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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 3
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1972
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Intervención Petición de oficio
MARCHA DE LAS EMPRESAS MINERAS DEL COBRE NACIONALIZADAS.

Autores
El señor CARMONA.-

Señor Presidente:

Los últimos diez años han visto adquirir al cobre preponderancia en el plano político, debido a la conciencia que los distintos sectores del país han tomado acerca del papel que esta industria desempeña como herramienta de desarrollo en Chile.

Durante la Administración del PresidenteFrei, el Estado pasó a controlar parte importante del capital de las empresas y se ejecutó en el país el programa más grande de expansión que se haya conocido en la industria mundial del cobre, en un corto período de tiempo. En este Gobierno culmina el proceso, con la nacionalización total de la gran minería y de la Compañía Minera Andina, por medio de una reforma constitucional que contó con el apoyo de todos los sectores políticos representados en el Parlamento.

Para el Partido Demócrata Cristiano la nacionalización del cobre significa el cumplimiento de una de nuestras bases programáticas. Por eso, la iniciativa de completar la nacionalización contó con toda nuestra colaboración y apoyo. Estimamos que la nacionalización se hizo para poner esta riqueza chilena al servicio del país, en forma integral, y, por ello, la tarea no se agota con el traspaso de la propiedad de las empresas al Estado, sino que, por el contrario, está comenzando.

Es en el manejo de las empresas en lo que realmente se juega el destino de la nacionalización. Si en la administración de nuestra riqueza básica fracasamos, no sólo fracasa la nacionalización, sino que fracasa el país. Por eso todo grupo consciente en Chile debe tener como una de sus preocupaciones fundamentales la marcha de las empresas cupríferas. Las fuerzas que temporalmente manejan el Gobierno deben administrarlas de acuerdo con los intereses del país, y mantener a éste debidamente informado. Quienes no tenemos la responsabilidad de Gobierno, debemos apoyar las iniciativas positivas, criticar las políticas equivocadas y proponer nuevas metas y soluciones. No puede entenderse que la solidaridad con la nacionalización sea una solidaridad con los errores en su manejo.

Debe entenderse que el cobre constituye la base de nuestra economía y que, a su vez, es la única industria de vanguardia que Chile tiene en el mundo. Sus productos compiten en el mercado mundial con el cobre producido en otros países, algunos de los cuales son más poderosos que el nuestro en recursos económicos y tecnológicos.

Esto nos obliga a una dura competencia, en la cual no hay lugar para la ineficiencia. Quienes dirigen las empresas y los trabajadores de ellas deben constituir el personal más calificado de Chile. La tecnología, elemento fundamental en una empresa moderna que compite por mercados en el mundo actual, debe ser buscada y aceptada, sin importar su nacionalidad. La técnica no es ideología, el conocimiento científico es un patrimonio humano que debe estar al servicio de los hombres y es nuestro deber aprovecharlo para ponerlo al servicio de nuestro pueblo.

El manejo de las empresas del cobre está sujeto a las máximas exigencias, y se debe ser intransigente en seguir las normas de la técnica, ya que, de lo contrario, podríamos ser desplazados del mercado mundial por empresas que trabajan en otros países en condiciones de mayor eficiencia.

Así como se debe ser riguroso en la administración interna de las empresas, también se debe serlo en el manejo de los recursos provenientes del cobre. La nacionalización se hizo para poner al servicio del país estos recursos, y diversas leyes han fijado objetivos que deben ser atendidos con ellos. El destino que se ha fijado debe ser respetado en la forma y en el fondo. Debe existir concordancia entre la política económica y la monetaria con la política del cobre, de manera que ésta no quede desvirtuada.

Hemos querido exponer esta perspectiva de la industria del cobre, en la que se funda el análisis que haremos a continuación de las empresas de Chuquicamata y Exótica. Al dar a conocer nuestros puntos de vista, deseamos informar al país sobre la marcha de estas empresas, en las que se está jugando en gran medida el destino económico del país.

Chuquicamata y Exótica.

Para tener una visión de una unidad productora, como son las empresas del cobre, es necesario ver sus resultados. Estos son los mejores y más severos jueces y también los más imparciales. Creemos, sin embargo, que los resultados se van configurando mediante una innumerable serie de factores que van afectando al proceso productivo en sus diversas etapas. Por esta razón, primero analizaremos los resultados para, a continuación, medir cómo determinados factores van influyendo en las labores de la mina, fundición, refinería, sistema de abastecimientos, etcétera.

Creemos que los datos por considerar al hacer un análisis de los resultados consisten básicamente en determinar cuánto se puede producir, cuánto se produjo efectivamente y a qué costo; en otras palabras, ver la producción y su costo frente a la capacidad instalada. No incluiremos como elemento del análisis las utilidades o excedentes, los que trataremos al estudiar el destino de los recursos provenientes del cobre.

Es necesario precisar, primero, cuánto es lo que Chuquicamata y Exótica pueden producir; en otros términos, cuánto es lo que el país puede esperar y exigir de estas empresas. Como se sabe, antes del plan de expansión puesto en ejecución por el Gobierno de Frei esta capacidad era de 300.000 toneladas métricas anuales, de las cuales 235.000 eran de cobre electrolítico y 65.000 de blíster. En la actualidad, y de acuerdo con ese plan, la capacidad instalada de Chuquicamata es de 360.000 a 380.000 toneladas métricas, a las que se suman las 105.000 toneladas métricas, que es la capacidad de Exótica, lo que da un tota! de 465.000 toneladas métricas.

De acuerdo con las estadísticas mundiales, se estima que la producción normal en la industria del cobre equivale a 93% de su capacidad instalada. Si aplicamos este principio general a Chuquicamata y Exótica, la producción debería ser cercana a las 430.000 toneladas métricas anuales. No se necesita demostrar que la producción está muy lejos de esta cifra. Sin duda que podrá argumentarse que ello se debe a las dificultades iniciales, propias de la puesta en marcha de las nuevas instalaciones; argumento que es discutible pero que puede aceptarse para los efectos del análisis. Pero lo que es definitivamente inaceptable es que Chuquicamata produzca menos que lo que producía antes de la, expansión.

El siguiente cuadro es reseña de la producción durante los meses de enero a abril en los últimos siete años. Los datos son obtenidos de documentos oficiales sobre contabilidad metalúrgica de Chuquicamata:

Producción de fino neto comerciable desde. 1965.

En toneladas métricas (Chuquicamata).

ACUMULADO (Enero-Febrero-Marzo-Abril)

1965 89.911

1966 95.547

1967 88.513

1968 91.000

1969 78.654

1970 87.152

1971 86.925

1972 69.000

Según lo explicado, lo que Chuquicamata debería estar produciendo es lo siguiente : con una capacidad instalada mensual de 30.000 toneladas métricas aproximadamente, debería obtenerse una utilización del 93%, o sea, 27.000 toneladas métricas mensuales y la acumulación en cuatro meses debería ascender a 108 mil toneladas métricas.

El cuadro anterior muestra que la producción de los cuatro primeros meses del año en 1972 es inferior en 21.000 toneladas métricas aproximadamente respecto de igual período en 1965, y en cerca de 26.500 toneladas métricas respecto de igual período en 1966.

Es decir, la administración de la Compañía de Cobre Chuquicamata ha logrado disminuir la producción en 1972 en 23% respecto del mismo lapso del año 1965, y en 27% si hacemos la comparación con el año 1966.

De más está señalar que si agregamos el hecho de que entre 1965 y 1970 se han invertido en el plan de expansión de Chuquicamata más de US$ 150.000.000, con el objeto de aumentar la capacidad productiva a 30.000 toneladas métricas mensuales aproximadamente, o sea, entre 360.000 y 380.000 toneladas métricas anuales, y que tal expansión no se utiliza, podemos apreciar las crecientes pérdidas que Chile debe soportar mes a mes. Tomando en cuenta que se utilizara 93% de esa capacidad de producción, de acuerdo con las cifras ya señaladas, estaríamos en presencia de una pérdida cercana a los 40 millones de dólares sólo en lo que va corrido del año y sólo en Chuquicamata.

Cabe señalar, además, que CODELCO en su informe Nº 4/71 del Departamento de Estudios y Planificación, al tratar el programa de producción de 1972 para Chuquicamata, se puso en dos hipótesis: una optimista y otra pesimista. Nosotros nos permitiremos hacer una comparación entre las hipótesis optimista, la pesimista y la realidad.

Producción para los cuatro primeros meses de 1972 en toneladas métricas

Hipótesis optimista Pesimista Realidad

92.800 84.200 69.000

Las cifras anteriores demuestran dos hechos evidentes: una grave crisis en la producción de cobre y una falta de información o desconocimiento de la industria de las autoridades correspondientes. Esta visión tan equivocada que las autoridades del cobre demuestran con las cifras de sus hipótesis, hace temer que ellas sean incapaces de comprobar las causas profundas de los trastornos de las empresas cupreras. Sin embargo, creemos que una actitud de crítica que señale los problemas puede de alguna manera contribuir a una actitud rectificadora, tan necesaria en estos instantes para el país.

Sin duda, el problema de la baja de producción es gravísimo. Esta situación nos lleva a desatender a nuestros clientes tradicionales, quienes se ven forzados a recurrir a otros proveedores ante la falta de material chileno. Pero tan grave como este hecho es la situación de los costos de producción.

En la competencia mundial, quienes no tienen un nivel de costos de producción competitivos están destinados a ser suplantados por quienes tienen mayor eficiencia. Esta realidad económica puede ser paliada en parte por medidas internas transitorias; pero, a la larga, la fuerza de los hechos se impone y a los países les queda una alternativa: o abandonar los mercados o bonificar la actividad exportadora a costa del país.

Ahora bien, respecto de los costos en Chuquicamata, y partiendo en septiembre de 1970 con un costo de 20 centavos la libra, se llega en 1971 a las siguientes cifras:

1971

Enero 25,5 centavos la libra

Febrero 27 centavos la libra

Marzo 23,3 centavos la libra

Abril 24,7 centavos la libra

Mayo 30,4 centavos la libra

Junio 32,6 centavos la libra

Julio 32,3 centavos la libra

Agosto 31,7 centavos la libra

Septiembre 26,7 centavos la libra

Octubre 32,4 centavos la libra

Noviembre 35,9 centavos la libra

Diciembre 40 centavos la libra

Incidentalmente, debe señalarse que la Empresa Minera El Teniente tuvo una pérdida de US$ 12.000.000 aproximadamente en 1971.

Es, decir, entre septiembre de 1970 y diciembre de 1971 los costos se duplicaron. Seguramente, ellos han seguido aumentando con los actuales niveles de producción de 1972, ya que los costos fijos deben repartirse en un menor tonelaje de cobre producido.

De continuar esta situación, muy pronto el país verá al cobre transformado sólo en un productor de divisas, sin posibilidades de generar excedentes que puedan ser utilizados para impulsar el desarrollo de otras actividades económicas. Y, lo que es más grave aún, puede suceder que el Estado deba bonificar la industria del cobre para que ésta pueda mantenerse en actividad. De esta manera, se producirá la paradoja de que el cobre, que se nacionalizó para impulsar la creación de nuevas actividades económicas, se transforme en una industria que deba ser financiada por cada chileno, mediante los impuestos.

Si el cobre es considerado por todos los sectores nacionales como una palanca de desarrollo de la economía chilena, no puede pretenderse que nuestra economía en su conjunto deba soportar el peso adicional de financiarlo, lo que no está en condiciones de sostener.

Ante el cuadro descrito de la situación en Chuquicamata, cabe preguntarse por las causas que generaron estos resultados. En este punto, tocamos el problema más delicado de encarar. Sólo un diagnóstico acertado permitirá corregir los errores y superar las deficiencias. El camino fácil para las actuales autoridades sería responsabilizar a terceros. Pero creemos que con el cobre no se juega y que no es ése el camino por seguir. Sin una crítica objetiva y sincera, no dirigida a satisfacer consignas políticas, sino a resolver la situación en su esencia, las perspectivas de la industria del cobre son caóticas. A nuestro juicio, deben buscarse las razones internas del fracaso y, una vez comprobadas y encaradas eficientemente, podrá intentarse con cierta autoridad responsabilizar a otros.

Es en la administración de las empresas y en la política seguida por los organismos responsables del Estado donde deben buscarse las causas de la actual situación. Queremos hacer nuestra crítica con la mayor objetividad, destacando los hechos que, en nuestra opinión, han influido de manera importante en el actual estado de cosas.

Factores de baja de producción y de alza de costos.

Hemos visto cómo los costos de producción han aumentado en forma sustancial. Influye, sin duda, en ello el que se esté produciendo a un nivel muy inferior a la capacidad instalada, lo que obviamente repercute en todas las secciones de la empresa de manera general. Otro tanto ocurre con el problema derivado de la fijación de un cambio irreal.

Pero no son éstas las únicas causas del deterioro de los costos. El problema de personal ha repercutido en innumerables sectores de la empresa, no siendo único el, caso citado en la carta del señor Wilhelm al renunciar a su cargo de gerente, en que señala que en la fundición fueron dañados cuatro convertidores.

Se podría hacer un recuento de muchos casos similares, grandes y pequeños, que en definitiva influyen en el costo final del cobre.

Con el objeto de no extender esta exposición a detalles, deseamos referirnos a problemas de orden general que vale la pena que el Senado y la opinión pública conozcan.

Como es sabido, en una empresa de la magnitud de la que estamos analizando, los abastecimientos juegan un papel crítico. Si éstos no son normales o son lentos, se puede afectar a la producción de manera grave e incluso llegar a paralizarla.

En esta materia estimamos que nuevamente se da el caso de aplicación de sistemas y métodos derivados de la inexperiencia y desconocimiento del manejo empresarial.

CODELCO ha puesto en práctica una política tendiente a centralizar en ella los abastecimientos de toda la gran minería. Creemos que este sistema ha fracasado y que las consecuencias las está sufriendo la producción. No decimos esto por el solo hecho de que se haya designado, en lo que va corrido de este Gobierno, a cuatro sucesivos Gerentes de Abastecimientos de CODELCO. Este hecho sólo revela una situación mucho más grave. En efecto, al tomar esta responsabilidad sobre sí CODELCO ha demostrado una incapacidad para atender a las órdenes de compra que oportunamente han hecho llegar a ella las diferentes empresas.

Es fácil suponer las razones de esta situación. CODELCO ha sustituido una organización que funcionaba en forma fluida debido a la experiencia de su personal, por otra compuesta por personas inexpertas, que no conocen las reglas de comercio exterior ni la situación de los mercados. En lugar de utilizar al personal existente, se le sustituye, lisa y llanamente, por quienes tienen afinidad política con el régimen. Siquiera podrían haber tenido la conciencia necesaria para prepararlos en este campo tan delicado. Las sumas involucradas y el papel de los abastecimientos son tan importantes que justificaban ser encarados con seriedad. Situaciones como las que están viviendo las empresas mineras en estas materias no se habían visto jamás.

No tendría tanta importancia si el problema sólo quedara radicado en el nivel administrativo. Pero, desgraciadamente, repercute en forma directa en el sistema de producción. Por citar un ejemplo importante, nos referiremos al de adquisición de camiones y de repuestos para ellos. Estos elementos juegan un papel vital en el transporte de lastre y mineral. Como las necesidades tanto de Chuquicamata como de Exótica no han sido atendidas oportunamente, se ha perjudicado la producción al no poder remover lastre ni transportar minerales en la forma programada.

Esta situación ha sido tan grave que de los 25 camiones de Exótica, 11 han debido trasladarse a Chuquicamata para atender a las necesidades de ese mineral, y, lo que es peor aún, algunos de éstos han sido canibalizados, término que significa que se les han sacado piezas y partes para mantener en operación a aquellos que están en mejores condiciones de funcionamiento. Lo mismo ha ocurrido con las palas mecánicas de Exótica, que, de un total de cinco, tres han sido traspasadas a Chuquicamata. No se necesita ser técnico para darse cuenta de la aberración que ello significa y la manera como se ha reducido el equipo de Exótica, que ahora sólo puede operar al 25% de su capacidad inicial. Otro ejemplo es el caso de la concentradora que, por falta de repuestos, ha debido operar en momentos a menos de 50% de su capacidad. Esto inclusive ha afectado a ENAMI, ya que Chuquicamata tenía un contrato para entregar hasta 5.000 toneladas mensuales de concentrados de alta ley a Paipote, el que fue eliminado en abril de este año. Este hecho no perjudica sólo a ENAMI como institución, sino que también a los pequeños mineros, debido a que, al no contar con ese material, los costos en Paipote subirán, lo que repercutirá en tarifas más altas para ellos.

Estos hechos no pueden subsistir, sólo por los aspectos técnicos, sino que debido a que revelan una ineficiencia que el país paga.

Gerencia.

A pesar de nuestro deseo de evitar referencias a temas en los cuales se vean involucradas directamente algunas personas, a nuestro juicio el problema de la Gerencia ha tenido importancia fundamental en el desarrollo de este proceso. La Gerencia es la que debiera fijar las políticas generales que la empresa debe seguir y la que la relacione con las autoridades de Gobierno. Por esta razón, es indispensable que exista unidad de mando que permita seguir una línea de acción no sujeta a interferencias externas. Desgraciadamente, la Gerencia General ha sido mirada como organismo de tipo político. Esto ha acarreado, como consecuencia, que desde todos los sectores existan interferencias, creándose centros de poder antagónicos y organizaciones informales que fijan en forma autónoma su conducta. Como esto sucede a todos los niveles, la anarquía es total y las consecuencias están a la vista.

Además, la Gerencia, instrumento político, ha llevado las relaciones con los distintos sectores de trabajadores con criterio partidista, lo que ha creado conflictos tales que ha obligado a aceptar la renuncia del señor Ricardo Wilhelm; y el país entero sabe el grado de resistencia que el actual Gerente señor David Silberman despierta entre los trabajadores de Chuquicamata. Las aseveraciones que hacemos no se basan en lucubraciones teóricas, sino en documentos de CODELCO y de la propia Empresa Chuquicamata, y en hechos políticos conocidos de la opinión pública.

Al designarse el primer gerente general de la Unidad Popular, señor Ricardo Wilhelm, comienza una etapa en la administración de la Empresa Minera Chuquicamata que se caracteriza por la subordinación de la técnica a la política: la empresa se transforma rápidamente en su estructura humana. Al dejar la empresa los extranjeros, asumen los cargos claves una serie de técnicos chilenos que habían trabajado en Chuquicamata durante varios años. Pero esta situación no dura mucho, pues la empresa no podía escapar a la presión a que recurrieron los partidos políticos, para repartirse los cargos. Las empresas cupríferas no escapan al cuoteo que, a pesar de ser denunciado y reconocido por la Unidad Popular, ni siquiera se ha intentado eliminarlo. Esto tiene como consecuencia un creciente malestar entre técnicos y supervisores, que culmina el día 11 de agosto de 1971, a raíz del nombramiento en tres altos cargos de profesionales que venían de afuera. Se produce el conflicto de los supervisores contra quienes se descarga todo el peso político del Gobierno; se les sigue juicio y se despide a 39 de ellos. Esta acción quiebra definitivamente la armonía entre la empresa y los supervisores, circunstancia que se vio agravada por el hecho de que, para superar el conflicto, se designó como interventor al mismo señor Wilhelm, quien actuó como juez y parte. Hechos como éste impiden totalmente el diálogo. Se quebró el movimiento de los supervisores; pero la empresa quedó afectada profundamente. El mes de septiembre de 1971 es un hito que en las estadísticas marca el comienzo de la disminución de producción en Chuquicamata.

Al producirse esta situación, comienza una lucha interna por el poder: Ricardo Wilhelm, quien tanta responsabilidad tuvo para crear esta situación, trata infructuosamente de enmendar rumbos. A esta altura es imposible, está sobrepasado. Por carta del 13 de diciembre de 1971, dirigida al Vicepresidente de CODELCO, presenta su renuncia. Este documento tiene algunos párrafos que son casi dramáticos. Dice textualmente esta carta:

En el mes de agosto se produce el conflicto de los supervisores, donde se distinguen dos problemas, uno de forma y otro de fondo.

El de forma, que desata físicamente el conflicto, con la contratación de personas ajenas a la empresa, necesarios por las razones que se explicaron anteriormente y que siguen siendo vitales para el buen funcionamiento de esta actividad.

El problema de fondo se manifiesta por una intranquilidad en cuanto a la seguridad de sus cargos, inquietud por la creación de una carrera funcionaría, que nunca había existido en el establecimiento, y una interrogante a lo que respecta, a cuáles serían los cargos que se estimaban de confianza de la empresa y que, por lo tanto, obedecen a una decisión política. Hasta hoy no se ha dado respuesta a ello y las explicaciones no han sido satisfactorias.

El proceso que sigue a este conflicto, entre otros, permanencia prolongada de los supervisores despedidos en el campamento, acentúa la indisciplina, continúa la debilidad de mandos y hay daños apreciables que contabilizar. Sólo a modo de ejemplo, en las últimas semanas, en el lugar crítico de este establecimiento, la fundición, se dañan 4 o 5 convertidores y en la presente semana, vuelven a aparecer, por descuido, nuevos daños en uno de estos mismos elementos.

Esto no lo decimos nosotros, sino el Gerente designado por el Gobierno de la Unidad Popular al tener que abandonar el cargo, que se estimaba debía ser dirigido con prioridad política.

Al ser reemplazado el gerente general por el actual señor David Silberman, quien puede ser muy respetable, a nuestro entender se comete uno de los peores errores en la conducción de la política del cobre. Es conocido el interés del Partido Comunista por controlar los centros del poder económico, interés al que se suma, en el caso de Chuquicamata, el desplazar de la conducción del movimiento sindical a la Unión Socialista Popular. Los resultados no se hacen esperar y la intranquilidad latente en los sectores de trabajadores comienza a manifestarse abiertamente.

Esta situación de tensiones le toca resolverla a un comodín del Partido Comunista, que en el tiempo que lleva el Gobierno de la Unidad Popular ha ocupado los cargos de Gerente de ENAMI, Subsecretario de Minería, gerente de producción de CODELCO, gerente general de CODELCO y gerente general de Chuquicamata. Antes del actual Gobierno trabajaba en la Oficina de Presupuesto de ENTEL; es decir, se entrega a una persona que no conoce lo que es producir cobre, la más alta responsabilidad de conducción de la industria. Estas aseveraciones las hacemos debido a que es una opinión compartida por partidos de Oposición, supervisores, técnicos y trabajadores, que debe ser reconocida y subsanada por el bien del país.

No creemos que el señor Silberman pueda rectificar su acción. Lo decimos porque todo lo que hemos manifestado él lo sabe, y no ha hecho nada por remediarlo. El conocimiento que tiene de estos hechos se debe a que mientras aún era gerente general de CODELCO, envió el Memorándum interno número 75/71 de 26 de diciembre de 1971, donde pidió a distintas personas la elaboración de un informe oficial, para ser presentado a una reunión ampliada de Gabinete y de la Unidad Popular celebrada el 28 al 30 del mismo mes.

En la página dos del documento que se elaboró se dice textualmente lo siguiente:

Es de lamentar que a mediados del año, y por diferentes causas, se produjeron varios problemas de jerarquía y de relaciones humanas, a las que se sumó, una acción política a partir de octubre, necesaria para superar el conflicto laboral que la Empresa debía enfrentar a fines del presente año y que precipitó la crisis que actualmente enfrenta el establecimiento. Esto ha influido en la producción del último trimestre del año, deteriorando las metas programadas para 1971 en aproximadamente 15.000 toneladas de cobre, dañando además la estructura organizativa de la Empresa.

Las principales causas de inquietud y malestar que hoy dominan la Empresa son:

Secuelas de la huelga de los supervisores, donde se distingue un problema de fondo y otro de forma.

Retiro sistemático de técnicos, incluso adictos al programa de Gobierno.

Falta de decisiones de los organismos superiores.

Intromisión de elementos ajenos a la Empresa en su rodaje.

Desquiciamiento de la jerarquía o líneas de mando, por pasividad de los nuevos ejecutivos frente a las interferencias de terceros, y fracaso en los esfuerzos posteriores por superar esta situación.

Falta de experiencia práctica de personas responsables del proceso de explotación del cobre y en el manejo de organizaciones de esta complejidad y magnitud, no obstante existen en el país suficiente experiencia y capacidad para afrontar problemas de esta naturaleza.

Inseguridad funcionaría.

Acción política mal interpretada.

Reiteramos que lo anterior no lo decimos nosotros, pues se trata de un documento de trabajo de la Unidad Popular, a nivel ministerial. Pero, a pesar del reconocimiento de los problemas, éstos no pueden solucionarse por el papel político que se quiere dar al gerente general. Como se le quiere dar este papel, se producen las interferencias y la alternativa técnica queda descartada. Si se vuelve al criterio técnico, el gerente está descartado, porque no tiene la preparación ni los conocimientos necesarios para este tipo de industrias. En otras palabras, no puede haber solución manteniendo al actual gerente.

Como en el esquema analizado no puede haber paz interna, los conflictos se han sucedido y han aumentado en su gravedad, culminando en el paro de 48 horas, cuya solución no satisfizo a nadie. El propio Vicepresidente de la Corporación del Cobre ha debido reconocer públicamente por televisión los conflictos entre los trabajadores y el gerente.

Los resultados de esta política no pueden ser sino aquellos que hemos visto al comenzar este análisis.

Debe tenerse presente que de 518 supervisores que había a fines de 1970, se han retirado 248. ¿Qué empresa en el mundo puede resistir esto? Preparar un ingeniero en la industria demora entre 3 y 5 años. Sólo después de este tiempo comienza a rendir. Pero vemos que ese lujo se lo da este país y, por supuesto, es el país el que lo paga. Por presiones políticas, que también constan en documentos internos de Chuquicamata, el total de trabajadores aumentó de 8.315 a 9.066, o sea 751 nuevos trabajadores, y todo esto para producir menos. De seguir por esta vía, el aumento de costo y la disminución de la productividad llegarán a niveles tales, que será muy difícil mantener nuestra industria en un plano competitivo. Si no se rectifica ahora, más tarde será prácticamente imposible hacerlo. Tener la propiedad del cobre no nos da independencia económica. Es el mantenerlo en pie de eficiencia, vendiendo el metal en el mundo y obteniendo los mejores ingresos posibles, lo que nos permitirá utilizar estos recursos en la construcción de una economía más poderosa y más justa.

Asistencia técnica.

Chile, por el hecho de ser uno de los productores mayores de cobre del mundo, y por capacidad instalada, es gran exportador de este metal, tiene empresas mineras que son vanguardia en el mundo en cuanto a tecnología y calidad del cobre que produce. Su producción compite en el mundo con la de países más desarrollados, con mayores recursos tecnológicos y de capital. Por esta razón, le es imperioso realizar todos los esfuerzos necesarios por mantener su posición y acrecentar su participación en el mercado mundial. Para ello, no debe cerrarse a la tecnología, venga de donde viniere. Podrá condicionarse, pero no hacerse cuestión ideológica sobre la materia.

Desgraciadamente, vemos que también en esta área existen errores graves y que pueden repercutir gravemente en el futuro de nuestra industria del cobre. En efecto, además de la pérdida de técnicos que hemos analizado, y el retiro de los técnicos extranjeros, la búsqueda de tecnología se ha dirigido a los países de la órbita socialista, especialmente de Rusia, de los cuales tenemos muy poco que aprender. Esta afirmación que hacemos no se deriva ni de posiciones antisoviéticas ni de desprecio a la tecnología que en ese país existe. Se debe, solamente, al hecho de que de cobre los soviéticos saben menos que nosotros, porque allí no existen yacimientos ni del tipo ni del tamaño de los nuestros. El mejor yacimiento con que ahora cuenta Unión Soviética es el de Baljash, que es la cuarta parte de Chuquicamata.

A pesar de lo anterior, en Chuquicamata hay 17 técnicos soviéticos, con acceso a toda la información del mineral, sin que estén realizando una tarea específica.

Esto nos merece algunas críticas. La primera, es la de que la asistencia técnica debe orientarse a resolver problemas específicos, y no puede constituirse en asesorías generales.

Pero no es esto lo más importante. A nuestro juicio, lo más grave deriva del hecho de que personas que no conocen la materia están obteniendo toda la información geológica, técnica, de procesos y costos, para ser nuestros competidores en un futuro cercano.

Hemos afirmado que en la actualidad la Unión Soviética no tiene yacimientos en explotación parecidos al de Chuquicamata; pero está desarrollando el yacimiento siberiano de Udokán, con varios miles de millones de toneladas de reserva, cuya producción anual, según se estima, alcanzará a 400 mil toneladas métricas anuales de cobre fino. ¡Más que Chuquicamata!

Para ello, a fin de obtener capital y tecnología, ha recurrido a distintos países capitalistas, como Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Japón. Incluso, ha contratado técnicos norteamericanos que antes trabajaban en Chile, como Robert Laurich, ex Gerente de Exótica, y Joseph Novak, ex Superintendente de El Salvador.

Pero como también quieren preparar a sus propios técnicos, los mandan a Chile a aprender y obtener los secretos industriales, todo disfrazado bajo la apariencia de una asistencia técnica, por supuesto pagada en dólares por nuestro país.

Esta afirmación de que los soviéticos sean competidores nuestros no es fantasía. Lo han sido en el pasado y lo son actualmente. Aunque sea materia comercial, conviene que el país sepa que actualmente se ha celebrado un contrato de venta por 10.000 toneladas anuales de cobre a Rusia, retirando este tonelaje de nuestros tradicionales clientes europeos. Juntamente con este hecho, han comenzado a aparecer cátodos rusos en Europa. Es decir, nos compran, con lo que nos hacen desatender un mercado, y luego venden ellos su propio cobre. Bien saben los soviéticos que Europa es el mercado más importante, permanente y estable, porque no existen posibilidades en esos países industrializados de encontrar cobre. Por ello, es importante abrir el mercado para su futura producción de exportación. Una vez más se comprueba que la solidaridad política termina donde comienzan los intereses económicos. Estamos frente a una realidad comercial, y las autoridades deben velar por los intereses chilenos, antes que atender consignas o prejuicios de orden político. Recursos del cobre.

Para el país, el cobre representa una serie de beneficios en distintos aspectos de su economía.

Desde luego, es la principal fuente de divisas, el principal aporte a la balanza de pagos. De gran importancia son los ingresos fiscales que genera, las utilidades o excedentes para inversiones en la industria o en otros sectores de la economía, y los beneficios adicionales que pueden obtenerse a través del manejo financiero.

Por ello, hay vastos sectores del país que son afectados directamente por los resultados que las empresas productoras obtienen. Un cambio en los resultados del cobre repercute de inmediato en otras actividades. Sin embargo, los resultados dependen, también en alto grado, de una serie de decisiones que se adoptan en esferas económicas de Gobierno. La política monetaria y financiera puede cambiar los resultados. En atención a esta situación, al analizar los recursos que provienen del cobre, se mezclan problemas propios de las empresas con problemas económicos de carácter nacional.

La industria del cobre es la principal fuente productora de divisas. El 80% de los recursos en moneda extranjera proviene de las exportaciones del metal. Esto hace que nuestra economía sea extremadamente sensible a la suerte del cobre. Si varían sus precios, también varía el ingreso de divisas. Otro tanto ocurre si se altera la cantidad de cobre exportado.

Actualmente los precios oscilan en alrededor de 50 centavos de dólar por libra. Los menores precios, en comparación con los años anteriores, se esperaban compensar con una mayor exportación de cobre, por el aumento de la capacidad instalada de la industria. Como hemos visto, esto no ha ocurrido y, lo que es peor, en el caso de Chuquicamata, ha sucedido lo contrario. Gracias a la entrada en producción de Exótica y Andina, hemos mantenido el volumen de exportación, compensando la baja de El Teniente y Chuquicamata.

No pretendemos responsabilizar al Gobierno del descenso internacional de los precios del cobre, ya que es éste un problema de mercado que no está en sus manos manejar, aun cuando algo se podría hacer en esta materia.

Pero la menor producción sí es responsabilidad de los actuales administradores. Esta menor producción en 1971 alcanzó a 13 mil toneladas en el caso de Chuquicamata; a 7 mil en El Salvador, y a 30 mil en El Teniente, lo que da un total de 50 mil toneladas que, a un precio de mil dólares cada una menos que el valor del mercado, equivalen a 50 millones de dólares de menor ingreso neto para el país, por este sólo concepto.

Pero esta pérdida es del año pasado. En el año en curso la situación de Chuquicamata es alarmante. De acuerdo al programa que hemos visto antes, la producción real es inferior en 23 mil toneladas métricas a la programación optimista, y en 15 mil toneladas métricas a la pesimista. Es decir, en los primeros cuatro meses del año se está discutiendo si la pérdida para Chile sólo en Chuquicamata solamente será de 20 millones o de 30 millones de dólares. Estas cifras de por sí demuestran la gravedad de la situación. El Gobierno tiene una responsabilidad muy grande, ya que su gestión está haciendo perder al país cantidades siderales. No es nuestro propósito ser alarmistas, pero el Gobierno no puede ignorar esta situación y permanecer impasible.

Cuando se ven los miles de registros de importación no cursados por el Banco Central; la falta de repuestos para la industria, la locomoción colectiva y el sector de transporte, y el desabastecimiento de alimentos que se deben importar, cabe preguntarse cuántos de estos problemas estarían resueltos si las pérdidas que hemos anotado no se hubieran producido.

Ingresos fiscales.

Pero el cobre no sólo debe ser considerado como productor de divisas. Las utilidades o excedentes juegan un importante papel para muchos sectores de la economía. Con el objeto de obtener el máximo aprovechamiento posible de estos recursos, la ley ha previsto los destinos que deben dárseles.

Esta destinación de recursos debe respetarse en la forma y en el fondo. Si, a través de la utilización de mecanismos monetarios u otros, se tuerce la voluntad de la ley, se ve afectada una serie de sectores, en especial las provincias productoras.

Si se analizan los ingresos fiscales de los últimos años, pagados por Chuquicamata, sea por impuestos o por participación fiscal, se puede apreciar la siguiente evolución: en 1964, los ingresos fiscales por impuestos y participación fueron de 52 millones de dólares; en 1965, de 68 millones; en 1966, de 96 millones; en 1967, de 100 millones; en 1968, de 99 millones; en 1969, de 137 millones; en 1970, primer año en que empieza a aplicarse la sociedad mixta, los impuestos alcanzaron a 62 millones de dólares, y la participación fiscal a 81 millones, o sea, un total de 143 millones; en 1971, sólo hay ingresos por concepto de impuestos, ascendentes a 25 millones de dólares.

La brusca caída de los ingresos fiscales entre 1970 y 1971 se debe, en parte, a factores ya señalados, como la baja de los precios del cobre, hecho no imputable al Gobierno; los aumentos de costos, y la disminución de la producción, hechos de responsabilidad de las autoridades.

Pero la estructura de los costos de producción no sólo es de responsabilidad de las empresas. El mal manejo de la industria, sin duda, afecta a la empresa, como hemos demostrado; pero también hay factores externos que tienen gran importancia. Si se considera que el 80% de los costos de estas empresas se paga en moneda nacional, se puede apreciar que el tipo de cambio es fundamental para ellas. El cobre debe venderse en dólares, liquidándolos en el Banco Central en escudos. Con éstos se cubren los costos en moneda local. Por el simple mecanismo de la fijación del tipo de cambio, las empresas del cobre pueden verse afectadas hasta el punto de correr peligro de transformarse en empresas que produzcan pérdidas.

En estas circunstancias, es necesario destacar que, prácticamente, queda en manos del Banco Central el destino de la industria cuprífera, y que este organismo, además, con el subterfugio de cambios irreales, evita que se genere la participación fiscal que tiene previstos destinos fijados por ley. En otras palabras, el Banco Central se está transformando en una autoridad ubicada por sobre la ley, y está tomando el control paulatino de las empresas exportadoras, objetivo que no le corresponde como institución.

Al fijar cambios irreales, el Banco lleva irremediablemente a las empresas a sufrir pérdidas, con lo que comienzan los problemas financieros. Ante esta situación, empiezan a vender sus dólares a futuro, para poder subsistir. En este momento, el Banco Central las obliga a celebrar convenios, como lo ha hecho con ENAMI y empresas del salitre, en que fija las condiciones de operación en sus mínimos detalles. Esto es inaceptable, porque el Banco Central no fue creado con este propósito, ni tiene los conocimientos de la industria ni de los mercados como para poder tomar su control.

Debe señalarse que el Banco Central ya ha enviado una proposición de convenio a CODELCO.

El argumento que se utiliza es el de que la cartera de cobranzas del cobre, dirigida a ciertos bancos, puede generar créditos adicionales para el país. Imaginamos que los funcionarios del Banco Central debieran saber que para un banco, en cualquier país del mundo, es preferible prestar dinero a una industria con utilidades y respaldada con una producción de cobre, antes que a un organismo financiero cuyo manejo de finanzas y comercio exterior deja tanto que desear actualmente.

Esta actitud del Banco Central no sólo es criticable por tratar de ejercer un control sobre una actividad que no le corresponde, y para lo cual no está preparado, sino porque, además, impide que los recursos del cobre se destinen para los fines fijados en las leyes.

Destino de los fondos.

Una de las críticas más serias que se hace al actual Gobierno es el constante abuso de los subterfugios para evitar el cumplimiento de las leyes. En este caso, de nuevo, se está cayendo en un vicio sumamente peligroso. Sin embargo, en esta ocasión no queremos discutir este tema. Lo que deseamos es señalar al país qué sectores se están viendo perjudicados por esta política.

Como representante de las provincias productoras, no puedo silenciar estos hechos cuando se está afectando de manera tan directa la economía de la región.

Hasta marzo de 1972, la Compañía de Cobre Chuquicamata no había pagado impuestos ni entregado los excedentes del año en curso. Las empresas de la gran minería pagaban sus impuestos anticipados durante el año, en marzo, junio, septiembre y diciembre, de conformidad con la ley Nº 16.624.

Es necesario recordar, al respecto, que la reforma constitucional contenida en la ley Nº 17.450, de 16 de julio de 1971, fijó normas muy claras y algunas modificaciones para el cumplimiento de las disposiciones de los artículos 23 y 26 a 53 de la ley Nº 16.624, que distribuyen los llamados fondos del cobre.

Las leyes vigentes y la reforma constitucional indicada señalan las siguientes destinaciones que se verían afectadas por la falta de excedentes en las empresas del cobre: Consejo Superior de la Defensa Nacional, Centros Universitarios de O’Higgins, Universidad del Norte, Universidad Técnica del Estado y sus sedes de Antofagasta y Copiapó, Universidad Austral, Universidad de Chile en sus sedes de Arica, Iquique, Antofagasta y La Serena; Corporación de Fomento, a través del Instituto CORFO-Norte (provincias de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo) y de los Consejos de Desarrollo de O’Higgins y Colchagua; municipalidades de las provincias productoras de cobre, Empresa Nacional de Minería ; departamentos de Tocopilla, Chañaral y Taltal, en planes de reconstrucción; plan de reconstrucción de Calama; Ministerio de Obras Públicas, en inversiones en las provincias cupreras y no cupreras, por una parte, y en planes de regadío y caminos transversales, por otra; plan de fomento pesquero, a través de la Armada Nacional y CORFO, y finalmente, la sustancial parte que le corresponde al Fisco, al que le queda más de un 43% de estos fondos para sus gastos generales.

Es absolutamente necesario, para seguir analizando este importantísimo problema, que compromete, entre otras materias, el destino de las provincias productoras de cobre, el cumplimiento de sus leyes y los fondos que les corresponden, que esta Corporación sea informada sobre el cumplimiento, distribución y entrega de los fondos del cobre, de acuerdo con las leyes citadas. Pido, con ese objeto, que se oficie, en mi nombre, a los Ministros de Minería y de Hacienda, y a la Contraloría General de la República, para que remitan estos datos desde el año 1968 hasta el presente.

Igualmente, pido dirigir oficio a la Corporación del Cobre y a la Superintendencia de Sociedades Anónimas, para que remitan los balances correspondientes a los años 1970 y 1971 de las empresas del cobre; y al Banco Central, para que informe si hay un convenio o acuerdo en perspectiva con CODELCO, remitiendo a esta Corporación las bases de ese acuerdo, en caso de haberlo.

El señor PAPIC (Vicepresidente).-

Se enviarán los oficios solicitados, en nombre de Su Señoría.

El señor CARMONA.-

Sólo un país debidamente informado sobre todos los aspectos que he considerado en esta exposición será capaz de coadyuvar a la gran tarea de hacer realidad una nacionalización del cobre que sirva positivamente al país.

Al respecto, queremos recordar el caso de Zambia, que, al encauzar un proceso de recuperación de su riqueza básica del cobre, estableció la obligación para las empresas de publicar, cada tres meses, balances de su administración y de su operación, porque se estimaba que el pueblo, que pasaba a ser el dueño de una gran parte de esas empresas, merecía la información sobre el manejo de su patrimonio nacional, pues quienes administran temporalmente las riquezas nacionales, sólo son eso: simples administradores que deben dar cuenta de su gestión.

Esperamos que en Chile prospere este ejemplo.

El señor NOEMI.-

Señor Presidente, ¿cuántos minutos restan al Comité Demócrata Cristiano?

El señor PAPIC (Vicepresidente).-

Trece, señor Senador.

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