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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Las iniciativas que promueve Japón para alcanzar la circularidad

02 junio 2022

Aunque la gran mayoría de los países reconoce que aún queda un largo camino por recorrer en el diseño y puesta en marcha de la economía circular, se podría decir que el país nipón lleva la delantera no sólo por tener una gran cantidad de leyes que podrían analizarse de manera individual, sino por contar con una cultura enfocada en la reutilización.

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Japón ha puesto en marcha una serie de iniciativas para darle funcionamiento a lo que hoy conocemos como una economía circular. Los esfuerzos para ello se han enfocado en tres áreas: reducción de la dependencia energética, legislación favorable al medioambiente y la creación de una cultura circular. Más detalles de esta experiencia, en la siguiente nota.

Economía y cultura circular en el Sol naciente

”Cuando la economía circular consiga un alcance global ¿quién liderará el camino y cómo podremos medir su progreso?”. Con esta pregunta, un artículo en el sitio especializado Circular dio inicio a una reflexión sobre qué países están llevando adelante las iniciativas públicas y privadas más prometedoras en la superación de la economía lineal hacia un sistema de producción y consumo basado en la circularidad.

Aunque deja en claro que no hay métricas simples para clasificar a las naciones según sus avances, la tarea de determinar qué país está liderando la competencia no es posible en el corto plazo, sí se podrá en el mediano plazo. Esto se explica por una razón incuestionable, ha habido un aumento significativo de de hojas de ruta nacionales y regionales entre 2020 y 2022, desde Estados Unidos hasta la Africa Circular Economy Network, pasando por la política circular de Emiratos Árabes Unidos y el planteamiento realizado por nuestro país en 2021.

Sin embargo, a pesar de la aclaración respecto de las dificultades de establecer parámetros de comparación, paradójicamente, dicha organización elabora el Informe de Brecha de Circularidad que contiene una métrica global con el fin de medir el estado de la economía y los grandes niveladores hacia la economía del reuso a través de la medición de los recursos, materiales y productos que son utilizados para satisfacer las necesidades básicas de las sociedades.

Uno de los países que destacan por su trayectoria en el desarrollo de la circularidad es Japón, pues desde hace más de dos décadas que impulsa políticas y estrategias para llevar adelante actividades circulares. Algunas de sus características económicas y demográficas han sido una de sus principales causantes, ya que se conjuga la realidad de un país altamente industrializado, con una alta densidad poblacional y la disposición limitada de recursos naturales.

Esto ha llevado a que sea uno de los lugares en el planeta donde se realizan más actividades de reciclaje. Por más que exista una necesidad estructural debido a la falta de materias primas, la forma cómo los japoneses han respondido a ella se explica por una cultura de circularidad, que ha sido incluso destacada por el Foro Económico Mundial por su amplia difusión en la sociedad nipona.

Esto -explica el reporte- es reafirmado a su vez por el desarrollo de tres directrices que han guiado los esfuerzos para desarrollar la circularidad:

  1. Ajustes estructurales: que apuntaron a reducir la dependencia del petróleo como fuente única de energía. Para ello se llevó adelante una serie de políticas orientadas a mejorar la eficiencia energética, sobre todo en las industrias.
  2. Legislación: principalmente en temas ambientales a través de un sistema legal que sea integral y que regule la gestión de residuos y condenar el desperdicio.
  3. Participación social: aumentar las acciones de reciclaje y reutilización a través de campañas que además de motivar a la población, se orienten a crear una conciencia pública.

Estas y otras medidas plasmadas en leyes han tenido efectos realmente asombrosos. Un informe de asesoría legislativa del Parlamento Australiano destaca la experiencia japonesa en circularidad y señala que más del 89 por ciento de los productos eléctricos se reciclan, ya que sus componentes se utilizan para la fabricación de los mismos tipos de productos. Más aún, para el año 2007 sólo un 5 por ciento de los residuos terminó en vertederos y se cree que esta cifra en la actualidad podría ser igual o más baja.

Otras iniciativas pueden verse también en el mundo privado, principalmente en las automotoras que son una de las principales industrias del país. Por ejemplo, Nissan se unió a otras empresas para recuperar las baterías usadas de sus autos eléctricos y reutilizarlas. Esto es posible gracias a que los flujos de materiales pueden tener seguimiento a través de diversas métricas que permiten conocer la tasa de uso cíclico, reducción y eliminación, sobre todo con fines de biomasa.

De tal manera, el caso japonés demuestra que con directrices sencillas, sumadas a una base coherente de leyes y efectivas campañas de comunicación, se puede avanzar hacia una economía amigable con el ambiente.

¿Cómo va la economía circular en Chile

El caso chileno ha sido también destacado por el informe del Foro Económico Mundial, pero para contar con una opinión sobre la forma como se ha ido desarrollando la economía circular en nuestro país, conversamos con Marcela Godoy, Directora de Sostenibilidad de STGO SLOW, quien afirma que más que hablar de una evolución de la economía local hacia la circularidad, ha habido ciertos avances. “Los proyectos y nuevos negocios requieren miradas a mediano y largo plazo, sobre todo porque la transición a una economía circular requiere un cambio de pensar y de cultura, y eso lleva tiempo. En este contexto, podemos decir que cada vez más van naciendo iniciativas relacionadas a la la servitización de productos, y la reutilización, como el relleno de envases, en el sistema técnico y otras en el ámbito regenerativo en el sistema biológico, iniciativas que responden a estrategias de economía circular que van más allá del reciclaje”, explicó.

De igual manera, sobre cuán relevante es la generación de alianzas público privadas y el rol de las autoridades en ello, comentó que la transición hacia una economía circular solo será posible con la participación activa del Estado, las empresas y la ciudadanía en su conjunto. “La elaboración de la Hoja de Ruta de Economía Circular de Chile, liderada por el gobierno, está siendo la base para diseñar e implementar iniciativas público privadas que involucran a los distintos sectores, tal como la de Territorios Circulares impulsada por CORFO, SOFOFA HUB y el MMA, en la que hemos sido convocadas junto a diversos especialistas del ámbito para generar de manera colaborativa propuestas concretas que faciliten la implementación de la Hoja de Ruta”, señaló.

Sobre esta idea, Marcela Godoy quien también es presidenta de la Asociación de Consumidores Sustentables de Chile (AdC Circular), se refirió a otras iniciativas como el APL de Ecoetiquetado de reciclabilidad. “En ella hemos trabajado durante tres años para implementar un sello que facilite a las personas, la toma de decisiones en el momento de la compra, con el fin de que elijan los envases que efectivamente tienen una ruta consolidada de reciclaje en Chile, respaldado por una metodología y el sello. Sin embargo, es el marco legislativo y normativo vigente, uno de los principales desafíos que enfrentará Chile para garantizar el éxito y efectividad, siendo necesario que se ajuste a los requerimientos técnicos y de mercado que se han identificado en el proceso de elaboración de la hoja de ruta, ya que la transición hacia un país circular deberá ser sostenible no solo ambiental, sino que económica y social también”, añadió.

Por último, comentó sobre la manera en que las campañas de comunicación contribuyen en crear una cultura de economía circular. “La cultura circular es uno de los ejes de transformación para el cumplimiento de las metas de la hoja de ruta de Chile, por lo que toda iniciativa que se realice deberá considerar la incorporación de campañas educativas e informativas a la hora de sensibilizar y llamar a la acción a la ciudadanía a ser parte del tránsito del país hacia la circularidad. Lo mismo sucede con las campañas políticas, en Circular promovemos que además del cambio personal, la mayor incidencia para generar cambios desde la acción ciudadana es exigir propuestas y programas concretos en las candidaturas, votar de manera consciente e informada y realizar seguimiento una vez que se están ejerciendo los cargos”, sentenció.

 

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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