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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Diputado Pepe Auth: “El sistema electoral australiano evita la polarización y le da sentido al centro”

19 mayo 2014

El sistema electoral de Australia es uno de los más complejos del mundo por la forma como se cuentan los votos, sin embargo cuenta con beneficios en el ascenso de las minorías, en la generación de acuerdos programáticos y la inclusión de votantes con discapacidad. Sobre la posibilidad de incorporar algunas de estas cualidades en el sistema electoral de nuestro país, conversamos con el Diputado Pepe Auth, uno de los impulsores de su reforma.

El sistema electoral de Australia es uno de los más complejos del mundo por la forma como se cuentan los votos, sin embargo cuenta con beneficios en el ascenso de las minorías, en la generación de acuerdos programáticos y la inclusión de votantes con discapacidad. Sobre la posibilidad de incorporar algunas de estas cualidades en el sistema electoral de nuestro país, conversamos con el diputado Pepe Auth, uno de los impulsores de su reforma.

 

El sistema electoral de voto alternativo de Australia requiere la enumeración de preferencias con el fin de fortalecer a las segundas mayorías. ¿Cree que un procedimiento similar podría ser una alternativa viable para algunos de los procesos electorales en nuestro país?

 

“Este es un sistema donde el ganador sale de una probeta, o de un complejo mecanismo que, por supuesto yo lo entiendo, pero el elector común no hace ese vínculo entre el voto y el ciudadano electo. Ya el mecanismo de asignación de escaños, según el voto de lista, se aleja un poco de la votación simple que produce un solo ganador, propio del sistema uninominal. En el proporcional se vota por alguien dentro de una lista, por lo que a veces el que gana no es por el que se sufraga, sino que ese contribuyó para que otro saliera. Yo creo que el sistema australiano nació por una característica específica de un sector respecto de la emergencia del otro y por su complejidad yo no lo propondría como alternativa para la realidad de nuestro país”.

 

Sin embargo una de las características del sistema electoral australiano es que agrega intereses a los partidos políticos, logrando integrar a terceras y cuartas mayorías. ¿Cómo se podría lograr algo así en nuestro país, en un contexto donde los partidos se dividen por diferencias de intereses?

 

“Esa es una característica muy importante, pues la manera más evidente de integración es cuando se eligen más de dos, tal como en el caso australiano y también como lo hacen en todos los países que cuentan con el sistema proporcional, y que era como estaban integrados en nuestro país cuando había distritos de dos, cinco, siete, hasta 18 representantes. El proyecto que propusimos genera distritos entre tres y ocho, obviamente van a haber terceras mayorías que entren, incluso cuartas mayorías. Cuando me hablan de terceras y cuartas mayorías no me refiero a personas, me refiero a opciones, porque el voto en Chile es por una persona, pero que está dentro de un equipo que representa una determinada posición política y programática en el debate.

 

Yo me alejo de esos analistas que dicen que la elección tendría que parecerse lo más posible a una de consejo de curso donde cada uno vota por uno y los que tienen las mayorías son los que resultan electos, esa sería la destrucción del sistema político chileno, basado en partidos que tienen opciones que generan coaliciones. Las terceras fuerzas van a entrar porque el umbral de ingreso para una tercera fuerza cuando elijes cinco, seis, siete u ocho baja considerablemente respecto de cuando se eligen dos representan. Hoy el umbral está en torno al 30% de los votos, pero cuando eliges ocho el umbral se ubica en torno al 10%".

 

El sistema australiano permite la transferencia de votos, lo que permite combinar intereses entre candidatos. ¿Cree usted que esta condición podría tener resultados positivos en nuestra realidad?

 

“Creo que esta es una particularidad muy positiva del sistema australiano, porque evita la polarización y le da sentido a los sectores que están en el centro, muchas veces mal representados. Esta posibilidad de tender puentes también la tienen los sistemas proporcionales, a diferencia del sistema binominal que excluye no solo a los que están a mi izquierda o a mi derecha, sino a los que están en el centro, por lo tanto cuando se rebaja el umbral de acceso naturalmente el sistema va a propender a generar alternativas para llenar los espacios que separan a unos respecto del afuera, pero también respecto de ese pozo que separa una fuerza de otra, y además establece una flexibilidad en las alianzas, porque obviamente estas fuerzas podrán conversar pues el sistema les va a dar alternativas de existir, a pesar de conversar. Hoy el que conversa con el adversario muere, pero en este sistema se puede buscar una alternativa entre ambos bloques con éxito”.

 

La Comisión de Elecciones de Australia, que es el organismo electoral, cuenta con voto electrónico y con equipos móviles para acudir a lugares de difícil acceso, a hospitales y personas con discapacidad para facilitar el sufragio. ¿Cree que esto podría ser aplicable a nuestra realidad?

 

“Eso me parece espectacular, porque nosotros tenemos un problema mayor en la participación electoral, y es que la gente está aferrada a un lugar específico donde ejerce su derecho a voto, ese lugar no es trasladable según la ley, independientemente de donde se viva al interior de la comuna, porque la ubicación en la mesa no tiene que ver con la proximidad del domicilio, sino con el momento de inscripción, por eso se ve en nuestro país que en una casa puede tener tres habitantes con centros de votación distintos, cuando lo lógico es que vayan juntos al centro de votación más cercano, esto obviamente haría que la participación aumente.

 

La forma de lograr un sistema como el de Australia sería vinculando la votación a la huella digital, por la vía de un sistema electrónico, esto lo resolvieron los australianos muy bien, porque en lo que el sistema lee la huella inmediatamente detecta el voto que corresponde, por ejemplo si yo estoy trabajando en Punta Arenas y voto en Recoleta, puedo ir a un liceo local donde la máquina al leer mi dedo activará el voto que a mi me corresponde en Recoleta, hoy en Chile eso es imposible, porque incluso si yo voy al liceo más cerca de mi casa no va a estar ahí mi nombre.

 

Soy un ferviente partidario de la digitalización y del voto electrónico y me parece espectacular en el caso de Australia que frente a la discapacidad, o a partir de cierta edad, haya funcionarios que puedan hacerlo durante un período, no solo durante el día de la elección, sino a través del correo, de manera que se pueda votar antes, incluso de manera presencial. Nosotros tenemos un problema y es que se lo hacemos difícil a los electores, junto con la universalización del voto deben crearse mecanismos de facilitación de ese ejercicio, porque una cosa es que sea voluntario y otra es que sea difícil de ejercer”.


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