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Homenaje
HOMENAJE A LOS 273 AÑOS DE LA CIUDAD DE QUILLOTA

Autores

El señor ROMERO.-

Gracias, señor Presidente y señores Senadores miembros de los Comités.

Deseo esta mañana rendir homenaje a los 273 años de Quillota. Están presentes en las tribunas personeros representativos de esa ciudad, encabezados por su Gobernador , don Héctor Castro ; su Alcalde, don José Antonio Rebolar , y distinguidos integrantes de distintas organizaciones locales.

Señor Presidente , Honorables colegas:

Doscientos setenta y tres años de vida cumple el 11 de noviembre de 1990 Quillota, contados desde el día en que el Gobernador de Chile, don José de Santiago Concha , obtiene para ella, de Su Majestad el Rey Felipe V de España, el título de villa, y el 17 de octubre de 1721, también del mismo Rey, su escudo-blasón, que la convierte en ciudad heráldica.

Lo cierto es que la ciudad existía asentada ya por largo tiempo en el fértil valle del Aconcagua, regado por su famoso río, que se descuelga desde las altas cumbres andinas. Su vida transcurre como centro habitado por dos razas fundacionales: la quechua y la araucana, dando la primera el nombre distintivo, pues Quillota significa en dialecto quechua "Quillu", "angosto", y "ta", "risueño", aunque sin saberse en rigor por qué se le asigna al mismo tiempo el significado aimara de "Chillellox", que significa "humedad del río", o tal vez, de la palabra "Quilluta", voz aimara que significa "andar entonado".

Esas curiosas definiciones de nombres para la ilustre ciudad de Quillota -a la que hoy rindo homenaje en su nuevo aniversario- no deben llamar la atención, puesto que, siendo ésta una de las ciudades más antiguas del país, ha visto entrecruzarse las razas originales con la española de los conquistadores.

Por cierto que esta tierra verde y soleada que se divisa desde lo alto del cerro Mayaca tiene una muy valiosa historia; y desde los tiempos ya idos, toda su progenie se siente orgullosa de ella.

¡Y cómo no ser así, cuando desde los albores de la historia patria Quillota se encuentra inserta en sus páginas!

Antes de hablar de Santiago, ya Almagro había conocido el valle del Aconcagua, y Quillota en particular. De modo que no es exagerar decir que cuando este adelantado español se refería a Chile, a su regreso al Perú, sólo se estaba remitiendo al valle de Aconcagua y a la ciudad de Quillota, a la que hoy con tanto cariño recuerdo.

Allí se enseñoreaban los caciques Tanjalongo, que "manda desde la mitad del valle a la mar", y Michimalongo, que lo hace desde la "mitad del valle hacia la sierra", rivales en sus dominios, aliados ante la conquista.

Quillota, gracias a sus ricos y abundantes recursos, pudo desde el lejano principio reunir en sus tierras a importante número de habitantes que poco a poco fueron dándole forma de asentamiento humano y que supieron aprovechar las ventajas que el valle les proporcionaba, fuesen éstas mineras, agrícolas o ganaderas. También fue entregando a la vida personeros muy destacados en las áreas de la cultura, la ciencia, el saber y la empresa.

Cuentan los cronistas que acompañaron a Almagro -en particular, Cristóbal de Molina , compañero de don Diego - el "deslumbramiento que sintieron al ver el valle de Aconcagua o de Chilí". Y decían que Quillota era la "principal". Asimismo, poco después, don Gerónimo de Bibar, cronista y compañero de Valdivia, aseguraba: "Este valle de Aconcagua es mejor y más abundoso que todos los pasados".

Volvamos un instante a 1717, para encontrar en las cavilaciones finales y en los afanes fundacionales de la villa a nuestro conocido señor don José de Santiago Concha , acompañado del obispo don Luis Francisco Romero y del señor don Pedro de Iturgoyen , así como de otras personalidades que deseaban ser vecinas de esta nueva villa. Pero no habían logrado obtener sus deseos, debido a una causa muy conocida por los chilenos de ayer y de hoy: los intereses centralistas se oponían a estas gentes para avecindarlas en Quillota y su valle. Tal ocurría con el Cabildo de Santiago. Y los gobernadores del reino aducían, entre otras razones, que no querían que Santiago perdiera el puerto de Valparaíso, que, hasta ese momento, estaba bajo la jurisdicción del Corregimiento de Quillota.

Se escribe nuevamente la historia, señor Presidente , como Arnold Toynbee lo señalaba tan claramente.

Francisco Solano Asta-Buruaga , en su "Diccionario Geográfico de la República de Chile", de 1899, describe a Quillota así: "Ciudad capital del departamento de su nombre situada junto a la margen sur o izquierda del río Aconcagua, en medio de uno de los valles más hermosos y feraces de Chile, variando su perspectiva por el Este los cercanos cerros extendidos al Sur, en que descuella el notable pico llamado apropiadamente "campana de Quillota"; mientras que por el Norte se desliza por un ancho y abierto lecho aquel río entre el cual se interpone la graciosa colina del Moyaca, a manera de atalaya, y desde cuya cima se abarca de una mirada la ciudad y el entero valle. El plano de la población se halla a 124 metros sobre el nivel del Pacífico y se corta por calles rectas de diez metros de ancho en dirección de los puntos cardinales, formando 50 manzanas o cuadras de 116 metros por lado. Casi en su centro tiene una bella plaza, en cuyo costado oriental existió al extremo norte un convento de jesuitas, aplicado hoy a un útil fin, y al del sur se ve la iglesia de Santo Domingo; en el costado norte contiene edificios públicos," -como el de la Gobernación- "y en el del oeste la iglesia parroquial. Goza de una temperatura suave, benigna y sana, y está rodeada por amenas huertas que producen excelentes frutas, como la deliciosa chirimoya, la lúcuma," -también los paltos- "y bellas flores al aire libre".

Hasta aquí la descripción de Francisco. Solano Asta-Buruaga .

Un hecho histórico para la cultura y la educación, importante no sólo en la antigua villa de Quillota, sino también en la historia de la educación chilena, se plantea en esta ciudad; se trata de un hecho singularmente significativo, por todo lo que representa: Pedro Hernández de Paterna, primer profesor rural de Chile, fue nombrado por el Gobernador don Francisco de Villagra, en el año 1548, para enseñar a leer y adoctrinar a los indios de Quillota, constituyendo a ésta como la primera ciudad de Chile que establece la educación pública rural.

El desarrollo económico y social del valle de Quillota se radica en sus inicios en los lavaderos de oro de Margamarga y Pocochay, para luego derivar hacia la agricultura, dando lugar a un comentario de un viajero colonial, don Julián Mellet , quien nos relata, a su paso por Quillota, que "Esta produce en abundancia lo necesario para la vida; sus campos se ven sucesivamente cubiertos de cebada, maíz, avena, lino, cáñamo, viñas y otros frutos de Europa", para después agregar: "Son encantadores los contornos de la ciudad: llenos de jardines cultivados con arte y simetría; producen frutas tan buenas y tan grandes como en Santiago"...

Hoy, el valle y la provincia de Quillota, que comprenden las comunas de Quillota, La Cruz, Calera , Nogales, Hijuelas, Limache y Olmué , con una población superior a las 200.000 personas y una superficie de 1.714 kilómetros cuadrados, desarrollan la agricultura, la minería y una industria moderna y tecnificada. Las variedades mejoradas de paltos y chirimoyos compiten con los cultivos bajo plástico de hortalizas y flores; con el cemento, la cerveza y el cobre, convirtiendo a dicha zona en una de las de mayor potencialidad en el país.

Las limitaciones que impone en varias áreas la inseguridad del riego hacen indispensables el término de los estudios del embalse Los Angeles, que permitiría, no sólo incorporar miles de hectáreas en la vecina provincia de Petorca, sino también asegurar el riego para el valle de Quillota.

La red caminera debe ser mejorada sustancialmente, y la existente, reparada en los próximos meses, destinándose fondos para el estudio de la pavimentación del tramo Nogales-Puchuncaví, que uniría de modo efectivo el interior con la costa.

El desarrollo educacional y la capacitación en la ciudad de Quillota nos obligan en este homenaje a destacar la extraordinaria labor del centenario establecimiento educacional Santiago Escutti Orrego , el prestigioso Instituto Rafael Ariztía y la Escuela Técnico-Industrial Diego Echeverría, por nombrar algunas entidades educacionales que hoy sobresalen en el concierto docente de Quillota.

Los medios de comunicación, encabezados por el diario "El Observador", que recién cumple 20 años de vida, comparten con las radioemisoras "Nexo" y "Libra" la importante responsabilidad de informar.

La Escuela de Caballería de Quillota, el Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, el Club Deportivo San Luis, CEMA-Chile, las juntas de vecinos, el Rotary Club y las múltiples actividades del quehacer de la Municipalidad de Quillota y de su Gobernación, obligan a un público reconocimiento a todas las instituciones que hoy entregan su aporte de servicio público al mejor desarrollo de su hermosa ciudad.

Es por ello que cuando se pretende analizar al hombre de Quillota de hoy, con su cultura, su avance, sus nuevas formas de vida y su progreso tanto tecnológico como científico, no puede dejarse de lado el valioso aporte de la tradición del hombre de Quillota de ayer.

Es cierto que los tiempos cambian. Es cierta la necesidad de provocar cambios profundos en la vida social, que son ineludibles para que esa sociedad prospere. Pero también es verdad que estas nuevas situaciones no podrían darse si no se contara con una tradición llena de valiosas experiencias, de modo que sirvan de base para que estos avances sean realizables.

Por estos motivos y reflexiones, señor Presidente, es que hoy, con satisfacción espiritual, deseo a Quillota y a sus hijos el mayor progreso y el mejor porvenir.

He dicho.

Muchas gracias.

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