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Homenaje
HOMENAJE AL LICEO N° 1 DE NIÑAS DE VALPARAÍSO EN EL CENTENARIO DE SU CREACIÓN.

Autores

El señor VIERA-GALLO (Presidente).-

Tiene la palabra el Diputado señor Smok.

El señor SMOK (de pie).-

Señor Presidente, el 23 de diciembre de 1891, cuando hacía poco habían callado los cañones en Concón y en La Placilla, se dictó el decreto N° 1.009, el cual, textualmente, decía:

"Hoy se decretó lo que sigue.

"Considerando:

"l°) Que por decreto de 3 de marzo de 1888 se aceptó la donación de 9.240 metros cuadrados de terreno en Valparaíso, que donó a la Nación don Carlos Waddington, con la obligación de que el Gobierno construyera en dicho terreno, en el plazo de 4 años, un edificio especial para un Liceo de Niñas.

"2°) Que, en conformidad al decreto de la misma fecha, nombrando una comisión para estudiar los planos de un edificio, se determinó que el nuevo establecimiento debería tener un internado de 150 alumnas y una sección de hasta 200 externas y medio-pupilas.

"3°) Que para contratar en Europa al personal docente adecuado para plantear un instituto de enseñanza secundaria de la mujer, conforme a los principios de la educación reconocidos como los mejores, fue comisionada doña María Franck de Mac Dougall por decreto del 6 de abril de 1889.

"4°) Que desde enero del presente año se encuentran en el país las personas con-tratadas por la referida señora, en Inglaterra, Francia y Alemania para servicio de aquel establecimiento.

"5°) Que es deber del Estado, en cumplimiento del precepto consignado en el artículo 144 de la Constitución fomentar la Educación Pública de ambos sexos, y

"6°) Que la generosa donación del vecino de Valparaíso, don Carlos Waddington, a la vez que impone al Gobierno la obligación reconocida por los decretos ya citados, merece ser recordada de una manera especial.

"Decreto:

"1°) Establécese en Valparaíso, un colegio para señoritas que llevará el nombre de "Instituto Carlos Waddington".

"2°) El mencionado establecimiento tendrá un internado, una sección medio- pupilas y un externado, y

"3°) Nómbrase una comisión, compuesta por don José Abelardo Núñez, doña María Franck de Mac Dougall y doña Adriana Blodeau, para que presente al Ministerio de Instrucción Pública los proyectos de reglamento y plan de estudios necesarios para la organización del "Instituto Carlos Waddington".

"Anótese y publíquese.

"Firmado: Jorge Montt

"Isidoro Errázuriz".

En Chile existía un número escaso de escuelas primarias para mujeres y muy contados colegios particulares donde se educaba a las hijas de las familias acaudaladas y se les impartía rudimentarios conocimientos acerca de la educación secundaria. Curiosamente, ya un par de décadas antes, a través del controvertido decreto Amunátegui, se había autorizado el ingreso de la mujer a la universidad.

El citado instituto comienza a funcionar el 19 de abril de 1892, a la sazón el primer liceo para señoritas en Latinoamérica, en una lujosa residencia que se arrienda en Victoria con Uruguay, mientras se construye el edificio en Avenida Argentina N° 759.

Con el terremoto de 1906, sufre el edificio; con el de 1908, sufre la institución. Un acuerdo del Consejo de Instrucción Pública declara que el Liceo de Niñas de Valparaíso no tiene derecho a ser considerado como establecimiento de segunda enseñanza.

La señora Franck, su Directora por 24 años, alemana de Danzig, educada en Berlín, en sus memorias decía:

"Me dirigí al Supremo Gobierno con estas frases: "No escapará a la vasta penetración del Honorable Consejo de Instrucción Pública la justicia de mis aspiraciones, como fundadora de este plantel de educación, que tienden a mantenerlo a la altura intelectual que le corresponde entre los establecimientos de su categoría y haber coronado con el mejor éxito los sacrificios que causa al erario público su dotación y su mantención.".

Finalmente encontró la eficaz ayuda de la Junta de Vigilancia del Liceo, que presidía don Jorge Montt. Esto representa uno de los elementos más importantes en la conquista de los derechos de la mujer, larga y señera batalla en nuestra historia, que no sólo se da en Chile, por cierto, y que tiene un momento especial en la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que, en 1979, aprueba la Asamblea General de las Naciones Unidas y que es ratificada por el Gobierno de Chile sólo diez años más tarde.

¿Qué dice el artículo 10a de la Convención, en lo que se refiere a la educación? "Los Estados partes acordarán las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer, a fin de asegurarle la igualdad de derechos con el hombre en la esfera de la educación y, en particular, para asegurar las condiciones de igualdad entre hombres y mujeres", y establece una larga serie de ocho tópicos sobre los cuales deberá versar.

¿Cuál es la situación un siglo después? Cien años después, tanto mujeres como hombres están en la educación básica; tanto mujeres como hombres están en la educación media. El acceso a la educación, en general, es universal y común para ambos sexos. Las mujeres constituyen el 46 por ciento de los estudiantes de educación superior. Hoy, son mujeres un cuarto de los estudiantes de Ingeniería, un tercio de los estudiantes de Derecho; el 55 por ciento de los estudiantes de Ciencias Humanas, el 80 por ciento de los estudiantes de Pedagogía. ¿Es el fin de la historia? ¿Se terminó la lucha? ¿Estamos garantizados y en paz?

La integración de la mujer en el desarrollo, en igualdad y equidad, ciertamente, implica todo un proceso de educación e información. La integración social, base del equilibrio de una sociedad democrática, requiere la incorporación plena de todos los sectores que la componen. Las mujeres conforman más de la mitad de la población, y aunque nuestra Constitución Política les asigne igualdad ante la ley, ésta no está realmente contemplada en numerosos cuerpos legales y la vida diaria nos revela una preocupante situación de desventaja, en especial en relación con los sectores más pobres.

En este punto, no sólo quiero destacar la larga y señera lucha de muchas mujeres por alcanzar la igualdad en el reconocimiento y en el ejercicio de sus derechos, sino que también de las que empezaron a estudiar en el que hoy es el Liceo de Niñas Ne 1 de Valparaíso, de aquellas que han formado generaciones de chilenos.

En Chile, uno de cada cuatro docentes de la educación superior es mujer; son mujeres el 60 por ciento de los profesores de educación media, el 75 por ciento de los maestros de la educación básica y el ciento por ciento de los que forman a nuestros niños en la etapa preescolar.

Evidentemente, están relacionados estudiantes y docentes en la larga y fructífera lucha que hoy culmina en el acceso a la educación. Cada niña chilena tiene garantizado su asiento e igualdad de posibilidades. El Estado o el bolsillo de sus padres posibilita una educación de buena calidad, cuyos contenidos técnicos, científicos y morales contribuyen a la formación de un ser íntegro, capaz y sensible en la sociedad.

Desde estas bancas, estamos con la educación.

Queremos impulsar un cambio cultural; crear conciencia de la real igualdad de dignidad, cada uno en su especificidad de hombre y de mujer, y de la necesidad de cooperación de uno y otro en funciones que antes se separaban. Esperamos avanzar hacia una sociedad que dé cabida a cada uno de sus miembros, donde hombre y mujeres puedan, a partir de su propia condición y experiencia, mejorar la vida de todos los habitantes de la tierra.

Este es el sentido del saludo a las alumnas del Liceo de Niñas N° 1, a su cuerpo docente y a Valparaíso, el primero de tantas luchas justas, por celebrar un centenario señero.

He dicho.

Aplausos.

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