Automatización laboral (Foto: Pixabay

La Biblioteca del Congreso Nacional de Chile presenta tres informes relacionados con el impacto que la robótica y la inteligencia artificial pueden generar o ya están generando en el ámbito laboral.

"Políticas Públicas para la Robótica y la Inteligencia Artificial"

Los cambios introducidos por nuevas tecnologías emergentes, tales como la revolución del computador personal y el surgimiento de Internet como el medio ubícuito de comunicación global, son a menudo acompañados de desafíos, oportunidades y amenazas no previstos por sus creadores. Hoy, el campo de la robótica parece experimentar un crecimiento explosivo, y su irrupción en un sinnúmero de actividades humanas, ha abierto una entrada al dominio de la inteligencia artificial (AI), hasta ahora una verdadera terra ignota.

Siendo un campo nuevo, en bullente desarrollo, han sido aquellos países que han destinado grandes recursos a la investigación y desarrollo de robótica y AI los que también han percibido y experimentado las externalidades negativas que la robótica ha introducido. Entre ellas destacan dos: la cesantía, derivada de su eficacia para desarrollar tareas rutinarias, fácilmente descompuestas en una sucesión de operaciones unitarias y, por otra parte, la introducción de inteligencia artificial que -asumiendo tareas más complejas, como la toma de decisiones en sistemas dinámicos- pueden (aun por accidente) modificar variables importantes para el bienestar humano, han puesto de relieve la necesidad de introducir “restricciones éticas” a las conductas posibles de los dispositivos dotados ella. Así, no debe extrañar que, los países más avanzados en el desarrollo de tecnología robótica –Alemania en particular, creadora del concepto “Industria 4.0”, en el hemisferio occidental y Japón en el Oriental- sean pioneros en el desarrollo de políticas públicas basadas en investigación de vanguardia, que salvaguarden el derecho al trabajo, al bienestar y la seguridad de los seres humanos. En tanto que la Unión Europea y Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) dada su conformación multiestatal, se encuentran aún en una fase de organización, definición de responsabilidades y coberturas.

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"Los efectos de la automatización sobre el trabajo: desempleo tecnológico, polarización del mercado laboral y políticas públicas"

Los efectos de la automatización sobre los trabajadores y el mercado de trabajo se ha discutido desde finales del siglo XVIII. Todas estas reflexiones hechas por grandes economistas y filósofos permiten poner en perspectiva histórica el problema y darse cuenta de lo difícil que es hacer predicciones concretas al respecto. Una de las preocupaciones recurrentes ha sido el desempleo tecnológico, es decir que la automatización sustituya a los trabajadores de una forma tan masiva que genere desempleo de largo plazo a gran escala. A lo largo de la historia, los empleos que producen la tecnología de automatización y los nuevos sectores que esta crea han contrarrestado la destrucción de puestos de trabajo. Sin embargo, la historia pasada no asegura que la interacción entre los elementos del problema sea la misma en el futuro y que produzca un resultado similar de aumento global del empleo.

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"Organización Internacional del Trabajo: automatización del trabajo"

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) no cuenta con un Convenio referido a la automatización o robotización del trabajo. No obstante, siendo el tema del trabajo del futuro parte del cumplimiento de su mandato de justicia social esta organización formó la Comisión Mundial de la OIT sobre el Futuro del Trabajo. Esta Comisión tiene como objetivo principal examinar los cambios transformadores de la tecnología y la automatización en el mundo del trabajo. En enero de este año la Comisión publicó un informe que expone a grandes rasgos las medidas precisas para alcanzar un futuro del trabajo que proporciones oportunidades de trabajo decente y sostenible para todos. Este programa propuesto está centrado en las personas y comprende tres ejes de actuación: aumento de inversión en las capacidad de las personas, de las instituciones del trabajo y en el trabajo decente y sostenible, que combinados entre sí generaran crecimiento, igualdad y sostenibilidad para las generaciones futuras y presentes.

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