Energía en Chile y Asia: Cómo enfrentar los nuevos desafíos

El abastecimiento energético es hoy un tema estratégico de primer orden en todo el mundo. Las fuentes clásicas como el petróleo y el carbón son escasas y contaminantes, las demás son caras y aún están en desarrollo. ¿Cómo están vislumbrando el asunto los países del Asia Pacífico? En Chile, la bancada independiente y grupos medioambientalistas hicieron su propuesta.

La bancada independiente completa, junto a organizaciones medioambientales, formularon una declaración sobre el uso energético de Chile. La propuesta es utilizar de manera eficiente todas las matrices energéticas renovables y no convencionales para suplir la carencia energética del país. Esto excluye a la energía nuclear y las mega-centrales hidroeléctricas.

Para el diputado Jaime Mulet el asunto es claro. "Decirle sí a las energías renovables, pero no a la energía atómica. No estamos disponibles para apoyar las mega represas tampoco, pero sí todo el potencial de miles de MW que hay en mini centrales hidráulicas desde el Valle de Copiapó. Queremos generar energía solar y geotérmica en nuestras zonas privilegiadas y en definitiva, acogemos todas las propuestas de energías renovables no convencionales exceptuando la energía atómica".

Cruzando el océano, ante el mismo desafío de abastecimiento, los distintos países toman sus decisiones estratégicas acorde a sus características y contexto. En el caso de China, gran consumidor de petróleo, si bien ha desarrollado proyectos renovables pensando en la independencia energética y el ahorro, algunos han tenido consecuencias notorias y tal vez inevitables debido al acelerado desarrollo del gigante asiático.

La construcción de las Tres Gargantas es un buen ejemplo de esto, la represa más grande del mundo generará 85 teravaltios al año desde 2009 y permitirá ahorrar 26 mil millones de dólares al año en dinero que no invertirán en petróleo u otras fuentes.

Sin embargo, ya antes de empezar a funcionar ha ocasionado daños en las formas de vidas de cientos de miles. El 6 de junio de 2006 fue demolido el último muro de contención de la represa con explosivos suficientes para derribar 800 edificios de 10 plantas en tan sólo 12 segundos. Allí vivían cerca de 1.900.000 personas que el gobierno debió instalar en nuevos barrios construidos en la ciudad de Chongqing.

En cuanto a la energía nuclear, el tema se plantea diferente según sus contextos pero en todos ellos es un asunto delicado de tratar y de desarrollar, por temores de que el uranio que sirve para generar energía se use para crear armas nucleares en zonas candentes de Asia. De hecho, Australia, que tiene el 40% de las reservas de uranio, vende a China, Japón y Rusia bajo estrictas condiciones. En Chile el debate no pasa por el tema de armas nucleares sino de deshechos nucleares y su correcta disposición.

La política de exportación de uranio de Australia reconoce la importancia estratégica que distingue al uranio de otras fuentes de energía. Reconoce también deben ponerse en práctica salvaguardias especiales para reconocer entre las aplicaciones civiles y militares de la energía nuclear.

Aunque Australia está en este negocio desde la década de los 70, el Primer Ministro de ese país, el ecologista Kevin Rudd, insiste en que pueden cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones de carbono sin recurrir a la energía nuclear.

Para Chile, según la ecologista Sara Larraín, el caso de Nueva Zelandia es paradigmático. Allá el desarrollo de energías renovables no convencionales se ha hecho de la mano del desarrollo de las comunidades que habitan en las zonas potenciales de energía. La directora de Chile Sustentable cree que sería conveniente ver cómo funciona este modelo.

En términos generales, la estrategia energética de Nueva Zelandia para el año 2050 plantea dos desafíos ante problemas energéticos que aquejan a este país y al resto del mundo por igual. El primero es responder a los riesgos del cambio climático mediante la reducción de los gases de efecto invernadero causadas por la producción y el uso de energías altamente contaminantes como las de combustión. El segundo es generar energía limpia, segura y asequible, mediante un tratamiento responsable del medio ambiente.

Y en Chile, los desafíos energéticos están considerando políticas mixtas por parte del Ejecutivo. Por una parte, los proyectos hidroeléctricos están predominando y por otra, se han generado leyes que hacen cada vez más accesible y competitivos los proyectos de energías renovables no convencionales. De hecho, diversificar la matriz energética es uno de los objetivos importantes de la Presidenta Michelle Bachelet.

Sara Larraín cree que si Chile usa la energía proveniente de distintas energías alternativas como la eólica, solar y geotérmica, suplirá la deficiencia actual. "El país puede lograr que el 50% de la matriz eléctrica del Sistema Interconectado Central (SIC) la provea la energía renovable no convencional (ERNC). Si a esto se suma un esfuerzo en eficiencia energética, utilizando todo el potencial técnicamente factible, es económicamente viable alcanzar este porcentaje. Con mayor voluntad política podría llegarse incluso a un 70%", aseguró.