Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 64
- Celebrada el 28 de agosto de 2013
- Legislatura número 361
Índice
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El señor ELUCHANS (Presidente).- Finalmente, tiene la palabra el diputado Roberto Delmastro.
El señor DELMASTRO.- Señor Presidente, estimadas diputadas y diputados, ministros presentes, estimados familiares y amigos de Guillermo Luksic.
Precisamente ayer se cumplieron cinco meses desde que Guillermo Luksic Craig dejara de existir, después de sus cortos 57 años de vida plena de logros y acontecimientos que se asomaron más allá del plano personal, puesto que él marcó hitos en el ámbito nacional a través de sus diversas obras y empresas, que influyeron tanto en la economía y desarrollo del país, como así, individualmente, en la vida de muchas mujeres, hombres y niños que sintieron su mano y corazón generoso que acudió en forma anónima y silenciosa en su ayuda y apoyo solidario.
Hoy, en esta Cámara de Diputados, queremos recordarlo y hacer un homenaje solemne a este hombre de bien, que dejó huellas y gratos recuerdos en quienes lo conocieron y trabajaron con él, amén del cariño y afecto de sus amigos, colaboradores y de su familia presente en las tribunas.
Queremos recordar al Guillermo Luksic hijo, sobrino, hermano, esposo y padre, al abuelo, al tío, al empresario, al amigo y, especialmente, al filántropo, conscientes de que en este breve espacio de tiempo es imposible abarcar en forma justa las múltiples facetas de un hombre de su estatura y trayectoria.
Recuerdo haber conocido a Guillermo en el año 1977, cuando le correspondió dirigir la Empresa Forestal Colcura, actividad a la cual yo estaba vinculado a través de la academia universitaria. Ya en ese entonces me impresionó que, a pesar de su juventud, fuera un hombre ponderado, sencillo y de gran claridad de pensamiento, aspectos que, sin duda, fueron la impronta que guió su vida posteriormente y que evidentemente heredó de su padre y, como más una vez él lo dijo, su maestro, don Andrónico Luksic Abaroa .
Años más tarde, cuando el grupo tomó el control de la Compañía Telefónica del Sur, y Guillermo , en su rol de presidente de la compañía, llegó a Valdivia con motivo de las sesiones de directorio, le manifesté nuestra preocupación como valdivianos de que nuevamente una empresa netamente valdiviana y pionera para la época era adquirida por capitales centrales y, en consecuencia, lo más probable era que la gerencia general sería trasladada a Santiago, hecho que había ocurrido con otras empresas de la zona, lo que contribuía a una centralización cada vez más fuerte en desmedro de las regiones. En aquella oportunidad él me manifestó que no haría tal cosa y que la administración central de la compañía se quedaría siempre en Valdivia, aspecto que cumplió cabalmente mientras estuvo a la cabeza de Telefónica del Sur.
Este es un ejemplo de la imagen que Guillermo proyectaba en la zona y de lo cercana que era la compañía con sus clientes y público en general, al mantener a sus ejecutivos viviendo en la región y cercanos a la realidad regional.
En 1982, Guillermo Luksic, a pesar de ser muy joven, fue electo presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), cargo en el que demostró sus capacidades para dirigir un gremio de amplio despliegue territorial y que pasaba por una etapa de intenso crecimiento de las actividades forestal e industrial.
Durante ese período, Corma impulsó la mejora de la infraestructura portuaria y ferroviaria del sector, creó una estrategia de política de precios a los países de ultramar y ayudó a solucionar un conflicto suscitado en aquella época, 1984, con un grupo de madereros de la provincia de Misiones, Argentina, que se oponían a la importación de madera de pino radiata chileno, aduciendo un supuesto dumping.
Junto a la Fundación Chile, suscribió un convenio para iniciar un proyecto destinado a elaborar una norma de grados de clasificación para usos estructurales y de otra naturaleza de la madera aserrada de pino radiata. Esa norma fue clave para abrir los mercados de la madera chilena hacia el mundo entero.
Luego, en 1987, se realizó la primera versión de Expocorma, la gran feria del sector forestal chileno, que se efectúa hasta nuestros días.
Con los años, el destino llevó a Guillermo por otras dos razones a nuestra Región de Los Ríos.
En primer lugar, a la zona de Panguipulli, al fundo Chan-Chan, campo forestal maravilloso de bosque nativo, que visitaba con cierta frecuencia.
Posteriormente, al asociarse con una de las empresas estrellas valdivianas creada posterremoto, como es la Cervecera Kunstmann, a la cual se le dio un impulso adicional en el mercado y, como consecuencia, un aumento de la producción de esa popular cerveza. El socio valdiviano, Armin Kunstmann, siempre ha tenido buenas palabras para con su par, representado por Guillermo Luksic: una asociación de gran valor, de convivencia y de prestigio para una marca nacional que es orgullo del sur de Chile.
Guillermo Luksic Craig nació un 14 de enero de 1956, hijo de don Andrónico Luksic Abaroa y de doña Ena del Carmen Craig Monett ; estudió en The Grange School y realizó estudios de derecho en la Universidad de Chile, que abandonó para unirse tempranamente al trabajo con su padre.
Lo sobreviven sus hermanos Andrónico , Jean Paul , Gabriela y Paola , y sus hijos, Nicolás , Antonia , Isidora , Mara y Elisa . Los nietos completan una larga familia que Guillermo formó en sus 57 años de vida, con la cercana compañía y cariño de la señora Iris Fontbona de Luksic.
En 1975 ingresó al holding Quiñenco y en 1982 sucedió a don Andrónico en la presidencia de ese conglomerado, bajo el cual ejerció a su vez la presidencia de la Compañía de Cervecerías Unidas, Telefónica del Sur, Viña San Pedro , Madeco y Sudamericana de Vapores . Además fue director del Banco de Chile y de Antofagasta PLC.
Su visión y empeño en la creación de la revista Capital fue una importante contribución a la divulgación del mundo de los negocios y de las empresas, nicho que estaba sin ocupar en el concierto de las comunicaciones escritas de nuestro país.
También tuvo a su cargo los negocios de la familia Luksic en Croacia, donde el grupo es uno de los mayores operadores hoteleros del país.
Guillermo Luksic fue un hombre de trabajo duro y dedicado, que vivió intensamente su vida, en la cual tuvo muchas aficiones, como el deporte de la navegación a vela, la pasión por el pilotaje, el polo, la música y el desafío de la enología de alta calidad. Esta actividad que desarrolló en forma personal en la tierra de sus ancestros de Ovalle, con la viña Tabalí, fue un desafío muy sentido por él, que le permitió logros impensados para muchos incrédulos cuando inició ese proyecto y por el cual obtuvo importantes premios internacionales en el mundo de la enología.
La larga e intensa trayectoria empresarial de Guillermo Luksic es muy reconocida y admirada por todos los sectores del país. Sin embargo, es especialmente destacable su vocación social y sus acciones concretas de filantropía, que permitieron ayudar a mucha gente a lo largo del territorio nacional, a través de fundaciones, como la Fundación Ena Craig, en memoria de su madre fallecida tempranamente; el Centro de Estudios Públicos (CEP), y especialmente en muchas obras sociales personales que han sido poco conocidas por la comunidad.
Fue también consejero de la Universidad Finis Terrae; ayudó a preservar el patrimonio religioso de Chiloé; realizó diversas obras sociales en la localidad de Chan-Chan, comuna de Panguipulli, y contribuyó con un importante equipamiento médico en el hospital Calvo Mackenna , cuyos aportes se canalizaron a través de Amicam, entidad que posee un edificio de 3 mil metros cuadrados, con un área quirúrgica ambulatoria, una UCI cardiovascular y un área de trasplante de médula ósea, que hoy funcionan en ese importante hospital metropolitano.
Del mismo modo, colaboró estrechamente con financiamiento en la fundación América Solidaria, que acude en ayuda a los países más pobres de América Latina.
Cuando se reconstruyó la catedral de Valdivia, destruida por el terremoto del año 1960, Guillermo contribuyó con tres campanas del carillón, dos de las cuales llevan el nombre de los hijos que tenía en ese entonces, San Nicolás y Santa Antonia . Hoy, esas campanas tañen cada medio día en la ciudad, como un alegre testimonio de su generosidad y de agradecimiento por ese significativo aporte a la comunidad.
Me permitiré relatar una historia sobre Guillermo Luksic para ilustrar algo más sobre la calidad humana de este hombre que nos convoca hoy.
Hace algunos años, falleció un joven ejecutivo de una de las empresas que Guillermo dirigía en el sur del país. En aquella ocasión, uno de los hijos del colaborador fallecido le fue a plantear la posibilidad de emprender algún negocio que le permitiera obtener algunos ingresos económicos, dada la ausencia definitiva de su padre. En circunstancias de que ese joven había renunciado a estudiar por falta de financiamiento, Guillermo le propuso costearle los estudios universitarios y que, una vez titulado, regresara donde él para retomar la idea de un emprendimiento.
Esta es una historia cierta pero, como otras desconocidas, da cuenta del corazón y de la generosidad de este hombre.
La sensibilidad social que tenía Guillermo , sin duda, es otra de las virtudes heredadas de su padre, Andrónico , a quien también con motivo de su fallecimiento recordamos y homenajeamos en esta misma Sala de la Cámara de Diputados, en septiembre de 2005.
Ese profundo espíritu benefactor y de generosidad es una característica de toda la familia Luksic-Craig-Fontbona, como se ha hecho patente en las campañas solidarias de la Teletón y muchas otras que se han realizado en Chile a través de los años.
Quiero terminar mis palabras agradeciendo a Guillermo Luksic Craig por su ejemplo y contribución al país en todos los aspectos de su vida empresarial, personal y social, con la seguridad de que siempre estará en el recuerdo de una sociedad que reconoce en él a un ciudadano destacado y ejemplar.
Reciba su familia el sentimiento de pesar del Comité Independiente, del Comité de Renovación Nacional y del Comité de la Unión Demócrata Independiente, en la certeza de que Dios tendrá a Guillermo en su Santo Reino.
Muchas gracias.
-Aplausos en la Sala y en las tribunas.