Labor Parlamentaria

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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión ordinaria N° 11
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1970 -1971
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Intervención
PROYECTOS DE ACUERDO QUE APRUEBAN LOS CONVENIOS N.S 100 Y 111 DE LA ORGANIZACION INTERNACIONAL DEL TRABAJO

Autores

La señora BALTRA.-

Pido la palabra, señor Presidente.

El señor IBAÑEZ (Presidente).-

Tiene la palabra la señora Baltra.

La señora BALTRA.-

Señor Presidente, nosotros estamos de acuerdo en ratificar el Convenio Nº 100 de la Organización Internacional del Trabajo, que establece que en la misma clase de trabajo el salario del hombre y el de la mujer serán iguales.

Nosotros sabemos que el artículo 35 del

Código del Trabajo es imperativo en esta materia; pero también debemos señalar en esta oportunidad, en un debate que nos parece sumamente importante, algunas cuestiones que han acontecido en Chile, que siguen aconteciendo, y que la Unidad Popular está dispuesta a superar.

En nuestro país trabajan 681.000 mujeres, el 24% del total de la población activa, pero hay 2.018.000 mujeres que no están participando en el proceso productivo. ¿Cuál es la razón fundamental para que ello ocurra?

Si bien es cierto aprobamos y ratificamos un convenio internacional para que no haya discriminación salarial, a la mujer, de acuerdo a los cánones legales existentes en Chile, no se le otorgan suficientes facilidades para incorporarse al trabajo productivo. Los patrones siempre han adoptado la actitud reaccionaria e inhumana, de no dar permanente cumplimiento al artículo 315 del Código del Trabajo que dice relación con las salas-cunas. En estas circunstancias, le cuesta incorporarse al proceso productivo, porque debe cumplir su papel de madre, de ciudadana y de trabajadora.

Por otro lado, si observamos que de cada cien personas que buscan trabajo por primera vez, sesenta son mujeres, ello nos da un índice de la importancia que tiene la discusión en profundidad de los problemas específicos de la mujer.

Creo que en esta oportunidad, vinculado a la ratificación del Convenio Nº 100 de la Organización Internacional del Trabajo, es conveniente profundizar en lo que significa la mujer como elemento unitario, de producción y de progreso para nuestro país. Señalo brevemente algunos antecedentes, que sería bueno que los señores Diputados escucharan.

En la Unión Soviética, de cada 100 trabajadores, 48 son mujeres. En Estados Unidos hay 25.000.000 de obreras. En Francia e Italia, las mujeres trabajan en la producción; 9.000.000 en Francia y 7.000.000 en Italia.

¿Qué significa esto? Que hay un criterio. Que hay una promoción, desde el punto de vista del estudio y de aprovechar las fuerzas productivas, de acuerdo, también, con la búsqueda científica de nuevas tecnologías que signifiquen ocupar la mano de obra femenina.

Además, si bien es cierto aprobamos la no discriminación salarial, sabemos que en nuestro país la mano de obra femenina no se especializa en la profundidad que debiera.

Por ello, vinculando, como ya dije, este debate y la ratificación de este Convenio, damos algunas ideas generales, que nos parecen importantes, para que, con seriedad, con documentos y de acuerdo con los proyectos que la Unidad Popular irá presentando, puedan dar bastante impulso a la especialización de la mano de obra femenina; incorporar al trabajo a la mujer de conformidad con sus capacidades, problemas y características, considerando nuevos aspectos que nos parece que van a tomarse en cuenta en el Ministerio de la Familia, que será el que tendrá que ver con toda esta situación nueva de la incorporación activa de la mujer a la vida del trabajo, a la vida social y a la vida política opinante, actividades todas en las que los criterios de nuestras mujeres puedan ser respetados por nuestros compañeros y, así, podamos convenir en resultados de conjunto que converjan a elevar su condición en nuestro país.

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