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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N° 4
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria número 320
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Intervención
LIBERTAD DE EXPRESION EN CHILE.

Autores

El señor VIERA-GALLO (Presidente).-

Tiene la palabra, en su segundo turno, la bancada de la Democracia Cristiana. Hará uso de ella el Diputado señor Sergio Elgueta .

El señor ELGUETA.-

Señor Presidente, la libre comunicación de los pensamientos, la posibilidad de expresar, e imprimir sin censura previa, se contiene ya, en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en 1789. Eso formaba parte de la vida de Chile. La libertad de expresión, sin censura previa, era un derecho esencial, y su regulación legal era aceptada casi sin objeciones.

En 1973, se alteró la convivencia cívica y, por supuesto, la situación de la prensa. Afectó a los periodistas, a los propietarios de los medios, a la libertad de expresión.

El castigo aéreo y terrestre de radios era concordante con el bando N°12, que advertía "Cualquiera información dada al público y no confirmada por la Junta, determinará la inmediata intervención de la respectiva empresa". Y el bando N° 15, en medio del torbellino, hablaba de "la depuración de la prensa".

Se produjeron clausuras. El propio diario "El Mercurio" y la "Tercera" estaban afectos a las censuras previas.

El decreto ley N°14, de ese año, inició la depuración, autorizando a la fuerza pública para recoger, sin más trámites, los escritos contrarios a las buenas costumbres.

Los primeros diarios censurados fueron "Las Ultimas Noticias" y "Tribuna", por una edición a los 28 días del Golpe. Gonzalo Alfaro decía: "Estamos peor que con Allende".

Los decretos leyes N°77 y 78, al proscribir los partidos de Izquierda, prohibían toda clase de propaganda. El diario "El Mercurio" reclamaba en octubre de 1973, mientras la revista "Que Pasa" daba cuenta de que, por orden superior, suprimía sus páginas 6 y 7.

El 21 de febrero de 1974, "moría" el diario "La Prensa", democratacristiano, que no pudo soportar la ausencia de debate nacional y el ahogo financiero. "El Mercurio" aducía, entretanto, que la censura era "un tributo inevitable". Mientras "Tribuna", tabloide de Derecha, estaba suspendido indefinidamente, se conoció el 11 de marzo de 1974 la Declaración de Principios de la Junta Militar, en la que se afirmaba que la libertad de expresión era "un derecho natural y superior del hombre, anterior al Estado". En octubre de 1974, el propio General Pinochet confiaba en "el buen criterio de los profesionales de la información." Sin embargo, "Política y Espíritu" era clausurada el 4 de noviembre de 1975, mediante un simple bando, por haber distorsionado la realidad nacional. La propia SIPP en octubre, reconocía la ausencia de libertad de prensa óptima.

El decreto ley N° 1.281, de diciembre de 1975, estableció la sanción de suspensión hasta por seis ediciones, por desfigurar hechos, falsearlos o por producir alarma, dando competencia a la justicia militar, todo ello, pese a las protestas del Colegio de Periodistas, de diarios y de revistas.

La revista " Ercilla ", el 23 de marzo de 1976, fue la primera víctima, requisándose su edición por sus sediciosos artículos. La radio " Balmaceda " dejaba de existir. DINACOS explicaba su filosofía sobre la libertad de expresión:"...pero para quienes abusan de ella o la usen con propósitos mezquinos, la autoridad del régimen no puede tener la menor complacencia."

En junio de 1976, el General Garay censuró a "La Tercera" por varios días, cuando algunos abogados reclamaron ante la organización de Estados Americanos.

Mientras se discutían las Actas Constitucionales, el Jefe de Zona de Copiapó, el 17 de marzo de 1977, suspendió por 6 días las páginas regionales de "El Mercurio" y, posteriormente, las suspendió indefinidamente, porque las noticias "producían disgusto en la población".

En seguida, el Bando N°107, exigía autorización para fundar impresos, mientras el decreto ley 1.967 disolvía todos los partidos políticos. Un Coronel Araya, con cierto humor negro, aludía al bando como "una facilidad a quienes quieren escribir y no saben cómo hacerlo".

A su vez, "El Mercurio" denunciaba que DINACOS prohibía la importación de libros. Un Coronel, Oscar Figueroa , el 17 de mayo de 1977, en Arica, prohibía toda información sobre un ovni, dado "su carácter militar".

El Bando N°111, de abril de 1978, prohibió la circulación de la revista "VEA", por publicar la detención de 12 dirigentes democratacristianos; y el Bando N° 111 impidió conocer la relegación al norte de 7 dirigentes.

La primera suspensión administrativa la practicó el General Morel Donoso, a "La Segunda", en sus ediciones N°23 y 24 del año 1978, por publicar una entrevista a Claudio Orrego . Hermógenes Pérez de Arce y "El Mercurio" recordaron que eso jamás había sucedido bajo el Gobierno de Allende.

Pero no sería la única: la revista "Hoy" fue suspendida por dos meses por publicar entrevistas a Clodomiro Almeyda y a Carlos Altamirano . Fernández, Ministro del Interior, adhirió a la medida y amenazó "con adoptar todas las medidas legales y administrativas". La prensa, la SIP, protestaron, pero los recursos judiciales no prosperaron.

El 6 de mayo de 1980, DINACOS no autorizó la circulación de "Gente Actual" y Emilio Filippi afirmaba que no había libertad de prensa en Chile.

"Moría" "El Cronista", y "resucitaba" "La Nación" según se decía"" para defender a la Patria de la degradación social".

La Asociación Nacional de la Prensa, en junio de 1980, reclamaba una real libertad, pero el General Humberto Gordon prohibía publicar la identidad de los testigos y sus relatos sobre actos terroristas.

La Constitución de 1980 incluyó las Garantías Constitucionales, pero también su fatídica disposición vigésima cuarta transitoria. Así, se dictaron el decreto ley 2.775 y la ley 18.015, que restringieron las libertades de prensa y la fundación de impresos, con más multas y penas, haciendo responsables a sus directores.

En 1981, "Las Ultimas Noticias" y "La Tercera" son obligados a eliminar sus suplementos "Sólo para Mayores" y "Temas de Hombre".

La revista "APSI", en julio de 1979, dio upa larga batalla judicial, que ganó, para publicar sus comentarios nacionales.

Los decretos supremos 1.029, y 1.577, de 1981, prohibían destacar los actos terroristas. Su primera víctima fue "Las Ultimas Noticias". La "Voz del Choala", el 17 de febrero de 1982, fue requerida por el General Luis Serr, a raíz de la publicación de un artículo titulado "Se va el Alcalde, también el Intendente".

Algo inédito en Chile: en 1982, Israel Bórquez , Presidente de la Corte Suprema, por cadena nacional de televisión, pontificó sobre la publicidad de hechos delictuosos. Las protestas surgieron de todos los sectores.

"APSI" fue prohibida el 24 de septiembre de 1982. Todos los recursos judiciales se perdieron. Debió pedir nueva autorización.

Otra batalla fue la de " Fortín Mapocho ", en 1983, años de las protestas y de las exclusiones de noticias políticas. Empiezan las querellas contra "Análisis" y Juan Pablo Cárdenas y una larga nómina de periodistas comparecen en los tribunales ordinarios y militares.

El resto se ha informado acá y es historia reciente.

La prensa regional no estuvo exenta de peligros. Con medios prácticamente artesanales, sin respaldo oficial, ya que se preferían las grandes cadenas, sin créditos estatales para renovarse y con una implacable competencia de los medios proclives al régimen militar, sin preferencia en la distribución del avisaje, ha sobrevivido gracias a su estilo combativo y activo en favor de la libertad y del progreso regional y local, y a los periodistas que hacen Patria lejos de la capital y a sus dueños y trabajadores que se empeñan también en sobrevivir. En esta Cámara rindo igualmente homenaje a los luchadores, regionales y locales, que orientan a la comunidad en todo tiempo y en esta etapa democrática.

He dicho.

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