Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 8
- Celebrada el 16 de junio de 1993
- Legislatura Ordinaria número 326
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Homenaje
ALCANCES A PROYECTO QUE SANCIONA EL TRAFICO ILICITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS SICOTROPICAS.
Autores
El señor MELERO (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Álvarez-Salamanca.
El señor ÁLVAREZ-SALAMANCA.-
Señor Presidente, a 200 años del nacimiento de Diego Portales, no parece justo para quienes integramos esta Cámara que ninguna voz se alce para rememorar, aunque sea brevemente, la persona de uno de los organizadores del poder soberano de la República y del estado de derecho que la rige.
Portales había presenciado desde joven el derrumbe del poder real y experimentado en medio de los azares de la guerra de la Independencia la disolución de su hogar. Había permanecido en el Perú el tiempo suficiente para advertir cómo el desorden y la anarquía podían transformarse en hábito nacional.
Su negativa por la participación activa en la vida pública no significaba descuido o indiferencia por la suerte de la Patria. Al contrario, su inquietud era grande por el porvenir político de Chile y nítidos sus puntos de vista en la materia.
Cuando ocurre la revolución de 1830 que marca el término de la crisis de autoridad en Chile, la cual había nacido con la
Independencia, y que significó el alzamiento contra la incapacidad gubernativa, la reacción del cuerpo social contra los teóricos que con él habían experimentado vanamente, y la búsqueda desesperada de una mano firme que lo librara de la muerte.
En la tertulia política del Presidente Ovalle, quien había sido alzado a esta investidura por la revolución, surge Portales, cuando nadie quería asumir responsabilidades de Gobierno, diciendo ante los timoratos de entonces "si nadie quiere ser ministro, yo estoy dispuesto a aceptar hasta el nombramientos de Ministro salteador".
En este momento comienza la vida pública de Portales, en circunstancias en que la fiebre de la democracia, el amor sin medida por la libertad que a tantos tenía enloquecidos, necesitaba una organización y una estructura. Al decir de Portales "la democracia que tanto pregonan los ilusos es un absurdo en países como los americanos, llenos de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, como es necesaria para establecer una nueva república". A pesar de ello, le parecía fuera de toda duda que el régimen republicano era el único adecuado para Chile, aunque sujeto en funcionamiento a las trabas del carácter de los hombres de esta tierra hispana.
Para Portales, antes de conceder al país el goce pleno de las instituciones liberales, era preciso iniciar una etapa previa de disciplina y educación cívica, y por ello, según sus palabras, debía comenzarse "por un gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y de patriotismo, y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se hayan moralizado agregaba, venga el gobierno plenamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan parte todos los ciudadanos".
Portales pretendía terminar con la irresponsabilidad colectiva de las juntas y cabildos que habían sumido en la anarquía a la Patria. A cambio de ello pretendía que surgiera poderoso el Presidente de la República, definido por la Constitución de 1833, ordenada por Portales, como el Jefe Supremo de la Nación.
Por primera vez en un pueblo de raza española, con esta Constitución, se hacía presente el Estado con la precisión jurídica y el vigor propio de los tiempos de la Roma clásica. Estado que no era oligárquico, puesto que no se creaba para el predominio abusivo de una clase, pero que tampoco era democrático, ya que no se llamaba a todos los ciudadanos a participar en igual forma en su dirección. Estado en realidad aristocrático, aunque fundado no en los privilegios de la sangre, sino en los de la virtud y de la inteligencia.
Que el que estuviera en el poder fuese un hombre de intachable probidad y patriotismo fue para Portales cosa más importante que la perfección objetiva de la ley. Refiriéndose a la Constitución de 1833, en la que había trasladado a fórmula jurídica su visión política, decía "ninguna obra de esta especie puede ser absolutamente buena ni absolutamente mala, pero ni la mejor ni ninguna servirá para nada si está descompuesto el principal resorte de la máquina", éste era el factor humano.
El abandono de sus negocios particulares para servir la causa pública, la ruina económica que le significó este descuido de sus intereses, subordinados por completo al bien colectivo y la indignación con que acogió la idea de algunos de su amigos de hacer efectivo un crédito contra el Estado, fueron ejemplos de suficientes vigor como para crear una escuela de civismo que ha perpetuado con escasísimas excepciones esta tradición de sobriedad y sacrificio de quienes han tenido las mayores responsabilidades en la dirección de la República.
Cuando Portales cayó, víctima de un momentáneo rebrote del caudillaje, al que se había esmerado en aplastar, el régimen se mantuvo incólume, porque el alma del arquitecto se hallaba fundida en la conciencia nacional. La aspiración de orden había logrado encamarse hasta tomar los contornos de una verdadera tradición.
Portales, en definitiva, es el fundador del Estado post monárquico en Chile y del estado de derecho, y por estas razones me parecía necesario no dejar pasar en silencio el recuerdo de los 200 años de su natalicio.
He dicho.
El señor MELERO (Vicepresidente).-
Hago presente al señor Diputado que hoy, a las 19 horas, la Corporación rendirá homenaje a don Diego Portales en un acto solemne en la Sala del Congreso Pleno, al cual obviamente se sumarán los elogios que usted ha hecho a la figura de don Diego Portales.
Tiene la palabra el Diputado señor Villouta.
El señor VILLOUTA.-
Señor Presidente, creo que los Diputados no hemos recibido información relativa a ese homenaje. Ni siquiera sabemos quién lo ha organizado.
El señor MELERO (Vicepresidente).-
Señor Diputado, su jefe de bancada debería haberle informado. El discurso lo hará el Diputado democratacristiano señor Mario Hamuy.