Labor Parlamentaria

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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión ordinaria N° 28
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1973
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Intervención
El señor Pérez, don Arturo, formula críticas a la labor legislativa

Autores
El señor PEREZ (don Arturo).-

Pido la palabra.

El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el Diputado señor Pérez.

El señor PEREZ (don Arturo).-

Señor Presidente, hoy hace exactamente 70 días en que -yo diría- la mayoría de los Diputados en ejercicio de esta Cámara nos incorporamos, por primera vez, a una gestión que estimábamos fundamentalmente de orden legislativo. Han transcurrido de ello, como digo, 70 días, y la verdad es que durante todo este tiempo hemos podido constatar cómo y de qué modo el Congreso Nacional, .que por disposición de la Constitución Política del Estado está llamado fundamentalmente a desempeñar un papel colegislador, contrariando la norma fundamental ha eludido su responsabilidad y ha ocupado más del 60 ó 70 por ciento de su tiempo en realizar un verdadero circo que, por supuesto, desprestigia a la Cámara y al Poder Legislativo en su conjunto, mientras que por otro lado desatiende los requerimientos de miles y miles de ciudadanos que, naturalmente, cuando nos eligieron, tenían la esperanza de que contribuiríamos con nuestro accionar a allanar las muchas dificultades que padecían durante muchos años.

La verdad es que quienes nos incorporamos, por primera vez, a este cuerpo legislativo parece que hubiéramos errado el lugar de destino, porque hemos llegado, más que a un cuerpo legislativo," a un verdadero "hemicirco", en que se hace escarnio de la función elemental del Congreso, con la natural preocupación de la gran mayoría de Chile.

Aquí hemos venido a conocer el cinismo político exacerbado de los sectores de la mayoría reaccionaria, que, en la práctica, ocupan largas horas en distorsionar la fría realidad de los hechos.

Y esos sectores de la mayoría reaccionaria, que durante largos años impidieron el advenimiento de un Gobierno realmente justo y democrático, rasgan ahora sus vestiduras para impedir la marcha de este Gobierno, logrado después de largos años de lucha de la clase trabajadora. Son estos sectores, que tipifica muy bien el Partido Nacional, que durante años persiguió y aherrojó el accionar de las masas y conculcó toda expresión democrática, los que pretenden ahora transformarse en adalides de la democracia. Los que iniciaron en este país la resistencia violenta contra las grandes mayorías nacionales, pretenden hoy transformarse en pacifistas. Los que ayer iniciaron este andar con el asesinato del ingeniero Hernán Mery, que en el Gobierno anterior impulsó con entusiasmo y patriotismo el proceso de la reforma agraria, son los mismos que movieron los hilos para impedir, dentro del normal desarrollo democrático, que la voluntad popular, expresada en septiembre de 1970, se concretara en el ascenso al Gobierno del ciudadano que había obtenido la primera mayoría en la elección presidencial, llegando al asesinato aleve del Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider. Los que azuzaron el levantamiento antipatriótico y sedicioso del 29 de junio; los mismos que generaron el paro patronal de octubre, los que motivaron y ordenaron el asesinato del Comandante Arturo Araya, son precisamente los mismos que ahora pretenden transformarse en adalides de la democracia y en defensores del pueblo.

Pero, de qué democracia nos pueden hablar estos sectores, cuando durante largos años mancillaron a la clase trabajadora chilena; persiguieron a sus organizaciones sindicales y constituyeron en un accionar oficial el asesinar a trabajadores, mujeres y niños.

Son estos mismos sectores los que hoy día nos vienen a hablar de defensa del pueblo; los que, desesperados frente al avance popular, organizan o tratan de organizar a los sectores más acomodados de la población para oponerlos al avance del proceso revolucionario.

¿A quiénes están defendiendo estos caballeros que azuzaron el paro patronal de octubre y que ahora azuzan el que está en sus comienzos? ¿Están defendiendo acaso una mayor justicia en la distribución del ingreso? ¿Están acaso defendiendo los intereses de los modestos pobladores, de los modestos campesinos, hombres y mujeres, que, como lo señalaba el Diputado Alvarado, viven en condiciones subhumanas? No, señor Presidente. Están defendiendo los intereses de los sectores más acomodados. Están tratando de crear todos los mecanismos de fuerza contrarios a la Constitución y a la ley, para permitir que esos sectores no tan sólo conserven sus altos ingresos, sino que los aumenten considerablemente a costa del sacrificio de las mayorías populares. Eso es lo que realmente persiguen estos sectores reaccionarios, que se agrupan fundamentalmente en el Partido Nacional y en otros sectores de la Oposición, que pretenden llamarse democráticos, pero que generalmente no son tan democráticos.

Cuando defienden, por ejemplo, al gremio de los camioneros, entre los cuales, por supuesto, hay personajes que son propietarios no de un camión, sino de diez, de ciento o más camiones, amén de otros bienes de distinta naturaleza, están defendiendo en la práctica, cuando así lo hacen, los intereses de personas que no poseen sólo el valor de un camión, que prudencialmente pudiéramos calcular en 5 millones de escudos, sino el valor de ciento o más camiones, es decir, un capital de quinientos o más millones de escudos.

Y para allegar fuerzas a los intereses de estos sectores, agrupan a otros sectores gremiales, a los más "pobrecitos" de Chiles agrupan a los profesionales, o pretenden agruparlos; agrupan a los comerciantes, o pretenden agruparlos. O sea, en la práctica acaudillan a lo que ellos entienden por el pueblo de Chile, pero que, en última instancia, constituyen el sector privilegiado de la sociedad chilena. Y naturalmente lo agrupan para luchar en contra de las mayorías populares; en contra de los obreros, de los campesinos; en contra de las mujeres y de los hijos del pueblo.

En este accionar, estos sectores, que se autodenominan "democráticos", cometen todo tipo de arbitrariedades y de violencias. A tal grado llegan, que es bueno que recordemos cómo y de qué modo en el paro patronal de octubre se sembraron por miles, a lo largo de la patria, los famosos "miguelitos", para impedir no tan solo el funcionamiento normal de nuestro aparato de transportes, sino también, en la práctica, el desenvolvimiento e incluso la vida de la gran mayoría de la gente modesta de Chile.

Hoy día están haciendo exactamente lo mismo. Ayer, estos sectores, lanzados desde mucho antes en una cadena infinita de actos de violencia, dinamitaron en Cuesta Zapata el oleoducto de la Sociedad Nacional de Oleoductos, SONACOL, y con ello, por supuesto, criminalmente quitaron a la economía nacional 100 mil litros de bencina.

El señor RAMIREZ (don Rodolfo).-

La "Ultima Hora" lo dice. Aquí está, señor Diputado.

El señor PEREZ (don Arturo).-

Estos mismos sectores que critican las dificultades que tiene el país para proveer a nuestra economía de todos los recursos que son necesarios para su normal funcionamiento, son los mismos que botaron los 100 mil litros de bencina.

No sólo Vilarín es el responsable. Muchos de los personajes que se cobijan en los gremios que defiende la Derecha, son responsables también de estos actos criminales.

-Hablan varios señores Diputados a, la vez.

El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).-

¡Señores Diputados, ruego guardar silencio!

El señor PEREZ (don Arturo).-

Son los mismos que en el paro patronal de octubre no trepidaron, con el afán de defender sus mezquinos intereses, en botar incluso la leche, que mucha falta hace para los niños de Chile y en cuyo logro el Gobierno popular ha gastado innumerables recursos, porque sabe que los niños deben ser los privilegiados del Gobierno popular y porque así lo prometió durante la campaña presidencial.

Por eso, quiero concluir diciendo que durante el tiempo que llevamos en el ejercicio de nuestro cargo, nos hemos podido percatar de cómo y de qué modo la mayoría reaccionaria festina la actividad parlamentaria que corresponde a este Poder del Estado, que debería ser respetable, pero que ante los ojos del pueblo, ante los ojos de Chile, se ha transformado en un verdadero circo.

De ahí que como parlamentario de provincia, como parlamentario socialista, como parlamentario recién incorporado a este cuerpo legislativo, reclamo de la mayoría reaccionaria la necesidad de sobreponer, por sobre los intereses mezquinos que ellos defienden, el amor a Chile, el amor a la patria y a su pueblo, y que, en consecuencia, activen su conducta en un sentido contrario. De otro modo, esta mayoría reaccionaria será definitivamente aventada por la historia de Chile, por la marcha incontenible del pueblo, que derrotará en definitiva, en cualquier terreno, a los reaccionarios.

El señor MUÑOZ BARRA, don Roberto (Vicepresidente).-

Ha terminado el tiempo del Comité Socialista.

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