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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Especial N° 50
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1972 -1973
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Intervención
ANALISIS DEL VIAJE AL EXTRANJERO REALIZADO POR EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA.

Autores

El señor BULNES SANFUENTES

Yo también desearía hacer una exposición más orgánica, pero hay algunos puntos en que quisiera avanzar.

Creo que la parte útil de la sesión ha sido, precisamente, la correspondiente a las preguntas que hemos formulado al señor Ministro, porque todo lo concerniente al viaje del Presidente de la República, a las entrevistas que celebró, a las manifestaciones populares espontáneas o no espontáneas que tuvo, son hechos absolutamente conocidos a través de las informaciones cablegráficas y de la nutrida propaganda del Gobierno.

A mi juicio, la manera más lógica de haber desarrollado esta sesión, citada para que el Senado se impusiera de las gestiones realizadas y de los acuerdos suscritos en el viaje, habría sido, precisamente, que los Senadores hubiéramos empezado por plantear las interrogantes y pedir que el señor Ministro nos informara sobre ciertos puntos que no están claros.

Uno de esos puntos, al que yo atribuyo importancia extrema, se refiere a que nos hemos impuesto, mediante la Declaración de Moscú, que entre Chile y la Unión Soviética - no entre empresas chilenas y soviéticas, porque allá todas convergen en el Estado - existe toda, una red de convenios relativos a distintas materias, las que pueden estar vinculadas con la seguridad del país, con sus altos intereses económicos, etcétera. Y toda esa red de convenios nos es desconocida.

No deseo seguir invocando la disposición constitucional, que, a mi entender, es clara en lo que a tratados se refiere. Quiero invocar el sentido común.

No me parece posible que nuestro Estado, que nuestro país, se comprometa en una red de convenios, en todo un sistema de que se habla en esa declaración, sin conocimiento del Congreso. Esperaba en esta sesión poder imponerme de en qué consisten esos convenios. Y, como no me he impuesto de ellos, he pedido enviar un oficio.

En la declaración a que me referí, también se anuncia el propósito de celebrar otros convenios. Por ejemplo, vamos a contar con la cooperación de la Unión Soviética en nuestra actividad portuaria y en la ampliación de la industria siderúrgica. Me interesa sobremanera este problema, porque supongo que si el Presidente de la República, el Ministro de Relacionen Exteriores y otros altos funcionarios de nuestro Gobierno hicieron una declaración en la que se manifiesta que se celebrarán convenios sobre estas materias específicas, alguna idea tendrán de lo que piensan convenir. A mi juicio, sería bastante ilustrativo para la opinión pública y conveniente para el país saber, por ejemplo, en qué consistirá la proyectada cooperación de la Unión Soviética en materia de puertos.

En este aspecto, quiero ser perfectamente claro.

No creo en la cooperación desinteresada de la Unión Soviética. Me guío por los hechos históricos. Para mí, los abrazos de la Unión Soviética son abrazos que matan. Los pueblos que reciben su cooperación -es lo que nos ha enseñado la historia que nosotros mismos hemos vivido- terminan sometidos a su poder. La U.R.S.S. proclamó, cuando invadió a Checoslovaquia, que tenía derecho a intervenir en un país socialista, por el hecho de que éste quisiera apartarse de las normas socialistas.

En estas condiciones, cuando existen tales antecedentes tan frescos y elocuentes, estimo justificada la alarma que algunos sentimos al tener conocimiento de que ya hay una red de convenios y de que se piensa celebrar otros sobre materias extremadamente delicadas relativas a la defensa nacional.

Por otra parte, deseo decir algo sin ánimo ninguno de agraviar al Gobierno. En materia internacional no reconozco fronteras partidistas ni me considero parlamentario de Oposición o de Gobierno cuando de estos asuntos se trata. El propio señor Ministro de Relaciones Exteriores, que me conoce muy poco, habrá podido advertir durante el desempeño de su cargo que cuando se discutió el tratado de arbitraje con Argentina, por ejemplo, fui un ardoroso defensor de ese pacto, contra la opinión de algunas personas muy destacadas y distinguidas que militan en mi propio partido, por creer conveniente para el interés de Chile apoyar al Gobierno y estimar que éste estaba en la buena línea patriótica.

Sin embargo, así como he apoyado algunas actuaciones internacionales del Gobierno, tengo que decir que la Declaración de Moscú me hace sentirme desmedrado como chileno. Lo digo con la sinceridad más absoluta.

El Presidente de Chile visita a Moscú; está tres o cuatro días, si contamos el de llegada y el de salida, en dos ciudades rusas en Moscú y en Kiev; pero antes

de partir a Kiev, seguramente cuando llevaba poco más de 48 horas en la capital soviética, firma una declaración en que comienza expresando, primero, que en esta gira tan rápida ha podido formarse conceptos claros sobre los progresos realizados por la U.R.S.S. en la construcción del comunismo; sobre la alta actividad política y laboral del pueblo soviético en su lucha por el cumplimiento de las resoluciones del XXIV Congreso del Partido Comunista; sobre la vida - no encuentro en el texto de la declaración la frase correspondiente - y la actividad del pueblo soviético, lo que es bastante extraño cuando se cumple un programa de dos o tres días en la capital de un país inmenso, de un verdadero continente, donde no se entiende una palabra del idioma. Sin embargo, el Presidente de la República certifica y refrenda todos los avances portentosos que ha podido apreciar en el pueblo soviético. Me parece una actitud demasiado comedida de parte del Primer Mandatario, pues formuló esas declaraciones en circunstancias de que, manifiestamente, no pudo en su viaje reunir antecedentes para hacerlo.

Pero hay mucho más comedimiento, ya que en esta declaración se pasea por los distintos lugares del mundo donde la Unión Soviética tiene intereses comprometidos. De esta manera, se entra a hablar del tratado entre las dos Alemanias; de no sé cuál conferencia que se celebrará en Europa; de las peticiones de Bangla Desh en las Naciones Unidas; abrazamos la causa árabe contra Israel, y recorremos el mundo manifestando la coincidencia absoluta de Chile - que no tiene velas en esos entierros, porque nunca ha mantenido posiciones en esas materias - con todas las posiciones soviéticas.

Ese es el contexto de la declaración a que me refiero.

Si la leyera en voz alta, nadie podría dejar de darse cuenta de que ella constituye una actitud que va más allá de la cortesía internacional. Es demasiado comedida, pues Chile, aunque declare que mantiene su independencia internacional, que es pluralista en su política internacional, de manera bastante clara se coloca o empieza a colocarse, en este ámbito, dentro de la órbita soviética.

Esa es la conclusión que desprendo de la declaración.

Si, al mismo tiempo, se considera que en esa declaración la Unión Soviética promete - lo que Chile agradece emocionadamente - ayuda de diverso tipo económica, especialmente, y si a ello se suma que en el mundo entero se pensó, con razón o sin ella, que el Presidente Allende iba a ese país en busca de ayuda económica, la actitud tan comedida del Primer Mandatario pasa también a tener otro carácter que prefiero no definir con una palabra.

Hay hechos que pueden considerarse de menor importancia, pero que también me hacen sentirme disminuido como chileno, como la declaración - puede no estar bien traducida, pero nunca se ha precisado - de que el Presidente de la República expresó que la Unión Soviética era la hermana mayor de nuestro país. Evidentemente, cuando a alguien se le asigna la calidad de hermano mayor, sin serlo, sin estar ligado por lazos de sangre, se le está reconociendo un tutelaje, una dirección espiritual. Y me parece absolutamente inusitado que nuestro país le reconozca a cualquier otro la condición de hermano mayor. Ello es del todo reprobable cuando ¡10 median entre esa nación y la nuestra vínculos históricos, lazos culturales ni de sangre. Me explico perfectamente que a España se le diga la Madre Patria, porque ese país engendró nuestra nación, así como las demás de Hispanoamérica, confundiendo su sangre con la de los indígenas, de lo cual se formó una raza nueva. Por lo tanto, históricamente, España es la Madre Patria. Pero no concibo que se llegue de visita a una gran potencia y se la designe como hermana mayor. No me agrada, señor Presidente, que mi país tenga hermanos mayores. Me gusta que Chile se considere en igualdad con las demás naciones.

Hago estas observaciones porque no quiero que termine la sesión - nadie sabe si mañana tendremos quórum - sin antes expresar honradamente el concepto que me merece esa declaración.

En mi concepto, la declaración de Moscú es tremendamente desafortunada. En ella aparecemos como un pequeño país que, en un momento do urgencias económicas, llega, por intermedio de su Presidente de la República, ante una gran potencia extranjera, firma una declaración donde se le promete ayuda económica, suscribe conceptos en que bendice todo lo que se hace dentro de Rusia y en que se recorre el mundo para buscar cada uno de los asuntos conflictivos de orden internacional que interesan a la Unión Soviética y adherir a sus posiciones.

El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-

Pido la palabra, señor Presidente.

El señor BULNES SANFUENTES.-

Esto lo digo al tenor general de la declaración de Moscú, pero creo que...

El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-

¿Me permite, señor Senador?

Yo le concedí las interrupciones que Su Señoría me solicitó. Ahora quisiera referirme a los tres aspectos que el señor Senador ha tocado.

El señor BULNES SANFUENTES.-

Con mucho gusto, señor Ministro.

El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-

El primer aspecto se refiere a expresiones de la declaración conjunta dada a conocer en un comunicado de prensa, en la que el Gobierno de Chile reconoce los avances experimentados por la Unión Soviética durante el último tiempo en diferentes asuntos de la actualidad, de ese país.

El señor Senador parece desconocer que entre el pueblo chileno y el soviético, entre sus trabajadores, entre sus partidos representativos en sus niveles intelectuales y culturales se ha ido desarrollando en los últimos años un vasto proceso de conocimiento mutuo y de cooperación, que cristaliza en la declaración o comunicado de prensa mencionado. En consecuencia, no se trata de que el Presidente de Chile, en una efímera y corta pasada por la Unión Soviética, constate de visu los progresos alcanzados por ese país en su desarrollo general. Se trata, más bien, de certificar en un documento de este alcance, con motivo de la visita del Primer Mandatario a la Unión Soviética, el conocimiento que se ha ido logrando desde hace decenas de años entre el pueblo chileno y el soviético, a través de sus organismos sindicales, de sus partidos políticos, de sus dirigentes en el mundo del arte y de la cultura.

De manera, señor Senador, que me parece una interpretación muy pequeña querer ligar el reconocimiento que se hace del progreso del pueblo soviético a los dos o tres días que el Presidente de Chile estuvo allá.

En segundo lugar,...

El señor BULNES SANFUENTES.-

¿Me permite decir algo sobre este mismo punto, señor Ministro, ya que está haciendo uso de una interrupción que yo le concedí?

El señor ALMEYDA (Ministro de Relaciones Exteriores).-

Le ruego dejarme terminar de exponer la idea, señor Senador. Con réplicas y contrarréplicas se perturba el diálogo.

En segundo lugar, Su Señoría se ha referido a la alusión que en la declaración conjunta, o, más bien, en el comunicado que se hizo al final de la gira del Jefe del Estado, se hace a diversos asuntos internacionales de interés general.

En mi intervención anterior, me referí expresamente a la circunstancia de que cada uno de los asuntos internacionales mencionados en esa declaración conjunta dicen relación a problemas que afectan a la humanidad entera. Por lo tanto, en este momento, por la interdependencia general prevaleciente en el mundo, también interesan y afectan a los chilenos.

Por otra parte, la posición del Gobierno chileno, enunciada en dicho comunicado de prensa, en las partes en que coincide con la de la Unión Soviética, es, desde luego, muy anterior a esta visita y corresponde plenamente a la conducta observada durante el último tiempo por Chile ante los organismos internacionales. Esto es absolutamente efectivo en cada uno de los aspectos que recordó el Honorable señor Bulnes.

Desde que asumió sus funciones el actual Gobierno y, en cierto modo, durante la anterior Administración, la política chilena frente a la guerra de Vietnam es la misma, y ahora encuentra su consagración en el mencionado comunicado conjunto. Asimismo, la actitud chilena frente al asunto del Medio Oriente, desde el momento en que el actual Gobierno asumió el poder, es exactamente la que se refleja en dicha declaración, y encuentra su confirmación por la forma como Chile ha votado en la Asamblea de la NU durante 1970, 1971 y el presente año. No ha habido en lo mínimo modificación en esa materia en la política chilena.

Las alusiones positivas que se hacen en dicho documento respecto de la celebración de la Conferencia de Seguridad Europea, corresponden a la política sostenida por el actual Gobierno chileno desde su comienzo. La primera referencia a ese torneo se encuentra en la declaración suscrita por el Canciller español, cuando visitó a Chile, y el Ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país. Ya en esa oportunidad los Cancilleres chileno y español decidieron saludar como un hecho positivo las iniciativas que en ese momento se iniciaban para realizar una conferencia sobre la seguridad europea. De modo que no existe adscripción chilena de última hora a la posición de la Unión Soviética, sino que es la confirmación de una política sostenida, que, como digo, encuentra su primera expresión pública en la Declaración Conjunta Chileno-Española, formulada con motivo de la visita del Canciller López Bravo a nuestro país.

Algo semejante podría decir sobre la forma como se ha saludado en la declaración conjunta de Moscú la admisión de las dos Alemanias en el seno de la Organización de las Naciones Unidas.

El actual Gobierno siempre ha sostenido la política de universalidad de la NU. Es de conocimiento de los señores Senadores su calurosa aprobación al ingreso de la República Popular China a esa organización mundial, lo que sucedió mucho antes que se iniciara el viraje político de Estados Unidos frente a China. Y, consecuente con este principio de universalizar las Naciones Unidas, era lógico que en esta oportunidad nosotros valorizáramos y saludáramos como un hecho auspicioso y positivo el ingreso de la República Federal Alemana y de la República Democrática Alemana al seno de esa organización ingreso que ya se venía anunciando hace tiempo. Anterior también al comunicado conjunto de Moscú es la posición chilena favorable al ingreso de Bangla Desh al seno de la ONU.

De manera que todos y cada uno de los puntos de política internacional mencionados por el Presidente de Chile corresponden a líneas políticas anteriores de nuestro Gobierno, que dicen perfecta consonancia a la orientación general de su política internacional.

Por lo expuesto, me parece una interpretación sumamente antojadiza suponer que la alusión que en aquel comunicado se hace a tales aspectos tenga alguna relación con una presunta dependencia o sometimiento chileno a los objetivos de la política internacional soviética.

Por otra parte, en declaraciones políticas conjuntas emitidas con otros países muy distintos de la Unión Soviética, en diversas oportunidades y con motivo de otras visitas, ya sea a Santiago de autoridades foráneas o a países extranjeros por parte de las nuestras, se han reafirmado los mismos conceptos. Incluso, en la declaración política suscrita con Argelia durante la gira del Presidente que acaba de terminar, también se contienen esencialmente los mismos conceptos incluidos en el comunicado conjunto con la Unión Soviética.

No todas las declaraciones suscritas por Chile coinciden con la emitida en conjunto con la Unión Soviética, pues, por ejemplo, hay áreas en que no pensamos lo mismo que ese país. Tal es el caso del problema del límite de las doscientas millas marítimas, al cual se alude de modo muy circunstancial en la declaración chileno-soviética al referirse a la Conferencia sobre Derechos del Mar que se efectuará en Santiago de Chile. Dicha alusión no es igual, por ejemplo, a la forma como el problema se menciona en declaraciones suscritas por Chile con otras países de América Latina o del Tercer Mundo que comparten nuestra posición en esta materia.

Por lo tanto, cada una de tales declaraciones conjuntas va reflejando que el área de consenso en que nuestro país se encuentra con diversos países es diferente con cada uno de ellos. En el caso concreto de la Unión Soviética, no hay alusión directa al problema de los derechos del mar, porque mantenemos con ella puntos de vista distintos al respecto.

Para terminar, señor Senador, me referiré a las tres observaciones que Su Señoría ha formulado respecto de la expresión hermano mayor que el Presidente de Chile habría asignado a la Unión Soviética. Me extraña que este asunto se haya traído a colación, pues, a mi juicio, importa rebajar el carácter que debe tener el debate, si es que se quiere asumir un papel constructivo en las relaciones entre el Gobierno y el Congreso, ya que deben estar en conocimiento de los señores Senadores las referencias que, con relación a este punto, hicieron periodistas de Oposición que acompañaron al señor Presidente en su gira por la Unión Soviética.

El señor Emilio Filippi, democratacristiano, director de la revista Ercilla, se refiere a este aspecto en los siguientes términos:

En la Unión Soviética el planteamiento tuvo otros contornos y así lo revela la declaración conjunta. Desde luego es obvio que existe una coincidencia política en lo fundamental, aunque no es efectivo lo divulgado por una agencia de noticias en orden a que Allende hubiera hablado de la U.R.S.S. como de hermana mayor de Chile. Lo cierto fue que el Presidente chileno agradeció el respaldo recibido de los países socialistas y en especial de la hermana mayor de éstos, la Unión Soviética. Una mala traducción del intérprete provocó la confusión que en Chile sirvió para titulares de algunos diarios.

En seguida, el periodista de El Mercurio, José María Navasal, en su crónica sobre la gira presidencial, que, curiosamente, fue minimizada por ese diario, que lo envió para acompañar al Primer Mandatario, expresa lo siguiente:

Se dijo que la Unión Soviética era la hermana mayor de los países socialistas y en el hecho, en forma tanto cronológica como material, lo es, aunque China pudiera disputarlo. No se dijo que lo fuera de Chile, porque no es todavía un país socialista. Las dificultades de traducción no pueden nublar la realidad.

Cuando periodistas de Oposición, que no han abdicado de sus puntos de vista políticos, pero que, sin embargo, haciendo en este caso fe de su condición de profesionales veraces, motu proprio han esclarecido con bastante anterioridad a este debate, el asunto a que se refiere el señor Senador, creo francamente inexplicable que el Honorable señor Bulnes se haya referido en sesión pública a este aspecto en los términos en que lo ha hecho, pues creo que ello no contribuye a mantener el debate en el nivel en que, estoy seguro, el señor Senador quiere que se sitúe.

El señor JEREZ.-

¿Me permite una interrupción?

El señor BULNES SANFUENTES.-

No concederé interrupciones, pues está por terminar la sesión.

Voy a prescindir de una serie de calificativos que me ha colocado el señor Ministro y que no me llegan, pero, al mismo tiempo, rectificaré sus afirmaciones.

El señor Ministro sostiene que yo he hecho una interpretación pequeña de la declaración de Moscú al decir que el Presidente Allende manifestó que su viaje le había permitido apreciar los adelantos, el estado cultural y la vida del pueblo soviético, pues ese concepto del Presidente Allende provenía de las muchas relaciones que se mantienen con Rusia.

Yo no he hecho ninguna interpretación pequeña, sino la única que cabe dentro de un texto claro. Si existe alguna pequeñez, es la de haber incurrido en esa declaración. Ella comienza diciendo que, invitado por el Presidium del Soviet Supremo de la Unión Soviética y por el Gobierno Soviético, el Presidente de la República de Chile, doctor Salvador Allende Gossens, efectuó una visita oficial por la Unión Soviética entre los días seis y nueve de diciembre de 1972; que durante su estadía - reitero: durante su estadía - en la Unión Soviética el Presidente y sus acompañantes pudieron apreciar la vida y el trabajo del pueblo soviético y los adelantos de la Unión Soviética en la construcción económica, social y cultural. Por lo tanto, cuando se dice durante su estadía en la Unión Soviética, no cabe interpretar sino que este conocimiento de la realidad soviética lo adquirieron durante su estadía; es decir, en los tres días en que, según la propia declaración, asistieron a toda clase de ceremonias y cumplieron toda clase de actos oficiales.

Creo que en la capital de un país gigantesco, una declaración de esta índole es demasiado comedida. Y también habría sido absolutamente inexplicable, por ejemplo, que una delegación chilena hubiera emitido en Estados Unidos una declaración como ésta: Durante una visita de tres días a la ciudad de Washington, pudimos apreciar la vida y el trabajo del pueblo norteamericano y los adelantos que se han logrado en la construcción económica, social y cultural. También sería una declaración excesivamente comedida, que yo repudiaría y que los parlamentarios de la Unidad Popular, por supuesto, repudiarían con mayor energía aún.

Por lo tanto, no se trata de interpretaciones pequeñas, sino de una declaración en exceso comedida, que no se puede interpretar de otra manera.

En seguida, dice el señor Ministro que las distintas posiciones que se enunciaron respecto de Bangla Desh, Israel, las dos Alemanias y los demás puntos donde Rusia tiene intereses internacionales comprometidos, el Gobierno de Chile las venía sustentando con anterioridad. No discuto que las pueda haber sustentado. No es raro que un Gobierno marxista coincida en sus posiciones con otro régimen de la misma índole. Y estas posiciones pueden haberse mantenido. Pero sucede que en el mundo son inmensamente más conocidas las posiciones internacionales de la Unión Soviética que las de Chile. En realidad, no creo que, aparte el señor Niedergang, posiblemente, haya algún ciudadano francés que sepa cuál es la posición del Gobierno de Chile respecto del problema de Bangla Desh. Yo mismo - lo confieso honradamente - desconocía la posición chilena en torno de esa cuestión, no porque ella no merezca todas las consideraciones habidas y por haber, sino por estimar que en Chile hay problemas más urgentes que el de Bengala, que me preocupan y atormentan más que él.

Pero en esta visita se buscaron todas las posiciones coincidentes, todas las posiciones que el mundo entero reconoce como rusas, y Chile apareció adhiriendo y coincidiendo con la totalidad de ellas.

Todas las declaraciones de este tipo se formulan para el mundo; porque a la gente poco le interesa, por ejemplo, la posición concreta de Chile respecto de Bangla Desh. Pero al menos a la gente del continente en que vivimos le interesa una declaración emitida por el Presidente de Chile en Moscú con el Gobierno soviético, y esto tiene mucho mayor difusión. Cualquiera que lea el documento respectivo tendrá la misma sensación que he tenido yo: que, con cierto sadismo, los gobernantes o los diplomáticos soviéticos recorrieron todas sus situaciones conflictivas e hicieron que el Jefe del Estado de Chile, mediante dicha declaración, donde se le promete ayuda económica, adhiriera a las posiciones sustentadas por Rusia con relación a ellas.

En cuanto a la hermana mayor, debo declarar que no tengo obligación de leer todos los comentarios periodísticos y que carezco del tiempo necesario para hacerlo. Normalmente, llego al Senado antes de las 10.30 de la mañana, porque a esa hora comienzan a sesionar las Comisiones y yo no falto a la que pertenezco. No puedo leer todos los comentarios periodísticos; pero una cosa puedo decir: que la información pertinente se publicó cuando el Primer Mandatario estaba allá. Nosotros tenemos un Ministerio de Relaciones Exteriores; en ese momento había un Ministro subrogante, y nadie emitió un desmentido oficial. Que ahora el señor Navasal haya hecho un comentario que el propio señor Ministro dice que se publicó en forma poco destacada; o que el señor Filippi, en la revista Ercilla de esta semana, que no he leído, haya dado una versión, no contraria, sino bastante parecida a la que proporcionó determinada agencia cablegráfica, realmente no me satisface. A mi juicio, el Gobierno de Chile, que es tan pródigo en formular declaraciones, debió desmentir dicha información, y sobre todo cuando el Presidente del Partido Demócrata Cristiano, Senador señor Fuentealba, en carta pública le hizo presente al Primer Mandatario que se había tratado a Rusia como la hermana mayor de Chile. Creo que entonces debió llegar el desmentido oficial, y que nadie tiene derecho a calificarlo a uno de arbitrario ni a decirle que rebaja el debate porque se atiene a una declaración que no se ha desmentido oficialmente.

Celebro haber dado al señor Ministro la oportunidad, no de desmentir, sino de rectificar la declaración. Y digo rectificar, porque, según entendí a Su Señoría en esta ocasión, el Presidente de la República declaró que Rusia era la hermana mayor de los países socialistas.

El señor RODRIGUEZ.-

Lo desmintió el propio Presidente de la República en su discurso.

El señor BULNES SANFUENTES.-

Si no oí mal al señor Ministro, hizo presente que el Primer Mandatario dijo en el discurso mencionado que la Unión Soviética era la hermana mayor de los países socialistas. Y como ese concepto no puede alcanzar a Chile, porque nuestro país no es todavía socialista, podemos llegar a la conclusión de que, si bien Rusia no es la hermana mayor de Chile, estamos construyendo un régimen que nos permita tener a la Unión Soviética como hermana mayor. Porque entiendo que estamos viviendo un proceso de construcción del socialismo, y en la vía legal. ¿Legal? Bueno, al menos así lo dicen. Y pido a la Redacción colocarlo entre signos interrogativos. De manera que, al transformarnos en país socialista, deberemos, según el Presidente de la República, reconocer a Rusia la calidad de hermana mayor nuestra.

Nosotros tenemos mucho cuidado, y siempre procuramos no tratar en sesiones públicas los temas delicados de índole internacional, los que envuelven secretos; y a este respecto somos muy responsables. Hemos tenido una sucesión de sesiones secretas. Por ejemplo, para analizar exhaustivamente la situación de Chile con relación a los embargos de cobre; se han celebrado reuniones de tres Comisiones Unidas lo que supone quince Senadores, y no se ha filtrado una sola noticia, porque los antecedentes respectivos deben mantenerse en secreto. Pero yo no creo que deban mantenerse en sigilo las opiniones de los Senadores. Y yo no estoy revelando ningún secreto: me estoy ateniendo a una declaración pública, a informaciones aparecidas en la prensa, transmitidas por la radio y reproducidas por los canales de televisión que controla el Gobierno. Y creo que si uno discrepa de una actitud del Presidente de la República en materia internacional por estimar que va en desmedro de Chile, no sólo tiene el derecho, sino también el deber de decirlo, de formular la crítica y. de hacer presente - me gustaría que mis palabras tuvieran mucho más resonancia de la poca que desgraciadamente tienen - que no todo el país está de acuerdo con los conceptos del Primer Mandatario, que no todo el país habría firmado, en Rusia, en Estados Unidos, en Francia o en cualquier gran potencia, una declaración de esa índole. Sostengo honradamente que yo no la habría firmado; no habría rendido a una potencia extranjera la pleitesía que, a mi juicio, se le rinde en esa declaración. Y, como la gente suele ser olvidadiza, voy a solicitar que se inserte en el texto de mi discurso la declaración a que me estoy refiriendo, para que quienes leen las versiones de las sesiones del Senado puedan valorar si mis apreciaciones son pequeñas, arbitrarias, o si tengo el legítimo derecho de sentir lo que siento: que la dignidad de Chile no salió bien parada de la declaración hecha en Moscú.

El señor PALMA (Presidente).-

Si le parece a la Sala, se accederá a la solicitud de Su Señoría.

El señor JEREZ.-

Perfecto.

El señor PALMA (Presidente).-

Acordado.

El documento que se acuerda insertar es del tenor siguiente:

Comunicado conjunto Chileno-Soviético (Traducción no Oficial)

Invitado por el Presidium del Soviet Supremo de la URSS y el Gobierno Soviético, el Presidente de la República de Chile Doctor Salvador Allende Gossens efectuó una visita oficial a la Unión Soviética entre los días 6 y 9 de diciembre de 1972.

Durante su estadía en la Unión Soviética el Presidente y sus acompañantes pudieron apreciar la vida y el trabajo del pueblo soviético, los adelantos de la Unión Soviética en la construcción económica, social y cultural. Conocieron lugares notables de Moscú y depositaron ofrendas florales junto al Mausoleo de V. I. Lenin y a la Tumba del Soldado Desconocido. Los distinguidos huéspedes visitaron la fábrica de Moscú Stankolinea, en la que tuvo lugar un mitin de la amistad soviético-chilena. Durante la visita de S. Allende a la Universidad Estatal de Moscú M. V. Lomonosov, se le otorgó el título Honoris Causa de Doctor de la Universidad de Moscú.

El Presidente do Chile y sus acompañantes además de Moscú visitaron la ciudad de Kiev, capital de Ucrania.

En todas partes a los huéspedes chilenos les fue brindada una calurosa acogida, expresión de los sentimientos de sincera amistad y profundo respeto hacia el pueblo de Chile amante de la libertad y a sus dirigentes.

En Moscú se sostuvieron conversaciones y entrevistas entre L. I. Brezhnev, Secretario General del CC. del PCUS.; N. V. Podgorny, miembro del Buró Político del CC. del PCUS., Presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS; A. N. Kosiguin, miembro del Buró Político del CC. del PCUS., Presidente del Consejo de Ministros de la URSS; A. P. Kirilenko, miembro del Buró Político y Secretario del CC. del PCUS; B. N. Ponomariev, suplente al Buró Político y Secretario del CC. del PCUS; A. A. Gromyko, miembro del CC. del PCUS, Ministro de las Relaciones Exteriores de la URSS; y Doctor Salvad r Allende Gossens, Presidente de la República de Chile; Sr. C. Almeyda, Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Chile; Sr. L. Figueroa, Ministro de Trabajo y Previsión Social de la República de Chile, en las cuales participaron :

Por la Parte Soviética:

N. S. Patolichev, Ministro del Comercio Exterior de la URSS; S. A. Skachkov, Presidente del Comité Estatal de Relaciones Económicas Exteriores del Consejo de Ministros de la URSS; V. V. Kuznetsov, Primer Viceministro de Relaciones Exteriores de la URSS; A. V. Basov, Embajador de la URSS en Chile; D. A. Zhukov, miembro de la Junta Directiva del Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS;

Por la Parte Chilena:

Sr. G. Martner, Ministro de Planificación Nacional de la República de Chile; Sr. H. Santa Cruz, Ministro-Embajador; Sr. M. Darrigrandi, Encargado de Negocios A. I. de la República de Chile en la URSS; Sr. M. Silberman, Ministro Consejero de la Embajada de Chile en la URSS.

En el transcurso de las conversaciones fueron examinados detalladamente los problemas del estado y el desarrollo ulterior de las relaciones soviético-chilenas, de la colaboración en las esferas económica, técnica, científica y cultural, así como se intercambiaron opiniones sobre una serie de problemas actuales internacionales.

Los dirigentes soviéticos informaron al Presidente de Chile acerca de las actividades del PCUS y del Gobierno soviético para llevar a la práctica los planes del XXIV Congreso del PCUS para la edificación económica y cultural, la elevación posterior del bienestar del pueblo soviético, acerca de las actividades internacionales del CC. del PCUS y el Gobierno soviético encaminadas hacia el cumplimiento exitoso del programa de paz formulado por el Congreso. El Presidente fue informado sobre los preparativos para el festejo del Cincuentenario de la Formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

La parte chilena expresó su satisfacción por los logros de la Unión Soviética en la edificación del comunismo, por la alta actividad política y laboral con la que el pueblo soviético lucha por el cumplimiento de las resoluciones del XXIV Congreso del PCUS y se prepara para celebrar dignamente el Cincuentenario de la Formación de la URSS. Se subrayó la enorme significación internacional de la experiencia histórica del PCUS y el Estado soviético en la lucha de los pueblos por la liberación nacional y el progreso social.

El Presidente de Chile informó a su vez a los dirigentes soviéticos sobre la actividad del Gobierno de la Unidad Popular y trabajadores de Chile, para llevar a cabo el programa de profundas transformaciones socio-económicas, encaminadas hacia el afianzamiento de la independencia política y económica del país.

La Parte Soviética manifestó su comprensión por los esfuerzos del Gobierno y de los partidos de la coalición gubernamental de Chile, encaminados a la realización de las transformaciones socioeconómicas, hacia la consolidación de la economía del país, su soberanía nacional e independencia y a la construcción del socialismo.

Ambas partes señalaron con satisfacción que al llegar al poder en Chile el Gobierno de la Unidad Popular, las relaciones soviético-chilenas se desarrollan fructíferamente a base de los principios de respeto a la soberanía, no injerencia en los asuntos internos de cada uno y provecho mutuo. Entre la Unión Soviética y la República de Chile se firmaron convenios del carácter económico-comercial que contemplan ampliación del comercio chileno-soviético y prestación de asistencia técnica a Chile en el fomento de las industrias de cobre, química, pesquera y en la construcción de empresas industriales. La Unión Soviética coadyuva también a la realización de las prospecciones geológicas y a la preparación de cuadros nacionales. Se desarrolla con éxito la colaboración soviético-chilena en la esfera cultural y científica. Se están ampliando los vínculos entre organizaciones sociales, Ministerios y otros organismos de los dos países. Crece el intercambio de delegaciones a distintos niveles por las líneas estatales y sociales.

Como resultado de las conversaciones y entrevistas se expresó una recíproca aspiración a profundizar en adelante las relaciones de amistad y perfeccionar la cooperación mutuamente provechosa entre la Unión Soviética y la República de Chile, así como fueron diseñadas medidas concretas en el desarrollo de las relaciones soviético chilenas para los próximos años.

Se acordó la prestación por parte de la Unión Soviética de asistencia a la República de Chile en la construcción de empresas industriales, en el ensanchamiento de la base energética, en la agricultura y la industria pesquera, así como en la formación y capacitación de técnicos nacionales. Las medidas concretas en la ejecución del dicho acuerdo serán expresadas en respectivos convenios.

El Presidente Salvador Allende, en nombre del pueblo y del Gobierno de Chile, expresó la profunda gratitud al CC. del PCUS, al Gobierno y pueblo soviético, por su desinteresado apoyo moral, político y económico en la realización del programa de amplias transformaciones sociales en el país.

Al intercambiar opiniones sobre las cuestiones de la situación internacional, las partes declararon que continuarán esforzándose por aliviar la tirantez internacional, consolidar la seguridad internacional, liquidar los focos de guerra, reforzar la cooperación multilateral entre los Estados y pueblos, particularmente para vencer el subdesarrollo en los países económicamente atrasados. Consideran que las relaciones entre los Estados con distintos regímenes sociales deben basarse en los principios de coexistencia pacífica, respeto de la soberanía nacional, integridad territorial, igualdad en derechos, no injerencia en los asuntos internos, no empleo de la fuerza o la amenaza de emplearla, solución de toda cuestión en litigios por los medios pacíficos, mediante negociaciones. Las Partes reafirmaron su decisión de contribuir por todos los medios a afirmar estos principios en las relaciones internacionales, sea por la vía bilateral o multilateral.

La parte soviética manifestó su apoyo a la política exterior de parte del Gobierno chileno, destinada al afianzamiento de las posiciones internacionales de Chile, basadas en los principios referidos en el párrafo anterior, a la defensa de logros revolucionarios de los trabajadores chilenos, la consolidación de la amistad entre los pueblos y el apoyo a los Estados que luchan por su liberación nacional.

Las partes condenaron la intervención desde el exterior en los asuntos internos de Chile, tendientes a hacer fracasar las transformaciones económicas y políticas que se llevan a cabo por el Gobierno de la Unidad Popular para el bien del pueblo chileno, así como las acciones de monopolios extranjeros para impedir el derecho a disponer soberanamente de sus recursos naturales y, por ende, a comerciar libremente su cobre.

La parte chilena apreció altamente la actividad del CC. del PCUS y el Gobierno Soviético en la política exterior, encaminada a llevar a cabo el programa de paz y seguridad internacional, formulado por el XXIV Congreso del PCUS, destinada a consolidar la amistad y la cooperación entre los pueblos, a respaldar a los que luchan por su liberación del dominio extranjero y por el afianzamiento de su independencia política y económica.

Los dirigentes soviéticos subrayaron que la Unión Soviética prestaba, y prestará en el futuro, el apoyo político y económico al pueblo amigo chileno.

Las partes intercambiaron opiniones sobre la situación en América Latina y constataron con satisfacción la proximidad de sus posiciones. Expresaron su solidaridad con los pueblos del continente, que luchan contra el imperialismo y la reacción, por la consolidación de su soberanía nacional, incluyendo el derecho a disponer de sus recursos naturales y por la realización de transformaciones radicales socio-económicas que conduzcan al desenvolvimiento de la economía independiente y al progreso social.

La Unión Soviética y la República de Chile, expresan su solidaridad fraternal con el Gobierno y el pueblo de Cuba y condenan enérgicamente el bloqueo económico y político de este país, impulsado por los Estados Unidos, así como todas las otras acciones hostiles contra Cuba socialista.

Al examinar la situación actual en el continente europeo, las Partes expresaron la opinión de que la entrada en vigor de los Tratados de la Unión Soviética y de Polonia con la República Federal Alemana, el Acuerdo Cuatripartito sobre Berlín Occidental, así como la rubricación del Tratado sobre las bases de relaciones entre la RDA y la RFA, contribuyen al saneamiento ulterior de la situación en Europa.

Las Partes declaran que consideran la admisión de la RDA y la RFA en la ONU, como una apremiante tarea de la vida internacional contemporánea, y como un paso importante para que esta organización internacional sea universal.

La Unión Soviética y Chile subrayaron la importancia de haberse iniciado la preparación concreta de la Conferencia Paneuropea sobre Seguridad y Cooperación, y expresaron la convicción de que dicha Conferencia será un paso importante en el camino de la consolidación de la paz en Europa y en todo el mundo.

Las Partes declaran su solidaridad con la lucha heroica de los pueblos de Vietnam, Laos y Cambodia por su libertad e independencia, contra la agresión imperialista.

La Unión Soviética y Chile declararon su decisivo respaldo al Gobierno Revolucionario Provisional de la República de Vietnam del Sur, y expresaron esperanza de que el acuerdo del cese de la guerra y la restauración de la paz en Vietnam se firme en un futuro próximo.

Al intercambiar opiniones acerca de la situación en el Oriente Medio, las Partes expresaron su preocupación por la tensión que se mantiene en esta región del mundo. Condenan la ocupación de los territorios árabes por Israel y consideran que dicha ocupación aumenta la tirantez en la región indicada.

Reafirman su respaldo a la lucha justa de los pueblos árabes por la liberación de sus territorios, por el reconocimiento y respeto a sus derechos. Las partes se pronuncian resueltamente por el establecimiento de una paz justa y duradera en el Oriente Medio sobre la base del cumplimiento de la resolución 242 del Consejo de Seguridad del 22 de noviembre de 1967.

La Unión Soviética y Chile se pronunciaron por la más rápida satisfacción de los anhelos legítimos de la (República Popular de Bangladesh sobre su admisión en la ONU.

Ambas partes acogen con satisfacción que la Asamblea General de la ONU haya adoptado la resolución en la que en nombre de los Estados Miembros de la ONU se declara solemnemente la renuncia al empleo de la fuerza en todas sus formas y manifestaciones en las relaciones internacionales y la prohibición para siempre de las armas nucleares.

La Unión Soviética y la República de Chile declaran que contribuirán por todos los medios al problema del desarme general y completo. Se reafirmó la coincidencia de las posiciones acerca de la convocación de la Conferencia Mundial del Desarme con la participación de todos los Estados.

Las partes conceden mucha importancia al fortalecimiento de la Organización de las Naciones Unidas como un forum mundial para el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales a base de una observación estricta por todos los Estados de los propósitos y principios de la Carta de la ONU. Las partes subrayaron que continuarán también en adelante contribuyendo a la consecución de este objetivo.

Ambas partes manifiestan su apoyo a la labor de la ONU tendiente a promover el progreso económico y social en todo el mundo y el desarrollo de los países en vías de desarrollo, declaran su respaldo a las medidas encaminadas a eliminar la discriminación comercial y otras medidas para remover los obstáculos que impiden el establecimiento de relaciones internacionales económico-comerciales equitativas.

La parte soviética reafirmó su posición de condena tomada en el Consejo Económico y Social, así como en la Junta de Comercio y Desarrollo de la ONU, con respecto a la acción dañina de los monopolios imperialistas en los países en desarrollo.

La parte chilena agradeció esta posición de la Unión Soviética.

Ambas partes intercambiaron opiniones acerca de la próxima Conferencia de la ONU del Derecho del Mar y expresaron su disposición de armonizar sus posiciones y colaborar mutuamente para la consecución de los objetivos de la Conferencia tomando en cuenta los intereses de todos los Estados. La parte soviética se pronunció a favor de la proposición del Gobierno de Chile sobre la celebración del Primer Período de Sesiones de dicha Conferencia en la ciudad de Santiago.

La Unión Soviética y la República de Chile se pronuncian en favor de la liquidación total y urgente de los vestigios del colonialismo, por el cumplimiento rápido y eficaz de la declaración de la ONU sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales. Las partes condenan resueltamente el racismo y el apartheid en todas sus formas y manifestaciones.

Ambas partes prestan gran importancia al desarrollo de los contactos entre los representantes de la Unión Soviética y la República de Chile a todos los niveles y declaran su mutuo deseo de ampliar el intercambio de visitas de personalidades del Estado, así como de representantes de organizaciones sociales, científicas, culturales y otras de ambos países.

Las partes expresaron la seguridad de que la visita del Presidente de la República de Chile a la Unión Soviética, y las conversaciones y entrevistas con los dirigentes soviéticos durante la visita, coadyuvan al desarrollo ulterior de las relaciones de amistad y cooperación multilateral entre ambos países, a la consolidación de la paz y la seguridad internacional.

Los representantes chilenos manifestaron su profundo reconocimiento por las múltiples y fraternales atenciones y muestras de amistad que les fueron prodigadas por los dirigentes del PCUS, el Gobierno soviético y el pueblo de la Unión Soviética.

Diciembre 9, 1972.

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