Labor Parlamentaria

La señora FERNÁNDEZ, doña Maya (Presidenta).-

Tiene la palabra el diputado Osvaldo Urrutia .

El señor URRUTIA (don Osvaldo).-

Señora Presidenta, levantar o erigir un monumento en memoria de Víctor Guillermo Contreras Olguín , conocido popularmente como el “Tiburón” Contreras -apodo que se le dio a raíz de las grandes y valientes hazañas que llevó a cabo en su particular destreza, el nado, surcando los océanos de medio mundo-, es un reconocimiento a todas luces merecido y necesario, ya que este tremendo deportista nacional nos dejó un invaluable legado a través de su carrera deportiva, durante la cual conquistó grandes logros y récords como precursor en nuestro país de la natación en aguas abiertas.

Todo comenzó en el muelle Las Torpederas, en Valparaíso, de donde era oriundo. Su vínculo con el mar nació por accidente: a los ocho años de edad, mientras miraba nadar a la gente, alguien lo empujó, cayó al mar y, para no ahogarse, empezó a manotear, lo que le permitió mantenerse a flote. En sus propias palabras dijo: “como no me ahogué, me quedó gustando”.

Desde ese día comenzó su pasión por el océano y por las travesías en mar abierto, que para muchos parecían imposibles.

Víctor “Tiburón” Contreras , sin ser nadador rápido ni ortodoxo, pero con una resistencia envidiable, fue el primer chileno en cruzar el estrecho de Magallanes, en 1979. Como ya se dijo aquí, un año más tarde le siguió el canal Beagle; después, el difícil cabo de Hornos; luego, el estrecho de Gibraltar, donde estableció un récord mundial que permaneció vigente durante cerca de quince años. En 1982 fue el turno del canal de Chacao, convirtiéndose en el primer hombre en completar dicha travesía. Finalmente, el más emblemático de todos: el canal de la Mancha, donde nadó temibles 42 kilómetros en 12 horas. Realmente, una proeza.

Además de ser considerado un gran chileno, con un tremendo sentido del humor, y una figura destacada del deporte nacional, Víctor Contreras es recordado con gran cariño por sus pares y por todos los chilenos que siguieron su carrera profesional, reconociendo en él una figura que destacaba por su esfuerzo, dedicación, constancia y convicción, cualidades que lo llevaron a convertirse en quien hoy recordamos y recordaremos en el futuro como un tremendo deportista, que se convirtió en el primer ser humano en la historia en completar una travesía a nado sin traje de protección en las heladas aguas de la Antártica. ¡Qué tremenda hazaña deportiva!

No obstante, sus éxitos y logros deportivos no terminaron allí, ya que contribuyó a formar a muchos jóvenes para que se atrevieran en esta difícil disciplina deportiva, a través de su escuela, y lo hizo en forma gratuita.

En suma, creo que todo lo señalado refleja la importancia de rendir homenaje a quien, lamentablemente, ya no nos acompaña, pero otorgó tantas alegrías al deporte nacional, lo que le significó, por supuesto, convertirse en uno de los máximos exponentes de la natación nacional y de la internacional, particularmente en su disciplina: nado a mar abierto.

De esta manera, considero que la idea de erigir un monumento en la comuna de Valparaíso, lugar donde empezó la pasión y entusiasmo del “Tiburón” Contreras, y construirlo específicamente en la playa Las Torpederas, en Playa Ancha, es de toda justicia, ya que dará la posibilidad a miles de chilenos de recordar y brindar homenaje al grandioso Víctor Contreras en un espacio donde su memoria permanecerá siempre incólume junto a su hogar: el mar.

Además, esta iniciativa permitirá la generación de instancias que ayudarán a contribuir a la promoción, concientización y reflexión acerca de la importancia del deporte para la vida y la salud de las personas y de la sociedad en general.

He dicho.