Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 83
- Celebrada el 05 de octubre de 2010
- Legislatura Ordinaria número 358
Índice
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Intervención
FORTALECIMIENTO DEL TRABAJO PARLAMENTARIO. Modificación de la ley N° 18.918, orgánica constitucional del Congreso Nacional. Primer trámite constitucional. (Continuación).
Autores
El señor LOBOS .- Señor Presidente , si bien ha sido importante la discusión, por un minuto me gustaría que nos centráramos en nuestra labor.
En el Parlamento -el origen de la palabra viene de parlar, que significa conversar- se debate y consensúa.
Nuestro trabajo se ejecuta en comisiones, donde suele ser más técnico, pero también político, y en la Sala, donde se produce la discusión que, diría, está más teñida con la política. Y hablo de política en el buen sentido, porque mucha gente cree que hablar de los señores políticos es denostar.
En la Sala, debemos discutir las cosas con altura de miras y en su cariz más político.
Es malo confundir y que, de repente, debamos legislar para las barras bravas, para los grupos de presión, con la presencia de acarreados, como lo dijo el diputado Pedro Velásquez con toda seriedad, puesto que, en el fondo, se establece una presión sobre el legislador.
En esta materia, no dudo de que todos tenemos los pantalones o las faldas -en el caso de las honorables colegas- bien puestos, suficiente para resistir las presiones, porque representamos ideologías, convicciones y una manera de pensar y sentir; y por tanto, no deberían influir en el minuto en que debemos tomar una legítima determinación.
¡Para eso se les cancela, como dicen en el campo! Para tomar decisiones, para legislar, para expresar una opinión y, para sostenerla, con público o sin público.
No estoy en contra del ingreso del público. Creo que esta Sala debe permanecer siempre abierta. Ojalá, estuviera siempre llena.
También debe permitirse el acceso a la televisión, pero con respeto. ¡Cuidado! No me gusta cuando en las tribunas se instalan cámaras furtivas, con micrófonos direccionales para escuchar de un extremo a otro lo que, por ejemplo, están comentando en este minuto los diputados Marcelo Díaz y Osvaldo Andrade , pues se trata de una conversación que entra en el ámbito de lo privado, no de lo político ni de lo público.
Entonces ¡cuidado! Porque puede suceder que por buscar una transparencia tal, terminemos por desaparecer donde debemos estar extraordinariamente presentes.
Somos la cara de la democracia y tenemos que llevarla con orgullo. No debemos sentirnos avergonzados por lo que hacemos, menos por lo que pensamos y menos por lo que manifestamos o argumentamos.
En Chile, a veces, las cosas se confunden y el país corre el riesgo de enfermar su democracia con lo considerado políticamente correcto, como lo llama hoy la prensa, que es una expresión hermosa, otro eufemismo para decir chapucería populachera o demagogia. No debemos caer en la tentación, de criticar cierta propensión a hablar, más bien con el people meter que con el corazón, de cosas de Gobierno, del Congreso, de la opinión pública.
Entendemos, hacerlo nos va a cosechar el aplauso de la gradería, pero, quizás, será la vergüenza de nuestra propia conciencia por no haber sabido sostener nuestros principios ni ideales.
En las comisiones se debate abiertamente. Todo lo que allí se hace queda en un documento público, no se transforma en algo espurio, como se ha pretendido representar en algunos discursos.
El quehacer del Congreso se traduce siempre en actos públicos; en acciones que están a la vista y para ser inspeccionadas por la prensa y la ciudadanía.
Pero no nos pongamos más papistas que el Papa. En las salas de comisiones no cabe todo el mundo. No van a caber los diputados si empezamos a acarrear personas a las salas de comisiones. Va a ser muy incómodo para trabajar. En la Sala de sesiones, donde vamos a discutir y hacer nuestros planteamientos, quizás debamos propender a no limitar los tiempos de los discursos, aunque a veces nos demoremos un poco más en el despacho de los proyectos. Ése es el vicio que hay, no poder expresarse suficientemente en la Sala y defender el voto que uno va a emitir después.
No por mucho madrugar se amanece más temprano. Pongamos cuidado en lo que hacemos en comisiones. Llevar barra para sentirnos respaldados en nuestras posturas, grupos para tratar de presionar a nuestros colegas que puedan pensar distinto, no es el camino que quiero para mi Congreso, para mi democracia.
He dicho.