Labor Parlamentaria

El señor FLORES, don Iván (Presidente).-

Tiene la palabra el diputado Pablo Prieto .

El señor PRIETO (de pie).-

Señor Presidente, en honor al tiempo, aprovecho de saludar, por su intermedio, a nuestra querida alcaldesa Virginia Reginato , a la sociedad anónima que está a cargo de Everton, a la corporación, a sus hinchas y también al plantel del jugadores, tanto de la serie de inferiores como de adultos.

Desde esta tribuna tengo el honor y privilegio de rendir un homenaje a una de las instituciones de mayor prestigio e historia en el deporte nacional. Son conocidos como los ruleteros, los guata amarilla, Ever Forever, el Oro y Cielo o los auriazules. Me refiero al Club Everton de Viña del Mar, que el próximo 24 de junio cumple 110 años desde su fundación.

A lo largo de su historia está institución ha incursionado en distintas ramas del deporte, aunque el fútbol ha sido su actividad principal desde su incorporación a la primera división en 1944.

Muchos son los hitos, leyendas, alegrías y lágrimas de más de un siglo. Entre los méritos de Everton destacó lo que más me identifica, que sea un baluarte del deporte de regiones, que logra romper el centralismo que inunda nuestro país en casi todas sus actividades; solo lo supera Cobreloa .

Everton es uno los equipos de provincias que más veces ha sido campeón, desplazando en varias ocasiones al aplastante poderío de los clubes y equipos capitalinos. En primera división en las temporadas de los años 1950, 1952, 1976 y 2008; en primera B en 2003 y en la Copa Chile en 1984.

Everton ha sido embajador de Chile en las canchas de América, en las copas Libertadores de los años 1977 y 2009, y en la Copa Sudamericana, en las temporadas 2017 y 2018.

Hablar de Everton es referirse a la historia de la ciudad de Viña del Mar, a sus habitantes, a la experiencia de vida, cultura y costumbres de su gente; es hablar del aficionado que camina con ansiedad, como cumpliendo un rito, entre amigos y familiares, por los costados de la laguna Sausalito , para ocupar un lugar, su lugar, en las graderías.

Honorable Cámara de diputados y diputadas, tengo un pasado deportivo que me dio la posibilidad de defender a Everton en las temporadas 1986 y 1987, de las que guardo el mejor de los recuerdos.

Bajo la presidencia del doctor Marín tuve el privilegio de compartir camiseta con grandes jugadores como el gran capitán Domingo Sorace , Carlos y Juan Rojas, Marco Antonio Figueroa , Leonel Contreras , Ivo Basay , Jhonny Ashwell , Edgardo Geofroy y el flaco Cortés, entre otros.

Además de lo netamente deportivo, tuve la fortuna de entablar una cálida amistad con René Meléndez , de conocer a Ricardo Biondi y tantos a otros jugadores históricos, que llevaban a Everton en el corazón y que de cada palabra se lograba sacar una enseñanza.

Más allá de cualquier consideración anecdótica, de la lotería de los resultados, de los ascensos y descensos, de las tardes de gloria y de las otras, Everton es un patrimonio de Viña del Mar, es sentimiento a una institución con tradición e historia, que le debe también su permanencia en el tiempo a grandes dirigentes que en épocas pasadas no dudaban en disponer de su propio patrimonio en beneficio del club como don Óscar Marín , Antonio Martínez y Antonio Bloise , entre otros. Quiero hacer una mención especial a don Óscar Padró , quien estuvo más de treinta años manteniendo el estadio Sausalito , y siendo un gran dirigente.

Los tiempos han cambiado y hoy la relación no es como la de antaño, de cercanía entre el club y sus hinchas, quienes tenían derecho a voz y voto.

Es un hecho muy llamativo que el club Everton, que juega en la liga chilena y que hace de local en Viña del Mar, tenga como propietario de la concesión o franquicia a un extranjero, quien tiene en su poder la mayor parte de las acciones. Cabe tener presente que, pase lo que pase, la historia siempre les pertenecerá a los hinchas y a los habitantes de Viña del Mar, no a las sociedades anónimas; por lo tanto, su principal misión apunta a recuperar las confianzas con sus hinchas y a saber interpretar lo que ellos sienten y quieren. Los invito a cumplir cabalmente con su sentido de responsabilidad social empresarial.

Los hinchas de Everton no solo son un grupo de interés, sino los portadores de un sentimiento y de una pasión que trasciende de generación en generación, desde la histórica casona de calle Viana No 161, hasta el mítico estadio Sausalito .

Puedo decir con orgullo que no solo vestí y defendí los colores del Everton. Mi cariño será eterno a Everton y a Viña del Mar, y no olvidaré jamás que mi hija Valentina nació un 2 de junio de 1987, cuando era un joven que desplegaba mi mejor esfuerzo y anhelos en los pastos del Sausalito.

Mi saludo y reconocimiento a todos y todas quienes han hecho de Everton una gran institución.

He dicho.

-Aplausos.