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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Especial N° 35
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1973
Índice

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Intervención
CUMPLIMIENTO DE LA LEY SOBRE CONTROL DE ARMAS.

Autores
El señor TEITELBOIM.-

Señor Presidente, también adhiero a lo que manifestó aquí el Honorable señor Silva Ulloa. A mi juicio, la indicación es un error desde el punto de vista constitucional, y la Mesa debió declararla inadmisible por contravenir una norma expresa de la Carta Fundamental.

Considero muy grave lo que se propone, pues se convierte al Senado en una especie de monitor de las Fuerzas Armadas, de maestro de ellas que les enseña cuál es su deber o las instruye respecto de algo que se supone que no saben; porque si se supone que lo saben, no hay para qué instruirlas al respecto. Además, la proposición encierra una incitación abierta a deliberar.

Por ese motivo, creemos que no se puede inferir a los institutos armados algo que yo reputo como ultraje, o bien; como manifestación de desconfianza en cuanto a que no van a cumplir con la misión que la ley les encomienda.

Estimo que esta resolución, en apariencia inocente, tendrá repercusiones hacia el futuro. Y este Senado se está pareciendo demasiado al del año 1890.

Comprendo que las pasiones son muy fuertes y que a veces nos llegan a todos, especialmente en un recinto como éste, donde se congregan cincuenta personas que, individualmente consideradas, pueden ser muy racionales, pero que en conjunto y por la presión del ambiente, transforman la atmósfera en poco propicia para el debate y para poder pensar fríamente en qué es lo que estamos viviendo y cuál es la responsabilidad de nuestras palabras o acciones.

Deseo recordar que cuando en 1969 se produjo el tacnazo, el Partido Comunista adoptó una actitud de respaldo real al régimen constituido: la CUT salió a la calle a defender un Gobierno que no era el nuestro y por el cual no teníamos simpatía. Y lo hicimos porque consideramos que la defensa del régimen democrático representaba un valor superior.

Por eso, estimo que las palabras pronunciadas por el Secretario General del Partido Comunista al discutirse la ley sobre Control de Armas y recordadas aquí por el Senador señor Ochagavía, en el sentido de que se trataría de mezclar al Ejército en una función que no le correspondía se corría el riesgo de que así fuera, se han visto justificadas, por desgracia, con el caso de una denuncia tan irresponsable como la referente al depósito de armas en el Cementerio Metropolitano. Al fin y al cabo, que gente de Derecha, responsable, tenga algo que ver en una denuncia realmente macabra y que induce a fuerzas tan respetables, sólo en virtud del mérito de la denuncia, a abrir muchas tumbas como las fotografiadas por el diario El Mercurio y publicadas por éste en su edición del domingo pasado, es un hecho que debiera hacernos reflexionar. Porque si a ese deporte tan poco honroso nos dedicamos tanto los de Derecha como los de Izquierda, Chile puede convertirse en el país de las mil denuncias diarias, ponerse más insufrible y hacer que su atmósfera se torne más intolerable.

Junto con señalar que, a mi juicio, es a las Fuerzas Armadas a quien corresponde aplicar la ley, estimo que en alguna forma el denunciante de hechos como el anteriormente denunciado, debe hacerse responsable de la verosimilitud o seriedad de sus denuncias.

Por esas razones y confiando en que El Mercurio no mienta, por lo menos en cuanto a la transcripción de las versiones textuales del Senado creo que basta con lo que aparezca allí, me pronuncio claramente en contra de la petición de transcribir el debate a los Jefes de las Fuerzas Armadas.

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