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Homenaje
HOMENAJE EN MEMORIA DE DON ANDRÓNICO LUKSIC ABAROA .

Autores

El señor ASCENCIO (Presidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Zarko Luksic .

El señor LUKSIC (de pie).-

Señor Presidente, en nombre de la bancada de la Democracia Cristiana, rindo homenaje a un gran hombre público, Andrónico Luksic Abaroa , por su valiosa y reconocida contribución a nuestro país.

Don Andrónico nació en Antofagasta, el 5 de noviembre de 1926. Fue hijo de don Policarpo Luksic Lyubetic , un inmigrante croata que, como muchos otros que arribaron a nuestra patria, llegaron desde Dalmacia. Al igual que mi abuelo, era oriundo de un pequeño pueblo de piedra, Zutivan , que quiere decir “San Juan”, situado en la milenaria isla Brac, que baña el mar Adriático. Su madre fue Elena Abaroa , nieta del héroe boliviano de la batalla de Topate. Su familia, como muchas otras del Norte Grande, fue fruto de la fusión de la cultura europea con la americana.

Como anécdota, un compañero suyo de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile me contó que su parentesco con el héroe boliviano le significó salvar con éxito el tedioso y difícil ramo de derecho romano, ya que su profesor, Alcibíades Roldán , al percatarse de dicho parentesco, le pidió simplemente que hablara de la vida del famoso héroe.

Como muchos antofagastinos, viajó a Santiago a cursar sus estudios superiores, en su caso en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Terminó la carrera, pero no dio la licenciatura. Su memoria de título es importante resaltarlo versó sobre el liberalismo científico o neoliberalismo. De esta forma, desde muy joven, manifestó su interés por los temas económicos.

Si pudiéramos caracterizar a nuestro homenajeado, diríamos que fue un hombre perseverante, imaginativo, cuidadoso hasta en el más mínimo detalle y apasionado por los proyectos que acometía.

¿Y cuáles fueron sus grandes pasiones? Me permitiré mencionar al menos tres que, desde mi punto de vista, retratan su vida y justifican con creces este homenaje. La primera, su familia, compuesta por su mujer, Iris Fontbona , sus hijas e hijos, su hermano Vladimir , sus nueras, yernos y nietos, que integraban su gran prole.

Conoció a su señora Iris decía él desde chiquilla; Incluso, una vez me contó que iba a buscarla al colegio. Fue su amor entrañable y compañera por casi cincuenta años. Por sus hijos Andrónico , Guillermo , Jean Paul , Paola y Gabriela , que nos acompañan esta tarde, sentía un legítimo orgullo por las variadas actividades que en el ámbito empresarial, minero, bancario, deportivo y social emprendían con singular éxito.

Su segunda gran pasión fue la minería. Desde muy joven, particularmente después de volver de un viaje a Europa, en la década del 50, se dedicó en cuerpo y alma, como un pirquinero más, decía, a buscar en las rocas, en las arenas ardientes del desierto y en la montaña la veta, el mineral escondido. Así encontró numerosos yacimientos, el más destacable la mina El Tesoro. Además, se hizo de Michilla y Los Pelambres, su último gran orgullo, donde invirtió una gran cantidad de millones de dólares.

La minería le gustaba tanto que sabía su historia, sus características y los procesos de extracción y de elaboración de las minas, tanto de su propiedad como de las ajenas

Más de alguna vez me reclamó por la poca información que tenemos del tema quienes somos autoridades del tema minero. Me señalaba: “El esfuerzo y el riesgo que hay que poner en la actividad minera no se reconoce lo suficiente”. Por eso, nunca le gustó la ley del royalty minero.

Similar cariño tenía por el ferrocarril AntofagastaLa Paz, que es una de las pocas empresas cuyos valores se transan en la Bolsa de Londres, razón por la cual durante un buen tiempo vivió seis meses del año en la capital inglesa y los otros seis, en Santiago.

Una vez me contó que ese trajín era demasiado costoso para su familia, por lo que un día decidió irse a Santiago para estar con ella.

Con respecto a las otras empresas que creó o transformó, la información es conocida. Algunas se encuentran aún reunidas en el holding Quiñenco , que preside su hijo Guillermo; está también el Banco de Chile, cuyo vicepresidente es su hijo Andrónico, y el holding Antofagasta Minerals , dirigido por su otro hijo Jean Paul .

Nos decía: “En todas las actividades empresariales hay que actuar con audacia, trabajar duro, contar con un buen equipo, gastar poco.”

Jean Paul , en la misa de despedida, nos recordaba alguno de sus dichos: “El que guarda siempre tiene.” y “Si la suerte no llega, hay que ir a buscarla.”

Su tercera pasión era la tierra de sus ancestros, la antigua Dalmacia , colonia romana, después Yugoslavia y hoy Croacia. Siempre estuvo ligado a ella. Una vez me contó que al finalizar la segunda guerra mundial, estando Tito en el poder, partió a construir la nueva Yugoslavia junto a otros hijos de inmigrantes croatas. Estuvo poco tiempo, pero lo suficiente para darse cuenta del régimen autoritario que se venía.

Posteriormente, cuando Yugoslavia entra en guerra civil y termina desmembrándose, asume un rol protagónico en la creación de la nueva república de Croacia. Su contribución fue fundamental para que Chile, durante el gobierno del presidente Aylwin, fuera el primer país de América en reconocer a la nueva nación.

Fue amigo de Franco Tudjman, primer presidente de la nueva Croacia, bajo cuyo mandato se arriesgó mucho, pues fue el primer empresario que invirtió en ese país cuando éste aún estaba en guerra. Famosa fue la adquisición de la industria cervecera Karlovacka Pivovara , que estaba situada a seis kilómetros de la zona de fuego. Me consta, por un viaje que realicé a Croacia acompañando al Presidente Lagos, el cariño y el aprecio que le tienen en ese país. Hablar de Andrónico, como le llamaban, era referirse a un hijo dilecto de ese país balcánico.

Posteriormente, siguió invirtiendo en el rubro turístico en diferentes zonas de Croacia. Entre sus adquisiciones se cuenta una propiedad que persiguió por casi cincuenta años: la villa Sherezade , situada en la preciosa ciudadela de Dubrovnik. Con alegría nos relataba que ésta había sido construida por un banquero suizo para su amante turca, una especie de princesa del medio oriente.

El relato fantástico de la compra de la villa era el mismo que hacía con pasión cuando descubrió y luego compró su primera mina, El Tesoro; cuando Los Pelambres aumentaba su producción después de una cuantiosa inversión o cuando se refería a los nuevos baños y habitaciones que había financiado para los alumnos de escasos recursos que asistían a la escuelagranja Pascual Baburizza , al que se refirió con tanto detalle el colega Forni , que mantenía en la ciudad de Los Andes. Estaba muy orgulloso de haberle puesto calefacción o de haber arreglado la capilla de esa preciosa hacienda. La misma pasión exhibía cuando se deleitaba con un rico plato, con la uva que iba creciendo en su hacienda de Los Andes o con unos livianos, como decía, alfajores de maicena.

Era un hombre generoso, agradecido de la vida, optimista y sencillo; me atrevería a decir que estaba muy lejos del prototipo del empresario.

Señor Presidente, estimados colegas, querida familia, señora Iris, Andrónico , Guillermo , Jean Paul , Paola y Gabriela ; amigos del entrañable Andrónico Luksic Abaroa , hablar de nuestro homenajeado implica un relato mucho más extenso.

Por eso, quiero terminar diciendo que Andrónico Luksic rememora la parábola de los talentos: recibió muchos talentos del Padre, cumplió su tarea con sencillez y generosidad y los multiplicó con creces, no sólo en lo material, sino también en lo auténticamente espiritual. Para muchos fue, entre ellos me incluyo, un verdadero maestro, cuyos consejos y obra jamás olvidaremos y perdurarán en el tiempo.

He dicho.

Aplausos.

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