Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión ordinaria N° 51
- Celebrada el 15 de abril de 1970
- Legislatura Extraordinaria periodo 1969 -1970
Índice
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Intervención Petición de oficio
CELEBRACION DE LA FIESTA "CALDERA 70" EN EL PUERTO DE CALDERA (ATACAMA). OFICIOS
Autores
El señor
Tiene la palabra el señor Barrionuevo.
El señor
¿Cuánto tiempo resta a nuestro Comité?
El señor
Cuatro minutos.
El señor
Señor Presidente, desde el día 10 de febrero y hasta el 25 del mismo mes se llevó a efecto, en el puerto de Caldera, la fiesta denominada "Caldera 70", en la cual se realizaron una serie de representaciones artísticas y entrenamientos colectivos.
Sin embargo, esta fiesta calderina no fue una más de las que se celebran periódicamente en nuestro dilatado litoral, porque el puerto de Caldera posee una de las playas más hermosas de Sudamérica a causa de que el mar Pacífico, en este sector de la costa, cae a pique, razón por la cual el mar es excepcionalmente profundo, luciendo un fondo de blancas arenas recubiertas de finas conchilas, lo que les da un aspecto de rara belleza, agregándose a esto sus tibias y acogedoras aguas para quienes desean disfrutar de ellas.
Al afirmar que no se trató de una fiesta más, lo hago en atención a que nunca el puerto de Caldera había presenciado un espectáculo masivo de tanto atractivo.
Fue una verdadera muchedumbre la que se movilizó, a pesar de que, según se dice, nuestro pueblo es triste. En esta oportunidad se demostró lo contrario, pues se produjo una verdadera euforia que prendió en toda la ciudad a través de concursos, bailes, fuegos artificiales, noches venecianas, regatas, etcétera.
Para realzar estos actos, concurrieron desde Santiago importantes compañías de espectáculos entre otras, la "Pérgola de las Flores".
Sin embargo, señor Presidente, quiero referirme en forma muy especial a aquellas personas que colaboraron para que estos actos tuvieran un gran valor desde el punto de vista social y de la solidaridad humana.
Este honor le cupo a la Hermandad de la Costa, institución formada por hombres imbuidos de los más sanos propósitos de bien público y que contaron, como siempre, con el valioso concurso de sus esposas.
Este grupo de hombres que forman la Hermandad de la Costa está integrado por profesionales, industriales, funcionarios públicos, empleados, etcétera. Entre los que más se destacaron en esta oportunidad se podría nombrar a los señores Gonzalo Mata Berger, Remberto y Eduardo Cabrera, Ricardo Yurazaht, Hugo Strater, Eduardo Vasallo, a la señorita Sonia Vargas Mackenzie, y a otras personas cuyos nombres en éste momento se me escapan.
Deseo, además, dejar constancia de la
valiosa actuación que le cupo al animador de los clásicos universitarios, señor Rodolfo Soto, y a la Ilustre Municipalidad de Caldera, que otorgó su más amplio respaldo, a todos estos actos, toda vez que se reunieron más de 300 mil escudos. Esta fiesta, descontados los gastos, dejó una suculenta utilidad que se empleará en la realización de urgentes obras tanto en el puerto de Caldera como en Copiapó.
Lo que más deseo destacar de la fiesta "Caldera 70", no es el beneficio económico solamente, sino también la trascendencia social de los actos.
El magnífico gesto de la Hermandad de la Costa nos demuestra que, cuando hay armonía y se eliminan las discrepancias que pueden surgir, es posible --y se ha demostrado- realizar obras tan valiosas como las que he comentado.
Creo que esto puede ser el principio de un gran movimiento para tratar de eliminar el deterioro social y económico por el que pasa la provincia en estos momentos. no obstante las grandes riquezas naturales que posee y las grandes cantidades de dinero que entrega al erario, las cuales se diluyen en otras zonas del país e, incluso, en el extranjero.
Se han exportado 8 millones de toneladas de hierro y más de 150 millones de dólares se entregaron al erario, sin que la provincia recibiera ningún beneficio directo de reinversión ni de ninguna otra naturaleza.
Termino estas palabras solicitando que se transcriban estas consideraciones, en mi nombre, a la Hermandad de la Costa de la ciudad de Copiapó y a la Ilustre Municipalidad de Caldera, y mis más cálidas felicitaciones por el éxito obtenido.
Nada más, señor Presidente.
El señor
Las observaciones de Su Señoría serán enviadas a las instituciones que ha mencionado.
Ha terminado el tiempo del Comité Demócrata Cristiano.