Nació en el año 1835; hijo de José Luis Pereira Arguibel y Rosario Cotapos de la Lastra.
Se casó con Carolina Iñiguez y tuvieron diez hijos.
Se tituló de abogado en el año 1860.
En 1854 fue a Europa, en calidad de adicto a la legación de Chile en Francia.
Cuando regresó al país, fue abogado del Banco Nacional de Chile; juez de Letras de Santiago y ministro integrante de la Corte de Apelaciones en 1866.
Fue miembro del partido Conservador y desde 1861 fue parlamentario.
Diputado suplente por Los Andes, período 1861 a 1864.
Diputado propietario por Vichuquén, período 1867 a 1870; integró la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia.
Diputado propietario por Caupolicán, período 1873 a 1876; integró la Comisión Permanente de Hacienda e Industria.
Senador propietario por Talca, período 1879 a 1885; fue senador reemplazante en la Comisión Permanente de Constitución, Legislación y Justicia e integró la Comisión Permanente de Gobierno y Relaciones Exteriores y la de Negocios Eclesiásticos; integró también, la de Constitución, Legislación y Justicia. Fue miembro de la Comisión Conservadora para el receso 1884-1885.
Senador propietario por Talca, período 1885 a 1891; fue senador reemplazante en la Comisión Permanente de Hacienda e Industria e integró la Comisión Permanente de Negocios Eclesiásticos. Miembro de la Comisión Conservadora para el receso 1886-1887 y 1887-1888.
Senador por Ñuble, período 1891 a 1897; ocupó la vicepresidencia del Senado desde el 10 de noviembre de 1891 al 11 de enero de 1892. Integró la Comisión Permanente de Gobierno y Relaciones Exteriores y fue senador reemplazante en la Comisión Permanente de Guerra y Marina y en la de Educación y Beneficencia. Fue miembro de la Comisión Conservadora para el receso 1894-1895; 1895-1896 y 1896-1897.
Fue partidario de la revolución de 1891.
Fue ministro de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización, 31 de diciembre de 1891 al 14 de marzo de 1892, en el gobierno de Jorge Montt.
En 1869 se incorporó a la Facultad de Leyes e hizo la biografía de Diego José Benavente.
Fue consejero de Estado durante varios años.
No heredó grandes bienes de fortuna, pero se formó su situación económica; la minería y el salitre lo convirtieron en un potentado económico y gran terrateniente agrícola.
Dejó de existir en Santiago, alejado de las actividades políticas, en el año 1909.