Claudio Arteaga Ureta

Reseñas biográficas parlamentarias



Nació en Santiago, el 19 de marzo de 1870; fueron sus padres Benjamín Arteaga Alemparte y Carlota Ureta Bascuñán.

Se casó, en 1894, con Lucía Infante Valdés y tuvieron 5 hijos.

Hizo sus primeros estudios en los Jesuitas y en 1883, a los 13 años, ingresó al Instituto Nacional. Cursó Leyes en la Universidad del Estado hasta obtener su título el 20 de julio de 1893. Su memoria versó sobre la "División territorial" y de orden de la Facultad respectiva se publicó en los "Anales de la Universidad".

Hizo la campaña revolucionaria en 1891 en defensa de la Constitución.
Se encontró en las batallas de Concón y la Placilla, de donde salió herido "en el pecho y en el rabo" y al retirarse del servicio militar, no lo hizo con la pensión de invalidez a que tenía derecho según la ley respectiva.

En 1891, el 24 de septiembre, fue nombrado jefe de sección del Ministerio de Marina y el 31 de diciembre del mismo año, se le nombró sub-secretario de dicho Ministerio, puesto que sirvió hasta principios de 1898 a través de toda la época de renovación de la marina y de las grandes dificultades internacionales.
En esas épocas, era también profesor de Derecho Público y Administrativo en la Academia de Guerra y servía la cátedra de Derecho Constitucional en la Universidad del Estado.

No obstante las conocidas y públicas desinteligencias con el entonces Presidente y vice-almirante, Jorge Montt, fue mantenido y amparado en este puesto por los ministros de todos los colores políticos que se sucedieron con la frecuencia propia de la rotativa ministerial, que comenzaba en ese entonces a aplicarse.

En 1898 presentó la renuncia de su cargo en el Ministerio de Marina y desde entonces se dedicó de lleno al ejercicio de su profesión.
En el desempeño profesional como abogado de las grandes casas comerciales y de bancos, fue implacable con los "delincuentes de levita y de cigarro puro", según su gráfica expresión, y llevó así a individuos de clase a la cárcel.

En el ejercicio profesional supo ver con suficiente anticipación el porvenir de los negocios salitreros. Se fue al norte, vivió en el desierto, cateó las pampas, y concluyó constituir su fortuna en los momentos en que ya se iniciaba en Santiago la fiebre bursátil de 1905. Entonces, sin necesidad ya de trabajar para ganarse la vida, entró a la Bolsa, a ejercer una función de caracter parecido a lo que había ejercido como funcionario público primero y como abogado después.

Arteaga se puso al frente de los hombres dirigentes de la Bolsa, denunció el engaño de la mayor parte de las empresas lanzadas, a la vez que "la baja inevitable de valores" que debía venir arrastrando a la miseria a miles de familias; los hechos confirmaron las previsiones y justificaron la actitud de Arteaga en la Bolsa, haciendo el papel de fiscal de los negocios.

Ingresó por primera vez a la Cámara de Diputados en 1912, periodo 1912-1915, representando a Collipulli y Mariluán; integró la Comisión Permanente de Legislación y Justicia; falleció en diciembre del año 1914.

Probó en la Cámara su versación en los negocios públicos, sus conocimientos en las ciencias sociales y políticas, mereciendo aplausos, no sólo de las clases populares, sino de todos los que se interesaban por el mejoramiento de las finanzas nacionales y por la estabilidad del sistema monetario de la Nación.
En 1912 hizo fracasar en la Cámara el arreglo con el Perú, en la forma propuesta por el ministro Huneeus Gana; Acusó desde la tribuna parlamentaria a la prensa del país por la forma como trataba las cuestiones de interés público; acusó a la misma Cámara, en una sesión memorable, por su enviciamiento en las violaciones del derecho; fue el único diputado liberal que defendió a la Instrucción Pública en contra de los avances de la política conservadora; salvó la planta del Ejército que había sido reducida en un tercio por el Senado, y obtuvo la aprobación del proyecto que al efecto formuló; acusó los abusos del capitalismo extranjero en sus explotaciones del interés nacional; formuló el proyecto de ley para organizar los servicios de Tacna y Arica de toda especie y, además una infinidad de proyectos más, de interés nacional.

Quebrantada su salud por exceso de trabajo, en el año 1913 no hizo labor alguna, regresando al Parlamento en marzo de 1914 para continuar su labor fiscalizadora, afrontando los grandes problemas de interés público.
En el Boletín de sesiones de la Cámara, mayo de 1914, se encuentra su labor desarrollada sobre finanzas, estabilización del cambio, redescuentos, conversión de la moneda y otros.

Fue también muy fructífero en su obra intelectual, escribiendo varios libros y folletos.

Dejó de existir en Santiago, el 3 de diciembre de 1914, sin haber terminado su periodo como diputado.

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