Negocios China y América Latina: ¿Un nuevo dilema?

Una de las características centrales de la globalización estos últimos años, ha sido el crecimiento del comercio internacional como porcentaje del PBI Global. La demanda de materias primas en regiones como África y América Latina se incrementó considerablemente, por las nuevas pautas importadoras generadas por mercados emergentes como China e India. La tasa de crecimiento anual promedio del comercio mundial en el periodo 2004-2008 se mantuvo en 7,5%. Los flujos de inversión transfronterizos, componente básico de la denominada interdependencia económica, se dinamizaron hasta alcanzar cifras superiores a los 1,9 billones de dólares en el 2007.

A mediados de 2008, según la visión Paul Samuelson (premio Nobel de Economía), ciertos paradigmas que actuaban como pilares del sistema mundial resultaron enfrentados por primera vez. Estados Unidos, Europa y Japón, sus espacios de influencia y sus sistemas ya no son ni serán lo que simbolizaron durante largos años. Un aspecto esencial diferencia la debacle financiera existente con las anteriores surgidas en Brasil, Argentina, Rusia o Asia y son: A- Política monetaria, b- Holgura crediticia, c- Exiguo marco regulatorio, d- Insuficiencia en la autorregulación de los mercados. La situación actual está aumentando el escepticismo acerca de los mercados libres en general, impactando en numerosas economías productores y consumidoras de commodities y materias primas.

El mundo esta evitando la depresión inyectando políticas monetarias y fiscales a escala sin precedentes históricos. Sin embargo y a pesar que se ha emitido dinero en forma heterodoxa, muchos economistas consideran que el proteccionismo transpacifico aumentará. Esto se debe, principalmente, porque los progresos multilaterales con respecto a una nueva Ronda Comercial han sido lánguidos. El multilateralismo requiere amplio consenso y los lapsos de transacción comercial en Foros como Doha es complejo y demandan tiempo. Esto nos lleva a que los Acuerdos Comerciales Regionales (RTA por sus siglas en inglés) se instituyan en un elemento esencial del comercio internacional de cara al futuro. En términos relativos ¿Cuál será el nuevo enlace comercial entre Asia y América Latina bajo esta realidad?

China junto con otros países emergentes, urgen un reemplazo cualitativo del sistema monetario internacional. Conjuntamente con India y Brasil han esbozando la idea, sin darle forma precisa, de introducir una divisa supranacional, estable y no vinculado a un país concreto, lo cual beneficiaría al sistema financiero mundial. Al mismo tiempo, tanto Washington, Bruselas como Tokio buscan solventar la situación inyectando sumas considerables de dinero a sus Bancos. Pero la ausencia de políticas monetarias coordinadas produce una “guerra” de devaluaciones competitivas en las cuales China juega un rol clave y estratégico, no solo para EE.UU., sino para el mundo.

En el mismo marco de construcción institucional para el blindaje de las economías regionales, Beijing avanzó y fue aceptado dentro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con disponibilidad de liquidez contingentes a emergencias de caja fiscal o balanza de pagos, como quedo demostrado en el pre-acuerdo entre el banco Central de la República Argentina y su análogo chino.


China esta empujando a su economía para que no retroceda. Sus bancos están prestando grandes cantidades de dinero, y el gobierno esta invirtiendo fuertemente en infraestructura. ¿Pero que es lo que más inquieta de Beijing? Principalmente su modus operandi frente a la crisis. El gobierno chino esta propuesto a sostenerse como la “fabrica del mundo” enfriando su economía para fortalecer la competitividad de sus Pymes. Sin embargo hay límites en lo que respecto a esta praxis de crecimiento ya el país necesita del comercio exportador.

No es posible establecer un escenario sobre como será el clima de negocios entre China y América Latina en estas nuevas condiciones.