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Homenaje
HOMENAJE EN MEMORIA DEL DIRECTOR DE LA DIVISION DE INDUSTRIA Y TECNOLOGIA DE LA CEPAL, SEÑOR FERNANDO FAJNZYLBER WAISSBLUTH, RECIENTEMENTE FALLECIDO.

Autores

El señor HUEPE (de pie).-

Señor Presidente, la Cámara de Diputados rinde hoy homenaje a un ser humano de excepción: Fernando Fajnzylber. En estos homenajes, los diversos sectores políticos de la Corporación expresan su admiración y respeto por personalidades que descollaron durante su vida. Sin embargo, el homenaje de hoy se aparta de lo tradicional, puesto que nuestra admiración y recuerdo van dirigidos a una persona cuyo nombre no figuró en los titulares de los diarios, no ocupó ningún cargo de elección popular y no fue un líder político, pero -estamos convencidos-, con sus ideas realizó un aporte extraordinario que difícilmente otro dentista social logrará igualar, al desarrollo de las capacidades productivas y la transformación social de nuestros países.

Este aporte será mucho más evidente en el futuro, en la medida en que sus ideas germinen, den frutos y se conviertan en proposiciones de políticas que tendrán un impacto muy valioso en América Latina.

Fernando Fajnzylber murió en 28 de diciembre de 1991, víctima de un infarto, a la edad de 51 años. En los últimos años fue una de las máximas figuras de la Cepal y del pensamiento económico latinoamericano, no sólo por la profundidad de su pensamiento, sino por la enorme capacidad de comunicación para transmitir con brillo sus ideas, que entusiasmaban al auditorio. Tal como lo expresó una de sus alumnas, "al escucharlo hablar, una sentía ganas de salir corriendo al mundo y cambiar las cosas".

A estos méritos, debemos agregar su gran sensibilidad social y política, que lo llevaban a sentir con pasión que el papel de los intelectuales no es sólo describir, interpretar o entender la realidad, sino elaborar proposiciones para cambiarla. A estas cualidades, agregamos la principal, lo que hace verdaderamente grande a los hombres: sus valores humanos excepcionales que pudimos comprobar quienes lo conocimos bastante, sin haber tenido la suerte de pertenecer al grupo de sus amigos más íntimos. Como lo describen en la Revista de Cepal, era afable, modesto, siempre inquieto, respetuoso, con un gran sentido del humor, insigne conversador, provocativo en el diálogo y en el debate; daba gran valor a la vida familiar y a las amistades.

Tantas cualidades personales y profesionales rara vez se juntan en una sola persona, y cuando eso sucede, a veces, incluso, se desperdician. No fue el caso de Fernando Fajnzylber.

Con él se cumplió a cabalidad la parábola de los talentos. Aportó a la sociedad, a su país y a la transformación social, en proporción a lo que recibió.

Otros oradores han señalado algunos pormenores de su biografía. Yo sólo quiero recordar que era ingeniero civil industrial y economista, que al momento de su muerte ocupaba el cargo de Director de la dirección conjunta Cepal-Onudi de la Industria y Tecnología y que en su brillante carrera profesional se desempeñó en Brasil, México y Chile en labores docentes, de investigación y de asesoría. Sólo durante un corto período -en los años 1972 y 1973- consecuente con sus ideas, colaboró con el gobierno de nuestro país, lapso en que se desempeñó como Director de la División de Programación, Serex, del Banco Central de Chile.

Fue profesor visitante en diversas universidades, como la de París y de Duke, California, Estados Unidos.

Sus escritos, reseñados en el estudio elaborado recientemente por Cepal, que van desde 1969 a 1991, comprenden 71 publicaciones entre monografías, artículos para revistas especializadas y libros.

En sus trabajos muestra un especial interés en las relaciones económicas internacionales, la industrialización, la capacidad científica y tecnológica, el desarrollo de los recursos humanos, las empresas transnacionales, y en todos ellos hay un hilo conductor, constituido por lo que él llamaba sus obsesiones: justicia social, crecimiento económico, competitividad internacional y excelencia productiva.

En sus 22 años de producción intelectual, traducidos en sus escritos, supo combinar el reconocimiento de los aportes de las teorías económicas dominantes, con el ejercicio de un juicio crítico y una posición original.

Ya en 1969, cuando la política económica se centraba en la sustitución de importaciones, Fernando destacó la importancia de insertarse en los mercados internacionales para exportar y fomentar la excelencia productiva.

Durante la dictadura militar, vivió en México, donde se dedicó al estudio de las empresas transnacionales y su liderazgo e impacto en los estilos de desarrollo. En diversas publicaciones mostró cómo ellas pueden ser líderes, tanto en la economía desarrollada como en la subdesarrollada y, sin embargo, en un caso, son un motor para el desarrollo, del modo descrito por Schumpets, y en el otro no aportan significativamente a la innovación, causan desequilibrios comerciales e impulsan pautas de consumo inadecuado.

Posteriormente, volcó su preocupación a la relación entre liderazgo industrial y progreso técnico y configuró el concepto de círculo virtuoso del desarrollo, entre el progreso técnico, la competitividad y el crecimiento. Puso especial énfasis en la necesidad de desarrollar la industria de bienes de capital y el papel que el Estado puede jugar en ese proceso.

A fines de la década de los 80, y ya de regreso en Chile, en el estimulante ambiente intelectual de la Cepal, volcó sus esfuerzos en el análisis de los factores que explican las diferencias en el dinamismo industrial de los países. En un trabajo excepcional -"Industrialización de América Latina: a la Caja Negra al Casillero Vacío"- postula que es necesario abrir la "caja negra" del progreso técnico, o sea, lograr el dominio de la tecnología para así eliminar el síndrome del "casillero vacío", que se manifiesta en que ningún país ha logrado conjugar el crecimiento con equidad.

El mensaje central de política económica es que los objetivos de crecimiento, competitividad y equidad son funcionales unos con otros y que resulta irresponsable tratar de prescindir de cualquiera de ellos.

¡Qué distinto de aquel esquema simplista y regresivo que postula que la equidad debe esperar pacientemente que el crecimiento pueda chorrear a los sectores de más bajos recursos!

Para Fajnzylber la preocupación por la equidad y la justicia social pasa de una posición pasiva a un protagonismo activo.

Esta argumentación está en el centro de la llamada renovación del pensamiento de la Cepal, que se expresa con claridad en la reciente publicación "Transformación productiva con equidad", que estamos seguros tendrá en los próximos años una influencia creciente en las políticas gubernamentales cuando el esquema neoliberal muestre su incapacidad para resolver los grandes problemas del desigual acceso de los pobres a los frutos del crecimiento.

En el último año de su vida centró su preocupación en el papel que juega en la estrategia de transformación productiva con equidad la formación de recursos humanos. Es así como fue el principal inspirador de la reciente publicación de la Cepal "Educación y Conocimiento, Eje de la Transformación Productiva con Equidad", cuyo manuscrito final terminó de revisar el día en que su vida fue tan prematuramente truncada.

Señor Presidente, estamos seguros de que en los años futuros Fernando Fajnzylber seguirá entre nosotros, alimentándonos con sus ideas, integrando esa galería de pensadores latinoamericanos que se desarrollaron en la Cepal, como Raúl Prebish, Aníbal Pinto, Celso Furtado y tantos otros.

En nombre de los Diputados democratacristianos, les expresamos a sus compañeros de trabajo en la Cepal, a su Partido Socialista y, particularmente a su familia, su viuda y sus hijos, nuestras sinceras condolencias.

Aplausos.

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