Labor Parlamentaria

El señor FLORES, don Iván (Presidente).-

Tiene la palabra el diputado Jorge Brito .

El señor BRITO (de pie).-

Señor Presidente, también en nombre de mi compañeras Camila Rojas, quiero rendir este sentido homenaje, en especial a la hinchada de Everton.

Saludo, por su intermedio, a las autoridades que nos acompañan, a la alcaldesa Virginia Reginato , a los representantes de la Corporación, al señor Erasmo Zúñiga , exjugador y campeón en 1976, quien concurre como representante de la agrupación de exjugadores del club.

Saludo en especial a los tres valientes hinchas que nos acompañan en la galería porque ¿creen ustedes -quienes aún están en la Sala- que un club sano tendría más representantes de la sociedad anónima que representantes de la hinchada en un homenaje a sus 110 años? Nosotros creemos que no, y, una vez más, en este punto podemos tener profundas diferencias con las autoridades que nos acompañan.

Hoy saludamos, por medio de la hinchada de Everton presentes en la tribuna, a todas las hinchadas del territorio nacional que resisten a las sociedades anónimas y a la administración de sus clubes.

En estos 110 años de un club histórico, como Everton de Viña del Mar, hemos visto cómo ha pasado de ser una corporación deportiva a ser sociedad anónima, debido a que incluso los nuevos administradores del club, a diferencia de los demás clubes de Chile, se han hecho dueños de por vida de esta institución centenaria, mientras que la mayoría de los clubes de nuestro país fueron concesionados por una cantidad limitada de años a las sociedades anónimas.

Hoy saludamos al club deportivo Everton por sus 110 años de historia social y patrimonial, historia que sigue latente en los cerros de Viña del Mar, en su gente y en espacios como la agrupación de exjugadores oro y cielo, en Gómez Carreño , pero también en los cerros de Achupallas y también en Glorias Navales, en Reñaca Alto, en Santa Inés e incluso en cerros de Valparaíso, como el Cerro Esperanza donde se aloja el aguerrido club deportivo Orompello , de donde salieron jugadores de Everton como Carlos Medina , Santiago Pizarro , David Henry , Raúl Calderón , Carlos Verdejo y Manuel Rojas .

Una infidencia, otra más que puede que no le guste a nuestros colegas políticos: el ciudadano Salvador Allende era del oro y cielo. Así lo informó alguna vez la revista Estadio y volvió a certificar, con papeles en mano, la revista Hoy, en julio de 1986. Su ficha de inscripción data de 1922, cuando tenía 15 años, y cuando era senador de la República, Salvador Allende ratificó su pertenencia al club mediante una carta dirigida a su presidente de ese entonces.

Si bien el futbol no tiene partido político, sí tiene políticamente distintas formas de pensar en cómo se organiza. Creemos que algunos defienden el rol de las sociedades anónimas y otros defendemos el rol de las hinchadas y el que los clubes deportivos vuelvan a ser de sus socios.

Creemos que el futbol profesional es la cúspide de una pirámide social que comienza en los clubes de barrio, que pasa por los clubes amateurs y que culmina alentando a ser el héroe local que nos representa en los partidos de fin de semana.

Por estos 110 años de historia, por el nombre de Everton de Viña del Mar y por los miles de evertonianos y evertonianas, creemos que es necesario que los administradores del club y las autoridades comunales generen todas las instancias pertinentes para que la directiva actual, que es la misma desde hace muchos años, abra la corporación a todos los interesados, a los hinchas y simpatizantes, y que no siga trabajando con el mínimo de socios que exige la ley.

Recordemos que las corporaciones son las encargadas de mantener la identidad del club, que le quedaría enorme a las sociedades anónimas, las que en más de 10 años en nuestro fútbol han dejado en evidencia que la principal de sus motivaciones es la generación de recursos. Para eso son las sociedades anónimas, para hacer negocios, pero creemos que la identidad de los barrios y las organizaciones debe ser el primer interés de todas y todos.

Esto lo saben las autoridades locales. Algunos hinchas, a la diputada Camila Rojas y al que habla, nos han hecho llegar la denuncia.

Creemos que las familias evertonianas se han alejado bastante del Sausalito y de los espacios que pertenecen a todos.

Así fue como se remató la sede de Viana, bajo la firma de dirigentes que prometieron una casa del hincha y un nuevo gimnasio para el club. También murió el ajedrez, el básquetbol, el automovilismo y tantas otras disciplinas, porque Everton se hizo sociedad anónima bajo el alero de la actual administración comunal, y así es como el centro deportivo de Reñaca Alto, que fue entregado en comodato a la sociedad anónima, se mantiene en total hermetismo y muy lejos de la hinchada.

El llamado es claro: que lindo sería que abrieran la corporación y recuperen la participación de sus hinchas.

Qué vuelva la familia al Sausalito y que estos 110 años, que son de las y los evertonianos, sean por lo menos otros 110 años más.

He dicho.