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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión especial N° 26
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1971
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Intervención
ACONTECIMIENTOS OCURRIDOS RECIENTEMENTE EN BOLIVIA

Autores

El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-

La presente sesión, citada a petición de 31 señores Diputados, tiene por objeto preocuparse de los acontecimientos ocurridos recientemente en Bolivia.

En conformidad con lo dispuesto en el artículo 166 del Reglamento, el tiempo previo de 15 minutos que dicha disposición establece, corresponde al Comité Comunista.

Ofrezco la palabra.

El señor CANTERO.-

Pido la palabra.

El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-

Tiene la palabra Su Señoría.

El señor CANTERO.-

Señor Presidente, los Diputados comunistas queremos expresar, desde la tribuna de la Cámara de Diputados, nuestra más combativa solidaridad con el pueblo boliviano, con sus trabajadores, con sus heroicos mineros, con sus estudiantes y campesinos, y con todas las fuerzas democráticas de Bolivia, que viven dramáticos momentos con motivo de la sangrienta asonada reaccionaria, encabezada por elementos civiles y militares reconocidamente fascistas, que acaba de derribar por la fuerza al gobierno del General Juan José Torres.

A la vez, señor Presidente, los Diputados comunistas queremos expresar nuestra preocupación por estos hechos ocurridos en Bolivia y por la situación que allí se ha creado. Nosotros pensamos que se requiere que todas las fuerzas democráticas de nuestro país realicen un detenido examen, para extraer de esta situación las conclusiones de todo orden que se deriven para el proceso democrático de nuestra Patria, de Chile.

Las noticias que nos llegan de Bolivia son alarmantes y conmovedoras, y despiertan una justa indignación. Centenares de trabajadores y estudiantes han sido muertos, y un número mayor de ellos está herido a bala por oponerse al golpe fascista. Entre los caídos se cuenta al Presidente Nacional de la Confederación Universitaria Boliviana y el Decano de la Facultad de Sociología de la Universidad de San Andrés, Mauricio Lefebre. Numerosos dirigentes sindicales, periodistas de Izquierda, dirigentes políticos de partidos y movimiento de Izquierda, dirigentes estudiantiles y otros ciudadanos, han sido fusilados. Bandas fascistas siembran el terror y la muerte, asaltando locales y violando domicilios particulares. La Universidad Mayor de San Andrés, de la ciudad de La Paz, fue bombardeada y ametrallada por las fuerzas insurrectas, para doblegar la resistencia heroica de un millar de trabajadores y estudiantes que se habían atrincherado en ella para resistir el golpe fascista, prácticamente sin armas.

Señor Presidente, el GeneralJuan José Torres llegó al poder en Bolivia en octubre de 1970 e impidió, con el apoyo del pueblo, un golpe reaccionario que se estaba gestando en la zona. El ascenso del General Torres ocurrió en momentos en que las fuerzas democráticas y populares de Bolivia, sus trabajadores, se encontraban plenamente movilizados en un proceso de reagrupamiento unitario para oponerse, por una parte, al golpe que se veía venir, y para asegurar, por otra, el proceso de liberación y revolucionario de Bolivia.

El Gobierno del General Torres fue, pues, la expresión patriótica y progresista de los sectores democráticos, civiles y militares, y se orientó, desde el primer instante, hacia una gestión popular y progresista cuya base de sustentación dependía esencialmente del apoyo popular, y especialmente de las capas obreras del país encabezadas por su vanguardia minera.

En este sentido, el General Torres desde el primer momento tomó contacto con las organizaciones de trabajadores, con las fuerzas políticas de Izquierda, buscando la acción común que le permitieron avanzar por la senda de la liberación de Bolivia. Encuentra, en este sentido, el apoyo poderoso de la Central Obrera Boliviana, que agrupa a todos los trabajadores manuales e intelectuales de ese país; el apoyo de las organizaciones estudiantiles y de las fuerzas de Izquierda revolucionaria, quienes, para garantizar el curso consecuente del camino antimperialista, organizan la asamblea popular, que se constituye como un instrumento político de los trabajadores y de sus organizaciones, con el objeto de colaborar con otras fuerzas civiles y militares, dispuestas a apoyar el camino de la liberación boliviana.

Queda, pues, perfectamente en claro que el Gobierno del General Torres contó, y ha contado, con el apoyo de los trabajadores, de los estudiantes, de todas las fuerzas patrióticas y revolucionarias y de amplios sectores del pueblo boliviano.

Señor Presidente, Bolivia es un país que posee enormes riquezas naturales, riquezas que el gobierno del General Torres se había propuesto poner al servicio del desarrollo económico independiente de su patria. Tal es el caso, por ejemplo, de los gigantescos yacimientos de hierro de Mutún, lugar donde ese gobierno se proponía levantar una gran planta siderúrgica, para lo cual obtuvo un crédito externo de doscientos millones de dólares. Los antecedentes que se conocen, sin embargo, indican que esos yacimientos de hierro eran codiciados por grandes consorcios extranjeros, cuyas propuestas fueron rechazadas por el gobierno del General Torres. Anteriormente, como se sabe, había sido nacionalizado el petróleo, que estuvo en manos de la compañía norteamericana, del monopolio norteamericano, de la Gulf Company. Por eso, el gobierno del General Torres era rechazado con indignación por los sectores del capital, vinculados a los monopolios, por elementos nazifascistas, de profesión anticomunista, por los resabios de la monarquía minerofeudal y, en primer lugar, por los imperialistas norteamericanos. Tal rechazo, tal oposición, no era simplemente lírica. Ella se expresó en la organización abierta de la contrarrevolución, para abatir, por la fuerza, al gobierno del General Torres, cuyo gobierno, apoyado, repito, por los trabajadores, por la clase obrera, avanzaba por el camino de la liberación boliviana.

Se levantó en Bolivia una santa alianza anticomunista, que agrupó a todos los elementos reaccionarios de ese país, civiles y militares. Así se unieron, en híbrido maridaje, los fascistas de la Falange Socialista y el sector de derecha, del Movimiento Nacionalista Revolucionario, quienes pasaron por encima de las diferencias que los separaban y, a pesar del encono creados por los continuos choques sangrientos entre ellos, que provocaron en el pasado reciente numerosas víctimas por ambos lados, no trepidaron en unirse en una santa alianza en contra del gobierno popular del General Torres.

Sin embargo, esta alianza contra el pueblo será, sin duda, efímera, y ya han comenzado a estallar las contradicciones y las diferencias y los resquemores entre los falangistas y los movimientistas.

Los conspiradores utilizaron todos los medios para confundir y engañar a sectores de la población boliviana y obtener, así, algún apoyo para sus siniestros planes.

No vacilaron, señor Presidente, en nada. Explotaron, por ejemplo, en forma escandalosa los sentimientos religiosos del pueblo boliviano. Y fue así como, tomando como pretexto el robo de una joya a una virgen, organizaron en la ciudad de Santa Cruz una manifestación religiosa masiva, de claro contenido anticomunista y antigobiernista.

Los reaccionarios han recurrido también en Bolivia a la exacerbación de los sentimientos nacionalistas, como un medio de distraer la atención del pueblo y debilitar su vigilancia ante el fascismo. Y con el fin de ocultar los verdaderos propósitos antipopulares contra el Gobierno del General Juan José Torres, se montó una gigantesca maquinaria para fabricar mentiras, calumnias y rumores falsos. Se le atribuía al Gobierno del General Torres intenciones que no tenía; se magnificaban las dificultades; se tergiversaban los hechos y las declaraciones. Se organizaron todos los días distintos tipos de provocaciones, algunas, incluso, de ribetes internacionales.

En resumen, se creó previamente el clima propicio para la asonada reaccionaria; no faltó ningún ingrediente; y, en estas condiciones, se llevó a cabo el golpe fascista, con los resultados que ya se conocen.

Como dijimos, los trabajadores bolivianos y, sobre todo, los mineros, los heroicos mineros bolivianos, los estudiantes universitarios, todas las fuerzas democráticas y patrióticas, y amplios sectores de la intelectualidad boliviana, salieron a la calle dispuestos a combatir, a atajar con sus propias vidas la escalada fascista. El pueblo boliviano, que apoyaba al Gobierno del General Torres, carecía de armas y de medios para oponerse a la conspiración fascista. Sólo contaba con su heroísmo, con sus ideales, con el amor a su patria, a la cual quieren ver liberada. La Central Obrera Boliviana, las universidades, en Bolivia, se irguieron como bastiones de la resistencia democrática; fueron abatidas sin piedad, a sangre y fuego, con ferocidad. Cayeron, inmolando sus vidas, centenares de heroicos combatientes por la causa de la libertad y de la liberación de su patria.

A todos ellos, en nombre de los Diputados comunistas, rendimos hoy un emocionado y combativo homenaje.

El Gobierno del General Torres cayó dignamente; combatió hasta el final, no se rindió.

Los reaccionarios del mundo entero y, por supuesto, los reaccionarios de Chile expresan en estos instantes su alborozo ante la derrota transitoria del pueblo boliviano y de sus fuerzas democráticas. Ocultan el terror, el baño de sangre, con que las fuerzas fascistas aplastaron a las fuerzas democráticas; pero este regocijo no les durará mocho, porque el pueblo boliviano, sus trabajadores, tienen fuerzas suficientes para erguirse nuevamente, para derrotar a sus opresores, atajar la conspiración fascista y abrirse paso hacia un nuevo régimen, más humano y más justo; hacia el socialismo, que libere, definitivamente, a su patria.

Por otra parte, como hemos dicho, las fuerzas políticas que apoyan la dictadura militar del Gobierno de Hugo Banzer tienen profundas contradicciones entre sí. Y estas contradicciones se irán profundizando cada vez más, ante su incapacidad para resolver los urgentes problemas del pueblo boliviano; y, por último, porque los momentos que vive América latina son instantes históricos, caracterizados por el avance impetuoso de los pueblos de nuestro continente hacia su liberación, hacia el socialismo.

Las fuerzas reaccionarias y fascistas podrán obtener un éxito momentáneo con el apoyo de los imperialistas norteamericanos; pero ellas, en definitiva, están condenadas, más temprano que tarde, a ser sepultadas por la lucha de los pueblos.

Terminamos expresando, una vez más, a los patriotas bolivianos, a las fuerzas democráticas de ese país, que ellos no están solos; que el pueblo de Chile condena unánimemente el golpe fascista. Los trabajadores y los estudiantes chilenos, las organizaciones democráticas y revolucionarias de nuestra patria, manifiestan, en este momento, en combativas manifestaciones callejeras, en múltiples concentraciones, en muchas y representativas declaraciones, el sentimiento unánime de nuestro pueblo, su ferviente solidaridad hacia el pueblo boliviano y la confianza de que el pueblo boliviano volverá a la ofensiva para aplastar a las fuerzas reaccionarias.

¿Cuántos minutos me quedan?

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