Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 17
- Celebrada el 13 de agosto de 1992
- Legislatura Ordinaria número 324
Índice
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El señor GONZÁLEZ.-
Señor Presidente , Honorables colegas, Gran Maestro de la Gran Logia de Chile:
En nombre de la bancada Radical-Socialdemócrata, rindo hoy un emocionado homenaje a la Gran Logia de Chile, órgano rector de la Orden Masónica en nuestro país, que ha cumplido recientemente 130 años de existencia desde su formación y solemne instalación en esta ciudad de Valparaíso, el 24 de mayo de 1862.
Se encuentran presentes en las tribunas de esta Corporación los altos dignatarios que integran el Gobierno Superior de la Orden, encabezados por el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, señor Marino Pizarro Pizarro.
La Orden Masónica , fundada oficialmente con sus actuales características en 1717, en Inglaterra, aunque con numerosos antecedentes próximos y remotos, se difundió muy pronto por Europa y, más tarde, por el resto del mundo. Sus principios de libertad, igualdad y fraternidad, y la esforzada tarea de sus miembros en la misión del perfeccionamiento del individuo y la sociedad, ejercieron decisiva influencia en el desarrollo de los principales acontecimientos históricos de los siglos XVIII y XIX, tales como la Revolución Francesa, la Independencia de los Estados Unidos y, posteriormente, la de los países de América Latina.
Los nombres de ilustres masones como George Washington , Benjamín Franklin, La Fayette , Mirabeau , Danton , Montesquieu , Francisco de Miranda , O'Higgins, San Martín y Carrera, ingresados estos últimos durante su permanencia en Europa y los Estados Unidos, bastan para demostrar la certeza de nuestra afirmación.
Aunque activa participación tuvieron en las luchas de la independencia de nuestro país los miembros de la "Logia Lautaro", ésta no funcionó, pese a sus muchas similitudes y notoria inspiración masónica, como un órgano de la Orden regularmente constituido, sino que cumplió más bien tareas específicas en el proceso de emancipación, con posterioridad al cual se autodisolvió.
Por ello, se considera a la "Logia Lautaro" como un antecedente histórico del posterior y formal inicio del trabajo masónico en Chile.
La primera logia regularmente constituida en nuestro país habría sido la llamada "Filantropía Chilena", fundada bajo los auspicios de la Gran Logia de Colombia, en 1827, por un grupo de ilustres ciudadanos encabezados por Manuel Blanco Encalada , Manuel José Gandarillas y Manuel Rengifo. Inspiradora de los principales intentos de organización liberal de nuestra República, languideció y acabó por desaparecer durante los primeros lustros del férreo régimen conservador instaurado a partir de Lircay.
Pero la llama de los principios inspiradores de la Orden Masónica volvería pronto a manifestarse. Y es así como en 1850 un grupo de ciudadanos franceses avecindados en Valparaíso dan nacimiento a la Logia "L'Etoile du Pacifique", a la cual ingresaron también elementos chilenos que fundaron más tarde una Logia netamente nacional llamada "Unión Fraternal", mientras que en el mismo Puerto, en 1854, ciudadanos ingleses y norteamericanos dan vida a la Logia "Bethesda".
Entre 1861 y 1862, nacen, en Concepción, la Logia "Fraternidad"; en Copiapó, la Logia "Orden y Libertad", y en Valparaíso, la Logia "Progreso".
Las cuatro logias propiamente nacionales acordaron dar origen a un ente centralizador, regulador y rector del funcionamiento de la Orden en el país, el que fue solemnemente instalado con el nombre de "Gran Logia de Chile" el 24 de mayo de 1862 en la ciudad de Valparaíso, siendo su primer Gran Maestro el señor Juan de Dios Arlegui , distinguido abogado, Diputado y Senador de la República.
La fértil semilla de la libertad, tolerancia y fraternidad, que propicia la Orden Masónica, se expandió por todo el territorio nacional, hasta sumar 168 logias en la actualidad.
Son muchos y muy ilustres los nombres de los masones que han destacado por sus obras en beneficio de la sociedad chilena, y para comprender por qué es necesario indicar los nombres de algunos de ellos, debe señalarse previamente que la Masonería es una institución consagrada al perfeccionamiento moral e intelectual de sus miembros y, a través de ellos, al perfeccionamiento de la sociedad.
Se fomenta en los templos masónicos el más puro y profundo humanismo; se enseña el cultivo de la razón y las virtudes morales, en un marco de irrestricto respeto a las creencias religiosas y a las simpatías políticas de sus miembros; y se persigue el ideal de la fraternidad universal, por el cual deben esforzarse los masones en su vida en sociedad.
El principio de la igualdad, uno de los fundamentos de la Institución, la llevó a ser la precursora de los grandes cambios sociales registrados en esta materia, pues en sus templos compartían individuos de las más diversas religiones, razas y estratos sociales, cuando ese clima de tolerancia era todavía inimaginable en el resto de nuestra sociedad.
La libertad, en sus múltiples manifestaciones; el mérito y la virtud, como únicos factores válidos de distinción; el énfasis en la educación, como vehículo para la tarea esencial a que debe entregarse el ser humano, que no es otra que la de su propio perfeccionamiento, son todos elementos que marcan profundamente el espíritu de los masones, quienes deben llevar estos principios y valores al medio en que se desenvuelven.
Por ello, al destacar la labor y beneficiosa influencia de la Masonería en nuestro país, no estamos hablando de una labor realizada institucionalmente en la sociedad, sino, como queda explicado, a través de sus integrantes, individualmente considerados.
Desde sus inicios, en la segunda mitad del siglo pasado, acudieron a los talleres de la Orden algunas de las más distinguidas personalidades de la vida nacional, tales como Eduardo de la Barra , Guillermo y Manuel Antonio Matta , Ángel Custodio y Pedro León Gallo , Diego Barros Arana , Ramón Allende Padin , José Francisco Vergara , Enrique Mac-Iver , Aníbal Pinto, Juan Williams Rebolledo, José Tomás Urmeneta , Estanislao del Canto y Emilio Orrego Luco , entre muchos otros.
A través del Club de la Reforma y de los partidos políticos a que pertenecían, los miembros de la Orden influyeron decisivamente en los principales avances que la causa de la libertad registró en nuestro país en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del siglo XX, tales como las reformas que ampliaron el derecho a sufragio, la libertad de cultos, la ley de cementerios laicos, la ley de matrimonio civil, el Registro Civil , la ley de instrucción primaria obligatoria y la definitiva consagración de la libertad de conciencia y de cultos en la Constitución Política de 1925.
Las figuras de Arturo Alessandri Palma , Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos , Gabriel González Videla y Salvador Allende Gossens , iluminan, entre muchas otras, el camino de servicio público que inspira a los miembros de la noble Orden Masónica.
Hoy, su aniversario 130° encuentra a la Gran Logia de Chile dirigiendo los destinos de una Institución Filosófica que conserva su plena vigencia y que se encuentra potenciada para proseguir sus trabajos en el siglo XXI, imprimiéndoles, como lo ha declarado su Gran Maestro, un impulso de revitalización a través de la unidad, la fraternidad, la cultura y la modernización, para hacer más dinámica su fuerza interior, más viva su acción hacia la comunidad y más efectiva la forma de encarar la multiplicidad de problemas de que deben los masones ocuparse, como miembros pensantes de una sociedad en permanente evolución.
El impulso revitalizador se ha reflejado en muchos aspectos, entre los cuales destaca la fecunda labor desarrollada por comisiones de estudio que se han ocupado de temas como educación, salud, obras públicas, justicia y medio ambiente, cuyos trabajos han sido puestos a disposición de las autoridades competentes como un efectivo aporte a sus labores de bien público. También se han dictado numerosas conferencias abiertas a la comunidad, a través de las cuales se contribuye a la irradiación de los principios masónicos aplicados sobre los principales temas de actualidad nacional.
Hemos citado, Honorables colegas, los nombres de ilustres masones para ejemplificar con ellos las virtudes que la Orden sabe cultivar entre sus miembros, y hemos reseñado sucintamente los esfuerzos desplegados por el Gobierno Superior de la Orden para dar efectivo impulso a sus tareas. Pero no se crea que el objeto de la Masonería se realiza sólo por la destacada acción pública de algunos de sus integrantes o por la acción colectiva o institucional de su Gobierno Superior. La verdadera y principal función de la masonería se cumple a través de cada uno de sus integrantes, a través de cada uno de sus miembros. Todo masón debe ser un obrero infatigable en la tarea de su propio perfeccionamiento, para ser, a la vez, un mejor hombre al servicio de sus semejantes. La Institución le entrega las herramientas para realizar esta labor y lo orienta en su trabajo, enseñándole a despojar su personalidad de todo aquello que no contribuye al logro de este noble objetivo.
La vida de todos y cada uno de los masones, conocidos o anónimos, es un constante aporte a la humanidad, esforzándose por hacerla cada día más fraterna, más justa, más libre y más solidaria. En el partido político, en el club deportivo, en el establecimiento educacional, en el trabajo cotidiano, en cualquier momento y en todo lugar, hay un masón trabajando para ser un mejor hombre y para contribuir a la construcción del gran edificio de la fraternidad universal, cuyos cimientos han de ser la libertad, la igualdad, el humanismo y la tolerancia como sublime expresión del amor del hombre por sus semejantes.
Estos principios y valores, inmutables desde el nacimiento de la Orden Masónica, han inspirado también su fecunda labor en nuestro país, dejando su huella silenciosa pero indeleble en todos aquellos avances de nuestra institucionalizad que significaron abrir amplios espacios a la educación y a la libertad, que fueron y han de ser siempre los insustituibles pilares de la convivencia democrática y del desarrollo nacional.
Con estas sencillas palabras, la bancada Radical-Socialdemócrata del Senado de la República ha querido significar su profundo reconocimiento a la fructífera labor de la masonería en nuestro país y su fraternal saludo al Gobierno Superior de la Orden, la Gran Logia de Chile, representada hoy aquí por sus más altos dignatarios, en su aniversario número 130. Que la salud y la fuerza acompañen sus tareas y les permitan cumplir los objetivos trazados, y que la unión siga siendo su permanente vínculo de hermandad.
He dicho.