Ofrecimiento patriótico

    Excmo. Señor:
    Es mui dulce Excmo. Señor, el amor de la Patria i por la naturaleza misma aun los irracionales son arrebatado por éste. Cuando de esto se trata, no se cómo el hombre puede dormir descansado. Desde que empezó nuestra rejeneracion política con el sacudimiento del yugo español, este ha sido el único objeto de mis consideraciones, i he jurado ser inexorable hasta rendir el último suspiro por llevarlo hasta que vea aniquilado a todos nuestros perturbadores. Por este incentivo en los Gobiernos políticos i militares, que me ha confiado su designacion suprema, he permanecido por obedecerlo solo, aunque con el sentimiento de que mi juventud i regulares conocimientos no se hayan empleado en acabar con mis manos a nuestros enemigos, que no pueden dejar en perfecta tranquilidad a mis compatriotas, que meditan lo que es un enemigo interior, por pequeña que sea.
    No quiero señor, el descanso sino la libertad del dulcísimo territorio en que he visto la primera luz. Cada muerte, cada persecucion, i cada desgracia de los mios hace un reto irresistible en mi ánimo, i en el entusiasmo patriótico que me anima: soi un teniente coronel efectivo mas por su beneficencia suprema que por mis méritos, aunque en el labrar estos no he dejado de trabajar: tengo dos hijos i un sirviente, tambien endurecidos en el ejercicio militar, i tengo caballos mios en que podamos hacer el mejor servicio de simples soldados, sino pareciese mas útil en otro destino. Desprecio todo gobierno apático, i la seguridad de la vida que en estos se tiene, i aspiro a los peligros, para ayudar a frustrar las intenciones de los perversos que nos amagan.
    La mayor gracia que puedo recibir de V.E. es la oferta que hago, si se me admite. En esto satisfago mi ardiente deseo; en esto sigo imitando al ejemplo de su condigna persona; i en esto lisonjeo a los valerosos amantes de la Patria, que así piensan, estimulo a los indeferentes i perezosos, i confundo a los enemigos, que talvez hayan credo laguna debilidad en los buenos que defienden la justicia.
    Dígnese V.E. mandar se publique esta oblacion con el supremo decreto que se diere para los fines convenientes.
    Dios guarde a V.E. muchos años, República de Chile, Septiembre 14 de 1821.-Excmo. Señor.-Agustín López.-Excmo. Señor Supremo Director de la República de Chile.
    Santiago, Diciembre 4 de 1821.-Este rasgo de patriotismo tan poco comun, hágase público en la Ministerial para que sirva de ejemplo i satisfaccion del teniente coronel don Agustín López i sus hijos, cuyos ardientes votos reconoce altamente el Gobierno.-O'Higgins.-Vial.