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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Especial N° 46
  • Celebrada el
  • Legislatura número 360
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Intervención
REAJUSTE DEL INGRESO MÍNIMO MENSUAL. Primer trámite constitucional.

Autores

El señor MARINOVIC (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Marcos Espinosa.

El señor ESPINOSA (don Marcos).- Señor Presidente , la discusión del proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual se da dentro de un contexto, no de manera aislada o desagregada de la realidad nacional.

¿Cómo está hoy nuestro país, en pleno siglo XXI? Muestra un crecimiento económico sostenido, grupos empresariales con un poder económico considerable y altos niveles de desigualdad en la distribución del ingreso, al hacer la medición tanto con parámetros latinoamericanos como con los de países que integran la OCDE, que es justamente el grupo de países a los cuales Chile busca emular en desempeño.

Por otra parte, se hace evidente que mientras el Gobierno y los medios de comunicación indican que nuestro país se encuentra en una inmejorable condición económica, tomando en consideración la crisis internacional, esto no se refleja en una mejor situación para la mayor parte de los ciudadanos.

Los datos duros indican que al menos 650.000 personas perciben el salario mínimo. De acuerdo con los datos de la encuesta Casen de 2009, cerca del 41 por ciento de los trabajadores que obtienen el salario mínimo son jefes de hogar, con un grupo familiar promedio de cuatro personas.

De acuerdo con esta realidad, cabe analizar los lineamientos que han llevado a tener una política pública de estas características. Se hace necesario afirmar que han primado criterios técnicos, de cuestionables bases académicas, a la hora de enfrentar esta discusión.

Esta línea se ha seguido desde el regreso a la democracia hasta nuestros días. Al respecto, tal como dijo la ministra del Trabajo y Previsión Social en relación con el aumento en el salario mínimo, no se puede dejar de considerar el impacto que este podría tener en el empleo. Sin embargo, la evidencia empírica ha demostrado que esta aproximación es bastante simplista, pues no considera otros factores relevantes que pueden impactar más en el empleo que un reajuste justo y necesario para las familias de menores recursos.

No existe un acuerdo absoluto en el mundo académico respecto de que un mayor salario mínimo lleve inevitablemente a un mayor desempleo. Se trata más bien de una posición dogmática que no puede ser sustentada en el tiempo.

En este momento, la discusión abandona el carácter tecnocrático, que algunos sectores buscan afirmar como verdad irrefutable, y pasa al plano político. Se trata de una discusión que carece de verdades absolutas y en la cual se hace necesario abrir las puertas para que todos puedan mostrar sus posiciones. Aquí es necesario lograr procesos más inclusivos, abiertos y vinculantes en la materia, que consideren la realidad de los trabajadores y sus justas demandas, la evidencia empírica y la teoría económica.

Se hace evidente que una aproximación monotemática, basada en los dogmas señalados, sin una base clara en la realidad, ya no es suficiente para lograr un nivel de desarrollo que sea comprensivo y que llegue efectivamente a la ciudadanía.

Obviamente, se necesitan reformas que incentiven la colectivización, por ejemplo, en materia de sindicalización y negociación colectiva, aspectos que también impactan en la definición y determinación del salario mínimo.

En conclusión, se hace evidente que queda mucho por avanzar y que el proyecto en discusión difícilmente podrá ser catalogado como un avance suficiente para la dignidad de los trabajadores de Chile. La baja disponibilidad del Gobierno para entablar diálogos, el cierre de la discusión bajo dogmas cuestionables y la excesiva liberalización del mercado laboral en el país son hechos que deben llamar la atención del Congreso Nacional, ante nuestro rol de representantes directos de la ciudadanía y nuestra obligación de mejorar las condiciones de vida de la población, a través de la discusión política.

Por todo lo indicado, esperamos que el Gobierno flexibilice su postura.

Chile no podrá ser considerado un país desarrollado hasta que alcancemos cifras razonables en ingreso mínimo y avancemos en derechos y protección de los trabajadores.

Ante la exposición realizada, la bancada del PRSD, tal como lo anunciara nuestro jefe de bancada, votará en contra el proyecto de reajuste, puesto que no satisface en lo más mínimo las expectativas de los trabajadores ni menos las relacionadas con el crecimiento y desarrollo de nuestro país.

He dicho.

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