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Homenaje
HOMENAJE A IQUIQUE EN SU ANIVERSARIO

Autores

El señor LAGOS .-

Señor Presidente , el pasado viernes 23 se cumplió un aniversario más de la incorporación de Iquique a Chile como una natural consecuencia de la victoria de nuestras armas en la Guerra del Pacífico en 1879. En esa memorable ocasión fue designado Jefe Político de la ciudad y región el Capitán Patricio Lynch, quien tan destacada actuación tuvo durante todo el desarrollo del conflicto, llegando, por sus sobresalientes méritos militares, al grado de Almirante. Su recuerdo es honrado en los hogares del Norte Grande.

Como iquiqueño y Senador por la Primera Región , junto con recordar tan extraordinario acontecimiento, me permito saludar cariñosa y afectuosamente a todos mis coterráneos y a quienes han hecho de Iquique su nuevo hogar.

Este saludo tiene diversos propósitos, pero especialmente el de rendir un homenaje a aquellos extraordinarios chilenos que, con talento de visionarios estadistas, con la pluma, con coraje o con su sangre, lograron algo increíble: hacer avanzar nuestras fronteras a territorios aparentemente extranjeros, pero donde sus habitantes, en número cercano al ciento por ciento, eran chilenos.

Sin quererlo, nuestro país, por la insensatez y los intereses de gobernantes de terceras naciones, se vio arrastrado a un conflicto con el que se pretendió destrozar la economía chilena y reducirnos a la mínima expresión.

La ciudadanía, temiendo la destrucción que podían causarnos las armas combinadas de dos países, se unió férreamente en torno de los gobernantes y se volcó de lleno a los cuarteles militares, buscando puestos de peligro para luchar por nuestra patria.

Las fuerzas enemigas no contaron con que el chileno, en sus momentos de prueba, sabe sacar fuerza y resolución; con que nuestros corazones no tiemblan; con que la voluntad de vencer siempre es más fuerte, decidida a todo. De ahí salió la consigna de victoria: "¡A vencer! ¡Jamás aceptar la derrota!". Tiene razón el Ejército cuando proclama: "¡Siempre vencedores; jamás vencidos!".

En viejos libros se puede leer parte de algunas arengas pronunciadas por los líderes civiles, militares y religiosos de la época. De ellas aprendimos que los sentimientos patrios son más que nuestro territorio, que las casas y los templos que en él se levantan, y que nuestra bandera tricolor, que con cariño hacemos flamear. ¡Son mucho más que eso! Patria es la gran familia que todos formamos; es la media lengua con que las criaturas pronuncian nuestro idioma; es el cariño con que damos los buenos días a vecinos y conocidos; es la abnegación con que la cónyuge ayuda a la mujer amiga a dar a luz su primer niño. Patria es lo que nos rodea y hace grata la vida. Dios y patria: la verdad de las verdades.

Las heroínas olvidadas

Quiero aprovechar esta oportunidad para rendir el más cálido homenaje a las mujeres de mi patria, expresando la gran admiración y el respeto que merecen, en la persona de una noble joven dama de la sociedad santiaguina que demostró, con creces, lo que se puede hacer por Chile cuando se tienen un corazón, una energía, una resolución, un talento y una fuerza superiores.

Me refiero a una de las grandes heroínas olvidadas; una joven de enormes ojos verdes, con una apariencia delicada, pero que tenía una fortaleza poco conocida: Leonora Latorre , símbolo excelso de amor por la patria, cuyo nombre debiera honrar a muchas calles del país, y su relevante historia, ser estudiada en todos los colegios.

El sacrificio de esta extraordinaria mujer, quien tuvo preponderante actuación en Iquique y en toda la Guerra del Pacífico, evitó la muerte de miles de compatriotas y permitió además, con su sagacidad y la oportunidad de sus informes, que muchas batallas se dieran con la seguridad del triunfo.

No sería justo pasar esta ocasión sin hacer extensivo este homenaje a las heroicas jóvenes que partieron a la guerra siguiendo a sus novios, maridos, hermanos o padres. Con el nombre de "camaradas", "soldadas" o "cantineras", vivieron las penalidades y sufrimientos de la guerra. Fueron cientos estas heroínas mártires, quienes permanecerán para siempre en el anonimato. Sus cuerpos destrozados por las balas y los corvos enemigos quedaban tendidos en cualquier parte. Muchas fueron; muy pocas regresaron. Honor a las heroicas cantineras María Quinteros (conocida como " María la Grande "), Leonor González y "La Juana" (la historia no registra su apellido). Todas ellas y centenares más dieron sus vidas para que Iquique fuera chileno.

Ilustres iquiqueños

No puedo dejar pasar esta ocasión sin rendir el más cálido homenaje a los trabajadores de mi patria en las recias personalidades de dos ilustres deportistas iquiqueños: Estanislao Loayza y Arturo Godoy .

Ambos, al igual que muchos otros grandes del deporte chileno que cubrieron de honor nuestras enseñas, supieron desde la más temprana edad lo que son la camanchaca y el terrible calor de la pampa. Endurecieron sus piernas y dieron fuerza a sus músculos corriendo horas y horas por las dunas.

Loayza y Godoy, nacidos en Iquique, pero "chilenazos", son una prueba elocuente de hasta dónde pueden llegar el esfuerzo y la tenacidad de los hombres que vieron la luz primera en ese suelo tan querido.

El empuje, el coraje y el corazón chilenos hacen que miles de compatriotas desempeñen los más rudos e increíbles trabajos en los lugares más inhóspitos de la tierra. Pareciera ser que buscar esas faenas es como un desafío para demostrar al mundo la capacidad de adaptación, aprendizaje rápido y resolución de salir adelante.

En las personas de Antonio Prieto y sus hermanos, rindo homenaje al arte y al folclor de Chile.

En la persona del doctor Amador Neghme Rodríguez, mi homenaje a la ciencia, la cultura y el futuro del país.

En los edificios del Casino Español y del Teatro Municipal de Iquique, mi homenaje a los arquitectos y a todos los profesionales universitarios.

En las figuras señeras de Arturo Prat; Juan de Dios Aldea Fonseca ; Ignacio Serrano Montaner ; Eleuterio Ramírez Molina , Jefe del Regimiento 2° de Línea , y Bartolomé Vivar , Teniente Coronel y segundo Comandante del Regimiento 2° de Línea, quienes dieron sus vidas, al igual que otros miles de compatriotas, para que Iquique se incorporara a Chile, mi más emocionado homenaje a las Fuerzas Armadas.

En las personas de los insignes maestros don Esteban López Bastías y don Aurelio Cortés, mi homenaje a los profesores chilenos.

No puedo olvidar el acierto del Presidente de la República don Jorge Alessandri al designar como Intendente de Tarapacá a don Esteban Sacco Pertini.

En la persona de mi amigo Francisco Lasala Sciaraffia , mi homenaje al comercio, a la Municipalidad y a sus trabajadores, por quienes siento gran admiración, atendido el esforzado trabajo que realizan.

En las personas de Ernesto Vicentelo Moya , Santiago Bajinay Videla , José Cáceres Galea , Carlos Albarracín y Ambrosio Ramón Alfaro , mi más sincero reconocimiento a los pescadores artesanales de las diferentes caletas de Iquique y de todo el país.

En la increíble persona del mariscador ciego de Iquique, mi homenaje de admiración a los mariscadores de mi tierra.

En la persona del doctor Ernesto Torres Galdames, mi homenaje a los directivos y profesionales médicos, al personal de todos los estamentos y a las auxiliares del hospital de Iquique, de quienes tengo muy gratos recuerdos.

En la Federación de Estudiantes de la Universidad Arturo Prat, mi homenaje a los jóvenes que en breve tomarán en sus manos el futuro de la patria.

En la alcaldesa de Iquique , señorita Mirtha Dubost , mi homenaje a la sufrida, trabajadora, abnegada, eficiente y formidable mujer nortina.

En la directiva del Sindicato de Trabajadores del Mercado, mi homenaje a todos los que laboran en ese importante centro de abastecimiento de la población.

A los trabajadores de las ferias libres, de las galerías, del comercio y a los ambulantes, el reconocimiento de otro "hombre de trabajo".

A los tripulantes de naves pesqueras, mi especial reconocimiento por la importante labor que realizan.

A los estibadores y desestibadores marítimos, mi homenaje por el singular esfuerzo que deben hacer para efectuar sus importantes y delicadas funciones.

Un saludo afectuoso a todos los trabajadores del volante, iniciándolo con los esforzados taxistas que cumplen labores en favor de la comunidad las 24 horas del día; a los choferes de los buses locales e interprovinciales y, naturalmente, a los camioneros. Todos, sobre las ruedas de sus herramientas de trabajo, mueven al país.

Mi afecto a los respetados trabajadores agrícolas que, con esfuerzo sin igual, son capaces de hacer producir el desierto y dar alimento fresco a la población, que tanto lo necesita.

Mi reconocimiento a los esforzados trabajadores de Vialidad, quienes, con tesón y energías muy grandes, van extendiendo los caminos que unen a la patria y promueven fundamentalmente el progreso.

Mi homenaje más sentido a aquellos hombres y mujeres que, luego de una vida de esfuerzo y sacrificio, ostentan hoy, con orgullo, la condición de jubilados.

En las directivas de los Sindicatos de Trabajadores de la ZOFRI, mi homenaje a quienes laboran en ese importante centro de progreso regional y a sus usuarios.

Debo destacar, igualmente, a las colonias extranjeras, totalmente fundidas en el alma iquiqueña, como la italiana, la española, la yugoslava, la china y todas las demás. Nuestras fiestas patrias y tradiciones son sus fiestas patrias y tradiciones.

¿Cómo olvidar al "gringo" Federico Stuven Olmos , que tan valiosos servicios prestó a Chile durante la Guerra del Pacífico? Su inteligencia, sus manos portentosas, su capacidad profesional y su acendrado patriotismo le permitían, con las más burdas herramientas, poner en marcha los trenes que tanto significaron en nuestra gran victoria. En su persona, rindo un emocionado tributo a los pioneros de los ferrocarriles chilenos, a los que hicieron posible la construcción, habilitación y funcionamiento del Ferrocarril Salitrero, del Longino, y naturalmente lo hago extensivo a todos los trabajadores del riel de nuestro país, con quienes compartí a diario parte muy grata de mis primeros años.

En las personas de los reverendos padres Del Valle, Labbé y Márquez , mi más devoto reconocimiento al pueblo católico de Iquique, extensivo a los creyentes de todo el país.

Señor Presidente y Honorables colegas, realmente cientos de otros nombres de iquiqueños notables debiera destacar en esta oportunidad. Para ello necesitaría un tiempo del que no dispongo. Pero debo dejar muy en claro que Iquique no vive sólo del pasado: tiene un hermoso presente en las nuevas generaciones. Señalo, como ejemplo digno de imitar, al ex presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios de nuestra ciudad y hoy profesor de derecho administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Gustavo Fiamma Olivares .

La naturaleza en Iquique

Es frecuente escuchar a personas del sur que visitan Iquique manifestar que encuentran diferente el sol, el aire, la fruta, las verduras, las flores, el agua.

Es normal escuchar los mayores elogios por sus pescados y mariscos, con seguridad de los mejores que se producen en nuestra dilatada costa. Pero más satisfacción nos produce oír esos mismos comentarios y alabanzas en labios extranjeros. ¡Qué bien se sienten, todos, en Iquique!

Cerca de la ciudad misma y rodeados por el desierto, hay valles de increíble belleza, donde, con unas pocas gotas de agua, se producen frutas y verduras de sabor singular, flores de exótica belleza. Sin que sea una irreverencia, puedo manifestar, Honorables colegas, que ahí se siente la mano del Altísimo.

Sus aguas termales son famosas internacionalmente. A ellas acuden miles de personas en busca de salud para las dolencias de sus cuerpos.

Nuestro mar

Siempre la ciudadanía iquiqueña ha debido enfrentar problemas de cesantía, falta de alimentos, miseria, enfermedades y calamidades. Pero, en la medida en que se van produciendo, salen soluciones inesperadas.

Nuestro mar ha sido siempre como un padre y una madre ejemplares. Nunca han faltado en la mesa de la familia iquiqueña mariscos y pescados en abundancia. Los niños, desde que comienzan a andar, aprenden de sus padres a "tirar la lienza" y a buscar, entre las rocas, el alimento indispensable.

El mar es nuestra inagotable despensa. Siempre recurrimos a él, y jamás hemos sido defraudados. ¿Tenemos hambre? El mar nos alimenta. ¿Necesitamos trabajo? El mar nos lo proporciona. Ahí tenemos el mar. Siempre presente, siempre amigo, ¿Queremos disfrutar de una tarde de sol? Ahí está el mar, con sus hermosas playas, todo el año.

Iquique: un pueblo religioso

Son dignas de destacar las especiales características de un pueblo tan religioso como el iquiqueño. A su hermosa catedral, a sus innumerables templos de muy diferentes creencias debe sumarse el santuario de La Tirana, donde se rinde "por toda la ciudadanía" el digno homenaje que merece la Virgen del Carmen, con razón llamada Patrona Jurada de las Fuerzas Armadas y Reina de Chile. Iglesias centenarias, verdaderas hijas del desierto, adornan pequeños poblados donde la fe permite sobrellevar una vida de increíbles sacrificios.

Los hombres del salitre

Hablar de los hombres del salitre es hablar de Iquique. Narrar la fuerza, la valentía, la capacidad para trabajar bajo el sol del desierto por unas cuantas fichas, es referirse a Iquique.

Estar doce o más horas recibiendo la terrible fuerza del sol pampino, es una proeza que sólo es posible encontrar en Chile.

Producir riqueza, transformar las costras salitrosas en libras esterlinas y dólares y quedarse con unas cuantas migajas, fue la dura realidad de una enorme pléyade de hombres de trabajo del norte.

Producir el oro blanco, hacer patria enfrentando la camanchaca, la falta de agua, la escasez de provisiones, las enfermedades y la ausencia de la familia, fue el destino de miles de trabajadores.

Para todos ellos, el afectuoso saludo de quien conoce muy de cerca lo que es el desierto.

Los mineros

Aquí hay otro grupo selecto de chilenos que, con poco más que un pedazo de charqui y una cantimplora de agua, se atrevieron a enfrentarse a la pampa en busca del filón de sueños y esperanzas.

Rara vez triunfaron. ¡Pero donde los llevara el destino hicieron patria!

A miles de kilómetros, hablar del desierto, de la inclemencia del sol y del terrible frío de la camanchaca, es muy fácil. ¡Vivirlo como yo lo he vivido, ahí está la diferencia!

Para los que algo consiguieron, pero especialmente para aquellos que dejaron sus huesos en el desierto, el homenaje de un iquiqueño que los quiere, que habla con fuerza porque conoce lo que su voluntad creadora significó para todo el país.

Creo en el futuro de Iquique

La ciudad de Iquique -repito- no es sólo pasado. El año 1820 era una humilde caleta de 50 habitantes. En 1862 subió la cifra a 2.485; en 1895 ya eran 33.031, y hoy somos 144.643 iquiqueños. Jamás se permitirá el lujo de vivir sólo de lo que antiguos coterráneos hicieron. Todo lo contrario. Sus hombres de trabajo, sus industriales, sus comerciantes, sus profesionales y, especialmente, sus estudiantes universitarios, hombres y mujeres, seguirán demostrando lo mucho que significa haber nacido en Iquique. Detrás de ellos, y aprendiendo la lección de sus mayores, vendrán los actuales estudiantes secundarios, los primarios. Y así seguirá la vida: crear y continuar creando para un Iquique mejor.

La minería seguirá siendo pilar fundamental en el futuro. Esta se inició en 1556 cuando se descubrieron las minas de Huantajaya; siguió en 1778 con las de Santa Rosa y El Carmen; prosiguió con la explotación de los extensísimos salares que hay en la Pampa del Tamarugal, muy ricos en sal y bórax. Y tuvo un enorme desarrollo con el salitre.

Señor Presidente y Honorables colegas:

Éste es el Iquique que siento, que represento, que quiero y con el cual me identifico.

Con este mismo calor hablaré en su oportunidad de otras provincias que tengo a mucho honor representar (Arica, Parinacota) y de tantos y tantos pequeños poblados donde, con intensidad, se siente ser chileno.

He dicho.

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