Labor Parlamentaria

Diario de sesiones

  • Alto contraste

Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha

Índice
  • DOCUMENTO
    • PORTADA
    • OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
    • I. ASISTENCIA
      • ASISTENCIA A SESIÓN DE SALA
        • Hernan Larrain Fernandez
        • Sergio Paez Verdugo
    • II. APERTURA DE LA SESIÓN
    • III. ACTAS
    • IV. CUENTA
    • V. OBJETO DE LA SESIÓN
      • SITUACIONES PRODUCIDAS EN ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA CON MOTIVO DE LAS EXPORTACIONES DE SALMONES Y MADERA ELABORADA. Proyecto de acuerdo.
        • INTERVENCIÓN : Francisco Renan Fuentealba Vildosola
        • INTERVENCIÓN : Pedro Pablo Alvarez Salamanca Buchi
        • INTERVENCIÓN : Eugenio Tuma Zedan
        • INTERVENCIÓN : Sergio Benedicto Elgueta Barrientos
        • INTERVENCIÓN : Jaime Orpis Bouchon
        • INTERVENCIÓN : Arturo Longton Guerrero
        • INTERVENCIÓN : Felipe Letelier Norambuena
        • INTERVENCIÓN : Harry Jurgensen Caesar
        • INTERVENCIÓN : Patricio Melero Abaroa
        • PROYECTOS DE ACUERDO
            • ANTECEDENTE
              • PRESENTACIÓN PROYECTO DE ACUERDO
                • Eugenio Tuma Zedan
                • Gabriel Ascencio Mansilla
                • Carlos Dupre Silva
                • Francisco Renan Fuentealba Vildosola
                • Sergio Morales Morales
                • Patricio Melero Abaroa
                • Juan Enrique Taladriz Garcia
                • Sergio Benedicto Elgueta Barrientos
                • Teodoro Ribera Neumann
                • Vicente Karelovic Vrandecic
                • Victor Reyes Alvarado
                • Baldo Prokurica Prokurica
                • Exequiel Silva Ortiz
                • Jose Miguel Ortiz Novoa
                • Rene Manuel Garcia Garcia
                • Hosain Sabag Castillo
                • Harry Jurgensen Caesar
                • Juan Masferrer Pellizzari
                • Jose Garcia Ruminot
                • Salvador Urrutia Cardenas
                • Octavio Jara Wolff
    • CIERRE DE LA SESIÓN
    • VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA.
  • DOCUMENTO
    • PORTADA
    • OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA
    • I. ASISTENCIA
    • II. APERTURA DE LA SESIÓN
    • III. ACTAS
    • IV. CUENTA
    • V. OBJETO DE LA SESIÓN
    • CIERRE DE LA SESIÓN
    • VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA.
Notas aclaratorias
  1. Debido a que muchos de estos documentos han sido adquiridos desde un ejemplar en papel, procesados por digitalización y posterior reconocimiento óptico de caracteres (OCR), es que pueden presentar errores tipográficos menores que no dificultan la correcta comprensión de su contenido.
  2. Para priorizar la vizualización del contenido relevante, y dada su extensión, se ha omitido la sección "Indice" de los documentos.

REPÚBLICA DE CHILE

CAMARA DE DIPUTADOS

LEGISLATURA 335ª, ORDINARIA

Sesión 20ª, en martes 15 de julio de 1997

(Especial, de 17.40 a 20.02 horas)

Presidencia de los señores Martínez Ocamica, don Gutenberg, y Arancibia Calderón, don Armando.

Secretario, el señor Loyola Opazo, don Carlos.

Prosecretario , el señor Zúñiga Opazo, don Alfonso.

ÍNDICE

I.- ASISTENCIA

II.- APERTURA DE LA SESIÓN

III.- ACTAS

IV.- CUENTA

V.- OBJETO DE LA SESIÓN

VI.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA

VII.- OTROS DOCUMENTOS DE LA CUENTA

ÍNDICE GENERAL

Pág.

I. Asistencia 4

II. Apertura de la sesión 6

III. Actas 6

IV. Cuenta 6

V. Objeto de la sesión.

Situaciones producidas en Estados Unidos de América con motivo de las exportaciones de salmones y madera elaborada. Proyecto de acuerdo 6

VI. Documentos de la Cuenta.

1. Oficio del Senado, por el cual comunica que ha aprobado, con modificaciones, el proyecto que modifica la ley Nº 19.353, que condona deudas derivadas del proceso de reforma agraria (boletín Nº 1784-01). 36

VII. Otros documentos de la Cuenta.

1. Comunicación:

-De los Diputados señores Elizalde y Venegas, y suscrita por el Jefe de Bancada del Partido Renovación Nacional, por el cual informan que se incorporan al Comité Mixto de dicho Partido.

I. ASISTENCIA

-Asistieron los siguientes señores diputados: (86)

Álvarez-Salamanca Büchi, Pedro

Arancibia Calderón, Armando

Ascencio Mansilla, Gabriel

Ávila Contreras, Nelson

Aylwin Azócar, Andrés

Bartolucci Johnston, Francisco

Bayo Veloso, Francisco

Bombal Otaegui, Carlos

Caminondo Sáez, Carlos

Cantero Ojeda, Carlos

Cardemil Herrera, Alberto

Ceroni Fuentes, Guillermo

Coloma Correa, Juan Antonio

Correa De la Cerda, Sergio

Chadwick Piñera, Andrés

De la Maza Maillet, Iván

Dupré Silva, Carlos

Elgueta Barrientos, Sergio

Encina Moriamez, Francisco

Errázuriz Eguiguren, Maximiano

Escalona Medina, Camilo

Estévez Valencia, Jaime

Fantuzzi Hernández, Ángel

Ferrada, Valenzuela, Luis Valentín

Fuentealba Vildósola, Renán

Gajardo Chacón, Rubén

Galilea Vidaurre, José Antonio

García García, René Manuel

García Ruminot, José

González Rodríguez, José Luis

Hamuy Berr, Mario

Hurtado Ruiz-Tagle, José María

Jara Wolf, Octavio

Jeame Barrueto, Víctor

Jürgensen Caesar, Harry

Karelovic Vrandecic, Vicente

Kuschel Silva, Carlos Ignacio

Leay Morán, Cristián

Letelier Morel, Juan Pablo

Letelier Norambuena, Felipe

Longton Guerrero, Arturo

Longueira Montes, Pablo

Makluf Campos, José

Martínez Labbé, Rosauro

Martínez Ocamica, Gutenberg

Masferrer Pellizzari, Juan

Matthei Fornet, Evelyn

Melero Abaroa, Patricio

Montes Cisternas, Carlos

Morales Morales, Sergio

Moreira Barros, Iván

Navarro Brain, Alejandro

Ojeda Uribe, Sergio

Orpis Bouchón, Jaime

Ortiz Novoa, José Miguel

Palma Irarrázaval, Joaquín

Paya Mira, Darío

Pérez Varela, Víctor

Pizarro Soto Jorge

Prochelle Aguilar, Marina

Prokuriça Prokuriça, Baldo

Rebolledo Leyton, Romy

Reyes Alvarado, Víctor

Ribera Neumann, Teodoro

Rocha Manrique, Jaime

Rodríguez Cataldo, Claudio

Saa Díaz,María Antonieta

Sabag Castillo, Hosaín

Salas De la Fuente, Edmundo

Seguel Molina, Rodolfo

Silva Ortiz, Exequiel

Solís Cabezas, Valentín

Soria Macchiavello, Jorge

Taladriz García, Juan Enrique

Tuma Zedan, Eugenio

Ulloa Aguillón, Jorge

Urrutia Ávila, Raúl

Urrutia Cárdenas, Salvador

Valcarce Medina, Carlos

Valenzuela Herrera, Felipe

Vargas Lyng, Alfonso

Vega Vera, Osvaldo

Venegas Rubio, Samuel

Vilches Guzmán, Carlos

Villegas González, Erick

Villouta Concha, Edmundo

-Con permiso constitucional estuvo ausente el Diputado señor Roberto León.

-Asistieron, además, los Ministros de Relaciones Exteriores , señor José Miguel Insulza; de Agricultura, señor Carlos Mladinic; del Trabajo y Previsión Social, señor Jorge Arrate, y Secretario General de la Presidencia , señor Juan Villarzú. Concurrieron, también, los Senadores señores Hernán Larraín y Sergio Páez.

II. APERTURA DE LA SESIÓN

-Se abrió la sesión a las 17.40 horas.

El señor MARTÍNEZ, don Gutenberg (Presidente).-

En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesión.

III. ACTAS

El señor MARTÍNEZ, don Gutenberg ( Presidente ).-

El acta de la sesión 16ª se declara aprobada.

El acta de la sesión 17ª se encuentra a disposición de los honorables diputados y diputadas.

IV. CUENTA

El señor MARTÍNEZ, don Gutenberg ( Presidente ).-

El señor Prosecretario va a dar lectura a la Cuenta.

-El señor ZÚÑIGA ( Prosecretario ) da lectura a los documentos recibidos en la Secretaría.

V. OBJETO DE LA SESIÓN

SITUACIONES PRODUCIDAS EN ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA CON MOTIVO DE LAS EXPORTACIONES DE SALMONES Y MADERA ELABORADA. Proyecto de acuerdo.

El señor MARTÍNEZ, don Gutenberg ( Presidente ).-

La presente sesión tiene por objeto conocer y analizar las diversas situaciones que se han producido en el último tiempo respecto de las exportaciones de salmones y de madera elaborada a los Estados Unidos de América.

Solicito la autorización de la Sala para que puedan acompañar al Ministro de Relaciones Exteriores los asesores señores Ricardo Lagos y Andrés Culagovski.

Acordado.

En el tiempo del Comité de la Democracia Cristiana, tiene la palabra el Diputado señor Renán Fuentealba.

El señor FUENTEALBA.-

Señor Presidente, antes de entrar al tema que nos convoca, quiero referirme someramente al contexto de nuestras relaciones con Estados Unidos.

En primer lugar, nuestras relaciones con el país del norte, a mi juicio, no son lo que aparentan ser ni lo bueno que dicen ser. Para ello tenemos más que un botón de muestra. No coincidimos con Estados Unidos en su política hacia Cuba y, en particular, con la dictación de la ley Helms Burton, ni respecto de la persona que debía encabezar la Organización de las Naciones Unidas, pues Chile apoyó la candidatura del entonces Secretario General , señor Boutros Ghali . No compartimos la actitud que tuvo Estados Unidos respecto de la sanción impuesta al Presidente de Colombia e, incluso, reclamamos, como país, que esa nación se permitiera proceder en la forma en que lo hizo. No coincidimos con Estados Unidos en la apreciación del caso de las uvas envenenadas, donde, indudablemente, los intereses del país fueron negativamente afectados. A pesar de que hemos usado las instancias de diálogo correspondientes, éste ha sido unilateral, por cuanto el país del norte jamás ha accedido a alguna de las razonables peticiones que, como nación soberana, le hemos formulado.

En consecuencia, pareciera que Estados Unidos busca aliados incondicionales para defender sus intereses.

En esta materia, Chile no es, no ha sido ni será un aliado incondicional de Estados Unidos. Si éste es el precio que nuestro país debe pagar, con gusto debemos estar dispuestos a hacerlo.

De parte de Estados Unidos y de algunos de sus representantes, ha habido intromisión, a mi juicio desmedida y grosera, en asuntos internos de Chile, como fueron las desacertadas e inoportunas declaraciones del embajador de Estados Unidos en Chile respecto de su apreciación acerca de si en nuestro país existía o no democracia.

Quisiera reiterar que este es un país con dignidad, con independencia y soberanía, que no necesita de tutores, sino que actúa de acuerdo con el mandato que el pueblo entrega a sus autoridades y, por consiguiente, estas actitudes de Estados Unidos nos producen irritación y molestia, pues no se condicen con lo que sostienen.

¿Cuál es la situación que hoy nos ocupa?

Nuestro país va a ser acusado de dumping y de pago de subsidios indebidos a la industria de salmones. En el caso de la madera elaborada, se ha impedido su importación.

Éste es, nuevamente, un acto de “viejo cuño imperialista” -como podrían decir algunos- y constituye una agresión económica a un país pequeño que se ha abierto al mundo y que está dispuesto a competir con cualquier nación.

A mi juicio, aquí ha existido una concertación de la administración de los Estados Unidos con otros factores económicos. Notamos una total indiferencia de esa administración respecto de los hechos suscitados y hemos podido constatar una absoluta prescindencia en la cuestión que hoy nos ocupa. Y decimos que hay concertación entre la administración y los actores estadounidenses del sector privado, por cuanto las relaciones económicas de un país no la manejan los tribunales de justicia ni tampoco los empresarios.

Éste ha sido un golpe neurálgico a dos industrias demasiado importantes para Chile, que representan 70 mil empleos, tanto en trabajo directo como indirecto; que significan 500 millones de dólares o más en exportaciones sólo a un mercado; que se han ganado ese mercado luego de grandes y constantes esfuerzos del Gobierno y de los privados involucrados; que han logrado un alto estándar tecnológico, consecuencia de la alta inversión en la materia. En dichas industrias se ha destacado la capacidad eficiente de gestión del sector privado y han obtenido altos índices de producción maderera y salmonera, respectivamente.

La pérdida temporal del mercado norteamericano para el salmón y la madera significará la pérdida total de dicho mercado y las consiguientes cadenas de distribución. En definitiva, sacarnos de la competencia en esos dos rubros.

Ante la situación planteada, algunos diputados democratacristianos hemos hecho presente al Gobierno, en primer lugar, la necesidad de actuar con celeridad; sobre todo, de asumir la defensa de ambas industrias como una cuestión de Estado y no sólo dejarla en el ámbito de competencia de la empresa privada. Creemos que esas industrias merecen que el Gobierno las defienda y que -repito- ello se considere una cuestión de Estado.

En segundo lugar, hemos pedido la conformación de paneles en la Organización Mundial del Comercio para que, en esa instancia, Estados Unidos dé las explicaciones necesarias o justifique -si puede- el objeto y la extensión de las medidas que ha adoptado contra nuestras industrias.

En tercer lugar, le hemos pedido al Gobierno que adopte una posición mucho más severa frente a estos actos de agresión económica de que estamos siendo objeto en forma repetida por parte de quien se dice un amigo.

Por último, le hemos solicitado al Gobierno que con los instrumentos de que dispone, provoque una negociación bilateral con los Estados Unidos y no se espere indefinidamente la llegada del Nafta.

En nuestra opinión, el país debe actuar con firmeza y manifestar en todos los términos y ámbitos su disconformidad con la política norteamericana en materia de competencia, por lo menos en los rubros del salmón y de la madera elaborada. Creemos asimismo que Chile debe pararse frente al mundo -porque así lo ha hecho en innumerables situaciones anteriores- con dignidad y, al mismo tiempo, con la certeza y confianza de que, en definitiva, nuestras capacidades nos darán la razón como país aperturista y competitivo en el ámbito comercial.

He dicho.

El señor MARTÍNEZ, don Gutenberg ( Presidente ).-

Tiene la palabra el Diputado señor Pedro Álvarez-Salamanca .

El señor ÁLVAREZ-SALAMANCA .-

Señor Presidente, sólo me referiré a la prohibición de los Estados Unidos de América a importar madera de pino radiata desde nuestro país.

El 5 de junio del presente año, una corte del distrito norte de California, de alcance federal, instruyó al Servicio de Inspección de Sanidad de Plantas y Animales, Aphis , del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, suprimir los permisos específicos para la importación de ciertos tipos de madera, entre los cuales se encuentran los rollizos y maderas de pino radiata provenientes de Nueva Zelanda y de Chile. La prohibición es una especie de medida precautoria en tanto el Aphis no dé suficientes garantías a la corte de que sus medidas sanitarias protegen efectivamente los bosques de los Estados Unidos contra posibles pestes. Se indicó que, para estos efectos, el Aphis deberá presentar un estudio de impacto ambiental en mayo de 1998, casi en un año después.

El referido fallo se pronunció en un juicio que tardó alrededor de dos años.

¿A qué productos afecta esta prohibición? Según un documento preparado por el Aphis, la medida afecta a los siguientes productos: rollizos provenientes de bosques templados, excepto aquellos que tienen permisos aprobados y que no han expirado, y aquellos provenientes de Canadá; madera aserrada de bosques templados en productos no terminados, excepto los provenientes de Canadá o de Estados fronterizos de México ; material de madera sólida para embalajes importados como carga, excepto aquellos que son importados con mercadería, o bien, con permisos vigentes.

Para estos productos no se emitirán nuevos permisos y los vigentes no serán rectificados ni se renovarán mientras perduren los efectos del fallo. Estos últimos aún son válidos, y las importaciones amparadas bajo ellos pueden continuar.

Es importante destacar que aquellos permisos que se refieren a maderas secas tienen duración indefinida, de manera que nuestras maderas exportadas a ese estado no se verán afectadas.

¿Quiénes presentaron la demanda en cuestión? Varias organizaciones ecologistas, lideradas por Pacific Environmental and Resources Center , Oregon Natural Resources Council y Northcoast Environmental Center , representadas por Western Environmental Law Center .

Es importante resaltar que no se trata de una demanda promovida por la industria americana ni por el gobierno y, por lo tanto, a diferencia de los salmones no es un caso de proteccionismo, sino de activismo ecologista. De hecho, buena parte de la industria de remanufactura norteamericana se abastece con pino radiata proveniente de Chile o de Nueva Zelanda, desde que los ecologistas de los Estados Unidos consiguieron reducir drásticamente las cosechas de bosques del noroeste, de Oregon o Washington, a través del asunto de la “lechuza moteada”. Esto es, entonces, un nuevo golpe a la industria elaboradora americana, que ya perdió 100 mil empleos por el cierre de las plantas de aserrío, al cortarle ahora su suministro importado. De paso se ataca también a dos países que basan su producción en plantaciones, aspecto que no gusta a los grupos de ecologistas más radicales, pues éstas son una solución muy eficiente que permite seguir creciendo en el consumo de madera con un mínimo uso de recursos naturales, uno a diez respecto del bosque nativo. El punto, para ellos, es reducir drásticamente la población y el consumo de bienes en el mundo. Esto lo predican algunas de estas ONG.

Por ejemplo, la organización ONRC, la Oregon Natural Resources Council, lideró la victoria ecologista de la “lechuza moteada” y opera dentro de la estructura de Audobon Society, lo que le da un poder enorme. Tiene vinculaciones con muchas otras ONG americanas, entre ellas, la Fundación de Ecología Profunda, con la que colaboró activamente en la difusión del libro “Clearcuts”, que fue un potente ataque a la imagen de la industria forestal del noroeste de los Estados Unidos. Es importante destacar que hay antecedentes de que se está preparando un libro similar en nuestro país con el respaldo de la Agrupación de Defensores del Bosque y de la Codeff.

¿A quiénes afecta esta prohibición? A todos aquellos productores nacionales que pretendan ampliar sus exportaciones en los rubros madera aserrada, madera elaborada o rollizos. En 1996 se exportaron a los Estados Unidos alrededor de 50 millones de dólares en esos productos, y este año había expectativas de colocar cerca de 200 millones de dólares. El contenedor rechazado en Portland contenía madera elaborada para ser usada en la producción de molduras; no tenía nudos, era ensamblada y secada al horno, y fue exportada por Madexpo, de Osorno.

-Proyecciones del problema.

El problema que se plantea no tiene ninguna base, pues existen importantes estudios ya realizados por organismos norteamericanos que descartan el peligro de plagas en maderas en bruto o no secas. En el caso de maderas secas -como el que estamos tratando- esto es imposible, de modo que se trata de un error técnico del fallo. Por lo tanto, lo lógico es que no pueda sostenerse el problema en el largo plazo; pero representa un enorme obstáculo en el mediano plazo, ya que los trámites pueden demorar más de un año e impedirá una buena parte del incremento de exportaciones a los Estados Unidos.

Si prevaleciera en el largo plazo sería desastroso, puesto que Chile viene podando sus bosques hace más de una década para este mercado. Después del año 2000 produciremos cerca de un millón de metros cúbicos al año de maderas aserradas sin nudos, por un valor estimado en 450 millones de dólares anuales, sin contar con el incremento de maderas normales remanufacturadas que se espera llegue a otro tanto en esas fechas.

Los ecologistas no esperan realmente una prohibición permanente, pues deben saber que no pueden ganar, pero lo ya logrado es un éxito que ellos publicitan por diferentes medios.

En conclusión, éste es el primer atentado concreto al libre comercio de Chile perpetrado por grupos ecologistas. Preocupante, pues puede extenderse en el futuro a otros ámbitos. Si alguien aduce que esto puede ser consecuencia de una mala imagen ambiental de Chile, hay que recordar que se debe a campañas apoyadas por grupos ecologistas chilenos, por ejemplo, la difusión del llamado “Estudio del Banco Central”, que distorsiona la realidad del sector forestal y que fue además rechazado por la Conaf, la Inforsa, el Ministerio de Agricultura y todas las empresas.

También hay artículos sobre el tema en la prensa americana, como el publicado hace apenas una semana en el “New York Times”.

Es preocupante, entonces, que se utilicen los canales judiciales para sobrepasar las agencias administrativas especializadas de los gobiernos. Ésta es una estrategia internacional, y en Chile se ha visto con Trillium y Ralco, respecto de Conama.

Quizás es bueno que la gente vaya percibiendo el inmenso poder de estos grupos, su manipulación de la información, vía prensa y televisión, casi sin contrapeso, que es el lado oscuro de su accionar, que se ampara en un ropaje altruista y desinteresado.

También es bueno que se vayan dando cuenta que los sucesos ambientales aparecen sólo cuando hay de por medio empresas privadas de tamaño relevante.

Recordemos que dos tercios del consumo de bosque nativo en Chile es leña desde hace muchos años, y nadie habla de ello. Todos hablan del 20 por ciento del consumo de bosque nativo que corresponde a astillas, por ejemplo.

Tampoco nadie se percató de la enorme contaminación del río Cruces con residuos fecales, por años, pero hubo un gran problema ante un posible efluente de una planta de celulosa.

También resulta preocupante que nuestro servicio diplomático, indudablemente, y autoridades sanitarias no hubieran estado informadas de este juicio, que duró dos años y que afectó, como lo está haciendo hoy, a nuestras exportaciones.

A todos nos interesan los temas ambientales, pero lo correcto es que el medio ambiente esté al servicio del hombre y no al revés. Por ello, es necesario reclamar ante la comunidad internacional por lo ocurrido con parte de nuestras exportaciones madereras hace algunas semanas.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado señor Tuma.

El señor TUMA.-

Señor Presidente , la Comisión de Economía, Fomento y Desarrollo, luego de tratar en forma especial el problema que afecta a los productores de salmón y madera en el mercado norteamericano, acordó solicitar esta sesión de la Cámara para analizar en conjunto las implicancias de esta situación, conocer las medidas que el Gobierno ha adoptado y adoptará y proponer una estrategia de acción del Gobierno y del Parlamento.

La Comisión de Economía valora la favorable acogida que el Presidente de la Cámara de Diputados ha tenido hacia nuestra solicitud, convocando a esta sesión especial. Sin duda, para el Congreso Nacional la situación que afecta a los productores chilenos en el mercado norteamericano reviste la mayor gravedad y es un tema de Estado.

La acusación formulada por los productores y grupos ecologistas de ese país no posee fundamento alguno, toda vez que los productores de salmón y trucha chilenos no reciben subsidio del Gobierno, y las maderas elaboradas, como todos sabemos, quedan libres de cualquier plaga.

Más bien, estamos en presencia de acciones de proteccionismo por parte de los productores norteamericanos. De prosperar esta acusación en contra de la industria de salmones chilenos y no levantar las restricciones a la industria maderera, se sentaría un precedente negativo para el comercio internacional entre Estados Unidos y Chile, puesto que por la vía de presentaciones administrativas y judiciales se acogerían las aspiraciones proteccionistas de los productores americanos.

Tal situación resultaría contraria al espíritu de libre comercio que anima el intercambio a nivel mundial, implicando consecuencias negativas para las regiones productoras de salmón y de madera y, por qué no decirlo, para todo el hemisferio.

Seamos claros: las trabas impuestas a los productos chilenos en el mercado norteamericano constituyen un atentado contra el libre comercio que las naciones buscan alcanzar y que se consagraron en el acuerdo de Marrakech.

Los productores americanos han cedido a la tentación del proteccionismo, recurriendo a la aplicación de medidas administrativas o judiciales en contra de los productores chilenos para frenar su ingreso al mercado interno, donde los empresarios locales han perdido gran parte de su mercado.

Chile ha logrado con éxito desarrollar un modelo exportador que en su segunda fase está orientado a lograr mayor competitividad, incorporando un mayor valor agregado a nuestros productos.

Esto ha permitido que en menos de una década nos situemos como el segundo país productor de salmones cultivados en el mundo, logrando 135 millones de dólares al año por concepto de exportación, las que alcanzaron en 1996 a más de 135.000 toneladas, con un retorno superior a los 538 millones de dólares.

Este explosivo desarrollo de la producción y exportación del sector se basa en la existencia de ventajas comparativas, tales como las condiciones climáticas inigualables, temperaturas altamente favorables y calidad del agua, que inciden en el tiempo de crecimiento de las especies, además de un bajo precio en los insumos y un eficiente desempeño empresarial, que ha privilegiado la aplicación de una adecuada infraestructura tecnológica.

Los productores norteamericanos no tienen la capacidad para satisfacer el consumo interno de su país. El 85 por ciento de la oferta en Estados Unidos proviene de las importaciones. Por lo tanto, lo que realmente persiguen es mejorar el precio por la vía de la discriminación administrativa hacia un competidor. Ello es absolutamente inaceptable.

Los productores de Estados Unidos tienen la opción de modernizarse, invertir en Chile, con éxito, como lo han hecho sus congéneres en otras áreas, o especializar su producción aprovechando la ventaja comparativa que representa el contar con un mercado tan poderoso como el de Estados Unidos y el de Canadá.

Si los productores norteamericanos logran mantener la restricción al ingreso de los productos madereros de Chile y obtienen una resolución favorable a sus demandas, dichas medidas resultarían contradictorias con la iniciativa de las Américas y los esfuerzos que ambos gobiernos realizan para lograr acuerdos de libre comercio, desvirtuando la posición del gobierno norteamericano, que ha señalado a la economía chilena como modelo en la región.

El fondo de la denuncia sería vender bajo los costos y estar subsidiados por el Gobierno a través de programas de apoyo al sector exportador. De este modo se pretende aplicar una tasa que podría ser de hasta un 46 por ciento de arancel y así sacar del mercado a los productores de nuestro país.

En la promoción del comercio chileno en el ámbito internacional, se utilizan instrumentos y prácticas habitualmente reconocidos y aceptados por todos los estados en productos de exportación, que naturalmente no constituyen dumping. Hace poco, por ejemplo, podemos citar que el Presidente de Francia , Jacques Chirac , promovió personalmente en China la compra de 30 aviones Airbus para ese país.

El problema con los productores norteamericanos es otro. Éste surge cuando empresarios de terceros países ingresan a su mercado de manera competitiva, conquistando importantes nichos y aventajándolos en calidad y precio.

Si los productores norteamericanos tienen reparos o antecedentes serios sobre conductas contrarias al libre comercio de los productores chilenos, corresponde ventilarlos en el seno de la Organización Mundial del Comercio y aplicar los mecanismos de solución de conflictos que existen en materia de comercio internacional. De lo contrario, las medidas antidumping del país del norte se transforman en instrumentos de protección discrecionales, discriminatorios e injustos.

Es preocupante observar el surgimiento de una tendencia sostenida al proteccionismo de los Estados Unidos, situación que se origina en el seno de su estructura económica, puesto que a pesar de ser la economía liberal más importante del mundo, su comercio exterior es poco significativo, si se le compara con el interno.

De allí se explica que cuando los productores enfrentan escenarios complicados ante la competencia externa, optan por agitar las banderas del nacionalismo, como ha quedado demostrado en el caso del queso, el “foi de grass” y los salmones noruegos, primero, y los chilenos ahora, y luego la madera.

Por otra parte, sería altamente inconveniente para el libre comercio mundial y para la causa del medio ambiente, que grupos ecologistas utilizaran estas banderas para impedir el libre intercambio comercial. El recurso en contra del otorgamiento de nuevos permisos para el ingreso de pino radiata, supuestamente infectado por una plaga, constituye una traba inusual e increíble, aún más si se trata de maderas elaboradas.

Chile está comprometido con el libre comercio y no descansaremos en el trabajo de superar las fuerzas proteccionistas que inevitablemente surgen al interior de los países.

Por eso, es importante aprender de las lecciones que en el camino de la conquista de los mercados internacionales libres nos tocará superar. En este sentido, debemos implementar, a la brevedad, políticas de prevención de conflictos frente a las reacciones proteccionistas que surgen en todos los países cuando los productores locales enfrentan dificultades con los productores externos.

También debemos profundizar la política de inserción internacional a través de la suscripción de tratados de libre comercio bilaterales o multilaterales. Estos acuerdos nos deben permitir disponer de la institucionalidad necesaria para enfrentar esta clase de conflictos.

Los problemas que enfrentan los productores de salmones y de maderas elaboradas nos señalan que el camino recorrido es el indicado. Por lo tanto, debemos fortalecer los instrumentos públicos de promoción y desarrollo de este tipo de exportaciones.

Chile, en ésta y en otras ramas productivas, ha cumplido con los requerimientos de los mercados más exigentes, bajando los costos de producción, mejorando la calidad de los productos con una industria tecnológicamente bien implementada y con un incipiente desarrollo en el área de la investigación y en la aplicación de tecnologías “amigables” con el medio ambiente, obteniendo importantes niveles de eficiencia.

La industria salmonera americana sólo genera 400 puestos de trabajo en ese país; en cambio, nuestra industria nacional aporta 5 mil fuentes laborales sólo en el país del norte. El modelo exportador responde a una necesidad y a una legítima opción de desarrollo de nuestro país, basada en los principios del libre intercambio, y no renunciaremos ni aceptaremos imposiciones de medidas arbitrarias que trunquen nuestros derechos.

Por éstas y otras razones y basados en la profunda convicción de las ventajas que representa el libre comercio a nivel mundial en el establecimiento de relaciones de cooperación entre los pueblos, rechazamos las presiones que ejercen los productores norteamericanos para eliminar la competencia de los productores chilenos de salmón y de maderas elaboradas, y llamamos a la Cámara a aprobar por unanimidad el proyecto de acuerdo propuesto por la Comisión de Economía, que está orientado a:

l. Rechazar las medidas de protección que afectan a los productores chilenos de salmón y madera elaborada en el mercado norteamericano, por considerar que son contrarios a los principios de libre comercio y vulneran los acuerdos en el seno de la OMC.

2. Respaldar las acciones emprendidas por el Supremo Gobierno, como las que asume en defensa de los intereses de la economía nacional, expresados en la representación de los derechos de los sectores exportadores nacionales afectados.

3. Hacer presente al Congreso estadounidense, a través de la Cámara de Representantes, nuestra preocupación por la acusación de dumping presentada por los productores de ese país en contra de la industria de salmones de Chile y solicitar la intervención de los congresistas norteamericanos ante las autoridades correspondientes, a fin de obtener el rechazo de esta presentación que carece de todo fundamento, como asimismo de la reclamación que los ecologistas han presentado respecto de los madereros, y garantizar el ejercicio del libre comercio en los Estados Unidos de América.

4. Denunciar ante los organismos internacionales interparlamentarios las medidas arbitrarias de carácter proteccionista que afectan a los productores chilenos en el mercado norteamericano, como asimismo en todos los foros internacionales en los que Chile participa.

5. Por último, proponer en la próxima Cumbre de las Américas, que se realizará en nuestro país, el rechazo a todas las medidas proteccionistas que puedan imperar en el continente, promoviendo la adopción de medidas conjuntas destinadas a desalentar las conductas contrarias a la libre competencia.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Ha terminado el tiempo del PPD.

Tiene la palabra el Diputado señor Elgueta.

El señor ELGUETA .-

Señor Presidente , la conducta proteccionista de Estados Unidos está perjudicando seriamente a la Décima Región. En ella, la industria salmonera proporciona alrededor de 18.300 empleos directos y otros 10 mil indirectos, y concentra, prácticamente, el 90 por ciento de su producción. Más aún, el año pasado generó, por exportación, cerca de 538 millones de dólares.

Por otro lado, junto a las industrias salmonera y maderera, se han instalado en la región diversas fábricas de elaboración de alimentos para peces, talleres de redes, jaulas, servicios técnicos, comercialización de insumos, fletes y reciclaje de residuos, fabricación de una serie de artículos plásticos que sirven a la industria. En consecuencia, todo esto quedaría desarticulado de aprobarse en Estados Unidos esta acusación de “dumping”.

Quiero compartir lo dicho anteriormente, especialmente por el Diputado señor Fuentealba . Desde hace mucho tiempo, Estados Unidos trata de imponer su política hegemónica en Latinoamérica. Es necesario recordar que América era para los americanos, y lo que en un principio parecía una expansión territorial, después se ha convertido en una expansión económica, financiera, militarista y ahora está incursionando, incluso, en el medio ambiente.

En uno de los principales diarios de este país se publicó, el sábado 24 de mayo de 1997, un extracto del pensamiento del vicepresidente de Estados Unidos, que generó la llamada diplomacia ambiental. Documento -dice- de diez mil palabras, cuyo mensaje es que los asuntos del medio ambiente hoy forman parte de la corriente principal de la política exterior norteamericana. En consecuencia, esta idea se ha infiltrado, incluso, a los organismos económicos internacionales. Desde 1994, la oficina de análisis económico del Departamento de Comercio usa lo que se llama estructura de contabilidad económica ambiental para calcular el “peak” verde de la economía de un país. Así como la contabilidad convencional utiliza la depreciación de activos, este sistema intenta reflejar la desgravación de los activos naturales.

Según esta teoría contable “orwelliana”, donaciones del Banco Mundial a grupos radicales del ambiente pueden ser contabilizadas por dicho Banco como ingresos, mientras que el valor de la energía eléctrica producida por una nueva represa, financiada por un banco, sería contabilizada como un gasto.

No sé si Estados Unidos, al hablar de diplomacia ambiental, de ecología, nos está hablando del verde que representaría esta tesis de la ecología o nos está hablando simplemente del color de sus billetes.

En una sesión anterior, afirmé que Estados Unidos, a través de su embajador en nuestro país, practicaba un doble estándar. El problema de un particular lo trataba como problema público en nuestro país y, por lo tanto, los problemas de ese particular eran sometidos a un acuerdo global con el Gobierno; sin embargo, para este mismo embajador, los problemas de los salmoneros, de la uva, de los madereros, en Estados Unidos son simplemente problemas particulares, de privados, donde el Departamento de Estado no tiene nada que decir. Entonces, lo tiene que resolver una jueza en un pequeño pueblo de Estados Unidos o determinados funcionarios subalternos en otra parte. No creemos en ese doble estándar de la diplomacia.

Si aquí se han abierto las puertas a los inversionistas norteamericanos, en lugar de quejarse de que los costos en nuestro país son inferiores por una serie de razones, entre otras, porque la naturaleza es el mejor subsidio que nos dio la Décima Región para la crianza de salmones, en razón de la temperatura y de la limpieza de nuestras aguas; pero eso en Estados Unidos no tiene ningún valor.

En vez de tomar estas medidas del “dumping”, sería más conveniente que invirtieran en Chile en este tipo de producción de alimentos para el mundo, o que contribuyeran, también con inversiones, a perfeccionar en mejor forma los productos de la madera, agregándoles un valor que actualmente no tienen.

La vida portuaria de Puerto Montt depende prácticamente de las astillas que se exportan. El 70 por ciento de la movilización de la carga corresponde a las astillas. En consecuencia, de adoptarse medidas como las que aquí estamos criticando, es posible que nuestra Décima Región, en especial Puerto Montt o Chiloé, logren un ejército de personas cesantes.

Señor Presidente , debo señalar -y lo tengo que decir con la misma franqueza que uno critica a los Estados Unidos de América y a sus representantes en Chile- que muchas de estas empresas instaladas en nuestro país no pagan los salarios convenientes, pero dan trabajo. Muchas de estas empresas tienen sus casas matrices en Santiago, porque ahí están centralizados el crédito y las operaciones internacionales, y no se han insertado como es debido en la comunidad de la región.

También existen -según algunos- problemas de contaminación; pero estos argumentos, que pueden ser propios de nuestras políticas locales, no pueden servir para destrozar a una de las industrias más florecientes de nuestro país. Compartimos plenamente el proyecto de acuerdo que leyó el Diputado señor Tuma y, en consecuencia, lo respaldaremos y votaremos favorablemente.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado señor Jaime Orpis.

El señor ORPIS.-

Señor Presidente, me habría gustado que esta sesión se hubiese realizado con bastante anterioridad. Creo que el Congreso ha respondido tarde a los hechos que han estado ocurriendo, porque me parece que son particularmente graves, ya que, eventualmente, pueden hipotecar el futuro de regiones enteras y, hasta ahora, creo que hemos reaccionado con cierta indiferencia.

No quisiera ahondar en los antecedentes que ya han sido públicos, entregados por autoridades de Gobierno y por los sectores productivos, sino plantear reflexiones de otra naturaleza y orden.

¿Qué está ocurriendo con los hechos que se nos han presentado, tanto en el sector de la madera elaborada como en el de los salmones? Básicamente -y ésta es mi preocupación para después entrar al tema de fondo-, en las relaciones económicas con Estados Unidos hoy nos estamos moviendo entre un extremo que son los ecologistas radicales y el proteccionismo de ciertos productores que han dejado de obtener las ganancias que esperaban.

Respecto del primero de los casos quiero advertir una preocupación. Se sabe, y se han entregado antecedentes, que en el caso de la madera, la ONG que presentó la acusación forma parte de la cofradía de la ecología profunda, y en Chile, desgraciadamente, a ese movimiento le hemos dado una patente de legitimidad con el señor Tompkins, lo que me parece delicado.

En segundo lugar, respecto del tema de los salmones, la presentación hecha ha sido la crónica de una muerte anunciada. El año pasado, aproximadamente en junio o julio, la Comisión de Economía de esta Cámara tenía antecedentes de que eventualmente sería presentada esa acusación y se hizo una serie de gestiones. Afortunadamente, fue sólo una amenaza, pero desgraciadamente se concretó este año.

Tengo una gran preocupación porque leí con atención la entrevista que los medios de comunicación hicieron al embajador este fin de semana, en que básicamente señala que se trata de aspectos específicos que deben resolverse por un tribunal determinado y por una comisión técnica, la International Trade Commission, y el Departamento de Comercio.

Al margen de estas reflexiones quiero formular una pregunta al señor Canciller .

Tengo en mis manos, a raíz de la presentación que se iba a hacer el año pasado por las empresas salmoneras, una carta enviada, a petición de la Comisión, por la Embajada de Chile en Estados Unidos, fechada el 23 de agosto de 1996. En el punto Nº 8, se señala: “Son múltiples los argumentos que se pueden esgrimir ante personeros de las agencias de ese país” -se refiere a Estados Unidos-. Entre los puntos se establece: “En términos técnicos, cabe recalcar que Estados Unidos ha implementado los compromisos en torno a las medidas antidumping y de derechos compensatorios asumidos bajo la Ronda de Uruguay, de forma imperfecta, por lo que podría ser sujeto de una demanda chilena en el foro de la OMC.”

Estados Unidos, campeón del libre comercio en el mundo, tiene una deuda pendiente muy grande con Chile. Los casos de los salmones y la madera se suman al de las uvas y de las frambuesas. Para mí -aquí voy a lo de la deuda pendiente- las relaciones económicas internacionales no se pueden mover en torno a denuncias de movimientos ecologistas radicales ni al proteccionismo de los productores, sino a reglas más estables en el comercio internacional.

Por lo anterior, quiero saber dos cosas bien concretas. En primer lugar, si Chile hizo algo ante la OMC respecto de las normas antidumping, planteado en la Embajada antes de que se presentaran estos casos. Es particularmente grave cuando se presentan, porque prácticamente son irreversibles. Desde mi punto de vista, las denuncias deben hacerse ojalá cuando no se presenten esos casos, porque se necesitan reglas estables en materia antidumping.

Si en la actualidad se presentara la situación de tener que definir sobre la normativa antidumping, ¿qué seguridad tendríamos si la propia Embajada tiene conciencia de que esas normas son imperfectas? La seguridad de ganar ante esas instancias es prácticamente nula y el efecto, devastador.

Personalmente, me gustaría que Chile siguiera presionando en el Nafta o suscribiera un acuerdo bilateral con Estados Unidos, pero nuestra relación económica con ese país será muy inestable si estamos sujetos a denuncias de distintos sectores y por diferentes motivos. Desde mi punto de vista, debemos entrar a una relación mucho más estable, con reglas del juego muchísimo más claras y con los procedimientos e instancias necesarias para resolver los conflictos. Ésa es, en mi opinión, la gran deuda pendiente que tiene Estados Unidos con Chile: no haber puesto énfasis en establecer reglas más estables, sobre todo en cuanto al comercio.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresiden-te).-

Tiene la palabra el Diputado señor Longton.

El señor LONGTON.-

Señor Presidente , es importante que la Cámara de Diputados exprese su preocupación por lo que sucede en nuestro comercio con Estados Unidos. Las dificultades que han debido enfrentar nuestras exportaciones envuelven tanto asuntos bilaterales y el ilegítimo daño a intereses chilenos como aspectos globales relativos al sentido de la cooperación interamericana. Me refiero a estos dos ámbitos del problema que analizamos.

En relación con el aspecto bilateral del temario, es preocupante que, como una especie de escalada y en forma simultánea, varios productos chilenos se hayan visto afectados por decisiones unilaterales de Estados Unidos: los salmones, por una acusación de dumping de los productores norteamericanos; las maderas, por acción de los ecologistas, que obtuvieron un pronunciamiento judicial, y las frambuesas, por la intervención de las autoridades de sanidad vegetal de Estados Unidos.

Esta diversidad de fuentes responsables de adoptar medidas que dañan nuestros intereses, determinan que el gobierno norteamericano no se sienta responsable de una acción de política exterior, notoriamente arbitraria y dañina para nuestros intereses; pero, cualquiera sea la expresión formal de las autoridades norteamericanas, lo cierto y real es que Estados Unidos tiene una estructura de comercio internacional que le permite, discrecionalmente, imponer restricciones a las importaciones sin mayores estudios y sin probar las causas con que se pretende justificar las medidas. Es decir, una sofisticada organización para aplicar la más amplia gama de restricciones no arancelarias para fundamentar un proteccionismo disfrazado, que es precisamente la antítesis de un comercio libre. Para nuestro país, la situación no es fácil, ya que al no tener convenido con Estados Unidos un mecanismo obligatorio y neutro de solución de controversias, debemos atenernos a las decisiones unilaterales de las autoridades norteamericanas.

Nuestra experiencia en casos anteriores es bastante negativa, y tenemos fundamentos para dudar y no dar credibilidad a los procedimientos norteamericanos. Basta recordar el caso de las uvas envenenadas que, durante cerca de ocho años, aún permanece sin solución. Esta experiencia es bastante traumática, pues hay antecedentes que permiten concluir que el envenenamiento se produjo en una agencia gubernamental norteamericana, lo que, normalmente, debió producir la responsabilidad del Gobierno de ese país.

Es bueno recordar que, en este caso, las gestiones políticas del Gobierno de Estados Unidos recomendaron a nuestros exportadores que acudieran a la vía judicial. No obstante, cuando se presentó el recurso, el Gobierno norteamericano invocó la inmunidad de jurisdicción.

A pesar de que -como he señalado- en cada caso se invocan causales distintas, en la base de estas acciones se encuentra la negativa de los productores norteamericanos de aceptar el libre juego de la competencia, lo que es de la esencia del comercio libre que propicia Estados Unidos.

El caso del salmón es muy claro. La industria del salmón chileno ha hecho un esfuerzo enorme para mejorar su productividad y lograr un producto de excelencia, que ha llegado a satisfacer el 40 por ciento del mercado norteamericano. La acusación de dumping es absurda. Chile cubre el 13 por ciento de la producción mundial del salmón atlántico, que es la especie que se exporta a Estados Unidos. Entonces, con ese porcentaje no tiene sentido afirmar que nuestra producción puede influir en los precios mundiales y producir una baja en el mercado norteamericano. Si somos desplazados arbitrariamente de ese mercado, nuestra producción será reemplazada por la de nuestros competidores canadienses y noruegos, pero en ningún caso por la de los productores norteamericanos.

Concuerdo con que este problema bilateral debe tratarse directamente con Estados Unidos. Por ello, debemos apoyar las gestiones que el Gobierno y los particulares han iniciado frente a las autoridades norteamericanas. No obstante, como es muy posible que en ese nivel no obtengamos éxito, dado los precedentes anteriores que nos han afectado, estimo indispensable plantear, desde ya, nuestro caso a la Organización Mundial del Comercio. Lo que en ningún caso debemos hacer es seguir la recomendación del embajador de Estados Unidos en Chile, señor Gabriel Guerra Mondragón , quien en “El Mercurio” del domingo nos sugiere que “hay que bajar los decibeles”; muy por el contrario, hay que subirlos al tono más alto, y la experiencia dice que Estados Unidos sólo escucha a los que le hablan fuerte. Ojalá, el Ministro de Relaciones Exteriores haya aprendido la lección.

Pero, además del problema bilateral, en función de asuntos específicos como el que causa nuestra preocupación, aquí hay uno vinculado con la efectividad y verdad de la cooperación interamericana. El proteccionismo norteamericano afecta no sólo a Chile, sino a todas las naciones latinoamericanas. Lo que debemos definir es si ese proteccionismo es compatible con las expresiones de cooperación y los valores que se reconocen y declaran en las conferencias y asambleas interamericanas, o si debemos asumir que lo que allí se dice es sólo retórica formal.

El término de la guerra fría proclamó la vigencia de dos ideas fuerza en el mundo: la democracia como organización política, y la economía social de mercado, con su componente insustituible: la libertad de comercio como base de la organización económica del mundo. Estos dos valores han sido paradigmáticos para el pueblo de Estados Unidos. Y la iniciativa de las Américas que lanzó el presidente Bush , tuvo como propósito final consolidar la unidad de América del Norte y del Sur sobre la base de estos dos principios: democracia y libertad de comercio.

América Latina -debemos decirlo con orgullo-, siguiendo el ejemplo de Chile, se lanzó en un proceso de modernización que implicaba adoptar un compromiso serio de libertad económica. Nuestra meta ha sido vincularnos a la economía mundial y basar nuestro desarrollo en el incremento de las exportaciones. En este campo, el esfuerzo de nuestro país ha sido notable; hemos cambiado nuestros procesos productivos, incorporado tecnología moderna al proceso exportador y nuestros empresarios se han lanzado al mundo a competir y, hoy, más del 30 por ciento de nuestro producto geográfico bruto proviene del sector exportador; pero nuestro éxito se ve amenazado por una paradoja: el socio que ha proclamado el paradigma del comercio libre, que lo recomienda como una receta para salir del subdesarrollo, se transforma en proteccionista cuando sus productores no son capaces de asumir la competencia. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿El comercio libre es para todos o sólo la vía en un sentido para que se desarrollen sin tropiezo las exportaciones norteamericanas?

En esta consideración global del proteccionismo estadounidense no cabe sólo nuestra acción unilateral, sino que se debe buscar la acción concertada de todos los países latinoamericanos. Los dirigentes de Estados Unidos siguen proclamando como uno de los propósitos de su política exterior, la meta de consagrar la Asociación de Libre Comercio de las Américas, Alca. ¿Vale entonces la pena seguir gastando esfuerzos para concretarla, si este socio principal carece de la voluntad real de aceptar las reglas del comercio libre? Ésta es una definición necesaria antes de seguir abrumando las relaciones interamericanas con declaraciones que están muy lejos de la realidad.

El próximo año debe realizarse en Santiago una cumbre de presidentes de América; en la anterior se nos invitó formalmente a participar en el Nafta, se proclamó la adhesión al libre comercio de todos los países asistentes y se definió, como objetivo de nuestra relación hemisférica, la Alca. Es muy posible que cuando se reúna la nueva cumbre, no se haya concretado el fast truck y el libre comercio, y debido a la conducta actual de Estados Unidos, sea sólo una retórica insustancial.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresiden-te).-

Tiene la palabra el Diputado señor Felipe Letelier, en el tiempo cedido por el Partido Socialista.

El señor LETELIER (don Felipe).-

Señor Presidente, en la Universidad de Oregon en Estados Unidos, hace más o menos seis o siete meses, hubo un seminario donde se manejaron diversos aspectos relacionados con la economía agrícola, y especialmente con algunos productos, curiosamente, procedentes de Chile y de Nueva Zelanda.

La verdad es que después de recoger información de las autoridades chilenas de organismos del Estado y privados, como el Servicio Agrícola y Ganadero, Infor , la Corma, etcétera, se encuentra con que no hay razones para programar una campaña -como decía un colega anteriormente- para anunciar un conflicto o una muerte. Curiosamente, el Infor ya tenía esta información hace seis meses, y en los folletos que se mostraron en la Universidad de Oregon, ya aparecían los bichitos que iban entre la madera chilena y serían las plagas que contaminarían no sólo los bosques de Estados Unidos, sino la agricultura de ese país. Y es aquí donde surgen muchas preguntas.

Consciente del funcionamiento político y administrativo de Estados Unidos en que, además, la justicia es absolutamente autónoma -y eso lo pudimos comprobar en Filadelfia, con el caso de las uvas envenenadas-, estoy seguro de que por mucho lobby que pudiéramos haber realizado algunos parlamentarios chilenos para defender una cosa que, a todas luces, era injusta y arbitraria para Chile -por parte de Estados Unidos-, era simplemente inoficioso.

Es de ahí que nacen preguntas; sobre todo, a partir de este seminario en la Universidad de Oregon, donde ya la madera seca chilena, excélsior, de calidad, resultó ser la que transportaba la plaga hacia Estados Unidos. Entonces, cabe preguntarse si estamos frente a una política proteccionista por su parte o si estos conflictos se producen porque los Poderes del Estado son extremadamente delimitados, o puede ocurrir que -en las décadas de los 70 y de los 80, se hablaba mucho de los países del sur y del norte- estemos frente a uno de esos casos en que nos encontramos con el garrote y la zanahoria y frente a escenarios en que nos invitan a caminar a una relación de libre comercio. La verdad es que me preocupa mucho cuando un país del sur, de la periferia -en este caso Chile- empieza a desarrollar sus exportaciones, a marcar presencia en un país del norte, porque en ese momento comienzan a producirse las dificultades.

Aprovecho la presencia de los señores Ministros para preguntar si en Chile, que maneja una relación política de alto calibre con la primera potencia mundial, ¿acaso no se pueden prevenir algunas de estas cosas, ya sea por la vía política o la técnica? Vamos a suponer que estamos hablando de un mercado complicado y altamente competitivo. Entonces, Chile, que pretende ingresar de una manera seria -así lo veo y siento- se enfrenta con una situación arbitraria e injusta, porque con gran esfuerzo empieza a tener presencia en mercados como el estadounidense.

Aquí uno necesita respuestas de las autoridades; del Ejecutivo, del Canciller, de Pro Chile y del Ministro de Agricultura, que son los más vinculados

A mi juicio, todas estas dificultades con que se encuentra nuestro país, no existirían si la invitación final fuera realmente a participar en un tratado de libre comercio.

El propio Presidente de la República señaló, en el momento en que se producía este conflicto de la madera y del salmón en Estados Unidos, que si Chile fuera miembro del Nafta, junto con Estados Unidos, Canadá y México , no tendría estos conflictos. En verdad, después de que uno ve todas estas cosas, vuelve un poco al pasado, en el sentido de que los países del sur no tienen derecho a crecer ni a marcar presencia en metrópolis como Estados Unidos.

Concuerdo con la mayor parte de lo señalado en las intervenciones, pues estoy consciente de que no formamos parte de los países del primer mundo ni del segundo, sino que estamos después del tercero.

Por mucho que digamos que somos un país altamente desarrollado, el Ministro de Relaciones Exteriores sabe muy bien que los países están clasificados y que Chile no pasa del tercer mundo, y no lo hará durante un buen tiempo, por todas estas limitaciones que nos imponen los socios de los grandes mercados. Entonces, debemos ir pensando en otras alternativas, en el mismo marco de libertad de comercio y de toda esta filosofía de la nueva economía.

El sector agrícola del país, en especial el de la madera y el de los nuevos rubros que han ingresado a la economía chilena, competitivos y rentables, como señalaba el Diputado señor Tuma , generan no sólo empleos en nuestro país, sino, incluso, muchos más en Estados Unidos. Por eso, nos preocupa que nos corten las alas antes de empezar a volar.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado señor Harry Jürgensen.

El señor JÜRGENSEN.-

Señor Presidente , ya se ha dicho que de tener éxito esta acusación contra la salmonicultura chilena no sólo se podría perder un mercado de alrededor de 180 millones de dólares al año, sino provocar una importante pérdida de empleos, con un impacto muy negativo, en especial las ciudades de Puerto Montt y de la provincia de Chiloé, Décima Región.

Se debe tener presente que nuestro país se ha convertido en el segundo productor mundial de salmón y en el primero de trucha cultivada, con el consecuente efecto de desarrollo en las regiones, sobre todo en la Décima.

En un período de tres a cuatro años, se han invertido en las regiones del sur más de mil millones de dólares. Además, esta actividad ha sido un importante vehículo de reconversión laboral y productiva, en especial en aquellas zonas que basaron su sustento en la pesca artesanal y en la agricultura tradicional, que son justamente las actividades que hoy sufren serios y graves problemas.

Gracias a la actividad salmonicultora, en Chile se han creado casi 18.000 empleos directos y más de 10.000 puestos de trabajo en forma indirecta.

Los productores norteamericanos solicitaron a la Comisión Internacional de Comercio y al Departamento de Comercio de Estados Unidos imponer aranceles compensatorios a los envíos chilenos de salmón fresco, para contrarrestar eventuales subsidios del gobierno chileno que les permitirían, según ellos, a los productores nacionales comercializar el salmón a precios bajo su costo de producción. Asimismo, se ha solicitado imponer sobretasas, a fin de contrarrestar esa eventual comercialización.

Se dice que la asistencia tecnológica de Fontec e Intec; que la promoción de ProChile a las exportaciones; que los programas de financiamiento de Corfo; que la asistencia de la Fundación Chile, y que, incluso, los capítulos XVIII y XIX de la ley sobre inversiones extranjeras, constituyen subsidios.

El importante crecimiento de nuestra salmonicultura, de prácticamente un 25 por ciento anual, ha convertido a esta actividad en el sector más dinámico de la pesca chilena, ya que en el total de las exportaciones pesqueras, en 1997 está participando en alrededor del 30 por ciento.

La meta principal de toda industria es abrir nuevos mercados y consolidar los existentes, además de incorporar progresivamente valor agregado a la producción. En la actualidad, el 53 por ciento de las exportaciones chilenas de salmón al mercado norteamericano corresponde a productos con valor agregado.

Para obtener estos logros, los productores chilenos han aprovechado nada más que importantes ventajas comparativas que les permiten trabajar con menores costos. Se utilizan las aguas limpias, libres de plagas, de nuestros ríos, lagos y mares, y sus temperaturas adecuadas.

Hoy, la industria salmonera nacional está negociando con las autoridades de Estados Unidos para buscar alguna solución que permita evitar sanciones comerciales por supuestas prácticas de competencia desleal, a pesar de que estamos seguros de que en Chile no se otorgan subsidios no autorizados por la Organización Mundial del Comercio.

En estas negociaciones me llama la atención -no que esté participando el Gobierno; está muy bien que lo haga- que se consulte la posibilidad de establecer una tasa de crecimiento máxima para las exportaciones que ingresan a los Estados Unidos.

Cuando tenemos un crecimiento de 25 por ciento anual, Estados Unidos pretende limitarlo a sólo un 10 por ciento. ¿Por qué Chile debe recibir un castigo en una de las actividades en que precisamente tiene ventajas comparativas? ¿Por qué debemos disminuir nuestra capacidad de generar nuevos empleos?

Pregunto al Ministro de Agricultura, aquí presente, si esta medida correspondería a una represalia, por ejemplo, por la prohibición que existe en Chile de importar trigo contaminado desde Estados Unidos.

También pregunto si es posible que las autoridades chilenas apliquen tasas máximas al crecimiento de ciertas importaciones y de algunos países. Por ejemplo, a la importación de productos agrícolas que nos están afectando en forma muy negativa, en especial en las regiones del sur.

Llegar a un acuerdo en la tasa máxima de crecimiento podría constituir un mal menor, porque, por último, creceríamos todavía el 10 por ciento sin correr el riesgo de perder ese mercado y disminuir los empleos actuales; pero queda en evidencia, clara y precisa, que el interés de fondo es simplemente disminuir en el mercado de Estados Unidos la oferta del salmón chileno, dificultando a las importaciones.

Se está negociando con la Comisión de Comercio Internacional de los Estados Unidos. Me pregunto ¿cuál es exactamente su contraparte?

También deseo que la autoridad nos explique cómo se realizan en Chile las investigaciones cuando ocurren estas denuncias de subsidio y de dumping.

Se debe tener presente que si el fallo es adverso, los salmones quedarían gravados con un arancel superior al 45 por ciento, en circunstancias de que hoy no están afectos a ese arancel. Planteo estas interrogantes a las autoridades presentes.

Para desarrollar cualquier mercado, la medida más adecuada es, justamente, expandir la demanda y no contraer la oferta, como lo pretenden los productores norteamericanos. Concebida así la estrategia, los productores chilenos, durante tres años, han financiado una campaña en Estados Unidos para aumentar el consumo de salmón. En cuatro años se ha duplicado su consumo, pues ha llegado a 600 gramos anuales per cápita. En esta campaña no participaron los productores de Estados Unidos. Sin embargo, sí obtuvieron los beneficios.

Entonces, es necesario revisar nuestra política de comercio internacional, en especial con Estados Unidos, y buscar mecanismos que podamos aplicar cuando se presenta este tipo de acciones proteccionistas que afectan las exportaciones de nuestros productos.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado señor Melero .

El señor MELERO.-

Señor Presidente, a estas alturas del debate, más que aportar antecedentes sobre los hechos es importante plantearse algunas interrogantes.

La primera es constatar si se trata de un caso aislado o si es una situación que se viene repitiendo con cierta frecuencia.

Quiero apuntar a la segunda tesis -de que no constituye un hecho aislado-, pues situaciones o consideraciones de tipo económico o fitosanitario han estado presentes en los principales sucesos que han afectado el libre comercio entre Chile y Estados Unidos en los últimos años.

Para empezar, el tema de las uvas envenenadas, que sólo menciono; pero, las más recientes, las impugnaciones a la exportación de frambuesas chilenas; la acusación de dumping a los salmones y la prohibición del ingreso de maderas, resuelta por una corte del distrito de California, tienen un hecho común: todas ellas carecen de fundamento técnico y del sustento probatorio de que, efectivamente, esas plagas o enfermedades de las frambuesas o de la madera puedan estar presentes en las exportaciones chilenas.

En el caso de la frambuesa, estamos hablando de una bacteria, la ciclospora, que no existe en Chile. En el caso de las exportaciones de madera, prohibidas por el tribunal norteamericano, se trata de maderas tratadas con bromuro de metilo, a altas temperaturas, aserradas y no verdes como exporta Nueva Zelanda, pero no Chile.

Entonces, cabe preguntarse a qué obedece esta actitud. ¿A un proteccionismo; a una política de los Estados Unidos, en particular de la administración Clinton; a una concertación de organismos del departamento de comercio, de agricultura, de aduanas, del Aphis y de otros que se juntan con el Presidente de los Estados Unidos y el gobierno para generar un daño a Chile? Creo que no. Y debemos hacernos cargo de esta nueva realidad: se está llevando a cabo una operación que afecta a grandes exportaciones chilenas y, a mi juicio, en esta parte del debate no cabe centrar la discusión en una acusación contra el imperialismo norteamericano, de cómo ellos nos agreden, cómo son los grandes proteccionistas de su comunidad en desmedro del resto del mundo. Ése es un discurso añejo y fuera de tiempo. Lo nuevo, lo que vivimos hoy, es la acción, por la vía judicial, de organismos ambientalistas -ya los denunció el Diputado señor Orpis -, que pertenecen a una verdadera cofradía organizada, interconectada por el mundo.

Por ejemplo, la Oregon Natural Resources Council, ONRC, que fue la que demandó a las producciones forestales chilenas, está en internet, al igual que todas las organizaciones ecologistas del mundo y, desde luego, las chilenas. En su última página, bajo el título “ Log Import Rules Inadequate ”, están celebrando el triunfo que han obtenido contra Chile en esta materia. Y consiguen esta paralización por la vía judicial, y recurren a la vía del dumping, y nos crean un problema con el asunto de los salmones, y se movilizan por la vía de las frambuesas, y nos generan todo esto.

Entonces, me parece que centrar el asunto desde el punto de vista de que el imperialismo norteamericano impide nuestras exportaciones, nos lleva a un error de apreciación.

¿Cuál es el verdadero propósito? ¿Qué, a mi juicio, está sucediendo? Lo que ocurre es que, en un país donde las libertades cotidianas y las organizaciones son tan fuertes y poderosas que acogen todo tipo de demandas, empiezan a actuar estos organismos y a obtener buenos resultados. Por consiguiente, ya se ha dicho que esto no tiene fundamento técnico; que no lo ampara la Organización Mundial de Comercio; que los gobiernos han suscrito tratados medioambientales en estas materias; pero nada de eso nos protege. ¿Qué hacemos ante esta nueva realidad? ¿Cómo podemos enfrentarla?

Hago un paréntesis: si bien no hay una responsabilidad directa del gobierno norteamericano, al menos sí hay cierta complacencia o falta de capacidad para adecuar su legislación a este tipo de situaciones, porque el gran reclamo de las organizaciones ambientalistas norteamericanas apunta a falencias, según ellos mismos lo dicen, en los estudios de impacto ambiental, de acuerdo con la legislación norteamericana.

A mi juicio, el verdadero propósito es bloquear a la industria, bloquear a los sectores productivos de los países. Esto no es solamente un ataque contra Chile; también afecta a Nueva Zelanda, en el caso de la madera.

¿Por qué pretenden bloquear a nuestra industria? Porque dentro de los planteamientos y de los razonamientos políticos e ideológicos de muchas de estas organizaciones, se ve con malos ojos el desarrollo de las industrias, especialmente en los países del tercer mundo, donde vivimos de estos productos naturales y de nuestra capacidad para procesarlos y exportarlos.

¿Qué estamos haciendo en Chile -aquí quiero llamar la atención de los señores Ministros- para reconocer este nuevo marco, esta nueva realidad y lo que está ocurriendo en Estados Unidos hoy, y que también podría ocurrir mañana en otros países del mundo, como en Europa?

Creo sinceramente que la situación nos ha pillado en descubierto y que realmente no nos hemos anticipado a esta nueva realidad.

En primer lugar, señalo la posición del Servicio Agrícola y Ganadero en esta materia, el cual ha subestimado el tema de las plagas forestales. Hay que revitalizar su rol en estas materias; no puede ser sorprendido al respecto; tiene que estar, como dijo el señor Felipe Letelier en los foros internacionales. Tenemos que hacer publicaciones intensivas en inglés, que convenzan al mundo intelectual y científico. No hacemos nada; publicamos en castellano, en nuestros propios medios y ahí nos quedamos felices y contentos. Tenemos que mejorar nuestra imagen forestal -ya el Diputado Álvarez-Salamanca mencionó el tema del Banco Central-; y, por sobre todo, debemos mejorar nuestra posición resolutiva en estas materias, y anticipándonos a los hechos, evitar que nos pillen en descubierto, como nos ha ocurrido ahora.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el señor Ministro de Relaciones Exteriores.

El señor INSULZA ( Ministro de Relaciones Exteriores ).-

Señor Presidente , en primer lugar, advierto que las intervenciones de los señores diputados revelan un alto grado de conocimiento del problema y de la implicancia que esto tiene para la industria nacional, tanto en el sector del salmón como en el de la madera, por lo que no haré referencias a ese tipo de repercusiones, y sólo me circunscribiré a los temas más sustantivos sobre lo que estamos haciendo y lo que podemos hacer al respecto.

Antes que eso, es importante reflexionar sobre el grado de sensibilidad que este tipo de problemas provoca en Chile.

Es natural que se produzca una gran sensibilidad por el tamaño general del mercado norteamericano, no sólo por el del salmón o el de la madera y sus potencialidades, sino también por la preocupación de que estas acciones puedan deteriorar nuestra presencia en un mercado de exportación que, para Chile, en estos momentos, significa 2.300 millones de dólares. Es cierto que tenemos un déficit comercial con Estados Unidos -es importante recordarlo-; pero no cabe duda de que constituye para nosotros un mercado de exportación fundamental y, al mismo tiempo, una fuente sustantiva de inversión extranjera en Chile.

En segundo lugar, tiene esta sensibilidad por la presencia de situaciones anteriores. El hecho de que se intente poner límites a un tipo de exportación que ya ha conquistado parte sustantiva del mercado interno norteamericano, naturalmente nos trae a la memoria, como lo han dicho algunos señores diputados, el hecho de que una exportación chilena que también tenía -y que felizmente mantiene hasta hoy-, en ese momento una porción sustantiva del mercado norteamericano, fue atacada por medidas similares a las de la madera.

En tercer lugar, porque estamos en presencia de dos casos al mismo tiempo: el del salmón y el de la madera. Además, se empieza a hablar -y se corre el riesgo, por cierto- de que fracasada una maniobra para aplicar medidas fitosanitarias a las frambuesas chilenas, se pueda optar dentro de los próximos meses también por una demanda antidumping respecto de este producto, la que podría venir más rápido de lo esperado, aprovechando todo el trabajo ya hecho por la industria norteamericana del salmón en materia de subsidios, y tratando de proyectar lo mismo al caso de la frambuesa.

En cuarto lugar, porque el sistema norteamericano en estas materias -sistema, si se quiere, de protección- actúa de manera particularmente odiosa, si se me permite la expresión. El mercado norteamericano es, en apariencia, mucho más abierto que otros con los cuales comerciamos en el mundo. Tiene muy bajos aranceles. Se ha recordado aquí por un señor diputado que el salmón en este momento paga cero arancel en Estados Unidos; entra sin arancel. La madera tiene aranceles bajísimos.

Por lo tanto, la impresión inicial de cualquier productor es que este mercado es fácilmente penetrable, distinto de algunos mercados asiáticos, en los cuales existen grandes dificultades para exportar; incluso, en los mercados europeos existe una serie de trabas previas, de modo que el problema radica en cómo superar esas trabas para penetrar el mercado. El primer momento en el mercado norteamericano es relativamente fácil. No existen grandes barreras arancelarias y, por el contrario, existe la impresión de que uno puede competir en ese mercado adecuadamente. Pero cuando ya se ha entrado en ese mercado, se producen las dificultades. Esto es lo que hace que este asunto -repito- sea particularmente desalentador, porque las medidas, sobre todo el procedimiento antidumping, se ejercen una vez que un grupo de exportadores ha hecho un gran esfuerzo, ha desarrollado toda una actividad y ha efectuado grandes inversiones para penetrar un mercado aparentemente abierto.

Todas estas razones hacen que estas acusaciones o problemas hayan provocado en nuestro país gran sensibilidad.

Estados Unidos es un país que utiliza, si se quiere, exageradamente el procedimiento antidumping. No está de más recordar que ese procedimiento, en algún momento, ha sido empleado contra empresas chilenas. Todavía está vigente la limitación respecto de algunas flores; por ejemplo, el clavel chileno estuvo limitado en los años 80. En esa misma década acaeció uno de los pocos casos en que alguna empresa extranjera ha tenido éxito en combatir un procedimiento antidumping: Soquimich logró contrarrestar una demanda similar. Por lo tanto, es una situación que ocurre a cada rato. Muchos de los países con los cuales uno tiene interlocución sufren demandas antidumping en Estados Unidos en numerosas ocasiones.

La teoría del dumping, probablemente, está demasiado desprestigiada en el plano económico, como para prestarle demasiada atención aquí. No hay evidencia empírica que demuestre lo que aparece tan obvio: uno entra a un mercado cobrando por sus productos mucho menos de lo que realmente cuestan, consigue desplazar a la competencia interna o externa, y una vez que se quedó con el mercado, sube los precios. Esta teoría, relativamente lógica, no tiene mucha demostración empírica en la historia del comercio internacional, pero se emplea mucho en Estados Unidos, porque tiene un cierto contenido popular.

El “fair play”, jugar con armas limpias, apela más bien a una conciencia política que a una realidad económica; pero, al rechazar una teoría desprestigiada, no quisiera que esgrimiéramos argumentos para sustentar otras teorías desprestigiadas. En esto me hago absolutamente eco de la reciente intervención del Diputado señor Melero, ya que, a mi juicio, sería tan absurdo como las teorías antidumping que se esgrimen en Estados Unidos en contra de nosotros, que sostuviéramos la teoría de la conspiración imperialista para contrarrestarlas, porque no nos lleva a ninguna parte.

Estamos frente a un problema concreto, producto de hechos concretos, que nos amenazan, porque este país ha hecho del comercio exterior una pieza fundamental de su desarrollo, y más o menos la mitad de nuestro producto geográfico bruto está ligado a él.

Nos afecta en este caso concreto, porque nuestras exportaciones también lesionan -nuevamente recuerdo lo dicho por el Diputado señor Melero- a grupos muy concretos de productores de salmón en determinados estados norteamericanos, que no tienen competitividad para conquistar una parte importante del mercado y que, dicho sea de paso, tampoco la van a tener. Si ellos consiguieran afectar nuestra presencia en el mercado norteamericano, como lo hicieron antes con Noruega, probablemente entraría el salmón escocés o nuevamente el noruego en la brecha que se abriría; pero en ningún caso el norteamericano, que hoy tiene el 15 por ciento de ese mercado y que, probablemente, no está en condiciones de alcanzar una cifra mayor.

Por lo tanto, estamos ante un problema concreto, que debemos enfrentar también de manera real.

A pesar del grado de unidad que notamos en general entre el Gobierno, el Parlamento, los empresarios, etcétera, es importante que algunos elementos no queden flotando en el ambiente. Tenemos experiencia en este tipo de demandas y medidas; he mencionado algunas de Estados Unidos. Algunos de los mismos discursos que se han pronunciado aquí, también se hicieron hace un par de años respecto de la Unión Europea, en el caso de las manzanas, en el cual utilizamos instrumentos parecidos a los de ahora y tuvimos éxito, por cuanto las manzanas dejaron de ser un problema en el mercado europeo. En relación con los ostiones, tuvimos el mismo problema en Francia, ya que fue una grave amenaza a un determinado sector de la industria, el cual también resolvimos.

Estamos ciertos de que si nos mantenemos unidos en esta materia, y actuamos de manera clara y decidida, combatiremos esta amenaza a una industria que, como se ha puntualizado, genera riqueza y gran cantidad de empleos, especialmente en el sur del país.

Por lo tanto, me voy a referir a las líneas de acción respecto de la demanda que se nos ha presentado. Fundamentalmente, señalaré tres aspectos, más un cuarto que mencionaré al final.

En primer lugar, no hay alternativa respecto de la situación descrita, por cuanto debemos defendernos ante el sistema creado en los Estados Unidos para este tipo de acusaciones. Nada podemos excluir de la defensa jurídica: ni la apelación a una autoridad más alta, ni las demandas de solidaridad internacional. Ninguna de esas acciones evitaría que los plazos se sigan cumpliendo, los que debemos enfrentar con una adecuada defensa, y es lo que estamos haciendo desde el primer día. Desde el 12 de junio, en que representantes de la industria estadounidense de salmón de los estados de Maine, New Hampshire y Washington presentaron la demanda, hemos estado actuando en este plano de manera clara. Constituimos equipos de trabajo, contratamos los servicios del estudio norteamericano Mervins y Myers y se tomó contacto con la firma Arnold and Porter, abogados de la Asociación de Productores de Salmón y Truchas. ¿Por qué razón? Recordemos que en este caso hay dos acusaciones. Una, por dumping -y supuestamente, quienes lo hacen son los empresarios, los vendedores de salmón-, y la otra, por subsidios y -quien subsidia es el Estado-, entre los que se mencionan está la asistencia tecnológica de Fontec e Intec, el apoyo de ProChile a la promoción internacional, los programas financieros de la Corfo, la asistencia de la Fundación Chile, los capítulos XIX y XVIII sobre mecanismos de conversión de la deuda externa, etcétera. Por lo tanto, la unidad entre productores y el Gobierno o Estado es absolutamente esencial, no sólo porque queremos cooperar en un asunto del más alto interés nacional, sino porque debemos defendernos en conjunto de dos tipos distintos de demandas que se nos presentan.

En el procedimiento norteamericano, en los primeros días de presentada la demanda, la parte afectada tiene la opción de sostener reuniones de consulta con representantes del Departamento de Comercio. Normalmente, nadie utiliza ese procedimiento, porque se dispone de escaso tiempo y el proceso es muy complejo; pero nosotros decidimos usarlo. Realizamos esas reuniones con el Departamento de Comercio, y el 3 de julio, cuando se formalizó la decisión de iniciar la investigación, se resolvió al mismo tiempo eliminar nueve de los veintiocho programas denunciados, iniciando de esta manera la investigación sólo sobre 19 programas.

También es importante tener presente de qué manera se irá desarrollando este proceso en las próximas semanas. En primer lugar, con un cuestionario que nos remite el Departamento de Comercio pidiendo información específica sobre los distintos y supuestos subsidios. En ese punto es necesario antes tomar una decisión. La legislación estadounidense indica que en la investigación por subsidio se debe aplicar, como metodología, el criterio denominado “espe-cífico por empresa”, que exige investigar individualmente una muestra de cinco o seis empresas catalogadas como las más significativas, y a cada una se le aplica eventualmente un derecho compensatorio, dependiendo del uso que haya hecho de los supuestos subsidios. A las que no fueron incluidas en la investigación, se les aplica un promedio general.

No obstante, planteamos al Departamento de Comercio que deseamos que se utilice un criterio agregado; es decir, que se examine el total de los supuestos subsidios y se determine -si se ha de determinar- una tasa única. Las razones que tenemos para ello son las siguientes:

Todos los programas de subsidio son administrados por el mismo gobierno y, por lo tanto, corresponde hacer una defensa de país.

Además, nos permite centralizar la defensa de cada programa y minimizar la posibilidad de que se suministre información inconsistente o heterogénea.

Asimismo, los representantes de la industria salmonera nos manifestaron que preferían una investigación de tipo agregado. Sin embargo, debo aclarar que, según la legislación norteamericana, el Departamento de Comercio no está obligado a aceptar la solicitud de una investigación de carácter agregado y podría insistir en la necesidad de investigar sólo algunas de las empresas grandes, aplicando posteriormente promedios.

El 24 de julio, la International Trade Commission, de los Estados Unidos, debe determinar en forma preliminar el supuesto daño que han causado las prácticas del Gobierno de Chile. Más adelante, el 5 de septiembre, respecto de los subsidios y el 19 de noviembre, del antidumping, el Departamento de Comercio decidirá sobre los derechos compensatorios preliminares.

Este punto es particularmente complejo, porque, como se verá, los derechos compensatorios preliminares deben durar algunos meses, mientras se decide el caso en forma definitiva; pero el riesgo radica en que la fijación de derechos preliminares o temporales demasiado altos nos elimine del mercado, al menos por algunos meses, mientras se resuelve la demanda en su conjunto, causando un grave daño a la industria chilena.

De acuerdo con los plazos, el 2 de febrero de 1998 debería producirse la decisión final de aplicar o no derechos compensatorios y tasas antidumping, determinando la International Trade Commission, el 19 de marzo de 1998, el supuesto daño provocado.

En todas estas instancias debemos presentar una defensa jurídica y ésa es la primera actividad en que estamos concentrados. Repito, finalmente, más allá de otras cosas que podamos hacer -como concitar solidaridades-, el tema fundamental está en las decisiones que adopten la International Trade Commission y el Departamento de Comercio, a las cuales debemos abocarnos.

Sin embargo, hay una segunda línea que llamaríamos de “defensa política” o de contacto permanente con las autoridades norteamericanas, que hemos desarrollado desde el primer día en que se produjo el problema hasta hoy, a través de entrevistas de nuestro Ministro de Economía con el Secretario de Comercio de los Estados Unidos y con su representante comercial. ¿Por qué razón? Porque concurren dos organismos fundamentales: uno, independiente, la Comisión de Comercio Internacional -con la cual no hay posibilidad de hacer lobby o algo por el estilo al respecto-, que decidirá finalmente sobre el daño. Otro, el Departamento de Comercio que sí es una instancia política en la cual se determinan los derechos compensatorios temporales. Por consiguiente, nuestro contacto con la autoridad norteamericana no sólo es necesario, sino que, además, especialmente legítimo. A los dos días de haberse producido la demanda, el Ministro señor Álvaro García envió una carta al Ministro de Comercio y el canciller subrogante mandó otra al Departamento de Estado , para señalarles nuestra molestia por este tipo de demanda. Hemos proseguido los contactos políticos. El Ministro de Economía y parlamentarios han ido a los Estados Unidos y vamos a seguir trabajando en esta segunda línea de contacto y de presión política para resolver el problema.

Es importante considerar que se ha hablado mucho sobre la posibilidad de negociar un acuerdo. Quiero hacer una precisión respecto de lo que decía el Diputado señor Jürgensen -si no me equivoco-, en el sentido de que el Gobierno no ha propuesto soluciones negociadas. En los diarios han aparecido algunas propuestas alternativas planteadas por personeros de la empresa privada. Se ha recurrido a ejemplos anteriores -el más reciente es la negociación entre Noruega y la Unión Europea para el caso del salmón-, a fin de buscar alternativas respecto de una solución negociada. Particularmente, es importante señalar que la limitación del crecimiento es estrictamente voluntaria y tendrían que asumirla los productores, declarando, como compromiso, que no aumentarán la cuota de mercado más allá de un cierto nivel. El hecho de fijar determinadas cuotas de crecimiento a la industria no está dentro del tipo de sanciones u obligaciones que el gobierno norteamericano pueda imponer. Esa solución no ha sido propuesta por el Gobierno de Chile y sería parecida a la que se determinó respecto de las manzanas chilenas en la década de los 80, en que los productores comprometieron determinadas cuotas con la Unión Europea sin que ello implicara ninguna obligación entre gobiernos. Pero, más allá de defender nuestro derecho, es posible que en algún momento de todas las instancias que hemos discutido se plantee una eventual negociación que cuente con el asentimiento de los productores chilenos y norteamericanos, los cuales tendrían que acceder a retirar su demanda a cambio de algún tipo de arreglo.

Se ha planteado también recurrir ante la Organización Mundial del Comercio, única instancia internacional sobre la materia.

A raíz de lo que señalaba el señor Orpis y otro señor diputado , quiero precisar que no podemos recurrir ante la Organización Mundial del Comercio por eventuales problemas. Todos los países asumieron obligaciones en la Ronda Uruguay del Gatt, firmaron documentos, etcétera, pero no existe ninguna posibilidad de que la OMC les exija, en determinadas instancias, el cumplimiento de sus compromisos. La verificación sólo se produce en el momento en que, habiendo un litigio pendiente, alguien señale que es consecuencia de que un país no ha cumplido con sus obligaciones ante el Gatt o la Organización Mundial del Comercio. Me explico: no existiendo una demanda en contra de Chile, no podemos ir a la OMC a decir que nos preocupan las normas antidumping de los Estados Unidos. Sólo podemos recurrir ante ella al producirse un evento de ese tipo. Claro, teóricamente, podríamos haberlo hecho adhiriéndonos a una demanda de otro país ante la OMC contra Estados Unidos por una situación similar; pero casos parecidos no se han producido desde que se aprobó la ronda. Por lo tanto, aquí no ha existido ninguna imprevisión. Repito que el mecanismo de la Organización Mundial del Comercio no está disponible mientras no se presente un caso concreto de demanda antidumping o por subsidios en contra de productores chilenos.

Estamos examinando la posibilidad de recurrir ante la Organización Mundial del Comercio, puesto que una evaluación preliminar nos permite afirmar que, al menos, existen tres áreas en que la legislación de los Estados Unidos, o la forma en que se aplica, no se ajustaría a las disposiciones de la OMC. En primer lugar, la falta de representatividad. La demanda implica un conjunto de denunciantes que cumplirían con la obligación de representar a una parte sustantiva de la industria. Sin embargo, el filete de salmón, uno de los productos más atacados en este caso, a nuestro juicio no está suficientemente representado en la demanda presentada fundamentalmente por productores de salmón entero.

En segundo lugar, existe la necesidad de utilizar toda la información razonablemente disponible. Nosotros podríamos argumentar que los demandantes no consideraron la información que está fácilmente disponible en Chile -a solicitud del interesado-, como las normativas publicadas en el Diario Oficial, y que si se hubieran presentado esos antecedentes es probable que el Departamento de Comercio hubiera rechazado a priori algunas de las acusaciones.

En tercer lugar, nos asalta la duda respecto de las alegaciones de los productores norteamericanos en materia de daño. Si bien los dos casos anteriores se relacionan con la forma en que los Estados Unidos aplica su legislación, aquí nos referiríamos a ella misma, porque el sistema legislativo norteamericano no permite que el demandado -en este caso, Chile- sostenga consultas relativas al daño que está sufriendo la industria antes del inicio de la investigación.

Por lo tanto -repito- estamos examinando la posibilidad de recurrir ante la Organización Mundial del Comercio, para pedir, en primer término, consultas a los Estados Unidos respecto de esos tres aspectos de su legislación que no se estarían aplicando correctamente o que serían inconsistentes con la Organización Mundial del Comercio.

No deseo abundar más al respecto, porque el detalle podría ser engorroso.

Sin embargo, quiero recordar que un recurso ante la Organización Mundial de Comercio, luego de consultas y de un eventual panel, tendría un efecto bastante después de los referidos días de febrero y marzo, en que se determinaría el daño y las compensaciones definitivas respecto de Chile.

Lo que sí podría ocurrir, al plantear el tema de la legislación antidumping norteamericana, es concitar el apoyo de algunos países afectados por cuestiones similares y producir aquello que alguien planteaba: una discusión acerca del fondo del problema de la legislación antidumping y no respecto del caso concreto del salmón.

Por lo tanto, le asignamos una prioridad importante a este tercer aspecto de la Organización Mundial del Comercio, pero eso no nos puede limitar ni condicionar nuestra defensa en el sistema judicial norteamericano ni tampoco nuestra gestión política bilateral con el Gobierno de Estados Unidos y con las autoridades norteamericanas en general.

En los últimos días, naturalmente, por la conmoción que esto ha provocado, se propuso un conjunto de medidas que llamaremos “políticas” respecto del tema. Se planteó la posibilidad de hacer una denuncia en el Consejo de la Organización de Estados Americanos, la necesidad de llevar el caso al Mercosur o al Grupo de Río o de exponerlo el próximo año, con mucha fuerza, en la Cumbre de las Américas.

Estoy consciente de la necesidad de crear cierta agitación sobre el asunto, pero creo que estos mecanismos pueden ayudar a los tres primeros que he señalado, pero, en ningún caso reemplazarlos o anteponerse a ellos, por dos razones fundamentales: ninguno de esos organismos tiene competencia ni para representar nuestros intereses ni para resolver. El Grupo de Río puede emitir una resolución condenatoria -y eso podrá por ayudar-; determinado organismo puede formar una declaración de carácter general contra el proteccionismo, para crear conciencia -si se quiere llamar así- respecto de la problemática, con el fin de fortalecer nuestra presencia en América Latina, nuestra unidad latinoamericana. Pero, eso no ataca el problema concreto de las acusaciones antidumping y antisubsidio respecto de Chile, porque -repito- son de regular ocurrencia en el sistema norteamericano. Muchos países han sido afectados por este asunto y no creo que así obtengamos un cambio en esa legislación.

La segunda razón es que soy un poco escéptico sobre lo que podríamos llamar “el frente contra el proteccionismo”, porque no estamos en un mundo de libre comercio en el cual podamos poner en un lado a los proteccionistas y en el otro a los antiproteccionistas, de manera de formar un frente permanente contra el proteccionismo. Los adversarios de un día pueden ser los aliados del día siguiente.

Recordemos lo que decía al comienzo de mi intervención en relación con Estados Unidos. Sus aranceles son mucho más bajos que los de la mayoría de los países que irían con nosotros en el frente antiproteccionista. ¿Defenderemos nuestro salmón en Estados Unidos junto con países que cobran aranceles bastante más altos para el salmón, o con aquellos que cobran impuestos al lujo por este recurso? Nos parece que eso no sería conducente y no ayudaría a nuestra causa.

Por lo tanto, creo que la retórica fuerte que mencionaba un señor diputado es un elemento coadyuvante, pero las tres cosas que debemos hacer en Estados Unidos son: primero, defendernos jurídicamente; segundo, entablar un diálogo político fuerte con Estados Unidos sobre la materia, donde seguramente podremos decir muchas de las cosas que se han señalado acá, y tercero, examinar nuestras posibilidades ante la Organización Mundial del Comercio. Y estamos haciendo todo esto.

Es cierto que la negociación comercial no elimina completamente este tipo de problemas, sobre todo en el caso de la madera, al que se referirá el Ministro señor Mladinic. Por lo tanto, lo omitiré en estos momentos, no porque le asigne menos importancia. Todavía se pueden presentar problemas fitosanitarios, etcétera.

Pero hay cosas que son importantes para valorar nuestras negociaciones comerciales. Por ejemplo, lo que se ha señalado en materia de solución de controversias.

Atacados por una demanda de este tipo, en Estados Unidos podríamos haber recurrido a un mecanismo de solución de controversias, que hoy no tenemos, como lo han hecho México y Canadá, miembros del Nafta, cuando han surgido estos problemas con Estados Unidos, que, repito, se producen frecuentemente. Pero también quiero poner de manifiesto la importancia del tratado que acabamos de acordar con Canadá -lo aprobó el Parlamento-, el que, entre otras cosas, elimina el procedimiento antidumping.

Entre Chile y Canadá ya no puede haber demanda antidumping, por lo que esperamos, sinceramente, que con eso hayamos hecho no sólo una contribución a la liberalización efectiva del comercio, a escala regional y global, sino que, al mismo tiempo, estemos sentando un precedente que nos pueda servir para futuras negociaciones.

He dicho.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el señor Ministro de Agricultura .

El señor MLADINIC ( Ministro de Agricultura ).-

Señor Presidente , la exposición del señor Ministro de Relaciones Exteriores me ahorra bastantes comentarios, por lo que trataré de ser muy escueto y me referiré sólo al problema que afecta a la madera.

El detalle de los hechos ha sido expuesto por los distintos señores diputados. Sin embargo, creo que es bueno recalcar lo diferente de éste y de todos los casos que se han mencionado. Por desgracia, han confluido, pero son esencialmente muy distintos. Tal vez, lo más preocupante detrás del problema de la madera es que se ve involucrado el poder judicial de un país con el cual comerciamos.

Normalmente, todas las relaciones de gobierno se hacen a través de agencias gubernamentales. En el caso de Chile, cuando se refieren a materias de carácter sanitario o fitosanitario, actúa el Servicio Agrícola y Ganadero, que tiene un equivalente en el país del norte: el servicio de inspección de sanidad de plantas y animales, Aphis, organismo dependiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Sin embargo, aquí, curiosamente, el Aphis es el demandado por una jueza de la corte federal de California, y está impedido de otorgar nuevos permisos para la importación de “productos de madera no terminada”, lo cual ya es una frase poco feliz en cuanto a determinar exactamente de qué se trata.

En todo caso, corrijo lo mencionado por un diputado: ese fallo judicial deja fuera a los chips. Las exportaciones chilenas de chips a los Estados Unidos no están afectadas por él.

¿En qué situación se encuentran las exportaciones chilenas de madera a Estados Unidos? Los dueños de los permisos son los importadores. Ellos tienen autorización para importar productos de climas templados, donde se identifica su tipo y los puertos por los cuales puede ingresar. Esos permisos no están sujetos a cuotas ni de cantidad ni de volúmenes. Algunos de ellos, los que son de maderas verdes, que no es la principal que exporta Chile, tienen plazo de tres años, y los otros no están sujetos a plazos. De manera que los importadores que tienen ya sus permisos, obtenidos con anterioridad al fallo de esta jueza, podrán seguir importando madera desde Chile sin ningún tipo de limitaciones. De modo que aquí el problema fundamental hacia adelante es de crecimiento.

Si quisiéramos vender madera a un nuevo importador, tendría que solicitar un permiso y, de acuerdo con este fallo, no se le otorgaría. Ahí está radicado el asunto.

Los actuales volúmenes de exportación deberían mantenerse. Sería afectado, básicamente, el crecimiento relativo a nuevos clientes de los Estados Unidos.

El problema es extraordinariamente delicado, porque el fallo de la jueza viola, a lo menos, dos principios del acuerdo de medidas sanitarias y fitosanitarias de la OMC. De partida, hasta hoy, no ha sido notificado por el Aphis, y el artículo 7º -si mal no recuerdo- obliga a la otra parte a avisar, lo que no se ha hecho. Además, obliga a identificar la plaga, una vez realizado el análisis científico de riesgo y el impacto que tiene sobre el otro Estado. Esto tampoco está detrás del fallo de la jueza. Sin embargo, nuestra contraparte, el Aphis, está obligada a actuar de acuerdo con él.

En este sentido, el problema es particularmente delicado. El Aphis tiene plazo hasta el 4 de agosto para reclamar del fallo ante la jueza del Estado de California. Sin embargo, según conversaciones sostenidas ayer con las autoridades del Aphis, en que participaron miembros de la Corporación Chilena de la Madera, aparentemente, el Aphis optaría por aceptar el fallo de la jueza, que lo obliga a hacer un nuevo estudio de impacto ambiental, porque cree que este camino es más rápido que la apelación.

En 1993 se hizo un estudio de impacto ambiental. Se demostró que las maderas chilenas no provocan riesgo en los Estados Unidos. Ahora se solicita otro de similares características.

El problema es particularmente delicado, porque involucra a un poder judicial con el cual, obviamente, no tenemos ningún tipo de relación. Sin embargo, deberían juntarse los antecedentes -lo estamos haciendo en conjunto con los demás países afectados- para presentarlos, probablemente, ante la propia Organización Mundial del Comercio. Hemos estado en contacto con las autoridades de Nueva Zelanda, el más afectado por la determinación de Estados Unidos.

A la pregunta concreta del Diputado señor Jürgensen, respondo que por esa razón no juntaría esto con las restricciones que Chile ha impuesto al trigo norteamericano, dada la presencia de la enfermedad karnal bunt o carbón del trigo en los Estados Unidos, porque, a nuestro juicio, esa medida sí tiene características científicas. Se lo hemos hecho ver al gobierno de ese país, y por lo demás, no está prohibida la importación de trigo norteamericano a Chile, sino que se le han fijado regulaciones, dada la declaración del propio organismo de Estados Unidos de que en su país existe esta enfermedad. Frente a esa declaración, hemos determinado regular el ingreso de trigo norteamericano, y en la medida en que se cumpla con lo dispuesto, podrá ingresar trigo de ese país. Pero lo ocurrido no se puede tomar como una represalia, dado que hablamos justamente de un fallo judicial y no de una medida adoptada por el Aphis.

Por otra parte -es bueno recalcarlo-, la asociación americana de productores de madera de Estados Unidos, equivalente a la Corma chilena, se ha mostrado claramente contraria a la medida de la jueza, es decir, han encontrado aliados en la Corma chilena para protestar por ella y abogar por el libre comercio.

Como lo recordaban algunos señores diputados, el fallo de la jueza está basado en peticiones de algunos grupos u organizaciones privadas norteamericanas, por lo general, de tipo ecológico.

Sin embargo, es bueno que tomemos en consideración, al menos, un par de cosas hacia adelante. Es extremadamente importante que aceleremos la legislación que estamos discutiendo en el Parlamento respecto de medidas ambientales, en especial en lo que se refiere a la ley de bosque nativo y al decreto con fuerza de ley Nº 701, porque allí quedan más claras las protecciones que está haciendo Chile respecto de estos recursos. Ésta es una señal de que podemos seguir enfrentando este tipo de problemas.

En segundo lugar, es extremadamente importante que tomemos conciencia de que cualquiera medida que se tome hacia adelante en cuanto a fomento de algún determinado sector o área productiva, sea en extremo concordante con lo que este Congreso aprobó por unanimidad respecto de los acuerdos de Marrakech, que dieron por terminada la ronda de Uruguay. Es muy importante cumplir con esos preceptos para no vernos en el futuro involucrados en demandas de este estilo.

Sin embargo, -insisto- lo más preocupante en el caso de la madera es que se involucre a un Poder distinto del Ejecutivo en materias tan técnicas y tan científicas como son las sanitarias y fitosanitarias. Por ello, en los próximos días esperamos encontrar la forma de enfrentar este tema que, sin duda, complica también al Gobierno de Estados Unidos. En todo caso, hemos estado en permanente contacto con el sector privado que tiene que ver con las exportaciones de madera a los Estados Unidos, hemos trabajado con ellos y han contado con toda nuestra colaboración; hemos estado juntos los funcionarios técnicos del Sag, de Conaf y los miembros de la Embajada con los representantes de estas empresas en Estados Unidos, viendo la mejor forma de seguir atacando este problema. En principio, habría concordancia en que, tal vez, el camino más expedito es ponernos a disposición para entregar los elementos necesarios a fin de realizar este nuevo estudio de impacto ambiental, de manera de dejar probado, absoluta y científicamente, que las maderas exportadas desde Chile cumplen con todas las exigencias fitosanitarias y no producen riesgo de infección en ningún país a los cuales se exportan.

Gracias, señor Presidente.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Ministro de Economía subrogante, don Oscar Landerretche

El señor LANDERRETCHE ( Ministro de Economía subrogante ).-

Señor Presidente , quiero complementar lo planteado por el Canciller y por el Ministro de Agricultura , señalando que compartimos de manera muy profunda la preocupación de los señores diputados por los eventos que hoy se han discutido acá, pero nos parece muy importante, desde el punto de vista de cómo enfocamos estos eventos, hacer algunas precisiones.

En primer lugar, respecto de lo que señalaba el Diputado señor Orpis, en el sentido de que estábamos en presencia de la crónica de una muerte anunciada, debo decir que desde el año pasado estamos trabajando con los exportadores de salmón y trucha, preparando la documentación que nos permitirá construir el caso de la competitividad de estos productos en el mercado de Estados Unidos de una manera disuasiva. Tuvimos que tener mucho cuidado respecto de la documentación que estábamos produciendo, porque en estos casos de distorsiones al comercio internacional lo peor que se puede hacer es que, en ausencia de una denuncia concreta, se intente hacer un golpe previo en el cual se pone el parche ante la herida. No es posible, frente a una eventual denuncia que no estaba aún constituida, establecer un conjunto de contactos políticos o administrativos que pudieran, en cierta medida, producir una especie de confesión de nuestra parte.

Estamos convencidos, como Ministerio de Economía, que el conjunto de los 19 subsidios -en discusión y análisis en este momento en Estados Unidos- son absolutamente inadecuados como denuncia en el caso del salmón que estamos discutiendo.

Por lo tanto, -como señaló el Canciller- estamos tratando de agotar los recursos jurídicos y técnicos disponibles para enfrentar cada uno de los elementos de la denuncia. En este punto quiero señalar algo muy importante: en la opinión pública se genera la idea de que una denuncia sobre subsidios o sobre dumping pudiera generar un cierre de nuestras exportaciones de estos productos a Estados Unidos.

Lo que aún tienen que probar los denunciantes no es sólo que existan los subsidios y el dumping, sino cuál es el efecto cuantitativo de los subsidios sobre el producto involucrado y cuál es el grado de dumping existente. En el caso de que lograran tener éxito, deben establecer derechos compensatorios o de antidumping que correspondan en su magnitud a lo que se prueba durante el proceso. De manera que hay una tremenda variedad de resultados posibles del proceso en que estamos involucrados, que van -y esperamos tener éxito- desde demostrar que ninguno de los subsidios que han denunciado se aplican, o no son recurribles, es decir, son aceptables desde el punto de vista de la normativa internacional, o simplemente no existen, como algunos de los que han sido denunciados, o no se aplican en el caso de la industria del salmón. Pero aun si alguno de ellos sobreviviera a este primer proceso, habría que probar cuál es la cantidad, cuál es el efecto preciso que tiene sobre el precio del producto. Tendrían que establecerse derechos compensatorios proporcionales a ese efecto.

Nuestra convicción es que podemos lograr un resultado cero o muy cercano a cero, en términos de subsidio, porque estamos convencidos de que en la lista que tenemos en frente de los 19 subsidios que están en discusión, no existe fundamento.

Lo mismo ocurre en el caso del dumping; hay que probar cuál es el porcentaje de dumping, probarlo caso a caso, y establecer derechos proporcionales a ellos.

Por lo tanto, este asunto no es el tema en blanco y negro de un cierre total de las exportaciones. El 12 de septiembre será una fecha muy importante porque en esa oportunidad las autoridades norteamericanas que están analizando estas denuncias van a tomar una decisión respecto de derechos provisorios. Ahí vamos a saber no sólo si han acogido parte del argumento de los denunciantes, sino cuál es la magnitud en la cual pueden tener una implicación. Por lo tanto, vamos a entrar en el área chica de la discusión sobre este tema.

Este tipo de discusiones sobre barreras no arancelarias al comercio es un tema que está creciendo en el escenario internacional. A medida que se reducen las barreras arancelarias y que se producen procesos de globalización, éstos pasan a ser temas centrales en el comercio internacional.

La conclusión que debemos sacar es que debemos prepararnos para enfrentarlos correctamente. No será la última vez que nos van a denunciar ni que nosotros, como país, vamos a discutir una distorsión internacional en nuestro comercio. A un país como Chile le conviene el cumplimiento estricto de la normativa internacional, es decir, insistir en el fortalecimiento de estos organismos multilaterales a los cuales podemos recurrir, insistir en nuestra política de diversificación de mercados de destinos, que es la mejor defensa para un país como el nuestro, respecto de este posible tipo de situaciones; insistir en nuestra política de acuerdos comerciales, que nos crea condiciones para resolver estos problemas de otra manera, e insistir también en algunas medidas que estamos adoptando.

Respecto del tema de la madera, en este momento está en Tabla en la Sala del Senado un proyecto de certificación de conformidad de exportaciones. Cuando lo tengamos, podremos avanzar a los convenios de reconocimiento mutuo de nuestro sistema y entonces nuestros productos podrán entrar con certificación en origen y no nos van a poder aplicar, de manera discrecional, medidas de tipo paraarancelarias, que se basan en supuestas medidas de carácter ambiental.

Tenemos que avanzar en el campo de la certificación de conformidad. Tenemos que procesar en el Parlamento un proyecto de ley que está terminado, que adecua nuestra normativa de normas y reglamentos técnicos a la normativa internacional y que nos permitirá exigir de las contrapartes el cumplimiento de esa normativa, y también tenemos que fortalecer nuestra institucionalidad en el campo de las relaciones económicas internacionales, para enfrentar no sólo esta coyuntura, sino las que seguramente van a aparecer en el futuro.

El ángulo con el cual el Ministerio de Economía enfrenta esta situación es como una oportunidad para defender, con mucha claridad y firmeza, los intereses de nuestros exportadores, pero también como una oportunidad de afinar nuestra capacidad técnica para enfrentar estos escenarios internacionales de barreras técnicas que se nos van a presentar una y otra vez, porque ésa es la experiencia de Europa, de Norteamérica y de un mundo en el cual las barreras arancelarias están disminuyendo cada vez más.

Finalmente, sin restar la importancia que tiene este problema y sin restar un ápice la gravedad que los honorables diputados le han asignado, no es bueno, desde el punto de vista de nuestros sectores productivos, exagerar en la dramatización de la situación a la que estamos enfrentados. En el pasado, hemos enfrentado situaciones en que industrias específicas, sospechosas de ser vulnerables por medidas internacionales, entran en círculos viciosos en los cuales se les dificulta su desarrollo. Se hacen objeto de una clasificación de riesgo en nuestros mercados financieros internos y externos superiores; se hacen objeto de dificultades para su desarrollo. Por lo tanto, debemos poner en su justo término las oportunidades que tenemos de salir airosos, en términos absolutos o relativos en estas demandas, y la necesidad que tenemos de garantizar el desarrollo de esta industria hacia el futuro.

Muchas gracias.

PROYECTOS DE ACUERDO

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

El señor Prosecretario dará lectura al proyecto de acuerdo presentado.

El señor ZÚÑIGA ( Prosecretario ).-

Proyecto de acuerdo Nº 543, de los señores Tuma, Ascencio, Dupré, Fuentealba, Morales, Melero, Taladriz, Elgueta, Ribera, Karelovic, Reyes, Prokuriça, Silva, Ortiz, García, don René; Sabag, Jürgensen, Masferrer, García, don José; Urrutia, don Salvador, y Jara.

“1º Recientemente los productores de salmón norteamericanos han presentado ante la Comisión de Comercio Internacional de ese país, una acusación de dumping en contra de los productores chilenos.

2º Del mismo modo, se han impuesto restricciones al ingreso de madera elaborada al mercado norteamericano, basado en la posible presencia de plagas en dichos productos.

3º La acusación formulada en contra de los salmoneros, a juicio de las autoridades de gobierno, de los afectados y de este parlamento no posee fundamento alguno toda vez que los productores de nuestro país no reciben subsidio por parte del gobierno.

4º En el caso de las maderas elaboradas, la restricción es injustificada toda vez que en este tipo de productos no persisten plagas u otros organismos que pudiesen poner en riesgo la seguridad fitosanitaria de Estados Unidos.

5º De prosperar esta acusación en contra de la industria de salmones chilenos y de mantenerse las restricciones a los productos madereros, se sentaría un precedente negativo para el comercio internacional entre Estados Unidos y Chile, puesto que por la vía de estas presentaciones se acogerían las aspiraciones proteccionistas de los productores estadounidenses.

6º Tal situación, resultaría contraria al espíritu de libre comercio que anima el intercambio a nivel mundial, implicando consecuencias negativas para las regiones productoras de salmón y para el hemisferio.

7º Una resolución favorable a las demandas de los productores norteamericanos, resultaría contradictoria con la iniciativa de las Américas y los esfuerzos que ambos gobiernos realizan para lograr acuerdos de libre comercio. De este modo, también se desvirtuaría la posición del gobierno norteamericano, quien ha señalado a la economía chilena como modelo en la región.

8º Chile ha logrado ingresar competitivamente con sus productos a los mercados internacionales, situación que le ha permitido ubicarse como el segundo productor de salmón y trucha a nivel mundial. Ello ha sido posible gracias a los esfuerzos que el país realiza para consolidar un modelo de economía abierta y es fruto de la eficiencia de los productores nacionales de esta rama.

9º La situación que afecta a los exportadores chilenos en el mercado norteamericano genera honda preocupación en la Cámara de Diputados de Chile, toda vez que estas acciones no sólo afectan a un sector industrial del país, sino que comprometen a toda la economía nacional, perjudicando el modelo exportador chileno.

Por lo anterior, los diputados firmantes venimos en presentar el siguiente proyecto de acuerdo:

La Cámara de Diputados acuerda:

1. Rechazar las medidas de protección que afectan a los productores chilenos de salmón y madera en el mercado norteamericano por considerar que éstas son contrarias a los principios del libre comercio y vulneran la institucionalidad del intercambio internacional garantizada en el seno de la O.M.C.

2. Respaldar las acciones emprendidas por el Supremo Gobierno, como las que asuma en defensa de los intereses de la economía nacional, expresados en la representación de los derechos de los sectores exportadores nacionales afectados.

3. Denunciar ante los organismos internacionales interparlamentarios las medidas arbitrarias de carácter proteccionista que afectan a los productores chilenos en el mercado norteamericano, como asimismo en todos los foros internacionales en los que Chile participa.

4. Proponer en la próxima Cumbre de las Américas, que se realizará en nuestro país, el rechazo a todas las medidas proteccionistas que puedan imperar en el continente, promoviendo la adopción de medidas conjuntas destinadas desalentar las conductas contrarias a la libre competencia.

5. Hacer presente al Congreso norteamericano, a través de la Cámara de Representantes, su preocupación por la acusación de dumping presentada por los productores de ese país en contra de la industria de salmones de Chile y solicitar la intervención de los congresistas norteamericanos ante las autoridades correspondientes, a fin de obtener el rechazo de esta presentación que carece de todo fundamento. Del mismo modo, solicitar su acción para eliminar las restricciones que afectan a las exportaciones de madera chilenas, garantizando así el ejercicio del libre comercio en los Estados Unidos de América.”

El señor ARANCIBIA (Vicepresiden-te).-

Si le parece a la Sala, lo aprobaríamos por unanimidad.

El señor GARCÍA (don René Manuel) .-

Que se vote, señor Presidente .

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

En votación.

-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 47 votos. No hubo votos por la negativa ni abstenciones.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Aprobado el proyecto de acuerdo.

-Votaron por la afirmativa los siguientes señores Diputados:

Arancibia, Ascencio, Aylwin (don Andrés), Bartolucci, Bayo, Bombal, Caminondo, Ceroni, Correa, De la Maza, Dupré, Elgueta, Estévez, Fuentealba, Gajardo, García (don René Manuel), García (don José), González, Hurtado, Jara, Jeame Barrueto, Jürgensen, Karelovic,  Letelier,don Juan PabloLongton, Masferrer, Melero, Morales, Navarro, Ojeda, Orpis, Ortiz, Palma (don Joaquín), Prochelle (doña Marina), Prokuriça, Reyes, Ribera, Sabag, Silva, Solís, Taladriz, Tuma, Urrutia (don Salvador), Vega, Vilches, Villegas y Villouta.

El señor ARANCIBIA (Vicepresidente).-

Por haberse cumplido con el objeto de la sesión, se levanta.

-Se levantó la sesión a las 20.02 horas.

JORGE VERDUGO NARANJO,

Jefe de la Redacción de Sesiones.

VI. DOCUMENTOS DE LA CUENTA.

1. Oficio del Senado.

“Valparaíso, 15 de julio de 1997.

Tengo a honra comunicar a V.E., que el Senado ha dado su aprobación al proyecto de ley de esa honorable Cámara que modifica la ley Nº 19.353, que condona deudas derivadas del proceso de reforma agraria, con las siguientes modificaciones:

Artículo único

Lo ha consultado como Artículo 1º.

Nº 4

Lo ha reemplazado por el siguiente:

“4. Derógase el artículo 4º.”.

-o-

Ha contemplado el siguiente Artículo 2º, nuevo:

“Artículo 2º.- Concédese un nuevo plazo, de dos años, contado desde la publicación de la presente ley, para acogerse a los beneficios establecidos en la ley Nº 19.353.

Mientras transcurre dicho plazo, se interrumpirán los plazos de prescripción de las acciones de cobro y no procederá el abandono del procedimiento.”.

-o-

Lo que comunico a V.E. en respuesta a su oficio Nº 1147, de 19 de junio de 1996.

Acompaño los antecedentes respectivos.

Dios guarde a V.E.

(Fdo.): SERGIO ROMERO PIZARRO , Presidente del Senado ; JOSÉ LUIS LAGOS LÓPEZ , Secretario del Senado .”

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