Labor Parlamentaria

Participaciones

  • Alto contraste

Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha

Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Especial N° 3
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria año 1967
Índice

Cargando mapa del documento

cargando árbol del navegación del documento

Intervención
ATROPELLO AL FUERO PARLAMENTARIO.- DEBATE POLITICO.

Autores

El señor TEITELBOIM.-

El Partido Comunista ha sida invariable defensor del respeto al fuero parlamentario, del respeto a la inviolabilidad o inmunidad legal por los votos que emita o las opiniones que manifieste el parlamentario. Ha sido defensor, asimismo, de su inmunidad penal y ha velado por impedir el abuso y falta de respeto contra la investidura que asume cada miembro del Congreso Nacional.

Por ello, esta tarde queremos adherir a la protesta formulada por el incidente acaecido en la ciudad de Antofagasta en contra de un Senador de la República.

Estimamos indispensable realizar una investigación, un sumario verdaderamente serio sobre la materia. Recalcamos la palabra "serio", porque en los últimos tiempos hemos tenido pruebas y demostraciones de que realmente las investigaciones sobre la conducta de Carabineros contra los parlamentarios son simples simulacros; que los señores Ministros, incluso el del Interior, dan explicaciones peregrinas e inconducentes, que no resisten el análisis de la verdad y, al cabo de muy poco tiempo, se echa tierra sobre todos los sumarios, a fin de cubrir con un manto de impunidad la conducta de esa fuerza contra los parlamentarios.

Hace algún tiempo, algunos señores Senadores, e incluso el propio afectado, el Honorable señor Víctor Contreras, denunciaron en esta Corporación los vejámenes inferidos a este colega por parte del Cuerpo de Carabineros, en Valparaíso, durante la última huelga portuaria. Hubo una manifestación de voluntad solidaria, me parece que de parte de la mayoría de los señores Senadores. Sin embargo, no se arribó a nada concreto, porque en forma peligrosa se está concediendo a la fuerza policial una especie de fuero total que linda en la irresponsabilidad.

Hace muy poco tiempo, la Diputada comunista Gladys Marín fue vejada por Carabineros y arrastrada hacia un furgón de radiopatrullas, mientras defendía de castigos y golpes a varios muchachos estudiantes de la Universidad Técnica del Estado que hacían manifestaciones en favor del movimiento llamado "universidad para todos". El Senador que habla reclamó de este abuso y pidió oficiar al respecto al Ministro del Interior. Este respondió de manera verdaderamente cómica, si no fuera irrespetuosa, dada la condición de parlamentaria y de mujer que inviste la DiputadaGladys Marín. Dicho Secretario de Estado dijo que la Diputada había querido subir voluntariamente al radiopatrullas y que, en tal circunstancia, los carabineros la sujetaron para que no cayera. Después de este ridículo paso de comedia, insistí en el Senado para que se remitiera un nuevo oficio, se diera una respuesta seria y se practicara una verdadera investigación. Esa respuesta no llegó ni creo que llegará nunca, porque se ha convertido en verdadero sistema que estas reclamaciones mueran en los despachos de los Ministros o en las esferas gubernativas, sin darles trámite real, ya que lo único que les interesa es establecer un fuero demasiado extenso para el Cuerpo de Carabineros.

El más grande, el más descarado de los ejemplos de impunidad es el que se produjo hace poco más de un año a raíz de la masacre habida en el mineral de El Salvador, donde cayeron sacrificados seis o siete obreros chilenos de esa empresa norteamericana y dos mujeres de nuestro pueblo. La responsabilidad de ese hecho quedó claramente configurada. Sin embargo, ha transcurrido ya más de un año, y, como se ha dicho más de una vez, ningún carabinero fue detenido ni siquiera un segundo. Esto no es justicia ni garantía, sino impunidad consagrada. Al fin y al cabo, son ocho los chilenos caídos, asesinados, quienes claman por esta justicia tan denegada.

Quiero recordar que esto acontece a cada momento en nuestra vida cívica. Hace aproximadamente tres semanas, a raíz de la ocupación de terrenos de propiedad de INVICA, de la organización Cáritas, en la comuna de Las Barrancas, frente a la calle San Pablo, un grupo de familias de los "sin casa" solicitaron la ayuda de los parlamentarios del segundo distrito. Concurrieron allí a prestársela varios parlamentarios socialistas y comunistas. No se presentó ningún democratacristiano, a pesar de que fueron llamados, para auxiliar y ayudar a esos pobladores, muchos de los cuales habían sufragado tanto por el actual Presidente de la República en septiembre de 1964, como por los parlamentarios democratacristianos de ese distrito, en marzo de 1965. Algunas horas más tarde, concurrió al lugar la policía; y pese a que llegamos hasta el despacho del señor Ministro del Interior para solicitar una solución real a este problema e impedir el desalojo violento y los abusos contra esos pobladores, en un momento dado la autoridad dio la orden de desalojarlos, y Carabineros procedió con violencia a sacar de allí a esos chilenos y chilenas, vejando y atropellando nuevamente a la DiputadaGladys Marín. En documentos fotográficos hay testimonio de los golpes inferidos por los Carabineros. A consecuencia de ellos, una madre que apretaba en sus brazos un hijo recién nacido tuvo la desgracia de que su guagua falleciera pocos días después en el Hospital San Juan de Dios. Pero tampoco hay ninguna investigación al respecto.

Me asaltan profundas dudas acerca de esta impunidad, que se extendió también al teniente o capitán Somoza, quien, en Las Barrancas, hace alrededor de un año, entró a la casa de un dirigente comunal del Partido Comunista, lo sacó de su cama y, en presencia de dos de sus subalternos carabineros rasos, procedió a asesinarlo fríamente. Ese oficial fue sometido a proceso; pero hemos sabido que en la actualidad se encuentra en libertad. ¿Qué clase de justicia es ésta? ¿Es igualitaria para civiles y militares, o se trata de un fuero que se convierte en irresponsabilidad? Según mis informaciones no estoy del todo seguro, el culpable está exento de toda responsabilidad. Por mí mismo quisiera averiguar con certeza si el capitán Somoza está simplemente en libertad o absuelto de toda culpa.

Lo que me alarma es el sistema de hacer de Carabineros una organización que cuando actúa en contra de adversarios políticos no debería tenerlos, puesto que, como aquí se ha dicho, el Cuerpo de Carabineros lo es de todo Chile, y no del partido de Gobierno, o cuando golpea, hiere o mata a supuestos o reales adversarios políticos del Gobierno, se le garantice una impunidad a corto plazo que, en algunos casos, llega a ser absoluta, sin que ni siquiera sean molestados.

Esto es, en mi concepto, la denegación de la democracia. Esta es la ley de la selva, y los hechos expuestos desbordan el plano muy serio y grave, que nos está preocupando, relativo al fuero parlamentario mismo. Es ésta una conquista muy antigua: ya en el siglo XIII se planteó este problema en Inglaterra. En el siglo XVII se consiguió, de parte de las Cámaras de los Lores y de los Comunes, que ningún parlamentario pudiera ser agraviado. Ello, con el objeto de asegurar su libertad y derechos. Una de las primeras medidas que tomó la revolución francesa en 1789, acordada por los Estados Generales, fue declarar que sus miembros eran inviolables en el desempeño de sus cargos.

Reclamo por este vejamen y atropello; pero también quiero hablar del fuero que tiene el ser humano común de Chile, el chileno que no está investido de privilegios especiales en cuanto a la garantía de su vida y sus derechos. Nadie, en este país, puede ser impunemente asesinado o golpeado, aunque los autores de ese crimen vistan el uniforme de la autoridad. Esta debe ser tanto o más responsable que el civil por los actos que realice, pues la ley ha puesto en sus manos un mecanismo y un deber muy delicados, respecto de cuyo ejercicio debe ser extraordinariamente cuidadosa.

Por eso, señor Presidente, estimo que este asunto tiene atinencia con la política del Gobierno. Considero que el atropello inferido al Honorable señor Gómez se realizó en un ambiente propicio, donde la impunidad llegaba a su clímax, en medio de una campaña electoral azuzada por el Gobierno, en especial contra los que suponía sectores adversos, opuestos a él en el Senado, y que se personalizó en los Senadores. Asimismo, tal impunidad estuvo también avalada por la idea y firme creencia en una victoria abrumadora. Se pensó que esta victoria abrumadora daba todos los derechos para proceder por la vía de la violencia.

Por fortuna y para tranquilidad de la ciudadanía, el veredicto del electorado ha dicho una cosa distinta. Me parece que ya debe pasar a la historia este conflicto, exacerbado artificialmente hasta la histeria, entre un Ejecutivo y grupos o partidos del Senado que mantienen discrepancias en muchos puntos de vista con el Gobierno. Estimo que la animita milagrosa, que este personaje que recibe todas las bofetadas, este chivo emisario culpable de todos los males de la República, el Senado, ya murió como imagen de responsabilidad. Ella se planteó ante la opinión pública como una suerte propagandística favorable para el1 Gobierno, que le permitiría ganar votos. Se vio que no fue así. Fue un fracaso como imagen que concitara odios.

Sinceramente, creo llegado el momento de que el Ejecutivo sienta por esta Corporación el mismo respeto que tiene por la Cámara de Diputados y su mayoría, ya que el Senado estoy cierto sabrá ser también respetuoso de las atribuciones del Gobierno. Espero, asimismo, con tanto o mayor fervor y anhelo, que los derechos del pueblo que no tiene fuero, pero sí libertades y garantías consignadas en la Constitución Política del Estado no sean conculcados, y que la autoridad policial realmente respete al ser humano común, al chileno sin título, por ser ésa su obligación terminante.

Esperamos que ese clima, lindante con la morbosidad, que durante varios meses estuvo emponzoñando la atmósfera política chilena, ceda ahora el paso a un período de reflexión que nos haga buscar a todos las causas profundas del veredicto recién emitido por la nación, y que haya una meditación detenida, un verdadero retiro espiritual de la Democracia Cristiana y de los otros partidos. Creo que así no tendremos que lamentar incidentes como éstos, ni estaremos obligados a pedir sesiones extraordinarias para debatir atropellos al fuero parlamentario.

He dicho, señor Presidente.

Top