Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Especial N° 11
- Celebrada el 26 de abril de 1967
- Legislatura Extraordinaria año 1967
Índice
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Intervención
SITUACION DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA MINERIA NACIONAL Y ACTUALES CONFLICTOS LABORALES EN LAS INDUSTRIAS DE HIERRO DEL NORTE DEL PAIS.- OFICIOS
Autores
El señor
Señor Presidente, junto con mi Honorable colega Diputado Orlando Poblete, conscientes del drama social y económico por el cual atraviesa la provincia de Atacama con motivo de la baja del precio del cobre en el mercado internacional, hemos solicitado esta sesión especial, con el propósito de analizar y buscar una solución adecuada a este grave y serio problema, cuyas consecuencias difícilmente pueden calcularse, por la gravedad que él encierra.
En estos momentos, toda la ciudadanía de Copiapó y sus alrededores -mineros, comerciantes, industriales- se encuentra concentrada en la plaza pública. La ciudad está embanderada.
La suspensión de todas las actividades en la provincia de Atacama se debe a la paralización del 50%, a lo menos, de las minas que estaban trabajando. Las consecuencias de esta paralización de las faenas mineras difícilmente se pueden prever.
Forzoso es decir cuáles son las principales causas que han motivado tal estado de zozobra y desesperación en la provincia de Atacama.
La Caja de Crédito Minero fue creada durante la primera Administración del Presidente Ibáñez, con el concreto propósito de defender a la pequeña y mediana minería del agiotismo de los compradores extranjeros, de minerales que, previa una distribución de las zonas mineras acordada entre ellos, imponían, sin competencia posible, condiciones de compra que sólo permitían la explotación de altas leyes.
Desde que esta institución inició sus funciones, y a pesar de sus precarios medios económicos, desenvolvió sus actividades rodeada del respeto y del afecto de sus clientes, los mineros, que veían en sus jefes y funcionarios a eficientes colaboradores en una tarea común: el desarrollo de la minería, que le estaba encomendada. Así, modestamente, sin los afanes reclamistas de ahora, fueron jalonando las zonas mineras de plantas de beneficio, dentro de un plan que obedecía a prioridades bien estudiadas por técnicos que conocían la realidad.
Entonces -cabe recordarlo con tristeza- la Caja de Crédito Minero, en estrecho vínculo con sus clientes, presentaba un solo frente contra la incomprensión gubernativa o burocrática y contra las contingencias derivadas de los mercados internacionales. Había imaginación para sortear las eventualidades, había agilidad para adaptarse a las circunstancias. Así, cuando las oscilaciones del mercado externo del cobre lo aconsejaban, CACREMI diversificaba el tratamiento de sus plantas para concentrar oro o plata, y, en pocas semanas, el minero recuperaba su actividad. Así, también, sin grandes formalidades técnicas, los ingenieros provinciales, a medida de sus posibilidades, iban dotando a las faenas de la mecanización necesaria. Esta acción, que desde hace- más de quince años aún rinde frutos, no significó para la Caja de Crédito Minero mayor esfuerzo económico que el que le significa ahora a la Empresa Nacional de Minería.
Se ha interrumpido, con excusas pueriles, el plan de estudios de geología económica que estaban haciendo técnicos contratados por el Proyecto Minero de las Naciones Unidas, lo que deja sin resolver importantísimas interrogantes en los centro mineros de mayor producción en Ata- cama.
En el Plan Quinquenal de la ENAMI no se le asigna a Atacama ninguna importancia en orden a su desarrollo futuro, no obstante que su producción no ha podido ser superada por ninguna de las otras provincias, pese a que ellas han contado con la atención de la CORFO, que en Ata- cama no se ha generalizado.
Su inficacia técnica y su desinterés han impedido a la ENAMI acondicionar sus planteles para que puedan absorber la producción que compra dentro de un ciclo comercial.
La ENAMI, en vez de confesar la imposibilidad en que está para darle el circuito normal de tratamiento al mineral que compra, ha preferido convencer al Gobierno de que las tarifas que paga son tan buenas, que se está produciendo inflación con el derroche de los mineros.
Mientras en las provincias productoras casi exclusivamente de cobre las plantas no se modernizan, según dice ENAMI, por falta de fondos, se distrae por ella, en una sola sociedad mixta, la Cúter Cover, en Magallanes, la no despreciable cantidad de dos millones y medio de dólares, que serviría para financiar la planta de lixiviación de Paipote, lo que permitiría el aprovechamiento de los minerales oxidados de baja ley. Esto no significa oponerse a que se busquen explotaciones mineras en cualquier parte del país, lo que perseguimos es un plan sensato de prioridades.
Otro serio inconveniente que debe soportar especialmente el pequeño minero es la diferencia del precio del dólar, ya que la ENAMI le paga un dólar oficial de Eº 4,74, en circunstancias que, por los implementos que necesita para explotar su mina, él debe pagar un dólar que a veces sobrepasa los Eº 30.
Por el mineral de concentración, por ejemplo, de 2%, la ENAMI les paga a los mineros Eº 32,26 por tonelada, en circunstancias que los costos de producción son superiores a esta suma.
Se advierte una manifiesta contradicción en la política de la ENAMI. Por ejemplo, en 1963, de enero a diciembre, el precio medio fue de 29 centavos de dólar por libra de cobre. De este precio, parte se pagó en tarifas a los mineros y el resto fue la maquila que cobró la ENAMI. En páginas enteras de "El Mercurio" del 23 de abril, la ENAMI sostiene que las maquilas, desde 1958, no han subido, en circunstancias que documentos emanados de la propia ENAMI demuestran que, en los minerales del 2%, durante el mismo mes de diciembre de 1966, cobró una maquila de 33 centavos de dólar por libra.
En la misma publicación, la ENAMI asegura que una de las causas de la situación actual es que ha aparecido un porcentaje importante de nuevos productores, debido al alto precio en el mercado internacional. Rechazamos tal afirmación, pues, por lo que respecta a la provincia de Atacama, no se registran nuevos productores mineros ni nuevas minas, sino en un ínfimo porcentaje, que corresponde al crecimiento vegetativo normal.
Hay otro hecho de extrema injusticia para los pequeños y medianos mineros. Según contrato, la ENAMI le cobra a la Braden Copper, por fusión, conversión y refinación, 83,41 dólares por tonelada de cobre fino. A la compañía peruana Mis- trade, por igual servicio, le cobra 95,50 dólares por tonelada. En cambio, al productor chileno de la pequeña y mediana minería le cobra 188,37 dólares por tonelada. Vale decir, les cobra el doble a los pequeños industriales chilenos a quienes por su ley orgánica, tiene la obligación de proteger.
En la última convención minera efectuada en Santiago, se solicitaron, como medidas urgentes e indispensables las siguientes:
l9 Que la ENAMI cobre a los mineros maquilas de concentración a los costos de planteles similares para fundición y refinación de cobre, maquilas internacionales, y
29 Que el Gobierno otorgue a la pequeña y mediana minerías el más alto porcentaje que le permite la ley 16.528, de estímulo y fomento a las exportaciones.
El Presidente de la República solicitó públicamente, en Copiapó, una mayor producción minera. Los mineros cumplieron con este sano propósito del Gobierno. Sin embargo, a ellos no se les ha cumplido, ya que, desgraciadamente, hasta estos momentos no han recibido los estímulos que les fueron ofrecidos.
En la provinca de Atacama, los problemas sociales han tocado techo, como vulgarmente se dice. Se han bonificado a otras industrias, como la del carbón y la de la harina de pescado, y, últimamente, se ha solucionado el grave problema de la madera. ¿Por qué no se aborda el problema de la pequeña y mediana minería? ¿Se pretende mantener a la provincia de Ata- cama en la postración social y económica en que siempre se le ha tenido?
La Compañía Minera Santa Fe ha solicitado a los Poderes Públicos la paralización de Cerro Negro Norte, lo que afecta a más de 300 obreros. En estos momentos no hay donde ocupar a los obreros que están quedando cesantes en la minería del cobre. Fácil es comprender que tampoco van a encontrar trabajo estos 300 mineros de Cerro Negro Norte.
La provincia de Atacama no cuenta, fuera de la industria extractiva de la minería, con ninguna otra fuente de producción. Y yo no deseo que en la provincia que represento vuelva a ocurrir lo de los años 1927, 1928, 1929 y 1930, cuando, para vergüenza nacional, funcionó allá la "olla del pobre".
Tengo 66 telegramas, que no puedo leer por el escaso tiempo de que dispongo, de las distintas organizaciones de mi provincia. Me dicen, por ejemplo, que en algunos casos la carne ha sido devuelta a los frigoríficos -por la falta de venta. El comercio está paralizado y pide moratoria, porque, como decía, no hay una sola fuente de producción y, para mayor desgracia, hay una persistente sequía, ya que desde hace 23 años no llueve en la zona. ..