Carolina Oyarzún: “Me siento afortunada de hacer de Malasia mi segunda casa”

Por razones familiares, Carolina Oyarzún se encuentra en Kuala Lumpur desde hace 17 años, estadía que le ha permitido seguir en contacto con nuestro país desde su trabajo en la la embajada de Chile, cooperando con los compatriotas que llegan hasta Malasia. Si bien cree que el lugar en donde reside es para “comer, rezar y amar”, continúa imaginándose el retorno a su Chiloé natal. Su percepción sobre los hechos culturales y sociales que caracterizan a la sociedad malasia, a continuación.

Sus motivaciones para elegir a Malasia

"La verdad es que aterricé en este país, no por motivos laborales, sino más bien familiares, de hecho estoy pronta a cumplir 17 años residiendo en Malasia, en calidad de residente permanente".

Sus primeras impresiones del país

"Recuerdo que me llamó mucho la atención la apacible convivencia, de ese entonces, de los tres grupos étnicos mayoritarios compuesta por malayos, chinos e hindúes; el colorido de las vestimentas especialmente de la mujeres musulmanas. La verdad para mí fue un cambio brusco, sobre todo tener que lidiar diariamente con el calor. Yo soy del sur, de Chiloé y allá casi 10 meses son de invierno".

Su mirada de la sociedad malasia

"Hace unos días fue publicado en el diario “El País” un artículo “come, reza, ama en Kuala Lumpur”. Yo creo que esas tres palabras definen claramente lo que es vivir en este país, particularmente le doy más énfasis a la comida, de hecho acá la gente cuando se saluda no se preguntan ¿cómo estás? sino ¿ya comiste?. Para la mayoría, especialmente chinos no es impedimento viajar kilómetros solo en busca de un buen restaurant o picada la que está disponible las 24 hrs".

Aspectos que debe considerar una mujer que quiere vivir en Malasia

"En mi caso particularmente la adaptación fue relativamente rápida, la mayoría de los habitantes habla inglés, y si tienes dominio de los idiomas locales mucho mejor".

Lo que más valora de vivir y trabajar en Malasia

"Me siento una persona afortunada y estoy contenta de hacer de este país mi “segunda casa” y de conocer a personas tan valiosas que han hecho que mi estadía sea mucho más grata".

Los aspectos que más le ha costado adaptarse

"Creo que no ha habido obstáculos significativos, no se trató precisamente de un shock cultural, siempre me ha llamado mucho la atención la cultura oriental, además Malasia ha evolucionado considerablemente en estos 15 años. Vivimos en una época donde el número de mujeres que estudian y acceden a la educación superior, viajan u obtienen cargos de alto nivel es cada vez mayor, hecho que las hace ser cada día más independientes".

Un futuro ligado a Malasia

"Tal como dice el poema de Neruda… “Ay Patria, Patria - Ay Patria cuando- ¿Ay cuando y cuando- Me encontraré contigo? Me gusta vivir en Malasia, pero imagino volviendo a mi lugar de origen".