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  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N°27
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  • Legislatura número 367
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Intervención
REFORMA AL SISTEMA DE PENSIONES SOLIDARIAS Y DE CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL Y CREACIÓN DE NUEVOS BENEFICIOS DE PENSIÓN PARA LA CLASE MEDIA Y LAS MUJERES (PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETÍN N° 12212-13) [CONTINUACIÓN]

Autores

El señor MEZA (Presidente accidental).-

Tiene la palabra el diputado Gonzalo Winter .

El señor WINTER.-

Señor Presidente, retomemos esta historia para poder entender de qué estamos hablando.

Todos sabemos que cuando se implementó el sistema de AFP nos prometieron que las personas jubilarían con el 77 por ciento del monto de su último sueldo, y que hacia 2020, el próximo año, ese porcentaje llegaría al ciento por ciento.

La media de las pensiones otorgadas por el sistema de AFP hoy es de 120.000 pesos mensuales, cifra que no llega a lo que como país hemos determinado que es el sueldo mínimo.

Es decir, hay dos posibilidades: o fracasaron las AFP o fracasó el mercado del trabajo.

Como el mercado del trabajo y las AFP tienen los mismos defensores y fueron implementados en la misma época, ellos mismos tienen que hacerse cargo de la situación, a menos que veamos la cifra del dinero que han ganado las AFP en el último tiempo. Aquí aparece una hipótesis alternativa: quizás las AFP son un éxito, toda vez que su objetivo no era entregar ni buenas ni malas pensiones, sino inyectar dinero al mercado financiero. Eso les salió muy bien, y hoy puedo decir que las AFP son un desastre para los cotizantes, pero un éxito financiero para sus dueños.

Según Ciper Chile, en 2017, las utilidades de las AFP alcanzaron a 250.000 millones de pesos. Las AFP pueden invertir los ahorros de todos los trabajadores de Chile en el extranjero.

Pero, ¿qué pasa con los cotizantes? ¿Qué pasa con esta relación con el mercado financiero? Al respecto, daré algunos ejemplos.

Imagino que recuerdan el caso de La Polar. Cuando esa empresa desarrolló la estafa de las repactaciones unilaterales, bajaron las acciones, y adivinen quién perdió: nuevamente, los cotizantes. Estas personas pueden sacarnos nuestro dinero obligatoriamente a través del Estado y perder con él.

¿Y qué pasó después? El pueblo salió a las calles, se deslegitimaron las AFP; se hicieron encuestas que señalaron que tenían pésima reputación, y se armó la Coordinadora Nacional de Trabajadores No+AFP en todas las comunes del país, que llegó a sacar más de un millón de personas a la calle. Solo entonces el sistema dijo “tengo un problema”.

Quiero plantear que considero que el gobierno, a través de este proyecto, intenta relegitimar el sistema de AFP, relegitimar esta rueda que se hace con el producto del trabajo de todos los chilenos: el Estado, que quita la cotización, se la pasa a la AFP, y la AFP inyecta ese dinero al mercado financiero.

El diputado Cruz-Coke dice que terminamos hablando de si más AFP o no más AFP. Claro que sí, porque debemos asumir que tenemos una crisis política con el sistema de AFP; que estamos en desacuerdo respecto del rol que juegan las administradoras de fondos de pensiones, y eso lo debemos procesar en términos serios, no tildando de antipatriotas a quienes tienen una opinión distinta.

¿Es o no es cierto que la discusión es si más o no más AFP? Preguntémonos si sabrá el pequeño empresario de Quintero que, quizás, la empresa que contaminó su pueblo está financiada con su propia plata. O sea cuando se levanta a trabajar, él mismo le esta inyectado dineros a la empresa que intoxica a su hijo.

Le pregunto a los chilenos si se dan cuenta de que cuando piden un préstamo a un banco -por ejemplo, al Banco Ripley- para pagar la deuda que tienen en el retail, la plata que les presta ese banco es plata de ellos, ya que a Ripley se le inyecta dinero de las AFP. O sea, te están sacando plata y te la prestan con intereses. Eso es el sistema de AFP. Por eso el pueblo salió a las calles a cuestionarlo.

Ahora bien, muchos se preguntarán por qué nunca cambian el sistema de AFP y por qué nadie lo pone en duda políticamente. Quizás eso se deba a que los ministros de la dictadura que implementaron este sistema luego fueron retribuidos por las AFP. Porque las AFP son muy sabias, muy sabias: les dieron las gracias a esos ministros; pusieron a Martín Costabal , de la Unión Demócrata Independiente; a Fernando Léniz , a Fernando Rojas Ochagavía , a Jorge Cauas , a Jorge Prado Aránguiz , a Luis Larraín Arroyo , a Alfonso Márquez de la Plata, a Miguel Schweitzer , a Miguel Ángel Poduje , a Sergio de Castro, todos ellos ministros o subsecretarios de la dictadura, como miembros de los directorios de las AFP.

Seguramente me van a decir que la dictadura terminó hace muchos años; pero déjenme contarles que la trenza entre política y AFP no terminó ahí, pues José Antonio Viera-Gallo , ministro secretario general de la Presidencia durante los gobiernos de la Concertación, fue director de la AFP Provida; que Ximena Rincón, ministra del Trabajo de la Presidenta Bachelet , también estuvo en el directorio de una AFP; que Máximo Pacheco; que Rodrigo Pérez Mackenna , que fue ministro de Bienes Nacionales del gobierno del Presidente Piñera; que Hugo Lavados , democratacristiano; que Jorge Marshall, del PPD, y que Osvaldo Puccio , vocero del entonces Presidente Ricardo Lagos , socialista, fueron directores de AFP.

¿Realmente creen que las AFP tenían algún problema con la clase política? ¡Ahí está la trenza! ¡Ahí está la trenza!

Las campañas para entrar al Congreso Nacional son financiadas por dirigentes de bancos, como Andrónico Luksic , del Banco de Chile, o por el grupo Penta, que nadie puede cuestionar que efectivamente pagaba campañas.

¿Creen que los que entran acá financiados por los bancos o por las AFP quieren acabar con las AFP? ¿Creen que los entonces ministros del Trabajo que estuvieron en el directorio de las AFP no tienen un conflicto de intereses?

Quiero pedir al gobierno que no nos trate de antipatriotas, porque nosotros no tenemos la plata en paraísos fiscales, no regalamos el cobre, no regalamos el litio, no regalamos la salud, no regalamos la educación, no regalamos el suelo ni regalamos los ahorros de nuestros padres y de nuestros abuelos.

Lo que le pedimos al gobierno es que se siente a conversar en serio, que busque acuerdos y que asuma y llame a un plebiscito a todos los chilenos para decidir si queremos o no queremos más AFP.

He dicho.

-Aplausos

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