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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N° 14
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1967
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Intervención
ADHESION DE CHILE A LA CONVENCION SOBRE DERECHOS POLITICOS DE LA MUJER, CONCERTADA EN NUEVA YORK, EL 31 DE MARZO DE 1953. SEGUNDO TRÁMITE CONSTITUCIONAL

Autores

La señorita SAAVEDRA.-

Muchas gracias.

Recientemente la Comisión realizó en nuestro país el Segundo Curso Interamericano de Adiestramiento para Mujeres Dirigentes, en un lapso de seis semanas, durante las cuales treinta y una becarias y algunas observadoras, provenientes de los distintos países de América del Sur y de Panamá, participaron en un programa educativo de gran alcance. Chile obtuvo la sede para este importante curso, a través de una activa gestión de nuestro Gobierno, que dio toda clase de facilidades y de valiosas contribuciones, que permitieron la materialización del evento y el feliz logro de su ambicioso contenido.

En esta oportunidad, en que se analiza una Convención sobre Derechos de la Mujer, creo que cabe hacer una pequeña y sucinta historia de la evolución de la condición de la mujer chilena. En 1877, gracias a la persistente iniciativa encabezada por las educadoras Antonia Tarrago e Isabel LeBrun de Pinochet, Chile abrió sus aulas universitarias a la mujer, cuando aún no lo hacía la mayoría de los países europeos, colocándose en este sentido a la vanguardia de todas las naciones latinoamericanas. Las primeras médicas chilenas, graduadas en 1887, fueron las doctoras Ernestina Pérez y Eloísa Díaz. A partir de 1894, se estableció una red de liceos femeninos públicos y gratuitos. Pero en el campo de los Derechos políticos, sólo en 1934 se dictó una ley que aprobó el voto femenino en las elecciones municipales, a los 21 años de edad.

Históricamente, la primera ley que tendió a su protección lleva la fecha de los años de nuestra independencia: el 28 de marzo de 1817, don Bernardo O'Higgins dictó la ley sobre montepío para las madres y viudas de los fallecidos en la batalla de Chacabuco.

La mujer chilena hubo de esperar, pero no en forma paciente, sino en batalla pujante y continuada, que transcurriera casi la primera mitad de este siglo para obtener la plenitud de sus derechos ciudadanos. El 8 de enero de 1949, la ley Nº 9.292 estableció el derecho a voto político para la mujer, en igualdad de condiciones con el hombre.

Con orgullo y respeto, el Partido Demócrata Cristiano, a través de mi voz, se vale de esta oportunidad para rendir un homenaje de reconocimiento, felicitación y aplauso a la mujer chilena, que ha ejercido sus derechos políticos con una con ciencia y una responsabilidad que pueden ser pauta, modelo y ejemplo para las mujeres de todas las nacionalidades. Así lo ha señalado, entre otras voces autorizadas, la IV Asamblea Extraordinaria de la Comisión Interamericana de Mujeres, celebrada en Washington en el mes de mayo de 1966, en la que tuve el honor de representar a nuestro Gobierno, en mi calidad de Delegada Permanente ante dicho organismo. Debo recordar que, en esa ocasión, en el momento de haber sido designada la Diputada que habla para ocupar una de las vicepresidencias de la Asamblea, la Delegada de Uruguay rindió pn homenaje muy especial a la mujer chilena, haciendo particular mención de su madurez cívica, de su decisiva participación en la última elección presidencial y de la activa colaboración que está prestando en los distintos planos de la vida nacional. La Asamblea se adhirió, por unanimidad, a este homenaje.

Nuestro Gobierno, que está realizando una amplia acción para hacer efectivos todos los derechos de la mujer, ha resuelto crear la Oficina de la Mujer, dependiente del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, y que próximamente iniciará su funcionamiento.

Por otra parte, un equipo de profesionales, formado por la Diputada que habla, está haciendo una revisión detallada de las disposiciones de nuestros Códigos, para presentar los proyectos de ley que eliminen las discriminaciones de derecho que afectan a la mujer, en especial las que se mantienen en el Código Civil, que son numerosas.

El señor STARK (Vicepresidente).-

¿Me permite, Honorable Diputada? Ha terminado el tiempo de que disponía Su Señoría. ¿Cuántos minutos más necesita?

La señorita SAAVEDRA.-

Un minuto y medio.

El señor STARK (Vicepresidente).-

Con la venia de la Sala, puede continuar Su Señoría.

La señorita SAAVEDRA.-

Los Diputados democratacristianos votaremos favorablemente este proyecto de acuerdo sobre Convención de los Derechos Políticos de la Mujer, porque su contenido y espíritu forman parte de la declaración de principios de nuestro Partido, que proclama como fundamentales los derechos de la persona humana, reafirma su naturaleza libre, su trascendencia espiritual, su realización en la vida familiar y colectiva, su derecho a la educación, al trabajo y a la seguridad. Y en estos principios involucra a la pareja humana, sin distinción ni discriminación alguna, en un plano de absoluta igualdad, con sentido de justicia social.

El Partido Demócrata Cristiano, nuevo en expresión de tiempo, pero maduro y fructífero en sus realizaciones, que ha preconizado siempre una política de progreso y bienestar, con efectiva participación del pueblo, se adhiere a este proyecto con la votación unánime de su representación parlamentaria en esta Cámara.

Tenemos la más absoluta seguridad de que esta Cámara, que ha sido elegida por la mayoría del voto de la mujer chilena, sabrá una vez más hacerse eco de una de sus más preciadas aspiraciones: sentirse definitivamente incorporada a la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer, adhesión que espera desde el 31 de marzo de 1953.

Nada más.

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