Con una emotiva ceremonia realizada ayer en la catedral regional de Rancagua y ante la presencia del Ministro Secretario de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo; el presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona; el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Encina, y diversos parlamentarios de ese partido como Ricardo Núñez, Juan Pablo Letelier, Marcelo Schilling y también representantes de esa zona distrital, fueron despedidos los restos mortales del ex diputado del PS por cuatro períodos, Héctor Olivares Solís, quien falleció a los 84 años víctima de un cáncer.
El cortejo fúnebre fue seguido por las calles de Rancagua por los miembros de la Federación de Trabajadores del Cobre pues el ex parlamentario fue presidente y fundador de esa agrupación, destacando su participación en la nacionalización de los yacimientos cupríferos durante la década del 70. El presidente de la Cámara de Diputados señaló que en el reciente libro editado por la Biblioteca del Congreso Nacional: “Salvador Allende, vida política y parlamentaria” es posible constatar la estrecha relación que existió entre el dirigente sindical y el ex Presidente de la República.
La comunidad rancagüina en general manifestó su deseo de que alguna calle o plaza de esa ciudad lleve el nombre del fallecido ex diputado y minero. Asimismo, los políticos presentes manifestaron su compromiso por enviar un proyecto en marzo para derogar la ley que impide a los dirigentes sindicales ser parlamentarios.
Por último, sus familiares, representados por su hijo Patricio Olivares agradecieron el gesto de la comunidad y los dirigentes, pero recordaron que Olivares era un hombre que no buscó la figuración pública sino que persiguió con vehemencia sus sueños como hombre y dirigente del cobre. En tal sentido, su hijo, citando las palabras del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, señaló que la muerte de Olivares significaba la partida de un “imprescindible” y que su ejemplo de coherencia iba a perdurar por siempre entre quienes conocieron su incansable labor.