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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N° 6
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1968
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Homenaje
HOMENAJE A LA MEMORIA DE LA REGIDORA DE LA ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE SANTIAGO, DOÑA SARA GAJARDO.- NOTAS DE CONDOLENCIA

Autores

La señora ALLENDE (de pie).-

Señor Presidente, mi homenaje a Sarita Gajardo no va a ser una exaltación convencional de sus merecimientos como mujer sobresaliente en la vida pública. No puedo incurrir en semejante deslealtad con ella y conmigo misma, ya que no nos hallábamos ligadas por la identificación doctrinaria. Tampoco voy a exhibir los trazos de su personalidad íntima; lo profundo de un alma se aprecia sólo por el conocimiento que fluye de la mutua convivencia y permite se generen los nobles lazos de la amistad. No. No fui su amiga. Sí, en cambio, la conocí. Y en Sarita Gajardo creo encontrar los elementos esenciales de las madres chilenas pobres, que por el dictado de su dura responsabilidad familiar, acrecentada en términos dramáticos e injustos por las deficiencias de nuestra organización social, superan con decisión y coraje su círculo de angustia. Y así, este ejemplo de mujer se va tornando, no sólo madre de sus propios hijos, sino madre de más y más desamparados. Y con el correr del tiempo y por el imperativo de su propia experiencia, comprende que la única ruta que brinda las posibilidades de gravitar en el destino de la colectividad, es sujetarse a la acción política militante. No importa cuál sea el partido político elegido; Sarita Gajardo se identificó con el sector que guardaba más armonía con su propia concepción de las cosas.

Se ha dado a conocer, por quienes corresponde, la trayectoria de su vida, y no puede sino surgir en nosotros un intenso impulso de solidaridad hacia ella por su decisión y hacia tantas otras madres chilenas que, afrontando iguales dolores, no logran superarse y siguen soportando más y más dolor.

La adhesión del Partido Socialista a este homenaje tiene, pues, las proyecciones señaladas. Sarita Gajardo se ha constituido en un símbolo de esfuerzo por expectativas más dignas para la mujer trabajadora.

Nuestro recuerdo hacia la figura de Sarita se inspira también en un hecho muy concreto: la importante participación que le correspondió en el trabajo del Comité Pro Guarderías Infantiles. Sarita Gajardo, con la representatividad tan significativa de Regidora del primer municipio del país, batalló con denuedo para que tal propósito fuera realidad.

En estas circunstancias, Sarita careció del más mínimo sectarismo. Se unió a las delegadas de los más diversos sectores políticos, educacionales y gremiales, sin falsas limitaciones, prejuicios o reticencias. Y trabajó y sufrió por su realización, que no llegó a alcanzar.

Ella comprendía que la mujer chilena tiene que incorporarse a las actividades productivas y creadoras del país, para responder a los imperativos de nuestra hora. Pero, asimismo, se dio cuenta de que la mujer no puede pagar este derecho a un precio tan cruel, como el que hoy se le exige: que comprometa el destino de sus criaturas. Porque el niño surgido en el hogar obrero, mientras su madre se gana el pan, afronta riesgos tremendos, no sólo en su condición física, sino en su formación moral. Una estructura que no consulta las guarderías infantiles como uno de sus más decisivos factores es una organización social arcaica, bárbara y discriminatoria.

Por eso, desde el fondo de mí, pido facilitar el despacho de la legislación destinada a que el Estado dé solución correcta al vacío que hoy surge del hecho de que Chile carezca de guarderías y jardines infantiles. Y así, quienes alentamos solidaridad con Sarita Gajardo, le rendiremos el mejor homenaje.

He dicho.

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