Labor Parlamentaria
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 97
- Celebrada el 14 de septiembre de 1972
- Legislatura Ordinaria año 1972
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Intervención
ANTECEDENTES GENERALES DE KENNECOTT COPPER CORPORATION ANTES Y DESPUES DE LA NACIONALIZACION.
Autores
El señor
Señor
La actitud de la Kennecott es un atropello flagrante a los chilenos y a sus instituciones, por lo que el repudio a su prepotencia ha sido casi unánime a lo largo de nuestro territorio.
Deseo esta tarde analizar algunos antecedentes relacionados con esta materia.
En 1904, se constituye la Bradten Copper Company, sociedad que inicia la explotación del mineral El Teniente en la provincia de O'Higgins.
En 1914, la compañía norteamericana Kennecott Copper Corporation pasa a controlar los capitales de la Bradén.
Entre 1926 y 1966 las ganancias netas obtenidas por la Kennecott en nuestro país alcanzaron a 470 millones de dólares, con una producción, para el período, de 5.200.000 toneladas.
En 1967, se constituye la Sociedad Mixta Minera El Teniente S. A., entre el Estado chileno (51 por ciento de las acciones) y la Braden (49 por ciento). El Estado deberá pagar por estas acciones 80 millones de dólares. El valor de libros de la Braden era, en 1967, de 72.453.626 dólares.
El 51% de este valor alcanza sólo a 37 millones de dólares, de modo que el Estado chileno, para pasar a ser dueño de un punto más de la mitad de la empresa, debió pagar el valor de toda la empresa más un 10%. Los 80 millones de dólares equivalen al 110% del valor total de la Braden Copper.
Además, el Estado chileno dio su aval solidario a un crédito a favor de la Sociedad Mixta por 125 millones de dólares y sus intereses, lo que obliga a nuestro país a responder por esa deuda íntegra. La Kennecottt, dueña de la Braden Copper, no aportó nada a la nueva sociedad.
Sin embargo, por la adquisición del 49% restante de las acciones no existió ningún compromiso, situación que pudo significar para Chile, una vez cumplidos los planes de expansión, que las acciones pendientes de compra hubiesen adquirido un sobreprecio elevado, afectando los intereses nacionales de manera considerable.
En 1969, se pone en marcha el plan de expansión de El Teniente, cuya meta es llegar a producir en 1971 la cantidad de 280 mil toneladas de cobre fino.
En 1971, la producción de El Teniente llega apenas a 147.280 toneladas métricas. Hasta entonces, el plan de expansión y la administración de la empresa estuvieron en manos de representantes de la Braden Copper, subsidiaria de la Kennecott.
Las extraordinarias ventajas que significó para la Kennecott esta negociación se aprecian en las ganancias multiplicadas que obtuvo esa empresa imperialista entre los años 1967 y 1970, inclusive.
En efecto, en 1967 las utilidades netas fueron de US$ 82.433.679; en 1968 alcanzaron a US$ 78.299.223; en 1969 subieron a US$ 141.328.062, y en 1970 llegaron a US$ 112.944.841.
En cuatro años, las ganancias totales netas de la Kennecott, por las condiciones de esta negociación, insuperables para esta empresa, ascendieron a 415 millones de dólares. Si se hubiera mantenido la tributación establecida en la ley 11.828, anterior a la ley de chilenización pactada, la Nº 16.624, las ganancias de la Kennecott habrían alcanzado en los cuatro años a US$ 160 millones.
La chilenización, pues, permitió a la Kennecott casi triplicar sus ganancias en brevísimos años. Más aún, entre 1967 y 1970 en sólo cuatro años, repito las ganancias de la Kennecott por las nuevas condiciones que en su favor estableció la citada ley 16.624, fueron casi iguales a las ganancias netas totales obtenidas por esta empresa imperialista en los 40 años que median entre 1926 y 1946.
La euforia de Mr. Milliken.
No en vano el Presidente de la Kennecott Corporation, Mr. Frank Milliken, expresó su eufórica satisfacción al comentar el resultado de esta negociación en los siguientes términos:
Las utilidades de Kennecott del segundo trimestre de 1967 fueron las más sensacionales de toda la historia de la empresa, alcanzando la suma récord de 60 millones 232 mil 122 dólares (sólo en tres meses), las que provienen fundamentalmente del cobre chileno.
Por otra parte, la Sociedad Minera El Teniente, de la cual nosotros, la Kennecott, somos socios minoritarios, tendrá su administración a nuestro cargo por once años, período que se podrá alargar si Chile no cumple todos sus compromisos.
Así fueron las expresiones jubilosas y amenazantes del presidente de uno de los imperios económicos más poderosos del mundo.
Se abre una era histórica para Chile.
En septiembre de 1970 el pueblo de Chile, encabezado por la Unidad Popular, triunfa en las elecciones presidenciales con su abanderado, doctor
En noviembre del mismo año asume el nuevo Gobierno popular, después de vencer los obstáculos más increíbles, las provocaciones más inauditas, la conjura de la reacción y de los imperialistas, obstinados en impedir el normal desenlace constitucional de los acontecimientos y dispuestos a hacer propicio el golpe de Estado y la asonada que impidiera la toma de posesión del Gobierno del país al candidato triunfante en las elecciones.
El 11 de julio de 1971, el Congreso Pleno ratifica por unanimidad la aprobación del proyecto de reforma constitucional que establece la nacionalización de los cinco grandes yacimientos de cobre, entre los que se cuenta El Teniente.
El 29 de septiembre del mismo año, el
El 11 de octubre del mismo año 1971, el Contralor General de la República emite su fallo sobre las indemnizaciones, en virtud de la reforma constitucional. En el caso de la Sociedad Minera El Teniente, realizadas las deducciones que establece la ley, dispone una indemnización negativa, es decir, saldo en favor de Chile que llega a 310.426.417,21 dólares.
En noviembre de 1971, se constituye el Tribunal Especial del Cobre, creado por la reforma constitucional y encargado de estudiar las apelaciones de las partes antes de determinar el monto definitivo de las indemnizaciones.
El 31 de diciembre del mismo año, el Presidente de la República, en uso de sus facultades constitucionales, determina la suspensión temporal del primer pagaré por un crédito que la anterior Administración suscribió con la Braden Copper para financiar el llamado programa de expansión. Ese pagaré se eleva a la suma aproximada a 5.800.000 dólares.
El 4 de febrero de 1972, la Braden Copper inicia acciones judiciales contra el Estado de Chile y obtiene el embargo de bienes de nuestro país en Nueva York.
El Presidente de la República, luego de considerar la forma en que se invirtió el crédito de la Braden Copper en El Teniente, reconoce compromisos por aproximadamente 80 millones de dólares y dispone la cancelación de los pagarés.
El 11 de agosto de 1972, el Tribunal Especial del Cobre se declara incompetente para modificar la resolución presidencial que ordenó el descuento a las compañías norteamericanas por las rentabilidades excesivas, y recientemente, el 7 de septiembre, el mismo tribunal rechaza el recurso de reposición interpuesto por las compañías norteamericanas y deja a firme su resolución del 11 de agosto.
El caso de las rentabilidades excesivas.
Para determinar las rentabilidades excesivas de la Braden Copper (410 millones de dólares) y de Anaconda (364 millones de dólares), y de acuerdo con la reforma constitucional, el Presidente de la República consideró diversos antecedentes. Entre ellos, y de manera fundamental, se examinaron los márgenes de utilidad que estas, empresas norteamericanas (Anaconda y Kennecott) obtuvieron por sus inversiones en Estados Unidos y otros países entre los años 1955 y 1970. El promedio de ese margen fue de 9,9%. En Chile, en cambio, durante ese mismo período, las utilidades de la Kennecott tuvieron un promedio de 52,8% sobre su capital. Se consideró que una rentabilidad normal no podría sobrepasar el 12 % y, en consecuencia, se aplicaron los descuentos de la indemnización.
Estricto cumplimiento de la Constitución.
Cada una de estas etapas, procedimientos y diligencias se han cumplido por el Gobierno, la Contraloría General de la República y el Tribunal Especial del Cobre con estricto apego a las normas constitucionales. Cabe destacar que la Kennecott litigó, de acuerdo con sus derechos, haciendo uso de todos los recursos legales que le ofrecen las leyes chilenas, de modo que no ha existido nada ilegal, nada dubitativo, nada ocultó, nada arbitrario.
El rechazo del recurso de reposición acordado por el Tribunal Especial del Cobre solicitado por la Kennecott exasperó a los ejecutivos de esta empresa imperialista, y correspondió al propio Presidente de esa organización financiera multinacional, Mr. Milliken, exteriorizar su desconocimiento a este fallo.
La Kennecott anuncia represalias.
El 8 de septiembre, Frank Milliken anunció que la Kennecott tomará medidas en otras naciones para resarcirse de las pérdidas experimentadas en Chile como resultado del pronunciamiento del Tribunal Especial del Cobre, contrario a que se indemnice a esa empresa por la nacionalización de sus bienes.
Asumiendo la característica actitud de soberbia y de prepotencia de los imperialistas, manifestó que están informando a todas las personas que tuvieren interés en cobre proveniente de la mina El Teniente, en Chile, que tal compañía continúa poseyendo derechos sobre ese mineral de esa procedencia, y tiene intención de incoar cualquier acción que considere necesaria a fin de protegerlos, reclamando el propio cobre o su importe en efectivo.
¡Ni más ni menos! En otras palabras, la Kennecott pretende asumir o convertirse, con autoridad que no tiene y que nadie le reconoce, en una especie de cogobernante de Chile, en empresas que pueden decidir por sí y ante sí cualquiera determinación que resguarde sus intereses, aun dañando a Chile y a su pueblo, aunque para ello deba atentar contra nuestra soberanía, nuestras leyes, nuestra Constitución y nuestra dignidad de país libre y dueño de su autodeterminación. Es, de parte de la Kennecott, la típica agresión imperialista, de vasallaje y de infinita omnipotencia.
Pero la decisión de la Kennecott apunta mucho más lejos, pues el blanco escogido es, preferentemente, lesionar el prestigio internacional de Chile. Tiende a crear incertidumbre e inseguridad en los mercados habituales de nuestro cobre, a entrabar la normalidad de nuestro comercio exterior y a amenazar a los actuales y futuros compradores de nuestro mineral en los mercados del área occidental.
En la línea de la I.T.T.
Es necesario recordar, en este momento, los alcances de los planes de la International Telephone and Telegraph (I.T.T.), cuando organizó la campaña internacional y nacional para evitar que asumieran el mando de la nación el Presidente Allende y la Unidad Popular. Los antecedentes están en los documentos secretos de la I.T.T., de los cuales extraemos algunos párrafos a modo de ayuda de memoria.
Carta del 15 de octubre de 1970. De Mr. J. D. Neal a Mr. W. R. Merriam. Converversaciones con el embajador Korry.
El embajador cree que Allende, después de asumir, procederá cautelosamente y lentamente. No le será necesario pasar una nueva legislación porque tendrá ya suficiente autoridad legal para desarrollar la mayor parte de su programa socialista. El embajador dice que Allende es conocido por ser un hombre de palabra; de tal modo, está bastante seguro de que llevará a cabo las promesas de su campaña.
Esto significa nacionalización de todo lo que él piense que encaja dentro de su esquema marxista. Estas medidas contra los intereses privados norteamericanos llevarán a Allende rápidamente a enfrentarse cara a cara con la política de los Estados Unidos.
Estas premoniciones datan de octubre de 1970, de modo que es fácil concluir que hay en marcha un plan coordinado entre los intereses del capital imperialista, con respaldo del Gobierno de Washington, los grupos monopolistas chilenos y los aventureros políticos alentados desde el exterior, para llevar a cabo una asonada cuyo objetivo principal es el derrocamiento del Gobierno legítimo de Chile.
La misma carta contiene otro párrafo que constituye una confesión flagrante de los aviesos planes del imperialismo en contra del Gobierno Popular. Dice:
El embajador Korry manifestó que si Allende comienza a expropiar empresas norteamericanas, los Estados Unidos deben insistir en una inmediata y justa compensación en dólares. En el caso de que sean tomadas las compañías mineras de Estados Unidos, el pago debe ser convenido en mineral.
El embajador confidenció que tiene planeada una línea dura con Allende respecto al cumplimiento de obligaciones.
Agregó que estima que los puntos de presión de los Estados Unidos contra Allende incluyen nuestra fuente de fondos de desarrollo, mercado para los productos de Chile, etcétera.
Carta del 23 de octubre de 1970 dirigida por William R. Merriam, Vicepresidente de la I.T.T. al señor Henry A. Kissinger, Asesor del Presidente Nixon.
Este largo informe contiene un párrafo de mucha significación y elocuencia para comprender la acción emprendida por la Kennecott como parte de la conjura que se impulsa contra Chile. Su tenor es el siguiente:
e) Informarle al Presidente Allende que si su política requiere la expropiación de la propiedad norteamericana los Estados Unidos esperan rápida compensación en dólares americanos y moneda extranjera convertible, como lo requiere la ley internacional.
f) Informarle que, en el caso de que no llegue pronta compensación, habrá repercusiones inmediatas en los círculos oficiales y privados. Esto podría significar la suspensión de todos los préstamos de bancos internacionales y de Bancos privados norteamericanos.
Kennecott presiona a los compradores de cobre chileno.
Las informaciones cablegráficas dan cuenta de que Frank Milliken, Presidente de la Kennecott, afirmó en Nueva York que esa empresa norteamericana continúa siendo la propietaria del mineral El Teniente, que se retiraban del Tribunal Especial del Cobre (donde litigó por más de un año, reconociéndole entonces plena competencia), y que perseguiría el cobre de ese yacimiento en cualquier país en que se encuentre. Esto representa, como hemos dicho, el desconocimiento del derecho soberano de Chile de nacionalizar su cobre.
La Kennecott pasó ayer de las amenazas a los hechos al enviar a los consumidores de cobre de El Teniente la siguiente carta:
Señores:
Junto con nuestra subsidiaria, Braden Copper Company, de 161 East 42nd Street, New York, Estados Unidos de América, deseamos hacerle saber lo siguiente. Hemos sido informados que Uds. están o pueden estar disponiéndose para una compra, adquisición o venta de cobre u otros metales o productos, derivados de la mina El Teniente, en la República de Chile, y sobre los cuales nosotros tenemos derechos de pertenencia. Llamamos vuestra atención hacia el hecho de que cualquier compra, adquisición o venta (o cualquier acción que apoye tal compra, adquisición o venta) del mencionado cobre y/o metales o productos, sin nuestro permiso expresó, sería contrario a los principios legales que nos gobiernan, y les informamos que tomaremos todas aquellas medidas que pueden ser consideradas necesarias para proteger nuestros derechos, incluyendo los derechos referentes al cobre mencionado y/u otros metales o productos y con respecto a sus subproductos.
Muy atentamente,
C. D. Michaelson, Presidente Metal Mining División.
Kennecott Copper Company.
Y como Presidente Braden Copper Company.
Respuesta chilena.
Al conocerse en Santiago la insolente carta de la Kennecott, CODELCO envió a los consumidores de cobre chileno la siguiente carta, que es, a la vez, respuesta a la del monopolio norteamericano:
Santiago, 13 de septiembre de 1972.
Señores:
Hemos sido informados de que ustedes han recibido una carta de Kennecott Copper Corporation por medio de la cual esta Compañía se atribuye supuestos derechos sobre el mineral El Teniente y amenaza interferir en el normal desarrollo de nuestras relaciones comerciales.
Antes que nada, queremos manifestarles que lamentamos sinceramente el procedimiento que está usando Kennecott, procedimiento por medio del cual esta Compañía pretende comprometer los intereses de su Empresa en una disputa legal entre ella y el Estado chileno.
Debemos declara una vez más que no existe base alguna para que Kennecott pretenda derechos de propiedad sobre El Teniente, tanto desde un punto de vista legal, comercial o moral. El proceso de nacionalización de las grandes compañías mineras se hizo de acuerdo a las estipulaciones y procedimientos establecidos por nuestra Constitución, y la ley correspondiente determinó un sistema para fijar la compensación a los propietarios anteriores. Aún más, Kennecott reconoció la validez de nuestros Tribunales ya que apeló a las Cortes chilenas establecidas para este efecto por la misma ley. La actitud de esta Compañía implica el desconocimiento del derecho y de la autoridad del Sistema Constitucional chilenos.
Pueden ustedes tener la seguridad de que continuaremos ateniéndonos estrictamente a nuestras obligaciones comerciales. Después de haber consultado a nuestros abogados podemos manifestar que no hay base alguna para que Kennecott accione en contra de los intereses de ustedes ni nuestros en relación con el cumplimiento de nuestras obligaciones contractuales. En cualquier caso, los mantendremos informados de cualquier medida que adoptemos en defensa de intereses y de los compradores de cobre chileno.
Atentamente,
M. Isabel Camus, Gerente Oficina de Ventas de CODELCO.
Todo Chile repudia el bloqueo imperialista.
Los más amplios y representativos sectores ciudadanos han rechazado con energía y decididamente la intromisión imperialista en nuestros asuntos y la intensificación del bloqueo invisible que ya está adquiriendo formas muy visibles y corpóreas destinado a destruir nuestra economía, a perjudicar gravemente el desarrollo de nuestro país y a crear a los chilenos momentos de sinsabores y dificultades.
Palabras del Presidente Allende.
El Presidente de la República, comentando la agresión de la Kennecott, señaló que con mucha razón, no puede haber un solo chileno que no esté inquieto e indignado por la resolución de la empresa transnacional Kennecott, que pretende se embargue la producción de cobre chileno, los embarques de nuestro cobre, para resarcirse según ellos del no pago de indemnizaciones.
Agregó luego: Hay que destacar, una vez más, que lo que el Gobierno ha hecho es aplicar una reforma constitucional aprobada por unanimidad en el Congreso, donde el Gobierno es apreciable minoría. Además, no sólo parece paradojal, sino inconcebible, que una empresa que recurre a un Tribunal, cuando le es adverso, desconoce la sentencia de ese Tribunal.
Posición de los parlamentarios y partidos.
Casi unánimemente los parlamentarios y dirigentes de partidos han solidarizado con Chile, y han dado su respaldo al Gobierno, rechazando, así, la maniobra norteamericana que intenta avasallar nuestra dignidad y soberanía.
El Presidente de la Cámara de Diputados.
El Diputado Eduardo Cerda, Presidente en ejercicio de la Cámara, ha expresado su más enérgico repudio por la actitud de la empresa Kennecott de pretender embargar cobre que es chileno, en una actitud sin destino.
Por su parte, el Consejo de Defensa del Estado también ha emitido una declaración que pone de manifiesto sus puntos de vista y resuelve jurídicamente el problema planteado por la Anaconda.
Solicito que se agregue este antecedente en la versión de mi discurso.
El documento que más adelante se acuerda insertar, es el siguiente:
El Consejo de Defensa del Estado
A su vez, el Presidente del Consejo de Defensa del Estado, Eduardo Novoa entregó la siguiente declaración:
Profitadores de nuestras riquezas.
El anuncio público hecho en Estados Unidos por el Presidente de Kennecott Copper Corporation, Frank R. Milliken, de que no proseguirá sus actuaciones judiciales ante el Tribunal Especial del Cobre, que considera seguir teniendo dominio sobre la mina El Teniente y que tomará medidas en otras naciones sobre el cobre producido por esa mina o sobre su precio, para resarcirse de las pérdidas experimentadas en Chile, constituye un nuevo jalón en sucesivas procacidades que esa firma viene profiriendo en contra de la resolución unánime del pueblo de Chile de nacionalizar esa empresa cuprífera.
Ya en 1971 Kennecott había publicado un supuesto Libro Blanco, plagado de falsedades y denuestos en contra de las decisiones soberanas de Chile.
Pero lo que interesa no es recoger o retornar expresiones demandadas, propias de la irritada reacción de quienes creyeron que profitarían para siempre a sus anchas de la principal riqueza natural chilena, sino demostrar que su posición es enteramente contraria a los más elementales principios jurídicos reconocidos universalmente.
La Kennecott aceptó litigar.
Kennecott Copper Corporation y su subsidiaria Braden Copper Co., reconocieron la jurisdicción chilena, interviniendo con peticiones y argumentos en favor de sus intereses, tanto en la instancia administrativa seguida ante el
Decidida por el Tribunal competente la cuestión sobre rentabilidades excesivas en forma desfavorable a las pretensiones de esas compañías norteamericanas, pierden éstas la compostura, declaran que abandonarán la prosecución de sus apelaciones y amenazan al país entero con medidas desorbitadas que solamente podrían admitirse como posibles de parte de firmas de muy gran poder económico que tratan de perjudicar por despecho los intereses nacionales.
Errores judiciales marcaron fracaso de Kennecott.
Este despecho se explica, entre otras cosas, porque Braden Copper Co., pese a los ilustrados defensores que eligió, se equivocó al plantear su reclamo. En lugar de reclamar en contra de la decisión de rebajar rentabilidades excesivas, se limitó a apelar de la determinación del Contralor General, que es ajena por entero a aquella decisión. Así lo dejó establecido el Tribunal Especial del Cobre en el considerando Nº 31 de su sentencia de 11 de agosto último.
Resulta, pues, de toda evidencia que Kennecott y su subsidiaria Braden Copper, optan por abandonar el procedimiento judicial chileno cuando se ven legalmente perdidos en él y cuando quedan de manifiesto sus propios e inexplicables errores en materia de tanta importancia.
Los chilenos pueden juzgar sobre la calidad de esta actitud.
Pequeños y medianos mineros respaldan al Gobierno ante amenazas de la Kennecott.
Los 150 delegados asistentes al Congreso de la Pequeña y Mediana Minería, que se realizó este fin de semana en La Serena, aprobaron por aclamación el acuerdo de respaldar al Gobierno en la lucha que está enfrentando a raíz de las declaraciones de la Kennecott Copper Company, en que amenaza embargar el cobre chileno en cualquier parte del mundo donde se venda.
El acuerdo se adoptó al finalizar la reunión, a iniciativa del Presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Norberto Bernal. El dirigente señaló que los chilenos deben estar férreamente unidos en esta materia.
La Central Unica de Trabajadores.
Amenazas como la de la Kennecott, sólo impulsan la unión de todos los chilenos tras una bandera común: CHILE. Así lo expresó el dirigente nacional de la CUT Ernesto Vogel.
Vogel, al ser consultado sobre el anuncio de la compañía norteamericana en el sentido de que mantenía sus derechos sobre nuestro cobre y lo embargaría en cualquier país en que se encuentre, señaló que, frente a este problema, los trabajadores reaccionan unitariamente y reafirman la decisión de lograr la independencia económica a través de la nacionalización de nuestras riquezas.
Los mecanismos legales.
¿Qué piensa el Vicepresidente de la CUT sobre la decisión de la Kennecott de desconocer la jurisdicción de nuestro Tribunal Especial del Cobre?
Dice Vogel:
Todos los chilenos fueron partidarios de la nacionalización del cobre, y de allí que la reforma constitucional que la hizo posible haya sido aprobada por unanimidad. En ese mismo cuerpo legal se establecieron los mecanismos que se seguirían para determinar el monto de las indemnizaciones. Tal monto fue fijado por la Contraloría General de la República, y de él se dedujo la cantidad estimada como utilidades excesivas, y cualquier apelación de las compañías norteamericanas debió ser conocida por el Tribunal Especial constituido para tal efecto. Cuando el fallo le es adverso, la Kennecott anuncia que no se someterá a nuestra jurisdicción, en circunstancias de que todos los pasos han sido legales. Son nuestros propios organismos, ya que se trata de nuestras riquezas, los que fijan el procedimiento a seguirse.
Frente común para defender nuestra soberanía.
Continúa Vogel:
Se ha politizado el accionar de cada esfera dentro del campo sindical y por eso se pierde un poco la visión de los problemas fundamentales como éste que hoy plantea la Kennecott. Sin embargo, creo yo que teniendo conciencia los trabajadores de lo que significa que nuestra principal materia prima, el cobre, esté sujeta a manejos externos, tendremos los trabajadores que reaccionar violentamente, formar un frente común y adoptar las medidas que el caso aconseje.
El Plenario de Federaciones de la CUT.
Después de un intenso y amplio debate, el Plenario de Federaciones de la Central Unica de Trabajadores acordó el siguiente voto:
1.- Rechazar terminantemente las declaraciones del presidente de Kennecott Copper Co., destinadas a promover el embargo del cobre chileno, lo que significa una abierta agresión e intervención en la vida del país, lesiona seriamente la dignidad, la soberanía y la economía nacional.
2.- Llamar a los trabajadores del país, a todos los patriotas, a movilizarse a rechazar con firmeza la intromisión de este monopolio multinacional.
3.- Formular un llamado a las organizaciones sindicales nacionales e internacionales del mundo entero, denunciando esta siniestra agresión en contra de Chile y sus derechos soberanos, invitándolos a promover la más activa solidaridad internacional a objeto de impedir el proyectado bloqueo económico en contra de nuestro país.
4.- Proponer a los trabajadores de los países productores de cobre la realización de una reunión internacional destinada a examinar la defensa de las materias primas comunes y a concertar la solidaridad mutua por la plena libertad de comercialización de nuestras riquezas básicas.
Los trabajadores del cobre.
Los trabajadores del cobre, por intermedio de la Confederación Nacional de los Trabajadores del Cobre, también reaccionaron por la intromisión de la Kennecott en los asuntos chilenos y entregaron la siguiente declaración:
La presencia imperialista en Chile, a través de 60 años de explotación de nuestras riquezas, permitieron cimentar un poderío enorme, basado en la miseria y subdesarrollo de nuestros pueblos.
Agregan:
El despojo yanqui de nuestro cobre ha estado jalonado con sangre de los trabajadores del cobre, con la miseria de nuestro pueblo, la opresión de las clases reaccionarias sobre las grandes mayorías que hoy han emprendido el camino de la liberación y de la independencia económica.
Las antojadizas y afiebradas declaraciones del Presidente del monopolio yanqui, agregan son consecuencias directas del significado que ha tenido la nacionalización de estas empresas del cobre y de las suculentas utilidades que obtenían de la explotación del mineral El Teniente, por lo que hoy día lamentan y se niegan a reconocer el legítimo derecho del Gobierno y del pueblo de Chile para recuperar esta vital riqueza para el desarrollo del país.
Los trabajadores del cobre rechazamos en forma enérgica la medida que pretende implantar el voraz monopolio estadounidense.
Amplia discusión en los sindicatos.
La Corporación del Cobre ha entregado a los sindicatos todos los antecedentes de la escalada imperialista contra la economía chilena y contra nuestra soberanía, para que se abra en las bases una amplia discusión y se analice a conciencia la grave agresión a Chile.
El Vicepresidente de CODELCO dice a los dirigentes sindicales:
Ante estas incalificables declaraciones que, indudablemente, constituyen un atentado a la soberanía nacional y que causan perjuicio económico a Chile, la Corporación del Cobre emitió una declaración cuya copia le adjunto.
Estimamos necesario que estos hechos sean reconocidos por la totalidad de los trabajadores chilenos y, particularmente, los trabajadores del cobre.
En consecuencia, le agradeceré dar a conocer estos antecedentes a las bases del sindicato que Ud. dirige.
Cerrar filas en defensa de Chile.
Al intervenir en el Congreso Pleno el 11 de julio del año pasado el compañero Luis Corvalán, Secretario General del Partido Comunista, expresó conceptos que ahora cobran plena validez.
En parte de su discurso, dijo: El Estado chileno asumirá la soberanía plena en las minas del cobre en el instante en que el precio del metal ha tenido una baja apreciable. Además, se hará cargo de las empresas en muy deficientes condiciones de funcionamiento. En los últimos años, y especialmente en los últimos meses, a medida que se hacía evidente que se impondría la decisión del pueblo de Chile de nacionalizar, los capitalistas extranjeros se dedicaron a florear los yacimientos, descuidaron la mantención de los equipos, dejaron sin hacer inversiones indispensables para el desarrollo normal de la producción.
Al tomar posesión del cobre, el Gobierno, los trabajadores y el pueblo de Chile asumen el compromiso de vencer todas estas dificultades, sacar adelante la producción y lograr que estas minas sean fuentes de recursos para financiar el progreso nacional.
Por supuesto que si los imperialistas quisieran imponer sus dictados en materia de indemnizaciones, el pueblo y la nación chilena sabrán cerrar filas en defensa del interés nacional y de nuestra soberanía.
A parar la sedición interna y externa.
Ningún chileno tiene dudas, a estas alturas del proceso revolucionario nacional, de que el Gobierno y el país afrontan una poderosa ofensiva, bien financiada desde el extranjero, que intenta el derrocamiento del régimen constituido, con intenciones de provocar una guerra civil y ensangrentar la patria.
Imperialismo, reacción y fascismo.
Aún los más incrédulos y menos suspicaces reconocen, por una sucesión de hechos sincronizados ocurridos desde el mismo 4 de septiembre de 1970, que se busca un enfrentamiento entre los chilenos y que una casta social enriquecida durante siglos con el sudor de los trabajadores, a costa del empobrecimiento del país, que actúa como punta de lanza y al servicio de los intereses imperialistas, pretende convertir a la patria en una gigantesca pira, destruir nuestra convivencia, provocar una catástrofe de consecuencias imprevisibles, pero fáciles de comprender y apreciar.
Ya el monopolio multinacional International Telephone and Telegraph, fue denunciado por el periodista norteamericano Jack Anderson, que publicó sus Documentos Secretos, en cuanto a que, desde el mismo instante del triunfo popular del 4 de septiembre, organizó, impulsó e intentó medidas para impedir que asumiera el mando de la nación el candidato electo, compañero Salvador Allende. Fracasadas sus intenciones, esta misma empresa yanqui ha organizado, con otros grupos monopólicos imperialistas, con el apoyo de la CIA, y la complicidad de la Derecha y el fascismo, el derrocamiento del Gobierno legítimo de la República.
No son aislados ni casuales, por ejemplo, los intentos de dinamitar la planta de energía eléctrica de Tocopilla para paralizar Chuquicamata; ni los sucesivos actos de sabotaje e incendios en la oficina salitrera Pedro de Valdivia, con destrucción de la planta de yodo, de la sede sindical; ni el asesinato de trabajadores; ni las salidas a las calles de Santiago y otras ciudades del país confundidos y parapetados detrás de los estudiantes de delincuentes comunes prontuariados y reclutados por la Derecha para sembrar, con los fascistas de Patria y Libertad, el pánico y el terror entre los ciudadanos; ni el boicot de los imperialistas a nuestra economía suprimiendo las líneas de crédito, la venta de repuestos indispensables y otros productos, o el acaparamiento, la especulación a gran escala o la destrucción de mercaderías fundamentales para el consumo popular; ni el sabotaje a la producción agrícola y ganadera que llevan a cabo implacablemente los latifundistas. O lo que ocurre ahora, con la Kennecott, al pretender desconocer la potestad soberana de Chile para resolver sus propios asuntos con plena autonomía; o lo que harán luego la Anaconda, la Anglo Lautaro y otros piratas financieros desplazados de nuestra patria después de haber saqueado al país con la tolerancia de las clases sociales que hasta 1970 detentaron el Poder.
El proceso chileno está caracterizado fundamentalmente por la recuperación para nuestro país y para nuestro pueblo, de sus inmensos recursos, de la liquidación de los monopolios, del desaparecimiento del latifundio y del aniquilamiento total de la oligarquía financiera.
Ello trae como consecuencia inevitable el enfrentamiento cada vez más agudo entre los intereses chilenos y los del imperialismo norteamericano y de la minoría que está perdiendo paulatinamente sus privilegios.
La disyuntiva es clara y debe ser resuelta: o se está con Chile o contra Chile; o se desaloja definitivamente al imperialismo de nuestro país o se acepta su retorno y su dominio, no sólo sobre nuestra vida económica, sino sobre la vida misma de todos los chilenos.
Esta definición debe ser franca, altiva, tajante y patriótica, especialmente por parte de los partidos políticos. Los que forman la Unidad Popular ya lo han hecho, sosteniendo con sus declaraciones y su comportamiento la larga e inclaudicable lucha antimperialista. No lo han hecho, en cambio, los partidos de Oposición, salvo el Partido Nacional, el cual, ¡oh sarcasmo!, a contrapelo con su nombre pretensioso, se pronunció en contra de Chile y en favor del imperialismo y de la Kennecott al pretender en una actitud sucia, deleznable y lacayuna culpar al Gobierno popular de esta agresión contra la patria.
Pero la limpia conducta del pueblo chileno, su patriótica actitud de siempre, su profundo sentimiento antimperialista y su recio patriotismo, es el muro infranqueable para los yanaconas que pujan para que Chile quede sometido al dominio extranjero. Nuestra patria tiene también sólidas instituciones que garantizan su integridad y su soberanía. La unidad de todos los chilenos patriotas que desean para nuestra patria días mejores, derrotará los afanes sediciosos y la agresión imperialista dondequiera que se presente.
He dicho.