Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Ordinaria N° 17
- Celebrada el 10 de abril de 2008
- Legislatura Ordinaria número 356
Índice
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El señor
Señor Presidente, comparto lo que se ha dicho en la Sala durante el transcurso de este debate respecto de que tiene sentido manifestar, a través de distintas iniciativas, nuestra preocupación por la igualdad de los derechos entre el hombre y la mujer en la vida moderna y terminar con toda forma de discriminación.
En ese sentido, me parece muy importante el proyecto de ley que resguarda el derecho a la igualdad en las remuneraciones, cuya discusión se inició en la sesión de ayer y se votará en la de hoy.
No me inspira lo mismo esta iniciativa, porque sus argumentos no son claros. Establece facilidades para alterar el orden de los apellidos, lo que permitiría, en mi opinión, de mala forma, solucionar un tema implícito en varias de las intervenciones que he escuchado. Me refiero al caso de aquellos padres que abandonan a sus hijos, incluso antes de su nacimiento, y que generan una relación muy dura en la vida de la mujer que asume la responsabilidad de criarlos y en la de ese niño o esa niña que a veces, lamentablemente, como el caso particular que dio a conocer la diputada Saa , no alcanzó ni a conocerlo.
Por eso, suponer que una iniciativa de esta naturaleza permitirá solucionar bien ese tipo de situaciones, me parece que es como el chiste de don Otto, quien decidió esconder el sofá para evitar la infidelidad de su mujer.
Si queremos obligar al padre a una paternidad responsable, a reconocer y asumir su responsabilidad en el desarrollo futuro del hijo, mal podemos entender que un proyecto de este tipo sea una buena solución cuando lo que hace es esconder precisamente la paternidad por la vía del cambio de apellido.
Esa argumentación no me cuadra. Más aún, varios diputados y diputadas que me antecedieron en el uso de la palabra no lo han dicho, pero ven en esta iniciativa una forma de reparar situaciones ya pasadas, también muy frecuentes en el mundo rural y que ha significado que muchos escondan o no estén dispuestos a reconocer la paternidad de niños, porque eso trae consigo algún tipo de efecto o de denuncia social, por decirlo de alguna forma.
Esta iniciativa no puede presentarse como una solución a situaciones de ese tipo, pues la legislación intenta abordarlas de una forma distinta.
Comparto la argumentación que se ha entregado aquí, cosa rara pues casi nunca logro concordar con algunas personas sobre ciertos temas. Comparto todas las dudas citadas por el diputado Mulet . Pero es preocupante la posibilidad de que en distintos momentos de la vida, por una decisión que puede variar, que no es consistente necesariamente, haya hermanos que no tienen cómo reconocer la calidad de tales por sus respectivos apellidos.
Esto no es un hecho menor, no veo que la iniciativa lo resuelva bien, con facilidad. Más aún, pasa con muchos proyectos que aprobamos sólo porque resulta interesante respaldarlos, pues, en caso contrario, uno no va en la marea. Al final, estos terminan siendo “arreglados en el Senado”.
La diputada Antonieta Saa , con un razonamiento que no comparto en un ciento por ciento, destaca los derechos de la mujer en esta materia, lo que constituye un discurso muy feminista, con sentido y con fuerza.
No estoy negando su relevancia; me parece bien que tenga una actitud permanente en este tipo de temas. Pero en este caso particular, esa argumentación es contradictoria con otros factores que nada tienen que ver con la defensa de los derechos de la mujer.
Quiero dejar constancia de que el proyecto, tal como está planteado, no me parece bueno y que votaré en consecuencia.
He dicho.