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Intervención Petición de oficio
MUERTE DEL MILITANTE DEMOCRATACRISTIANO EN INCIDENTE POLITICO EN LA PROVINCIA DE AISEN.- OFICIO Y NOTA DE CONDOLENCIAS

Autores

El señor CARRASCO.-

Pido la palabra.

El señor ACEVEDO (Vicepresidente).-

Tiene la palabra Su Señoría.

El señor CARRASCO.-

Señor Presidente, tal vez habría sido mucho más cómodo y menos conflictivo para mí no referirme al desgraciado accidente y asesinato de nuestro camarada Juan Millalonco allá en la provincia de Aisén, el 4 de abril, fecha del acto eleccionario recién pasado.

Mis intenciones habrían sido hablar en la primera sesión de esta Cámara después del desgraciado hecho; sin embargo, los mismos acontecimientos y mi deseo de estar presente en los funerales de nuestro noble y ejemplar camarada, me impidieron hacerlo. Luego vino el receso de esta Honorable Cámara, de tal manera que sólo hoy puede levantar en ella mi voz.

Sin embargo, meditándolo más, pienso que es mejor que hable hoy y no en aquellos días cercanos a los hechos. Creo que ello nos permite enfocar los acontecimientos con mayor objetividad y frialdad, libres ya del apasionamiento y la ira que nos produjera en los primeros momentos tan condenable hecho.

Permite también, a quienes nos escuchan, juzgar nuestra posición con la misma objetividad y desapasionamiento con que nosotros lo hacemos.

No hablamos aquí para abrir heridas ni destilar odio contra nadie; lo hacemos más que todo por un imperativo de conciencia que nos obliga a no callar lo que es repudiable y dañino para Chile y su pueblo, si sigue sucediendo y no se toman las medidas necesarias por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo.

No podemos callar el crimen cometido en la persona de nuestro joven camarada; no podemos callar frente a la tergiversación malévola que se ha hecho de los acontecimientos por personas que debieron tener una actitud más digna el día del crimen y que después han silenciado los hechos. No podemos callar cuando se ha pretendido culpar a nuestros propios camaradas del crimen de Juan Millalonco, cuando nosotros los vimos llorar sobre su cadáver. No podemos callar cuando se nos culpa de haber llevado una campaña hostil y plena de odio, en circunstancias que, por haberla dirigido quien habla, sabe que se hizo con limpieza y honestidad, soportando todos los días el peso, la presión y el abuso de autoridad.

Por eso no podemos callar hoy; pero tampoco hablaremos con odio y rencor sino con limpia y serena objetividad.

¿Cómo se tergiversaron los hechos? Para ello, leamos algunas declaraciones del día. En una de ellas, se expresa: "Poco antes de las 11 horas llegó hasta el Ministerio del Interior el Secretario General del Partido Socialista, Senador Carlos Altamirano, quien señaló que el Partido Demócrata Cristiano se estaba aprovechando del lamentable deceso de Juan Millalonco, ya que el hecho tuvo su origen en una provocación de los democratacristianos. ¿Cómo se explica" dijo Altamirano" que a las 5 de la mañana anduvieran esos democratacristianos haciendo manifestaciones callejeras?" Es indudable que provocaron a los militantes socialistas que se encontraban en el interior de la secretaría y los disparos fueron una respuesta a esa incalificable provocación. "

Esa es una de las declaraciones.

La declaración que aparece en el diario "Clarín" del día 5, establece en algunas de sus partes: "Hoy en la tarde se realizarán en Puerto Aisén los funerales de Juan Millalonco Millalonco (dirigente juvenil del Partido Demócrata Cristiano), muerto a consecuencias de disparos recibidos cuando junto a un grupo de camaradas asaltó con piedras, palos y balazos la sede del Partido Socialista de esa ciudad, ubicada en calle Sargento Aldea 376".

Más abajo agrega: "Las primeras diligencias para aclarar lo sucedido han dejado establecido que con anterioridad a la hora de los hechos, que dejaron como saldo una víctima, los mismos democratacristianos, á eso de la una de la madrugada, habían intentado quemar la sede de los socialistas de calle Sargento Aldea. Es decir, la responsabilidad de todo lo ocurrido es de los democratacristianos que no se explica qué andaban haciendo a esa hora en la sede de los socialistas".

Y a continuación agrega: "Era la una de la madrugada cuando un grupo de jóvenes democratacristianos encabezados por Juan Millalonco Millalonco avanzaron gritando y profiriendo insultos y amenazas por la calle Sargento Aldea en dirección a la sede central del Partido Socialista en la ciudad de Puerto Aisén. Con algunos grado de alcohol en la cabeza, consumidos durante la faena de pegar propaganda en las calles, lo que estaba prohibido después de medianoche, habían decidido quemar el inmueble donde funciona la sedé de los socialistas y caminaban en busca de su objetivo".

Después tenemos, señor Presidente, la declaración del Partido Socialista, cuyos párrafos expresan: "Por su parte, el Partido Socialista entregó una declaración al respecto, que dice:

"Ante los hechos ocurridos en Puerto Aisén y que la Democracia Cristiana intenta inescrupulosamente aprovechar en su campaña de terror psicológico, el Partido Socialista formula la siguiente declaración.

"El penoso incidente producido en Puerto Aisén en el día de hoy frente al local ubicado en Sargento Aldea 376, constituye la culminación de una escalada de actos de provocación ejecutados por parciales de la Democracia Cristiana, especialmente en la provincia de Aisén. En efecto, dos días antes, ya estos mismos elementos habían realizado asaltos y destrucción de avisos luminosos y vidrios de locales comerciales de militantes socialistas de Coihaique. Ante estas circunstancias, el dirigente del Partido Socialista Cipriano Osorio interpeló al Alcalde democratacristiano de Aisén, en presencia del Jefe de la Plaza Comandante Valenzuela, solicitándole hiciera cesar aquellos actos de violencia y provocación".

Más abajo agrega la declaración: "Ha quedado constancia, en efecto, en Carabineros e Investigaciones que durante estos hechos el local del Partido Socialista muestra la destrucción de sus vidrios y muros y que hubo intercambio de disparos, lo que permite suponer que la persona muerta pudo ser víctima de las balas disparadas por sus propios compañeros. Cabe señalar, además, que es absolutamente falso que se encontrara un arsenal en el local socialista, ya que sólo había en él dos revólveres viejos, según información de la propia fuerza pública.

Uno, señor Presidente, podría tener una explicación y una disculpa para tratar de entender las declaraciones del Senador Altamirano y del Partido Socialista, en su afán de defender a sus camaradas, a pesar de que hechos como éstos no debieran tener defensa ni defensores. Pero lo que no tiene explicación ni disculpa alguna, ni podemos aceptar, es la versión oficial del Gobierno, entregada por el Subsecretario del Ministerio del Interior, señor Daniel Vergara. El sí tiene el deber moral y legal de dar la versión verdadera de los hechos, máxime cuando tiene las informaciones verídicas que le proporcionan los Carabineros de Aisén.

El representa al Gobierno de Chile, que no debe tener camiseta política para juzgar imparcialmente los actos que provocan los chilenos, sea cual fuere su identidad política, aunque lo fuera, en un momento determinado, alguien del propio partido del señor Subsecretario.

¿Qué versión oficial inventó el señor Subsecretario? Veámosla.

La versión oficial del señor Subsecretario dice: "Esta madrugada, en Puerto Aisén, se produjo un lamentable incidente a consecuencia del cual falleció el joven Juan Millalonco, de 17 años, soltero, obrero, adherente a la Democracia Cristiana.

"Según las primeras informaciones recibidas, alrededor de las 4 de la madrugada, un grupo de simpatizantes de la candidatura de don Andrés Zaldívar Larraín, cercó el local del Partido Socialista, ubicado en la calle Sargento Aldea N° 376, procediendo a hostilizar y agredir a personas que se encontraban en el interior.

"Como resultado de la refriega originada por esta provocación, falleció el joven Millalonco. ".

Más abajo, agrega: "Para estos efectos, se han dado ya las instrucciones pertinentes al Intendente de la provincia de Aisén. ".

En otra parte de su informe, que publica las "Noticias de Ultima Hora", el señor Subsecretario del Interior, Daniel Vergara, declara que, de acuerdo con el informe del Intendente de la provincia, el local del Partido Socialista en Puerto Aisén "fue cercado, asediado y asaltado por jóvenes democratacristianos. Como consecuencia, se produjo una balacera con el resultado ya conocido". ".

El señor Subsecretario no tuvo el menor empacho en culpar de los hechos a los democratacristianos, quienes, a su juicio y según el informe del Intendente comunista, habrían "cercado, asediado y asaltado" la sede del Partido Socialista. Si el señor Subsecretario habló según el informe del Intendente comunista Añazco, quiere decir que su Intendente, hoy acusado ante el Senado por presión y abuso de autoridad contra el dueño de la única radio de Coihaique, quiere decir que éste le hizo cometer una grave tergiversación de los hechos. Pero también el señor Subsecretario cometió el grave error de escuchar sólo al Intendente y no considerar para nada el informe que le proporcionara Carabineros de Aisén o la zonal de Carabineros con asiento en Magallanes.

¿Cuál es la versión verdadera de los acontecimientos, señor Presidente, que nos interesa establecer en esta Honorable Cámara para borrar tanta infamia y tanta tergiversación de los hechos, que pretenden enlodar el prestigio de nuestro partido, de nuestra juventud e, incluso, de nuestro noble camarada, víctima del crimen, Juan Millalonco?

Partamos de donde otros no quisieron partir: leamos el parte de Carabineros para formarnos algún juicio de los hechos.

El parte de Carabineros establece: "Comunica Mayor señor Homero Somoza, Comisario de Aisén, que hoy, más o menos a las cinco horas, al pasar miembros democratacristanos frente a sede del Partido Socialista, ubicada en Sargento Aldea 376, produjéronse incidente de palabras con miembros del Partido Socialista que encontrábanse interior dicha sede, efectuándose disparos de armas de fuego a consecuencias de lo cual resultó muerto Juan Millalonco, de 17 años, soltero, residente en Población PresidenteFrei, casa 11, y militante democratacristiano. Se constituyó en el lugar el Jefe de las Fuerzas, el señor Prefecto, el Subprefecto, el Comisario, además del Juez del Crimen que ordenó allanar sede del Partido Socialista requisando dos revólveres, y ordenó detener a nueve militantes socialistas que se encontraban en el interior de dicha sede.

"De los revólveres requisados hay un Colt particular con seis tiros, de ellos dos disparados; un revólver Tala, calibre 22, con un tiro sin disparar. El revólver Tala había sido disparado momentos antes.

"Al ser interrogados los detenidos por el Juez, manifestaron que las armas eran de propiedad del Partido Socialista.

"Los disparos fueron hechos desde, el interior del Partido Socialista. A 80 metros había personal de Carabineros suficiente. La sede del Partido Socialista fue clausurada momentáneamente por el Juez del Chimen, mientras se practican nuevos allanamientos".

Esta es la versión oficial entregada por Carabineros.

Para nosotros, señor Presidente, esta es la versión oficial, y no otra; no la que dictara el Intendente de Aisén al señor Subsecretario del Interior, o que éste tergiversara intencionadamente. Tenemos derecho a pensarlo así, cuando observamos tanta diferencia entre la versión que nos da Carabineros, que nos merece plena fe, y la versión oficial del "Gobierno.

Los señores Diputados pueden observar la diferencia que existe entre ambas. Según lo que expresa Carabineros, "... hoy, más o menos a las cinco horas, al pasar miembros democratacristianos frente a la sede del Partido Socialista, ubicada en Sargento Aldea 376, produjéronse incidentes de palabras con miembros del Partido Socialista, que encontrábanse en el interior de dicha sede, efectuándose disparos de arma de fuego a consecuencias de lo cual resultó muerto Juan Millalonco". A continuación, el parte agrega: "De los revólveres requisados (en la sede del Partido Socialista) hay un Colt particular con seis tiros, de ellos dos disparados; un revólver Tala, calibre 22, con un tiro sin disparar. El revólver Tala había sido disparado momentos antes. "

"Al ser interrogados los detenidos por el juez, manifestaron que las armas eran de propiedad del Partido Socialista. "

Y, por último, agrega el parte: "Los disparos fueron hechos desde el interior del Partido Socialista".

¿Qué dice el señor Subsecretario? Escuchemos nuevamente su versión, para que podamos comparar ambos textos: "Según las primeras versiones recibidas, alrededor de las 4 de la madrugada, un grupo de simpatizantes de la candidatura de don Andrés Zaldívar Larraín, cercó el local del Partido Socialista, ubicado en calle Sargento Aldea Nº 876, procediendo a hostilizar y agredir a personas que se encontraban en el interior".

"Como resultado de la refriega originada por esta provocación falleció el joven Millalonco".

Pero, además, el señor Subsecretario declaró que de acuerdo al informe del Intendente, el local del Partido Socialista "fue cercado, asediado y asaltado por jóvenes democratacristianos", según el diario "Las Noticias de Ultima Hora".

Estas tergiversaciones, esto de trastocar la verdad en burda mentira, es lo que duele, señor Presidente, y lo que nos obliga a hablar para esclarecer los hechos y establecer su realidad, que no es otra que la que expresa Carabineros.

Pasaron miembros democratacristianos frente a la sede del Partido Socialista, porque no tenían otro lugar por donde hacerlo, para llegar hasta su sede, que estaba a 40 metros más allá. Y, seguramente, hubo incidentes de palabras, como lo expresa el parte de Carabineros. Pero, ¿era ésa razón para matar, para asesinar por la espalda, cuando ya se alejaba, a un muchacho joven, obrero, puro pueblo, único sostén de su madre viuda?

¿Puede aceptarse que hubo balacera de ambos lados, cuando Carabineros están diciendo que los disparos salieron de la sede del Partido Socialista y que un revólver hallado allí tenía dos vainillas disparadas, las mismas que "impactaron" en la espalda a Juan Millalonco, cuando se retiraba a su sede, en tanto que otro revólver tenía cinco cápsulas disparadas anteriormente, cuyas detonaciones todos los vecinos de los alrededores las sintieron y que nuestros camaradas creían que eran de fogueo, porque se disparaban con tanta irresponsabilidad? ¿Vamos a creer que Juan Millalonco fue muerto por sus propios camaradas, como expresa la declaración socialista, cuando nuestra sede y nuestros camaradas fueron minuciosamente allanados por las mismas autoridades que allanaron la del Partido Socialista, que no encontraron ni siquiera un mísero cortaplumas, en tanto que se está declarando que los revólveres asesinos estaban en la sede del Partido Socialista?

¿Acaso los propios detenidos no expresaron que las armas eran del Partido Socialista? ¿Acaso el lugar en que cayó Millalonco, más cerca de la sede del Partido Demócrata Cristiano que de la Socialista, no indica que se había retirado de este lugar cuando lo alcanzó la bala por la espalda?

¡No, señor Presidente! No se puede pretender cargar este crimen sobre la conciencia de quienes no lo han cometido, cuando la realidad y los hechos están demostrando quiénes son los autores materiales del hecho que hoy juzga la justicia. No nos interesa ni siquiera dar sus nombres, porque no es nuestra intención créasenos denigrarlos más de lo que su propio acto los denigra. Nos interesa, como dijimos al principio, establecer la verdad de los hechos, para que nuestros camaradas de la juventud de Puerto Aisén no tengan que agregar al dolor de la pérdida irreparable de su camarada muerto, el dolor de la sospecha ciudadana por un acto en el cual no tienen la menor sombra de responsabilidad.

Pero no todo está dicho, señor Presidente. ¿Se pudo evitar la muerte de Juan Millalonco? ¿Pudo haber habido más muertos?

Sí, señor Presidente: ambas cosas pudieron suceder. En el parte de Carabineros se establece que "a ochenta metros había personal de Carabineros suficiente". ¿Por qué no estaban frente a las Secretarías, si ambas estaban tan cerca una de la otra?

¿Por qué no se hizo presente la fuerza pública a los primeros disparos? ¿Por qué las autoridades del Ministerio del Interior no se percataron de esta situación?

Señor Presidente, el día anterior, sábado 3, en la madrugada, en la ciudad de Coihaique hubo encuentros entre jóvenes democratacristianos y de la Unidad Popular por problemas de propaganda. Intervinieron los Carabineros, haciendo uso de la autoridad de que están investidos para ejercer sus funciones. El teniente al mando del grupo de Carabineros, de apellido Ríos, fue groseramente insultado y apedreado por militantes de la Unidad Popular, hasta que se vio forzado a sacar su arma de servicio y hacer disparos al aire, ante lo cual éstos, se dispersaron.

¿Qué sucedió al otro día? Por la Radio Patagonia, de Coihaique, el Partido Socialista y el Partido Comunista hicieron sendas declaraciones, enrostrando la actitud del funcionario de Carabineros y haciéndole ver que ya no existía el Grupo Móvil y que éste no era un Gobierno de represión; pidiendo un sumario administrativo contra él y amenazándolo con enviar los antecedentes al Ministerio del Interior; y solicitándole al Jefe de Plaza que no dejara actuar al referido teniente en el día de la elección, retirándolo del servicio en la vía pública.

Nosotros respondimos a esas declaraciones, apoyando la actitud enérgica y encuadrada en la ley de ese servidor público, que, con ella, evitó seguramente hechos de mayor gravedad.

Ninguna autoridad, señor Presidente, levantó su voz para respaldar la actitud funcionaría imparcial de este servidor de Carabineros, que sólo cumplió con su deber imponiendo el orden en ese momento. Impotente, seguramente, tuvo que callar por disciplina. La radio se escucha en Puerto Aisén. Carabineros debe oficiar a sus superiores acerca de lo que acontece. En Puerto Aisén se supo cómo reaccionaron los partidos oficiales ante los Carabineros cuando les impidieron desórdenes.

Pensamos que esos hombres no actuaron entonces porque no sintieron tras ellos el respaldo de las autoridades, porque no quisieron para ellos el mismo destino que tuvo, la noche anterior, en Coihaique el teniente Ríos. Porque el Cuerpo de Carabineros sabe que, desde las más altas esferas, le han quitado sus atribuciones para actuar en defensa del orden y la tranquilidad de la vida de los chilenos. Por eso, no actuaron aquella noche en Puerto Aisén. Y no hubo más tragedia porque nuestros camaradas estaban desarmados. Otra habría sido su reacción, frente a su camarada muerto, si hubieran tenido armas.

No culpamos a los Carabineros. Y lo decimos, esta tarde, una vez más. No es de ellos la responsabilidad. Ellos obedecen instrucciones, y éstas partieron del propio señor Presidente de la República, cuando se reunió con los Jefes Superiores de Carabineros, después del accidente que sufriera un campesino en los alrededores de Santiago en un encuentro con Carabineros, reunión en la cual esos jefes recibieron las instrucciones que hoy lamentamos.

Seamos aún más claros: repudiamos la represión y la violencia, venga de donde viniere. Pero creemos que relegar a la policía al ínfimo papel de mero informador de lo que sucede, es ir demasiado lejos; es no comprender la función de vigilantes de la vida y la tranquilidad de la población a que, por ley, está destinado el Cuerpo de Carabineros.

Una última palabra: no sacamos nada con hablar de que no hay represión ahora en Chile; de que el "guanaco" ya no se usa contra el pueblo y lleva agua a las poblaciones, frases muy bellas y, sobre todo, muy demagógicas, si dejamos a los chilenos librados a la ley del más fuerte o a los de peores instintos; si dejamos que chilenos se maten unos contra otros, como está sucediendo en el campo, y si la autoridad, en nombre de una falsa ausencia de represión, no impide estos desórdenes, para evitar estos "sucesos dolorosos", como se les llama ahora.

En "La Nación" del día 14 de abril, diario oficial del Gobierno, uno de sus articulistas expresaba que lo único de real importancia en el asesinato del joven Millalonco era "sacar lecciones para no reincidir en errores, para desentrañar la naturaleza real de sus enemigos". Para nosotros, esta conclusión, publicada en el diario que representa el pensamiento del Gobierno, es grave; pero también es necesaria, siempre que la experiencia y las lecciones las saquen los responsables directos o indirectos del crimen, los que tienen en sus manos cómo evitarlo, para que estos hechos no se repitan. Es grave, decimos, porque no se puede estar recogiendo experiencia o lecciones con la vida de lo mejor de nuestra juventud obrera, con el odio que estos hechos provocan y con la frustración de toda una generación. Son experiencias muy caras para un país como el nuestro, y ningún Gobierno tiene el derecho de dárselas.

Hay lecciones que recoger y esperamos que las recojan y las practiquen quienes sientan el llamado de sus propias conciencias:

No prediques el odio como sistema de lucha social y política, envenenando el alma de nuestras juventudes; sólo los argumentos, la solidez y la nobleza de las ideas que se defienden deben ser nuestras únicas armas de combate; no las armas en las sedes de los partidos; sí los principios y los valores que informan tu doctrina y tu verdad por un Chile más grande.

Sí el debate amplio y generoso, como aquel a que acaba de llamar nuestra juventud democratacristiana en el día de ayer; no a la lucha fratricida entre trabajadores chilenos, entre jóvenes proletarios.

No a la ley del más fuerte. Sí a las organizaciones que el Estado se ha dado para imponer el orden y el respeto, con todas las atribuciones que la ley les entrega y que el criterio, formado en la tradición y en el servicio de años, les impone.

No al dogmatismo de la autoridad, que le impide ver la verdad y ser ecuánime y justo, como se lo exige la ley. Estas lecciones, que enarbolamos como banderas de lucha, son el mejor homenaje que podemos rendir a la memoria de nuestro camarada.

Señor Presidente, nuestra condición de cristianos nos impulsa al perdón de los que troncharon la vida de Juan Millalonco. Pero este mismo espíritu nos obliga a exigir justicia en el nombre de su madre y en el de su familia y que se esclarezcan totalmente los hechos. No tenemos absolutamente ninguna duda de la forma cómo, hasta este momento, se está llevando la justicia; sin embargo, para bien de todos, queremos pedir, en primer término, que se envíe oficio al señor Presidente de la Corte Suprema, para solicitarle la designación de un Ministro en Visita y que se acelere el proceso al ritmo de las posibilidades que la ley señala.

En segundo lugar, que se envíen a los familiares de Juan Millalonco, en nombre de la Honorable Cámara, las condolencias del caso.

Por nuestra parte, presentaremos una indicación, a proyectos ya en Tabla, para que la madre de nuestro camarada goce de la gratuidad de la vivienda que posee y se le asigne una pensión que le permita solventar los gastos de su familia, dinero que, antes, ganaba Juan, el obrero, con su trabajo. Esperamos para ello la comprensión y la ayuda de todos los sectores de esta Honorable Cámara.

Nada más.

El señor ACEVEDO (Vicepresidente).-

Si le parece a la Cámara, se enviará el oficio al señor Presidente de la Corte Suprema.

Acordado.

Si le parece a la Sala, se enviará también, en nombre de la Cámara, la nota de condolencias a los familiares del joven Millalonco, solicitada por él señor Carrasco.

Acordada.

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