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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Medidas adoptadas por Singapur y Tokio para un transporte público seguro en pandemia

25 noviembre 2020

En ambas ciudades se llevaron adelante acciones como informar ampliamente sobre las medidas de precaución, como el uso de mascarillas, mantener el distanciamiento físico o no hacer uso de los medios de transporte si es que se tienen síntomas asociados al Covid-19.

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Un informe publicado por la ONG estadounidense Tri-State Transportation Campaign (TSTC) muestra que el transporte público ha sido un espacio donde en efecto se pueden producir contagios de coronavirus, sin embargo, tomando las medidas necesarias, a pesar de no erradicar las posibilidades, si se pueden reducir considerablemente. Una revisión a las acciones emprendidas en dos ciudades asiáticas y que son resaltadas por el informe, en la siguiente nota.

El contagio en el transporte afecta a los sectores más vulnerables

Uno de los principales efectos que tuvo la pandemia para las ciudades fue la disminución en el uso del transporte público. Debido a los confinamientos y al temor de contagio, muchas personas decidieron dejar de desplazarse a través de las ciudades en transportes compartidos. De manera tal que, cualquier medio que permitiera el tránsito sin aglomeraciones ni posibilidades de compartir espacio con personas contagiadas, se convirtió en la mejor opción.

Sin embargo, hay un grupo importante de personas consideradas esenciales, que no han tenido otra alternativa que seguir utilizando el transporte público, principalmente porque no tienen otra alternativa debido a sus bajos ingresos, además de que muchas veces han sido obligados a realizar presencialmente sus trabajos por parte del empleador. Esta realidad no solo afecta a trabajadores de la salud, sino también a quienes se desempeñan en rubros esenciales como la alimentación, incluso la construcción.

El informe De vuelta a bordo, que es una guía para el tránsito seguro durante la pandemia, publicado por la ONG estadounidense Tri-State Transportation Campaign (TSTC), afirma que esta es una de las causas por las cuales la propagación del Covid-19 se da de manera más rápida en los segmentos de la sociedad con más bajos ingresos, además de otras no menos importantes como las altas tasas de contaminación ambiental o hacinamiento en los hogares.

Tales condiciones contribuyen en mayor medida a la transmisión del coronavirus en el transporte público, sin embargo -señala el informe- los brotes de Covid-19 pueden ser limitados si tanto los sistemas de transporte como las personas toman medidas de precaución. De esta forma, las ciudades pueden prepararse para que su transporte público sea lo más seguro posible y brinden un servicio adecuado a su fuerza laboral.

Esto se puede ver en ciudades como Singapur, Tokio o Seúl, que han podido mantener bajas tasas de contagio en los centros urbanos, mientras que en algunas áreas menos pobladas, incluso rurales sin grandes sistemas de transporte, se ha visto una mayor cantidad de contagios per cápita. Pero ¿cuáles son las medidas implementadas por algunas grandes metrópolis para evitar las altas tasas de contagio?.

Singapur aprovechó su experiencia con el SARS

El informe de la TSTC señala que en 2003 con el llamado Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS por sus siglas en inglés) la ciudad Estado experimentó una primera estrategia de contención donde se incluían acciones como pruebas masivas y medidas de distanciamiento físico, por lo que en esta oportunidad el camino a recorrer tuvo un tramo significativo de ventaja.

Así es como la primera medida adoptada fue el confinamiento parcial a comienzos de abril, decisión que implicó la reducción de un 84 por ciento de los pasajeros que diariamente utilizaban el transporte público. Sin embargo, luego de algunas semanas y la necesidad de reanudar las actividades productivas, las autoridades apuntaron al transporte como uno de los espacios fundamentales a intervenir.

Entre las medidas está la limpieza permanente de aquellos espacios donde se producen flujos constantes, asimismo de los baños que se encuentran en las estaciones. Pero además, en el caso del metro, se desinfectan los trenes en cada arribo. Por su parte, las administradoras de servicios de transporte verifican la temperatura de sus empleados y suministran vitamina C para fortalecer el sistema inmunológico.

Tokio y el acento en el buen uso de las mascarillas

Asimismo, el informe da cuenta de la realidad en Tokio. Si bien desde antes de la pandemia los japoneses usaban mascarillas como una práctica habitual que formaba parte de su cultura de respeto y prevención de enfermedades respiratorias. Esta costumbre se ha intensificado, ya que además de la evidencia científica, la Organización Mundial de la Salud afirma en un informe que existe una relación directa entre los altos usos de mascarillas y bajas tasas de contagio.

A esto se agrega la decisión de la autoridad nipona de realizar testeos masivos a la mayor cantidad de personas, pero también de hacer seguimiento de casos. A lo que se suman otras acciones puntuales en el sistema de transportes, como la demarcación de espacios para mantener el distanciamiento entre pasajeros. Sin embargo, las estadísticas muestran que los contagios masivos no se producen en los medios de transporte sino en eventos masivos, principalmente en los karaoke.

Recomendaciones para un transporte público seguro

Entre las recomendaciones a implementar en el corto plazo, la TSTC propone que se aumente la frecuencia de la limpieza en áreas con tránsito, instalar indicadores de distanciamiento, mejorar la ventilación y optimizar los procedimientos de comunicación con los pasajeros. De igual manera, se obliga a los pasajeros a usar mascarillas, hablar en voz baja y desinfectar las manos antes y después de usar el transporte. Asimismo, se insta a los pasajeros a que no usen el transporte público si tienen los síntomas del coronavirus.

En cuanto a las recomendaciones hechas para las autoridades, se hace un llamado para que se asignen fondos de emergencia a las autoridades de transporte para permitir la continuidad de las operaciones y comunicar las nuevas reglas de tránsito a través de televisión, radio, prensa escrita y redes sociales. Esta comunicación además debe llevarse a cabo en los distintos idiomas oficiales.

Por último, la recomendación a las empresas de transporte es que brinden una protección adecuada a todos los empleados, se les instruya el lavado de manos y testear permanentemente a los trabajadores, pero también tener un plan cuando alguien del personal de positivo, a modo de no contagiar al personal y, eventualmente, pasajeros.

Los desafíos en seguridad sanitaria del transporte público en Chile

Una opinión crítica sobre la forma como se han impulsado medidas para mantener la seguridad sanitaria en el transporte público de nuestro país tuvo Franco Basso, ingeniero doctor en sistemas de ingeniería y académico de la Universidad Católica de Valparaíso. “En Chile, por lo menos desde un punto de vista de la movilidad de personas, ha tenido un tratamiento por parte de las autoridades bien limitado. Si bien se ha avanzado con algunas medidas, como el aumento de las pistas “solo bus”, o demarcaciones en algunos paraderos y en algunos buses, no en todos, las dos principales medidas que pueden evitar mayor riesgos de contagio, no se han tomado”, señaló.

En relación a estas acciones amplió: “La primera medida tiene que ver con el aumento de la flota de buses. En el caso del metro es más difícil aumentar frecuencias porque, evidentemente, no es llegar y comprar un tren, y actualmente el metro funciona a su máxima capacidad, pero en el caso de los buses,tenemos hoy en día operando la misma cantidad, incluso un poco menos, que los que teníamos a principios del año pasado, por ejemplo. Si queremos avanzar en poder mantener este metro de distancia, lo deseable sería aumentar la cantidad de buses, particularmente en los ejes de mayores hacinamiento”, sostuvo.

En cuanto a la segunda medida, agregó. “Es necesaria mayor organización para tener un ingreso y un regreso escalonado al trabajo. Una vez que ya comenzó el desconfinamiento de Santiago en particular, recién se comenzaron a tomar algunas medidas en ese sentido, pero la mayoría de ellas fueron simplemente recomendaciones, no muy estructuradas por parte de los empleadores. Lo que ha faltado es una planificación que les indique a los empresarios y que pongan los incentivos para que hayan horarios diferidos en la punta mañana y en la punta tarde, porque si todos nos movemos a la misma hora, por mucho que aumentemos la cantidad de buses, no van a dar abasto para poder mantener este distanciamiento social”, comentó.

Por último, afirmó que es necesaria la implementación de otras acciones urgentes. “Hay algunas otras cosas que no se han comunicado con la suficiente fuerza, que se podrían hacer, que tienen que ver con un tema central que es la ventilación. Se ha demostrado en varios países del mundo, con estudios en revistas científicas, que cuando estamos en presencia de un bus que opera con las ventanas abiertas, en el que el 100 por ciento de las personas llevan mascarillas, se evita conversar con las personas, el riesgo de contagiarse es menor de lo que se hubiese pensado inicialmente. En ese sentido, las personas han acatado muy bien el uso obligatorio de las mascarillas en el transporte público, pero no así lo relativo a la ventilación, que finalmente está en el top de las cosas más importantes que hay que lograr”, sentenció.

 

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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