Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N°43
- Celebrada el 21 de agosto de 2019
- Legislatura número 367
Índice
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El señor
Señor Presidente , tal como los bosques son considerados los pulmones del planeta, los humedales son sus riñones: participan en el ciclo del agua y son capaces de depurarla gracias a que su vegetación elimina sustancias tóxicas provenientes de plaguicidas, derrames industriales y actividades mineras. Son, por lo tanto, las mayores fuentes de agua dulce del planeta.
Además, los humedales son el hogar de una rica diversidad biológica de especies vegetales y animales -aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados-, algunas de las cuales están en peligro de extinción por el acelerado proceso de destrucción de la biodiversidad en esta emergencia climática y ecológica en la que nos encontramos. De hecho, los humedales son considerados los ambientes más activos y que mayor número de especies albergan con relación a su tamaño, lo que los hace indispensables para la conservación de la biodiversidad biológica del planeta. Contribuyen, asimismo, a regular el ciclo del agua y del clima; reducen los impactos de sequías e inundaciones, como las ocurridas por marejadas y aumento del nivel del mar; proveen zonas de uso para actividades recreativas y productivas como el turismo y la pesca sustentable, entre otros servicios ecosistémicos.
Según un nuevo estudio de expertos de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, los humedales costeros extraen más CO2 que otros tipos de humedales, pudiendo almacenar más de 200 toneladas métricas de carbono por año en todo el mundo y guardarlo en sus suelos durante miles de años, si estos no se alteran.
Por lo tanto, los humedales costeros son los mejores aliados en la lucha contra el cambio climático.
Los humedales son uno de los ecosistemas biológicamente más activos del planeta.
Un ejemplo a resaltar es el trabajo que hacen aquí, en la Región de Valparaíso, la sociedad civil y las organizaciones en defensa del humedal Ojos de Mar, en San Antonio. Ubicado en Llolleo, se encuentra vulnerado y amenazado por la actividad industrial portuaria de EPSA, la que pretende expandirse y literalmente tapar con cemento el hogar de miles de aves (al menos ochenta y un especies detectadas) para construir estacionamientos de camiones en el territorio.
No estoy en contra de la expansión del megapuerto en San Antonio. Creo que es muy necesario estratégicamente para el país. Pero en el diseño de la expansión del megapuerto perfectamente puede haber una consideración por la protección de estos humedales ahí, en Ojos de Mar.
La Empresa Portuaria San Antonio tiene responsabilidad social y ambiental para con la ciudad y sus habitantes, y ellos mismos en sus informes muchas veces han declarado que no existe biodiversidad, que son humedales muertos, que no hay especies, cuando basta ir a visitarlos -yo estuve hace pocos días- para darse cuenta y tomar conciencia de que efectivamente ahí hay un ecosistema vivo.
Al ser esta empresa la dueña legal de los terrenos donde se ubica el humedal puede y debe respetar esta área de biodiversidad exuberante, conservándola como un santuario de la naturaleza o alguna otra figura legal que asegure las óptimas condiciones para preservar la vida de estas lagunas y no taparlas.
Lo mismo ocurre en otros sitios, en otros territorios con la expansión inmobiliaria, donde no se tiene consideración por el ecosistema. Por eso se necesita una ley que defienda los humedales urbanos, que no dependa de los alcaldes de turno, que no dependa de las ordenanzas municipales o de los concejos municipales, que muchas veces son cooptados por proyectos inmobiliarios o, en este caso, portuarios, que solo miran el criterio financiero, económico, pero no la protección del medio ambiente.
Señor Presidente, voto a favor de este proyecto de ley porque, si bien todavía es insuficiente, avanza en la dirección correcta.