La iniciativa del mejor algodón y el futuro de la agricultura sustentable en India

Conocida también como Algodon Sustentable, cuenta con más de un millón y medio de agricultores que producen con estándares sustentables, la Iniciativa del Mejor Algodón (BCI por Better Cotton Initiative) es un programa que cuenta con el apoyo de organismos del gobierno indio, empresarios y grupos de la sociedad civil de ese país, con un aporte de de 10 millones de dólares de inversión al año. Su importancia para la agricultura de los países productores y la posibilidad de imitar esta experiencia en nuestra región, en la siguiente nota.

La sustentabilidad comienza con los pequeños agricultores

Nacida como una iniciativa para lograr mejores productos bajo estándares de sustentabilidad, se ha convertido en un referente mundial en la producción de algodón de alta calidad. Administrado principalmente por distintos actores de la sociedad civil, empresarios y cuerpos gubernamentales, para el año 2016 se perfila como una institución de carácter global, porque además de la India incluye a agricultores de China, Paquistán, Mali, Mozambique, Senegal, Turquía y Tayikistán.

El mejor algodón consiste en orientar a pequeños y medianos agricultores para que su producción pueda ser 100% sustentable. Para ello, se les exige que tengan un mínimo uso de pesticidas, sean regados de manera eficiente y entreguen buenas condiciones laborales a sus trabajadores, los que por cierto deben ser adultos.

Los comienzos del Better Cotton Initiative se remontan al año 2005, cuando un grupo de expertos, agricultores, ambientalistas y empresarios, al finalizar una mesa redonda organizada por la World Wildlife Fund (WWF) acordaron mejores soluciones ambientales para la producción agrícola. La iniciativa de mejorar la calidad del algodón fue quizás la más importante, ya que es la fibra natural más utilizada en el mundo por la industria textil.

Según Arjen Hoekstra, creador de la huella hídrica el año 2002 como indicador de medición, la fabricación de una camiseta de algodón de 250 gramos de peso necesita de 2.900 litros de agua. Más aún, según un estudio de la WWF solo el 2,4% de las tierras cultivables del mundo es plantada con algodón, sin embargo se utiliza el 24% de todas las ventas de insecticidas y el 11% de presticidas. El exceso de estos químicos no solo afectan las aguas y el ambiente, sino también la salud de los trabajadores

Como respuesta, ya para el año 2014 esta iniciativa logró incentivar a más de 1,2 millones de agricultores, quienes produjeron más de dos millones de toneladas cúbicas de un “mejor algodón”, lo que durante ese año significó un 7,6% de la producción global. Pese a que no existen cifras de los años 2015, ni 2016, la propia organización estima que este porcentaje ha tenido en un aumento paulatino.

Esta forma de producción de algodón sustentable se consigue gracias a la labor que realizan los inversionistas en entregar insumos amigables con el ambiente, pero también para que puedan involucrarse en cadenas de valor que también suscriban a este tipo de producción. Según cifras de BCI, para finales de 2016 podrían tener más de 50 marcas asociadas que utilizan este tipo de algodón.

Buenas prácticas para un mejor producto

Para Marcela Godoy, experta en moda sustentable y presidenta de la Asociación de Consumidores Sustentables de Chile, estas medidas se condicen con el propósito de lograr productos sustentables. “El mayor impacto que se genera en los cultivos de algodón, principalmente en el ámbito ambiental es en el consumo de agua, medido a través de la huella hídrica, al igual que el uso de semillas transgénicas. Entonces si esta iniciativa no las utiliza y además tiene buenas prácticas laborales, es muy valorable porque se condice con su slogan de producir algodón sustentable. Lo importante es que más agricultores se sumen";, señaló.

Lo señalado por Godoy se condice con la proyección que hace la Better Cotton Initiative, respecto a que para el 2020 esperan la incorporación de aproximadamente cinco millones de agricultores que puedan hacer crecer el algodón de manera sustentable en amplias comunidades productivas. Para llegar a estas cifras, la organización pretende sostener una inversión de más de 10 millones de dólares por año, para ampliar en dos millones de toneladas cúbicas.

Adicionalmente, la experta llamó la atención sobre la necesidad de que las cualidades de este mejor algodón sean comunicadas efectivamente. “Es necesario que esto comience a crecer en escala, porque todavía está en en un nivel muy pequeño. Pero también es necesario que se sumen más empresas con mayor impacto, es decir, cadenas grandes de marca que puedan generar cambios. Por otro lado es muy importante que informen sobre estas acciones que tienen los agricultores porque si se mantienen dentro de la cadena productiva y no llega el mensaje al consumidor, no va a crecer el consumo de producción sustentable”, enfatizó.

Un sistema de estandarización de calidad que se sustenta en principios

El Sistema de Estandarización del Mejor Algodón es una guía de principios orientada a los productores. Presentada como una "aproximación holista conceptual" a la producción sustentable de este producto, se orienta a todos los agricultores con el fin de que desarrollen mejoras en tres pilares fundamentales: el medioambiente, la sociedad y la economía. Estos tres elementos se consiguen a través de un trabajo colaborativo que permite a su vez el cumplimiento de dos propósitos específicos lograr un alto nivel de credibilidad en los consumidores, y conseguir nuevos socios que aporten en la producción limpia del algodón.

El alto nivel de credibilidad y la integración de nuevos productores son condiciones que aseguren el intercambio de buenas prácticas, además de alentar a otras cadenas productivas para que se sumen. Sin embargo, además de estos tres pilares fundamentales, el sistema de estandarización para los agricultores establece cuatro criterios básicos para el logro y mantenimiento de las buenas prácticas:

1. - Trabajar en función de una definición común de mejor algodón. La interpretación de lo que es un buen producto debe ser la misma para todos, por ello toda la cadena productiva debe estar en sintonía con la reducción de impacto ambiental, uso eficiente del agua, tratamiento saludable del suelo y condiciones de trabajo decentes para los trabajadores.
2. - Construcción de capacidades, esto consiste en que los agricultores participen de programas de capacitación continua que lleve a su vez a un ciclos de mejoramiento en sus procedimientos. En la medida que los agricultores cumplan con los requerimientos de aprendizaje, se cumple con el programa.
3. - Logro de credibilidad a través de autoevaluación, esto es que sean los propios agricultores quienes verifiquen sus estándares y evalúen sus riesgos, pero que a su vez sean capaces de comunicarlos a los otros eslabones de la cadena productiva. De esta manera se logra que los productores sean los principales interesados en optimizar sus indicadores de calidad sustentable.
4. - Documentar los procesos productivos en una cadena de custodia, es decir, construir un sendero cronológico que muestre el orden de participación de cada eslabón productivo. Esta información es clave para poder determinar la autenticidad del mejor algodón

Mediante estos cuatro criterios, la iniciativa del mejor algodón trabaja en aras de lograr mayor transparencia, pero también de anticiparse a las inquietudes de los consumidores, al igual que la prensa y grupos de la sociedad civil. Si bien la propia organización reconoce que aún queda mucho por hacer en términos de sustentabilidad -por lo tanto pueden existir actores que no estén de acuerdo con todos sus procedimientos- seguirán con el propósito de aumentar los esfuerzos en transparencia, ya que de esa manera se aseguran que más personas entiendan sus posiciones y ofrezcan su apoyo.

Evaluación del mejor algodón desde la realidad chilena y latinoamericana

Chile no es productor de algodón, sin embargo en América Latina hay países como Perú, Brasil o México que sí son productores y podrían incursionar en iniciativas similares. Adicionalmente, en nuestro país existen otros materiales agrícolas que podrían seguir una misma lógica sustentable a la aplicada en la India por la BCI.

Según Marcela Godoy, en la actualidad existen avances tecnológico que nos permitirían producir algunos tejidos provenientes de la agricultura. “En septiembre de 2016, en un encuentro organizado por la Universidad de Medellín en el que formé parte, discutimos sobre cómo re impulsar la producción textil en América Latina y concordamos que es posible. En Chile no se produce nada, pero si quisiéramos hacerlo nos encontramos con un montón de herramientas para innovar en todos los ámbitos de la producción sustentable, incluso contamos con una gran variedad de materiales para poder fabricar nuestras propias telas y convertirlas en un producto de exportación.

Asimismo la experta recalcó la idea de que para lograr una absoluta producción sustentable en tejidos, tendríamos que enfocarnos exclusivamente en nuestras especies nativas. “Materias primas como las telas de lino, de la que fuimos productores hace muchos años y que luego desplazó el poliéster, son parte de lo que debemos rescatar. Todas las telas que eran de material más noble quedaron de lado porque se arrugan y hoy con las nuevas tendencias no se aprecian. Pienso que con la tecnología que existe hoy esto se puede cambiar, por lo tanto veo posible que podamos lograr una iniciativa similar al mejor algodón, pero con nuestros propios productos", puntualizó