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  • Legislatura Ordinaria número 326
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Homenaje
ALCANCES HISTORICOS SOBRE INVIOLABILIDAD DE PARLAMENTARIOS POR OPINIONES QUE EMITAN EN EL DESEMPEÑO DE SU CARGO.

Autores
HOMENAJE A LA COMUNA DE VIÑA DEL MAR EN LA PERSONA DE SU FUNDADOR, DON JOSE FRANCISCO VERGARA ECHEVERS.

El señor MELERO (Vicepresidente).-

En el turno del Comité Demócrata Cristiano, tiene la palabra el Diputado señor Cardemil.

El señor CARDEMIL.-

Señor Presidente, ayer, 31 de mayo, la comuna de Viña del Mar cumplió 115 años de existencia, y es mi deber, como parlamentario del distrito 14, rendirle un homenaje. Y lo hago también en nombre del Diputado señor Raúl Urrutia, y en presencia del alcalde de Viña del Mar, don Rodrigo González, que se encuentra en las tribunas, de concejales y de altos funcionarios de la municipalidad.

Si nos remontamos en el tiempo, hasta aquella tarde de otoño de 1878, en el antiguo hotel de Viña del Mar, constituido provisionalmente como sala consistorial, se leía el decreto supremo de 31 de mayo de 1878, que dio vida autónoma a la comuna de Viña del Mar, iniciativa que nació de un gmpo de connotados vecinos de la ciudad, entre los cuales se contaban el presbítero don José Venegas, don Juan de Dios Arlegui, don Benjamín Vicuña Mackenna, don Matías Concha y Toro, don Antonio Subercaseaux, don Enrique Bohn, don Carlos Swinbum, don Teodoro Hess, don Adolfo Wiegand. Ellos fueron los ilustres pioneros que fundamentaron ante el Presidente Aníbal Pinto la creación de la Municipalidad de Viña del Mar.

El decreto presidencial señalaba: "Teniendo presente la importancia de esa localidad, por la población que contiene, por el desarrollo de su industria y su comercio, y por el espíritu de progreso que anima a sus habitantes, créase una municipalidad en la población de Viña del Mar, de la provincia de Valparaíso".

En la reunión de constitución en el referido hotel ante el intendente provincial de la época, don Eulogio Altamirano, los primeros miembros del cabildo comunal estuvieron presentes, entre ellos la figura preclara de don José Francisco Vergara Echevers, quien cuatro años antes fundara la ciudad.

En esos momentos, en que Chile participaba en la guerra contra Perú y Bolivia, el señor Vergara hizo uso de la palabra para agradecer al Intendente Altamirano y al gobierno, la creación de la comuna de Viña del Mar.

Nace así una municipalidad que desde entonces ha sido servida por alcaldes,

regidores o concejales como se les denomina hoy y funcionarios que se han caracterizado por su espíritu de servicio público y su amor por la comuna.

Gracias al trabajo de los esforzados funcionarios municipales, hoy Viña del Mar es una moderna y pujante ciudad balneario que ha merecido los calificativos de "ciudad jardín" y de "capital turística de Chile". Una ciudad polifacética, donde los intereses de los más pudientes, como los de los más pobres y de los turistas, deben ser atendidos indistintamente por la municipalidad, a pesar de sus limitaciones presupuestarias y escasez de personal. Viña del Mar y su municipio tienen la capacidad y el talento suficientes para encontrar soluciones a sus problemas, mediante iniciativas que la proyecten, sin temores, hacia el futuro.

Pero un futuro promisorio se basa en las conquistas del pasado y en el legado de los pioneros y fundadores de la ciudad, entre los cuales sobresale nítidamente, don José Francisco Vergara, prócer civil de nuestra patria, sobre cuya figura me voy a detener unos instantes.

José Francisco Vergara, fundador de la ciudad de Viña del Mar, nació en la Cañada de Colina en un fundo cercano a Santiago, el 4 de diciembre de 1833.

Su padre fue don Juan de Dios Vergara Albano, y su madre doña Carmen Echevers.

Su padre fue un militar retirado que se dedicó a la agricultura. En su juventud fue ayudante de O'Higgins en la campaña de 1818, y el Libertador tuvo gran aprecio por él ya que fueron los abuelos matemos de Vergara Albano quienes lo criaron como a un hijo más.

A los 14 años José Francisco sufrió la pérdida de su padre y debió ayudar a su madre, que quedó sola con 9 hijos y en una difícil situación económica. Cursó sus estudios en el Instituto Nacional y a los 20 años se recibió de agrimensor.

En 1853, comenzó a trabajar en la construcción del ferrocarril que uniría a Santiago con Valparaíso bajo la dirección de Mr. Paddington. Ante la demora del proyecto, arrendó parte de la hacienda a doña Dolores Pérez de Alvarez, propietaria de las 7 Hermanas y la Viña del Mar, que en ese entonces se llamaba Santa Rita de la Viña. Ambas haciendas las había unido en una sola mano el comerciante y naviero portugués Francisco Alvarez, natural de Viana, de quien doña Dolores enviudó. Su única nieta, Mercedes, cumplidos los 17 años, se casó con José Francisco, quien tenía 26.

A la muerte de su suegro, en 1873, don José Francisco se abocó de lleno a planificar la ciudad de Viña del Mar y el 28 de diciembre de 1874 don Francisco Echaurren, Intendente de Valparaíso dictó el decreto de fundación. El decreto de la creación de la municipalidad está fechado el 31 de mayo de 1878, y fue al comienzo subdelegación 23 del departamento de Valparaíso.

Vergara trazó la ciudad con la pericia de un urbanista y se comprometió a ceder al municipio las calles y plazas que la conformarían; a hacer los estanques y cañerías para dotarla de agua; a construir dos escuelas públicas con los terrenos y edificios necesarios para su funcionamiento, y a entregar terrenos para un cementerio laico y el matadero. Donó también, en nombre de su esposa, los terrenos del hospicio del cual era administrador.

A su muerte, su viuda e hijos, Salvador y Blanca, cumpliendo con su voluntad, entregaron al municipio los terrenos situados alrededor de la plaza que hoy lleva su nombre, para edificios de servicios públicos. En uno de ellos se alza hoy el Teatro Municipal.

También finalizó la construcción de la parroquia donada por la señora Dolores Pérez de Alvarez, según sus disposiciones testamentarias.

Desde aquellos años se trató, entre el fundador de la ciudad y la primera autoridad de la provincia, el proyecto del camino plano entre Valparaíso y Viña del Mar que parecía irrealizable. En 1883, José Francisco volvió con mayores bríos a insistir en el antiguo proyecto y donó considerables extensiones de terreno para ello. Esto nuevamente fracasó y sólo pudo llevarse a cabo en 1903, cuando el Intendente de aquel entonces, don Joaquín Fernández Blanco, elevó su renuncia si no se daban las facilidades para realizar el mencionado proyecto.

El primer loteo que se aprobó fue desde La Cabritería aquí, en Valparaíso hasta El Salto, once kilómetros de largo por uno de ancho. Allí se construyeron las primeras mansiones con grandes jardines, y sobre los terrenos del fundador se levantó el Gran Hotel, con capacidad para cien personas.

Don José Francisco Vergara vivía con su familia en las antiguas casas de la hacienda Santa Rita de la Viña. Esto era en los arenales en que su hijo Salvador fundó posteriormente la población Vergara. Esta quinta se llamaba San Francisco y estaba situada en el lugar donde, desde 1906, se alza el Palacio Rioja.

La familia, posteriormente, se trasladó a la actual Quinta Vergara. Allí don José Francisco continuó embelleciendo el parque. Fue el hombre cuya visión dio forma al futuro de la ciudad que creara.

Cuenta Blanca Vicuña que, antes de su muerte, estudió acuciosamente trasladar el ferrocarril para que corriera por el costado del estero y, luego, por la orilla del mar.

José Francisco tenía 46 años cuando se inició la guerra con Perú y Bolivia, y no dudó en ponerse al servicio de su patria. A su hijo Salvador, que estudiaba en Suiza, le escribió: "Mi labor en esta guerra es anónima; he cabalgado noches enteras bajo las estrellas con mi ayudante estudiando los terrenos donde se producirán los hechos de armas y así poder sacar mayores ventajas de nuestras posiciones.".

Se convierte en el estratega de la Guerra del Pacífico, pero por su condición de civil choca frecuentemente con los jefes militares. Fue teniente coronel de Guardias Nacionales y, luego, Ministro de Guerra en campaña, después de la muerte de don Rafael Sotomayor. Esta designación significó apresurar la campaña sobre Lima, decisión que tanto le costó tomar al Presidente Aníbal Pinto.

Tomó parte activa en las batallas de Chorrillos y Miraflores. A propósito del combate de Agua Santa, su gran amigo, Domingo Santa María, lo felicitó, escribiéndole: "No sé cómo saludarlo desde que usted se ha convertido en un temible sableador que ha llenado de espanto al enemigo.".

El 16 de enero de 1881, José Francisco Vergara envía el siguiente comunicado al gobierno: "Gran batalla y brillante victoria a la altura de Chorrillos el día 13. Otro combate el día 15 más glorioso que el anterior en el campo de Miraflores. El Ejército enemigo totalmente extinguido con enormes pérdidas de vidas, más de dos mil prisioneros y completa dispersión del resto. Lima será entregada sin condiciones. Será ocupada mañana. Pierda ha desaparecido y la ciudad no tiene más autoridad que la Municipalidad. El corazón se ensancha cuando se dan al país noticias de tales hechos.".

Luego tomaría parte en las negociaciones que siguieron a la guerra. La noticia de la rendición de Lima llegó a Viña del Mar el 19 de enero de 1881, a las 8.30 de la noche. El entusiasmo fue indescriptible. Vicuña Mackenna desde un balcón del Gran Hotel dio la noticia. El pueblo lo llevó en andas.

Don Antonio Subercaseaux y don José Tomás Ramos encabezaron una procesión de antorchas y fueron hasta la Quinta a felicitar a doña Mercedes Alvarez, esposa del Ministro de Guerra, mientras la gente delirante avivaba a Baquedano y a José Francisco Vergara.

Fallece el 15 de febrero de 1889 a los 56 años de edad.

Hoy en día, la ciudad quiere rendirle homenaje levantando la estatua que se le debe y merece. Para ello es necesario basarse en la autorización que el Consejo Nacional de Monumentos Nacionales otorgase al proyecto presentado por el escultor señor Juan Guzmán Reynolds a la Ilustre Municipalidad de Viña del Mar.

En el frente del pedestal llevará el relieve del escudo de armas de Viña del Mar y una inscripción alusiva al homenaje que, con entera justicia, la ciudad rinde a su fundador.

Señores Diputados, ayer, fecha de aniversario de la creación de la Ilustre Municipalidad de Viña del Mar, en una ceremonia solemne realizada frente al que fuera hogar de los fundadores, la Quinta Vergara, y junto a un sencillo monolito que recuerda al fundador, en compañía del Diputado señor Raúl Urrutia, nos comprometimos a impulsar el proyecto de ley que autoriza al municipio de Viña del Mar para construir esta estatua en la plaza "José Francisco Vergara", como también a la realización de una colecta pública para el financiamiento de la obra, ahora en un plano de mutuo respeto dentro de los marcos legales, trabajando cada cual dentro de su ámbito específico, por el bien del país, por lo cual y dados los sobrados méritos del fundador de la ciudad, estamos ciertos de que contaremos con la rápida y unánime aprobación de la Honorable Cámara.

Gracias.

Aplausos.

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