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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 7
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1972
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Intervención
PRODUCCION AGROPECUARIA Y DISTRIBUCION DE ALIMENTOS EN EL PAIS. RESPUESTA A OBSERVACIONES DEL SEÑOR IBAÑEZ.

Autores
La señora CARRERA.

Señor Presidente, hoy día no puedo dejar pasar algunas palabras dichas en esta Sala; en primer lugar, ciertas expresiones del Honorable señor Ibáñez sobre agricultura.

La producción agrícola en Chile.

Creo que el señor Senador lamento que se haya ausentado de la Sala debiera empezar por preguntarse por qué en Chile en este último tiempo existe consenso inmensamente mayoritario para llevar a cabo la reforma agraria y por qué tal consenso no surgió ahora, en el Gobierno de la Unidad Popular, sino que varios años antes, ya en la Administración democracristiana. Yo le contesto: porque nuestra agricultura era un lastre para nuestro desarrollo, porque no daba de comer a todos los chilenos, porque el sistema de tenencia de grandes extensiones de tierra era, en manos de una persona que no tenía la técnica necesaria ni el deseo de producir, una pérdida enorme para Chile.

Debemos recordar, por ejemplo, que la agricultura chilena, salvo escasísimas excepciones sobran los dedos de la mano para contarlas, es atrasada, insuficiente e incapaz de multiplicar la masa ganadera. Desde hace 30 años la cifra es bastante conocida en Chile hay menos de 3 millones de cabezas de vacuno, y durante todo ese tiempo esa cantidad no ha sufrido ninguna variación.

También debemos recordar que se han elaborado extensos informes no sólo por técnicos chilenos, sino también extranjeros, sobre el atraso de nuestra agricultura durante toda esta época. En esos estudios se ha llegado a comprobar científicamente que 40% de las tierras regadas que poseían los latifundistas no eran sembradas y se dedicaban escasamente a praderas naturales.

Todas estas cifras, que se dieron alguna vez para probar lo atrasado de nuestra agricultura, han sido permanentemente negadas por los sectores de la Derecha. Incluso han restado validez a la capacidad técnica de especialistas de la FAO tanto extranjeros como chilenos.

Sin embargo, por mucho que lo nieguen, la verdad es que en nuestro país la agricultura no podía, desde hace muchos años, alimentar a nuestra población, ya que su crecimiento nunca superó el 1, 8%, en circunstancias de que el incremento vegetativo de la población ha sido del 2, 2%, si mal no recuerdo.

Tomas de predios agrícolas.

Por otra parte, el Honorable señor Ibáñez se refirió al gran número de predios que han sido tomados por los campesinos durante una época. Tal como se dijo aquí, este fenómeno no sólo ha ocurrido en este Gobierno, con la diferencia de que en las Administraciones pasadas los campesinos que se tomaron predios fueron reprimidos en forma extraordinariamente dura. Ahora estos conflictos se resuelven mediante el diálogo, los trabajadores del campo no son reprimidos por la fuerza pública y los predios tomados, en su gran mayoría, han sido devueltos.

Contestando a una intervención anterior del Honorable señor Moreno, pudimos comprobar que la extensión de las tierras expropiadas durante este Gobierno es tan inmensa que de ninguna manera corresponde a la suma de pequeños predios que, según se señaló aquí, han sido tomados primero y expropiados después. Eso es absolutamente imposible.

Se hace mucha cuestión de los predios pequeños tomados por los campesinos, en forma bastante hábil en cuanto a lo político, a fin de sembrar la intranquilidad entre los pequeños y medianos propietarios, a quienes el Gobierno ha prometido no tocar. Y en realidad es así: respetamos a los medianos y pequeños propietarios. Si algunos de sus predios fueron tomados, pronto se devolvieron, salvo una pequeña cantidad respecto de la cual ni siquiera sé si realmente existe.

En todo caso, aquí nadie se ha atrevido a defender a los latifundistas. Nadie ha oído en este recinto a alguien que se oponga a que las tierras de los latifundistas pasen a manos de los campesinos. Sin embargo, en el fondo, todas las críticas que se formulan a la reforma agraria están dirigidas a defender los intereses de los terratenientes. Ya estamos acostumbrados a las maniobras de la Derecha, que, como es reducida cuantitativamente, trata de engrosar sus filas allegando las fuerzas de los medianos y pequeños agricultores, a quienes siempre explotó en el pasado.

Importaciones de alimentos.

Creo que el Honorable señor Ibáñez también se refirió a las importaciones.

Únicamente puedo recordar una cifra a Su Señoría, y es la siguiente. Durante la época del Gobierno del señor Alessandri, las importaciones de alimentos aumentaron en ciento por ciento, lo que no sucede en el régimen del señor Allende. Si el Honorable señor Ibáñez se hubiera dado el trabajo de examinar las cifras esto lo denuncié hace dos o tres años, y recuerdo perfectamente las cantidades, habría comprobado que durante la Administración del señor Alessandri las importaciones de alimentos aumentaron ciento por ciento.

Pues bien, nuestras importaciones han subido, pero también es verdad que ahora nuestro pueblo está comiendo más. No hemos podido elevar la producción en un año. Realmente, ello habría sido una labor imposible en medio de una reforma agraria tan drástica como la que estamos llevando a cabo. Habría sido una hazaña. Ojalá la hubiéramos logrado, pero a nivel mundial nunca se ha visto que ningún país, en el primero o segundo año de su reforma agraria, aumente la producción. Lo intentamos y lo seguiremos intentando, y no cejaremos en ningún momento en llevar adelante la reforma agraria.

Ahora nuestro pueblo come más; Chile importa más carne y algunos otros alimentos, porque de ninguna manera queremos que su dieta esté determinada por la clase social a que pertenezca.

Estimamos que por lo menos lo anterior constituye una conquista que se ve en este momento.

Día del Comercio.

Ahora podemos referirnos a los problemas que después analizó el Honorable señor Ibáñez, quien rindió un homenaje a los comerciantes de Chile. Al respecto, en nombre del Partido Socialista y de la Unidad Popular, manifiesto oficialmente que creemos ser mejores amigos de los pequeños comerciantes que quienes ahora se dicen sus amigos y sus compañeros de ruta.

Creemos que es indispensable la labor de los pequeños comerciantes y, por ello, nos parece absurdo llegar a una socialización de la distribución. La distribución es un problema complicado, con muchas variables, y nosotros no tenemos el menor interés de que tal función se realice mediante un dispositivo estatal. Esto lo hemos dicho y repetido. Pero como no conviene escuchar estas cosas, nuestras palabras no se oyen. Insisto en esta Sala en que el Gobierno de la Unidad Popular de ninguna manera quiere tomar la distribución en sus manos. Pensamos que ella, a nivel de negocios medianos y pequeños en los barrios urbanos o rurales, debe estar en manos de particulares.

Lo que sí creemos es que los grandes distribuidores están haciendo un daño muy enorme a los consumidores mediante una serie de maniobras. Creemos que el pequeño comerciante fue siempre un explotado de los grandes distribuidores. En muchas ocasiones denunciamos estos hechos, como cuando, por ejemplo, sabíamos la manera cómo se distribuían los productos Nestlé, por citar un caso. Al pequeño comerciante le resultaba mucho más caro el tarro de Nescafé que al mediano comerciante, desproporción que aumentaba respecto del gran comerciante. ¿Por qué? Porque si los distribuidores vendían, tres, cuatro o cinco tarros, el precio era diferente de cuando vendían uno o diez cajones de tarros.

Acaparamiento de artículos alimenticios.

Asimismo, es indispensable destacar una serie de formas de explotación de los pequeños comerciantes, como la consistente en la obligación de comprar un artículo que nadie pedía nunca, si deseaban adquirir algún producto necesario para la población. Así, veíamos que los pequeños comerciantes tenían rumas de pimentón, si mal no recuerdo, y de otros productos por el estilo que debían adquirir.

Pensamos que esto debe terminar. El abastecimiento de la población nos interesa extraordinariamente. Y, precisamente, por ser un problema grave, la Oposición lo ha usado para producir toda clase de desagrados y de reclamos contra el Gobierno. Hemos podido comprobar ya se ha hecho la denuncia del caso cómo comerciantes inescrupulosos han botado conservas a esteros y chupetes de guagua a ríos, cómo se desperdicia la leche, y en los últimos días se han encontrado acumulaciones inmensas de porotos, que en los negocios escaseaban. Asimismo, se ha acaparado azúcar a fin de hacerla desaparecer, en circunstancias de que en este momento hay mucho más azúcar para este año que la ha habido para el mismo lapso en toda la historia de nuestro país. No tengo cifras al respecto, pues ignoraba que el Honorable señor Ibáñez hablaría acerca de estas materias; pero, repito, en el mercado hay más azúcar que nunca antes en Chile. Ahora, si tal producto no se encuentra en el aparato de distribución, en los almacenes o en los negocios, es porque en alguna parte está acumulado, y eso hay que descubrirlo.

La libertad de prensa en el Gobierno de la Unidad Popular.

Señor Presidente, aquí estamos acostumbrados, en realidad, a escuchar un lenguaje que ya casi no nos llega ni nos altera en absoluto, diciéndonos que éste es un Gobierno de tiranía, de dictadura, y otros epítetos. Por ejemplo, solemos oír que no hay libertad de prensa, lo cual se sostiene a través de los diarios y de las radiodifusoras. Sin embargo, mientras gritan que no hay libertad y transmiten toda clase de noticias, cualquier auditor o lector se preguntará cómo es posible que no la haya, ya que están vociferando y diciendo las peores cosas en contra del Gobierno. Hay contradicciones tan graves, como la de que un Senador, integrante de un organismo propio del régimen capitalista y de la democracia burguesa, diga desde aquí que estamos bajo una tiranía. Si así fuera, el Honorable señor Ibáñez debería estar preso y no podría hablar en esta Corporación.

La función de las JAP.

Quiero decir algo respecto de las JAP. Creo recordar que el Honorable señor Ibáñez dijo que ellas eran una muestra de la tiranía del Gobierno.

Las JAP son auténticos organismos populares, ya que se forman en los barrios y en las poblaciones. Queremos que haya una por cada población, a lo menos. Tales entidades se integran con componentes de las juntas de vecinos, centros de madres, clubes deportivos y otras organizaciones que representan las fuerzas vivas de una comunidad. En ellas también participan los comerciantes. En la actualidad, existen más de 600 JAP en Santiago y, a lo largo de todo Chile, hay más de mil. Consideramos que son muy pocas. Tenemos que llegar a un número mucho más alto.

Las juntas de abastecimientos y precios constituyen la forma racional para que todo el mundo pueda comer. No nos interesa que sólo una minoría tenga de todo y le sobre. Creemos que lo que haya debe ser para todos. Las JAP son las organizaciones que tienden a que, por muy modesta, humilde y miserable que sea una población, tenga derecho a comer la carne que importamos. Si estamos trayendo del extranjero carne por valor de cien millones de dólares o más, no es sólo para unas pocas personas ni para que no nos moleste la gente que lee El Mercurio, teniendo suficiente carne para consumir. Estimamos que las proteínas de ese producto deben llegar a todos los niños de nuestra población. Para eso están las JAP, las cuales ayudan a una distribución justa, de manera que todo el mundo tenga una cuota de esta tremenda cantidad de carne que estamos importando. En la actualidad, hay mil quinientas carnicerías que se surten mediante las JAP. Si cualquiera de los señores Senadofes va a visitar uno de estos organismos cuando funciona, podrá darse cuenta de que constituyen una forma racional y correcta de ayudar a la distribución de los productos. No creemos que deba haber carnicerías a las cuales se les reparta tres o cuatro, animales, mientras que otras ubicadas en lugares mucho más poblados, reciban un cuarto o medio animal. Nos parece que lo repartido debe ser proporcional al número de pobladores que haya en cada sector.

Distribución de alimentos por DINAC.

Además, las JAP contribuyen a distribuir todo lo que sea abarrotes. A este respecto, también podemos hablar algunas palabras sobre DINAC, que es una institución distribuidora del Estado.

DINAC podría trabajar mucho mejor y rendir frutos mucho más amplios para la población de este país, si tuviera más cosas que repartir. Actualmente entrega mucho menos de lo que podría distribuir, porque los industriales no quieren que reparta y boicotean su labor. Sólo una fracción de lo que se produce va a DINAC.

Muy pocas son las industrias que distribuyen sus productos exclusivamente por intermedio de tal organismo. Es así como las poblaciones de muchos lugares de Santiago, a través de sus juntas de abastecimientos de precios, el domingo pasado celebraron una reunión, en la cual exigieron y pidieron el estanco de muchas mercaderías vitalmente necesarias, y que el ciento por ciento de la producción de este tipo de cosas sean distribuidas por DINAC. Hay una presión de las masas. Y esto se hará cada vez más patente, por lo que espero que tal aspiración sea escuchada por el Gobierno y también por los empresarios, a fin de que DINAC pueda distribuir, como le corresponde, gran cantidad de mercaderías, para que éstas lleguen a todo el pueblo.

Los nuevos Mesías.

Lo que hemos oído esta tarde en realidad nos muestra cuán enconada es la oposición a nuestro Gobierno y de qué manera debemos estar alertas, a fin de que la gente no se confunda con estos nuevos Mesías que nos salen a cada paso, por estos miembros de partidos que nunca se han distinguido por su preocupación por el pueblo, sino que todo lo contrario; que tienen una filosofía de la vida basada en el lucro personal y que no ven más allá que los intereses de su clase social o de sus conveniencias individuales. Este tipo de discursos nos mueve a pensar que ahora incluso hasta en estas mentes tan anticuadas y con una forma de reaccionar tan retrógrada, impensadamente empiezan a deslizarse ideas que jamás antes habían merodeado en sus cerebros. De manera que ahora ya se habla del interés del pueblo y, aún, de los medianos y pequeños comerciantes. En el espectro del pensamiento de tales gentes, digamos, ya empiezan a insinuarse colores que antes no existían. No deja de ser una comprobación, que de alguna manera nos alegra, porque eso quiere decir que incluso en mentes que estaban cerradas al pensamiento de que hubiera algunas clases sociales desposeídas y de que en realidad había injusticias, empieza a haber una ligera comprensión de lo que realmente es la sociedad chilena. A pesar de que es peligroso que lleguen a convencer a los medianos y pequeños comerciantes y campesinos de que están juntos la Derecha y ellos; tanto para aquéllos como para el Gobierno de la Unidad Popular, mirándolo desde otro ángulo es interesante comprobar cómo hablan en estos momentos quienes antes constituían la Derecha cerrada y que jamás pensaron que a su alrededor hubiera nadie más que ellos y vivían sólo para el lucro de su propia clase social. Ello es porque algo ha pasado en este país. En Chile no sólo hemos cambiado un Presidente, sino que estamos cambiando un régimen. Y todo lo que se ve, todo ese aspecto caótico que muchas veces muestra nuestra política nacional se debe a esa razón. Aquí no se está cambiando sólo un régimen. Este país nunca más va a ser lo que fue antes del 4 de septiembre de 1970; nunca más va a retroceder en lo que está haciendo ahora. Tenemos un ancho y largo camino por recorrer. Esperamos hacerlo en buena forma. Esperamos que las cosas vayan saliendo de manera normal, en forma suave y tranquila; pero este país ya no cambiará. Aquí, de todas maneras, se va a llegar al socialismo, les guste o no a algunas personas. Es un imperativo histórico; y aunque haya muchos señores Ibáñez y muchos señores derechistas que de una u otra manera torpedeen la labor del Gobierno, en este país ya hay un cambio cualitativo que se advierte en muchas cosas, no sólo en la línea gruesa del Gobierno nacionalizaciones, estatificaciones, términos de los monopolios, traspaso de la banca privada al Estado, sino también en cuanto a las organizaciones populares, una de las cuales, con alegría, puedo probar que son las JAP. El hecho de que el pueblo empiece a tomar parte del poder que le corresponde en forma directa, es un cambio cualitativo extremadamente importante y fundamental para nosotros. Por tal razón, desde esta tribuna, celebramos la Segunda Asamblea Provincial de las JAP, felicitamos a estas organizaciones, y lo único que pedimos es que se multipliquen lo más posible, porque, en realidad, constituyen un germen del poder popular y una forma de ir haciendo el socialismo por la base. He dicho.

El señor PAPIC (Vicepresidente).-

Se dará lectura a una indicación.

El señor EGAS (Prosecretario).-

Indicación del Honorable señor García para publicar in extenso el discurso del Honorable señor Ibáñez en Incidentes de la sesión de hoy.

El señor PAPIC (Vicepresidente).-

Queda para el Tiempo de Votaciones de la sesión ordinaria siguiente.

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