Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 60
- Celebrada el 19 de mayo de 1992
- Legislatura Extraordinaria número 323
Índice
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El señor GAZMURI .-
Señor Presidente , Honorables colegas:
En nombre de los Senadores de la bancada de los Partidos Socialista y por la Democracia, rindo homenaje hoy día a Rodrigo Ambrosio , amigo entrañable, intelectual agudo, político apasionado y fecundo, testigo y protagonista de una época histórica densa de acontecimientos, transformaciones, esperanzas y dramas tanto en nuestro país como prácticamente en todo el universo.
Murió un día como hoy, a los treinta y un años de edad. Al dolor desgarrador de quienes fuimos sus amigos más cercanos se unió la conmoción de vastos sectores del país que sentían la pérdida de uno de los líderes jóvenes más importantes de la Izquierda chilena. El largo cortejo que recorrió las calles de Santiago, acompañando sus restos al Cementerio General, fue encabezado por el Presidente de la República , don Salvador Allende , su Gabinete, los dirigentes de Izquierda, de la Juventud Demócrata Cristiana, de los trabajadores, una representación del Ejército de Chile y miles de jóvenes y de hombres y mujeres del pueblo.
Rodrigo Ambrosio fue un hombre plenamente contemporáneo. Su carisma y su obra política tuvieron que ver, a mi juicio, con su capacidad de expresar con singular fuerza, inteligencia y tesón, en el terreno de la cultura y de la política, las tendencias, las ideas, los proyectos, las utopías de que se nutrieron las fuerzas progresistas de la época que le tocó vivir.
Nació en Talca el 5 de enero de 1941. Su padre, José , pertenecía a la legión de los españoles llegados a estas tierras luego de la derrota de la República. Su madre, doña Maruja , pertenecía a una antigua familia talquina.
Estudió en el Colegio Seminario de Chillán, ciudad en la que vivió desde su primera infancia. Siendo estudiante secundario escribió una carta a Rafael Agustín Gumucio , explicándole las razones de su adhesión a la Falange Nacional y pidiendo su ingreso a ese Partido. Desde entonces su pasión por la política no le abandonaría. En Santiago estudió Derecho durante un año en la Universidad de Chile, y luego ingresó a la recién creada Escuela de Sociología de la Universidad Católica. Participó activamente en la Acción Católica universitaria, centro y foco de intensa actividad y debate, no sólo religioso, sino también cultural y político en esos años.
En 1961, conoció la Cuba de los inicios de la revolución, y le impactó vivamente la energía transformadora y las esperanzas que despertaba la epopeya de los barbudos de la Sierra Maestra . A su regreso presentó en una jornada de la Asociación Universitaria Católica un trabajo sobre "Los Cristianos y la Revolución", tema que constituiría una de sus principales preocupaciones políticas permanentes: el encuentro de las vertientes cristianas y marxistas en el proceso de cambios.
En 1963, junto a un grupo de compañeros - Tomás Mulian , Claudio Orrego , Marta Harnecker , Raimundo Beca , Claudio Huepe , Eugenio Ortega y Carmen Frei -, viajó a Europa. Algunos iban a estudiar a Lovaina en Bélgica; Rodrigo , a París. Asistió a la Escuela de Altos Estudios Prácticos, dirigida por Alain Tourenne , especilizándose en cuestiones agrarias. Frecuentó los Seminarios de Althuser, teórico marxista que se encontraba en el apogeo de su influencia intelectual.
Hombre de fina sensibilidad estética, se dio tiempo para realizar y dirigir una película experimental, en cuyo transcurso se enamoró y luego se casó con Michelle Utard . De este matrimonio nacerían años más tarde, en Chile, dos hijos: Camilo, pintor hoy día de 22 años, que esta semana ha terminado su primera exposición de cuadros sobre el quinto centenario en Santiago; y Matilde , a quien no alcanzó a conocer, pues murió antes de su nacimiento.
De regreso a Chile, durante el Gobierno de Frei, se incorporó a las corrientes de izquierda de la Democracia Cristiana. En ese período sistematiza la crítica a las limitaciones del reformismo, contribuye a gestar la tesis sobre la vía no capitalista de desarrollo y, finalmente, junto a un grupo de Parlamentarios y a la mayoría de la Juventud Demócrata Cristiana, funda el MAPU, en 1969, convirtiéndose en su Secretario General en 1970, a poco tiempo del triunfo de Salvador Allende y la Unidad Popular.
Durante ese breve período, menos de un año y medio antes de su muerte, se convierte en un dirigente importante de la Izquierda, colabora y apoya sin vacilaciones al Presidente señor Allende , participa en los agudos debates de la coalición de Gobierno, trabaja intensamente en el desarrollo del nuevo Partido y se convierte tempranamente en figura nacional. Más allá de las fronteras, su pensamiento influye en América Latina, allí donde se viven procesos políticos y culturales análogos a los nuestros.
Rodrigo Ambrosio no alcanzó a vivir el desenlace trágico del proceso que contribuyó a desencadenar. Cuando murió, todavía eran multitudes en Chile y en todo el orbe las que pensaban que estaba al alcance de la mano el construir un mundo donde imperaran la justicia y la hermandad, sin reparar demasiado en los medios para construir la ciudad perfecta. Muchos años más tarde se desplomaron los socialismos reales, ahogados por su radical incapacidad para realizar las promesas de liberación de que alguna vez fueron portadores. La Izquierda, no sólo en Chile sino en los demás países, vive hoy procesos de profunda revisión, de renovación, de redefinición de su identidad en un mundo profundamente transformado.
Una parte sustantiva de la visión del orbe y de las propuestas políticas que formularon hombres como Rodrigo Ambrosio , pertenecen a su tiempo. Las respetamos. Fueron también las nuestras; pero no las rescatamos. Será finalmente la historia la que juzgue unos tiempos tan intensos.
Hay, sin embargo, dimensiones de su práctica y de las de sus contemporáneos que forman parte consustancial de nuestras tradiciones y de nuestros proyectos del futuro. Las razones que llevaron al socialismo a Rodrigo Ambrosio y, antes que él, a chilenos ilustres como Recabarren, Marmaduque Grove , Eugenio González y Salvador Allende , siguen vigentes: las desigualdades, los abusos de poder, las injusticias, una ominosa pobreza que inhabilita a tantos millones de hombres para desarrollarse en su calidad de tales.
También los socialistas de hoy día, que miramos al siglo XXI, consideramos que los males de nuestra sociedad y de nuestra época no son congénitos ni inevitables, que el mundo existente no es el único posible, que la acción de los hombres es capaz de transformar la sociedad en un sentido de mayor libertad, igualdad y felicidad. Por lo tanto, intentamos entender y vivir la política como la realización de una ética, y no solamente como cálculo y acción instrumental. Compartimos esa visión con hombres que la historia pasada colocó en un bando distinto al nuestro, como Frei , Castillo y tantos otros, y con cuyos herederos, superados los desencuentros que tanto dolor trajeron a nuestra patria, somos capaces hoy día de hacer renacer en Chile las esperanzas de una vida mejor.
He dicho.