a sus dirigentes y no los han dejado trabajar tranquilos desde esa fecha.

Puede nombrarle a los funcionarios: Eugenio Yunge; Reinaldo Badilla, que fue destituido de Correos y Telégrafos por malos manejos; José González, técnico maderero, antiguo socio del ex dueño del fundo en la explotación maderera, quien quedó debiendo asignaciones familiares e imposiciones. Se sacó del cargo a un obrero, a un asentado para colocar a este señor José González. Se sacó de otro cargo a otro asentado y se colocó al funcionario Rubén Gangas. El asentamiento vive una época dramática y ha vivido una peor. Se han tomado represalias contra los asentados que no aceptan que el fundo sea anexado al Complejo Maderero. Usted ha dicho señor Ministro que se iba a terminar con el paternalismo; que no se iba a imponer el Centro de Reforma Agraria; que van a hacer los campesinos, los que van a decidir. Aquí he visto ocurrir todo lo contrario. Se obliga a los 380 campesinos a asistir a las llamadas sesiones del complejo madedero. Al que no asiste se le aplica una multa de Eº 150. Las sesiones las preside un funcionario de Gobierno, del Ministerio de Agricultura, que coloca su revólver sobre la mesa, al frente de todos los campesinos. Las sesiones del complejo maderero no son para tratar problemas de la producción del fundo, sino para hablar de marxismo, para concientizar y perseguir políticamente.

Hay campesinos asentados que se han opuesto. A éstos se les ha ordenado desocupar de inmediato sus viviendas. Y como se los ha trasladado a otros sectores que no las tienen, tendrán que estar viviendo debajo de los puentes.

El señor MILLAS.-

Allí no hay puentes.

La señora TOLEDO.-

Sí los hay, porque hay bastantes ríos.

El señor MILLAS.-

¿Dónde?

La señora TOLEDO.-

Después le voy a hablar de los puentes.

Esos asentados fueron trasladados a 15 kilómetros del lugar de trabajo; a 15 kilómetros de la única escuelita a la que van los hijos de estos asentados, padres de 9 a 12 hijos.

Pero lo más grave es que se ha procedido a cerrar el aserradero, desarmando los galpones. Con mis propios ojos he visto desmantelar un galpón y un aserradero en el que se estaba trabajando a plena producción, y que tenía existencias para aserrar maderas en dos temporadas.

Además, se los obliga a trabajar a 15 kilómetros de sus casas y a presentarse en esos lugares a las 8 de la mañana.

Para ello necesitan levantarse a las 4 de la mañana y pasar a esa hora sobre la nieve de los cerros, a los lugares de trabajo. Hemos vuelto a la peor época del liberalismo manchesteriano, a la época de los más inhumanos momios explotadores, que ahora han sido reemplazados por los funcionarios del Ministerio de Agricultura.

Ha habido persecución implacable contra los trabajadores. Tengo que nombrar a uno, porque es lealtad hacerlo: Santiago Zambrano, que ha sido perseguido por los funcionarios y los miristas que están cooperando, porque allá éstos tienen un campamento guerrillero dentro del mismo asentamiento; el lugar preciso, señor Ministro, se llama Río Chico, y si usted puede llegar hasta ese lugar, sin avisar naturalmente, todos los campesinos le van a contar del campamento guerrillero, de los entrenamientos y de las armas, y de cómo, cuando se pidió una investigación por la Comisaría de Ranco, no pudieron los carabineros llegar hasta el lugar, porque con árboles en el camino se les cerró el paso, atravesando, además, en el camino un "coloso" y, más arriba, cerrándoles el paso con árboles enormes que se cortaron en esa zona. Así se ha impedido hacer la investigación. Pero, responsablemente, digo que son demasiadas las denuncias, que conocen el pueblo de Futrono, el de Llifén y toda la zona. Sin embargo, los campesinos no se han aterrorizado, porque están muy conscientes de que tienen que defender sus derechos. Las mujeres tampoco han sido presas del terror y tan valientes han sido que yo tengo que felicitarme, como representante de esas valientes mujeres de Arquilhue, porque fueron ellas las que, ante tanto abuso, se tomaron su propio asentamiento. Ellas colocaron una bandera, y ellas impidieron que se siguiera destruyendo el aserradero. Ahí lo tienen en este momento, desarmado, pero lo están cuidando. No quisiera seguir, señor Ministro, con estas denuncias, pero tengo que hacerlo porque las mujeres me lo pidieron, porque a ellas les quitaron también la casa donde sesionaba el Centro de Madres, y estaba la posta de primeros auxilios. Allí se instaló a un mirista, a uno de estos funcionarios. Las mujeres tuvieron que responder con violencia, con la misma arma: lanzarlos para recuperar su lugar.

Pero eso no es todo. Se ha llegado a imponerles el racionamiento del trigo que los propios asentados cosecharon: cinco kilos por familia. Ese es el castigo.

Además, se los ha tenido dos meses sin salarios, y hay funcionarios -y esto lo digo responsablemente, porque lo he visto- que cuando los padres de familia van a reclamar sus salarios, les dicen que los tiene otro funcionario; y así, como en el cuento del comprahuevos, pasan uno, dos y tres meses sin que se les paguen los salarios.

Quiero agregar otra denuncia, porque me parece de mucha gravedad. Llegaron hasta allí esos mismos funcionarios, en especial, lo digo con su nombre y apellido, Rubén Gangas, que echó animales vacunos en una siembra de 700 sacos de papas, que equivalen, por lo menos en esa fértil zona, a 7 mil quintales de papas de cosecha. Esto fue lo que llevó a la desesperación a las mujeres, que llegaron a tomarse el asentamiento.

Aquí se ha dicho que no se va a imponer el Centro de Reforma Agraria; que no se va a atropellar los asentamientos constituidos. Pues bien, señor Ministro, este asentamiento fue constituido en octubre del año 1970 y los valdivianos estamos esperando que nos explique cuál es la forma jurídica, cuál es el sistema que se ha inventado, que se ha imaginado para destruir este asentamiento, causar estos inmensos daños y convertir el asentamiento en este hermoso nombre que realmente a cualquiera tentaría: Complejo Maderero.

El señor TEJEDA.-

Muy compleja la pregunta.

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