Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 2
- Celebrada el 01 de junio de 1966
- Legislatura Ordinaria año 1966
Índice
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El señor
El sábado y domingo recién pasados -28 y 29 de mayo de 1966- se celebró en Antofagasta la Convención Minera Nacional Extraordinaria.
La Asociación Minera de Antofagasta, que preside el distinguido ingeniero y hombre de empresa, don Sergio Berger Ayala, quiso que esa ciudad, en el año de celebración de su primer centenario, cobijara tan trascendental acontecimiento para la minería del país. Así fue como Antofagasta abrió sus puertas hospitalarias y su músculo pujante y nunca desfalleciente a las labores intelectuales de esos hombres laboriosos que rescatan' los cerros para la civilización y el progreso.
Digna manera, a mi juicio, de comenzar a celebrar los 100 años de una de las ciudades más animosas de Chile, que hace alrededor de 120 años vio como Juan López, "El Chango", aventurero y chileno, minero de vida y corazón, cateó por primera vez las rompientes de Peña Blanca, que después se llamó Caleta de la Chimba y, por último, Antofagasta. "El Chango", guiado por su instinto minero, al desembarcar en Punta de Jara oteó las guaneras del Morro y, después de ir al Perú y volver de allí, retornó al solar copiapino de donde había partido. Minero, descubridor de puertos, fundador de ciudades, como todos los titanes, subrayó con la pluma lo que había conquistado con la acción. Así, en un oficio memorable decía lo siguiente al Gobierno de Bolivia, en 1872: "Del puerto de Antofagasta, como queda manifestado, yo he sido su piedra fundamental, yo labré sus cimientos, y el primer habitante que fundó su edificio.
Así, en una hermosa ciudad planeada y soñada por un minero, se dio comienzo a las labores de la convención. Debo decir que sus trabajos y deliberaciones, que muchos pueden creer áridos, estuvieron pletóricos de elevación intelectual y de pinceladas románticas. Por eso, al referirme a ella, estimo preferible hacerlo con las propias palabras y conceptos de los actores de esa gran sinfonía de colores y de esfuerzos que es la minería nacional. Es así como mi discurso en el Senado no es más que, en gran parte, una transcripción textual -de ello me honro- de lo dicho por Francisco Cuevas Mackenna, Sergio Berger Ayala, Julio Werner Alar-cón, Guillermo Doren, Osvaldo Frías, Jorge Salamanca, Manuel Feliú, José Luis Sáez, Jorge Manterola, Luis Fernandois, Manuel Antonio Matta, el joven, y de otras opiniones y conceptos como los expuestos por César Fricone, Luis Borlando, José Papic, Julio Rimil, Domingo Cruz Cadena, Santiago Fauda, Nicolás Fistonic, Abel Gallardo, y tantos otros que honraron los debates de nuestra convención con su cultura y conocimientos.
Los puntos sobre los cuales se puso mayor énfasis y que constituyeron motivo de preferencia y preocupación para la Convención, fueron los siguientes:
1.- Política de tarifas de la Empresa Nacional de Minería, punto que involucra la resolución del problema financiero de la Empresa y que tiene atinencia con la política general de la Institución respecto de la pequeña minería.
2.- Situación de la propiedad minera con relación a la modificación del número 10 del artículo 10 de la Constitución Política del Estado.
3.- Situación tributaria de la pequeña minería, que actualmente se encuentra en falsa posición, ya que la ley 10.270, debido a la desvalorización monetaria, ha queda prácticamente inoperante.
Con respecto a la política de tarifas, consideramos necesario exigir de la Empresa el pago total del valor de los productos vendidos y la devolución de las retenciones hechas hasta la fecha, ya que ha quedado demostrado en las conversaciones sostenidas por el Presidente de la Sociedad Nacional de Minería con el Banco Central y los organismos de Gobierno, que es perfectamente posible financiar a la ENAMI mediante la venta a futuro de cobre o de dólares, y no hay, por consiguiente, justificación alguna para mantener una situación odiosa que está llevando a situaciones difíciles e, incluso, amenazando de paralización a numerosos industriales. Hace aún más odiosa tal situación el hecho de que, junto con hacerse una retención cuantiosa a los mineros, se los esté obligando al cumplimiento estricto del servicio de sus deudas con la Empresa, lo que muchas veces resulta imposible dado que 30% a 40% del valor de las liquidaciones queda a favor de dicha entidad.
En la Asamblea de Asociaciones Mineras de La Serena, efectuada el 14 y 15 de mayo, se relacionó esta persistencia de la Empresa en hacer retenciones injustificadas con otras actitudes contrarias al interés minero adoptadas en distintas circunstancias por esa entidad, y se llegó a la conclusión de que conformaban el cuadro de un criterio especial que parece tender, lisa y llanamente, a la liquidación de la pequeña minería nacional, lo que, por lo demás, no tiene nada de nuevo, ya que en distintas circunstancias funcionarios de la ENAMI han manifestado que es contrario al interés de ésta y del país mantener la actual organización de la industria minera involucrada bajo la denominación de pequeña minería.
Se pensó que cuando una empresa destinada al fomento de la pequeña minería llega al extremo de adoptar medidas para suprimir esta actividad, hay algo que funciona mal, y en este caso particular, el Gobierno, que por intermedio de su personero máximo, ha manifestado tener el mayor interés en desarrollar la pequeña minería, se encuentra mal interpretado por la entidad encargada de ejecutar sus propósitos.
Se analizó el problema y se llegó a la conclusión de que era indispensable pedir al Supremo Gobierno que se reorganizara la Empresa, eliminando aquellos funcionarios que, por su personal criterio, son incapaces de interpretar fielmente los propósitos manifestados por el Presidente de la República en la Convención de Copiapó en el sentido de dar un amplio fomento a la minería pequeña. Asimismo, se pensó para evitar en el futuro que le produjera nuevamente la oportunidad de enquistarse en la Empresa elementos que sostuvieran una política distinta de la que, por principio, ésta debe ejecutar, que era necesario modificar la composición del Consejo, de manera que en él tuvieran cabida los intereses mineros mediante una representación amplia de la Sociedad Nacional de Minería y de las asociaciones mineras. Creemos indispensable estas modificaciones internas de la Empresa para mantener la tranquilidad en el espíritu minero, ya que nada obtendremos con los acuerdos que se adopten a favor de la minería si ellos van a ser ejecutados por funcionarios que no tienen ni fe en el porvenir de la minería ni interés en su crecimiento. Esta es, por tanto, uno de los puntos principales que presentamos a la Convención con la seguridad de que será debidamente considerado en su verdadera importancia.
Dijo el Presidente de la Sociedad Nacional de Minería -y yo digo como él- que los mineros y sus organizaciones gremiales están en pie de lucha frente a las iniciativas que impiden el vigoroso desarrollo que los precios internacionales del cobre permiten a nuestra minería nacional.
Contamos, como dijo Su Excelencia el Presidente de la República, con una Empresa Nacional de Minería y una Gerencia de Minas en la Corporación de Fomento de la Producción cuya finalidad es el desarrollo de esa industria.
Las agencias de compra y plantas de beneficio de minerales, fundiciones y refinería de cobre de la Empresa Nacional de Minería, se han construido por el Estado con el objeto de proporcionar a la minería nacional poder comprador y de tratamiento de minerales, concentrados o precipitados, a los precios y condiciones que ofrecen otras fundiciones y refinerías extranjeras, y proporcionar en esta forma una base sólida para el desarrollo de esta actividad nacional.
No obstante, las tarifas de ENAMI de compra de minerales y gastos de tratamiento por lixiviación o por concentración, triplican a veces los costos de plantas particulares equivalentes. Las maquilas son superiores a las de los consorcios internacionales, al extremo de que, por refinación, ENAMI cobra 176 dólares por tonelada, y las refinerías europeas, sólo 55 dólares. Estos hechos, al parecer, no fueron informados para el Mensaje de Su Excelencia el Presidente de la República.
El señor Ministro de Minería, en reiteradas ocasiones, ha considerado justo que ENAMI pague de acuerdo con maquilas internacionales y que son problemas de la Empresa alcanzar una adecuada mecanización y alta eficiencia administrativa para lograr bajos costos de operación.Los mineros esperan que el Supremo Gobierno tome una resolución al respecto. Debo decir que para tal objeto hemos ofrecido nuestro apoyo, a fin de solucionar los problemas, ajenos a su organización, que inciden en los costos.Por otra parte, estas entidades de fomento tienen la responsabilidad que emana de la función que justificó su existencia, que no es sino la de promover la producción, y ello implica proporcionar asistencia técnica al que la necesita, orientar las prospecciones geológicas y estudiar la acción del Gobierno en torno del desarrollo de la minería nacional.En momentos como los actuales, cuando los productores de cobre tienen ya posibilidades de capitalizar y mejorar sus condiciones de producción y productividad, cuando pueden poner en marcha nuevos yacimientos, la acción que correspondería desempeñar a las instituciones de fomento debería consistir en una decidida asistencia técnica y crediticia para orientar y financiar dichas inversiones, destinar fondos para realizar estudios geológicos y a planes ya más específicos en cada región, como puede ser la fundición de Antofagasta, el abastecimiento de plantas subabastecidas o la creación de instalaciones de nuevas.A fin de facilitar la inmediata realización de aquellos proyectos que desde ya pueden transformarse en realidad, se requiere, además, financiamiento adecuado hasta para planes camineros, porque es un crimen económico perder meses de buenos precios del cobre, que son divisas y que importan capitalización nacional.Hoy, cuando se ha producido el auge en las explotaciones de cobre, se multiplican los nuevos proyectos. Nadie piensa alejarse de esa actividad. Los productores han olvidado que hace pocos años medidas gubernamentales provocaron endeudamientos al extremo de agotar sus reservas y destruir sus equipos; pero ellos se han mantenido aferrado a sus minas y con esfuerzo ejemplar se mantuvieron en pie, como si su existencia no pudiera tener otras alternativas.No debe extrañar, entonces, a los poderes públicos, que la minería está hoy convulsionada, si se suma a esta desidia el pago de verdaderos tributos por concepto de tarifas y de financiar reduciendo los retornos, bonificaciones que pueden realizarse con las mayores entradas fiscales que proporcionaría una equivalencia monetaria real.Estos planteamientos se han hecho al gerente de ENAMI, al Ministro de Minería, al Presidente de la República. Hay en ellos comprensión para los problemas, pero esa comprensión aún no se materializa, porque hay barreras en la máquina burocrática de las entidades de fomento.La Sociedad Nacional de Minería ha ofrecido el apoyo decidido del Gobierno para desarrollar un plan de asistencia técnica, para orientar una capitalización funcional de la pequeña minería nacional, plan que, en combinación con depósitos reajustables y en virtud de la actual prosperidad, permitirá mejorar las condiciones de vida y de trabajo en esta rama de la producción exportable del país.Cuando se critican posiciones determinadas, es necesario reconocer aquellas „ medidas que cumplen con nuestras aspiraciones. Un ejemplo es el decreto Nº 95, que con la iniciativa de la Empresa Nacional de Minería y el apoyo decidido y eficiente de la Corporación del Cobre, es ya una realidad en marcha. Es interesante anotar, que ya se han simplificado tanto los trámites, que, cumplida la inscripción, el despacho de una solicitud de importación no debe durar más de 10 días, y a veces 5, si se trata de maquinarias.En la tramitación de este decreto y en la forma de operar del mismo, se ha demostrado conciencia funcionaría de los altos ejecutivos de ambas entidades, y para ellos el reconocimiento de nuestra Sociedad, aun en momentos tan amargos como el actual.Por otra parte, la clara posición de la Sociedad Nacional de Minería ante la Reforma Constitucional en materia de minería, mereció el apoyo de la opinión nacional y de Su Excelencia el Presidente de la República, quien manifestó su coincidencia con esos puntos de vista y su más amplio apoyo a esa posición de la minería.Concordante con ello, se ha logrado un paso para evitar retroactividad en un precepto constitucional; pero la nueva redacción continúa obligando a legislar únicamente en torno del sistema de concesiones, de tan penosa experiencia en el siglo pasado. La Constitución debiera ser amplia y no limitativa.Es un contrasentido enunciar él fomento de la producción minera, y someter el esfuerzo y capital que en esta actividad se invierta, al régimen de caducidad, que importa expropiación sin indemnización de ninguna especie.La inactividad minera, que será la base del resguardo, puede producirse la mayor parte de las veces, por razones ajenas al minero: precios internacionales insuficientes, problemas metalúrgicos o condiciones adversas de orden interno, como lo son esos verdaderos impuesto indirectos ya mencionados, aplicados por medio de tarifas o controlando el tipo de cambio, limitando su equivalencia. Todas estas son causales de inactividad minera que pudieron evitarse, porque para bonificar productos de primera necesidad bastaría crear un fondo de bonificación para esos productos que, repetimos, se autofinancia.La inactividad minera obedece en otros casos a desconfianza del capital en la estabilidad de nuestra comunidad, o' el temor a la inestabilidad del mercado y a muchas otras razones. La caducidad sólo agrega otra inestabilidad, que desalienta las inversiones en esta rama de la producción que se desea fomentar.Para el pequeño minero, para el descubridor del yacimiento, no es garantía el proceso de concesión administrativa; es algo así como legislar para eliminar su presencia creadora, a la que el país debe su actual riqueza. Eli Teniente y Chuquicamata fueron descubiertos por el esfuerzo del cateador y del pequeño minero. El país debe gratitud a quienes descubrieron sus más importantes yacimientos de plata, oro y cobre. Los defendemos al plantear que la reforma constitucional no sea limitativa, sino que debe considerar la posibilidad de que para ellos, por lo menos, se pueda constituir pertenencia minera.Dicha reforma está mal enfocada. Su planteamiento indiscriminatorio no distingue entre la grande, mediana y pequeña minerías, y no responde a una concepción nativa, sino internacional. Los mineros la impugnan por estar imbuida de un sentimiento vindicatorio y de castigo general, pues la ley Fundamental del Estado no debe inspirarse en sentimientos negativos, sino en una alta y noble concepción creadora. La ley debe ser buena para que produzca imperio, como decía Carnelutti.El minero no teme a las reformas. Al contrario, las propugna, si ellas tienden a dar mayor auge a la industria y a la elevación de la pequeña minería y del pequeño minero a la categoría de una institución jurídica que ampare y resguarde los esfuerzos y sacrificios. El minero teme que, en lugar de luchar contra el cerro para arrancar sus riquezas, malgaste su empuje y energía en bregar contra la barrera de la incomprensión y la falta de agilidad de una burocracia que lo frena y estrangula en el laberinto de sus tramitaciones.Con relación a la propiedad minera consideraron en la Asamblea serenense que es necesario modificar el actual sistema de propiedad absoluta -criterio que comparto- y reemplazarlo por uno en que la propiedad sea relativa y esté sometida a la tuición del Estado. Aceptamos, por tanto, que se modifique la disposición constitucional correspondiente, y sólo queremos que en la legislación que se dicte respecto de este asunto se consideren debidamente los intereses mineros, de manera que esta legislación permita que la minería siga trabajando sin sobresaltos ni inquietudes. Principalmente, sostenemos que en la constitución de la propiedad minera debe mantenerse la tramitación ante los tribunales de justicia, como hasta ahora, pues en esta forma, en nuestra opinión, habrá garantía de imparcialidad que permitirá a cada cual sostener su mejor derecho sin riesgos de influencias extrañas. Los tribunales podrán actuar con informe del Servicio de Minas del Estado o de la entidad que la ley designe con tal objeto.Creemos necesario, ha dicho el señor Doren, presidente de la Asociación Minera de La Serena y Coquimbo, que al establecer el número de pertenencias que pueda mantener en su poder un minero, se consideren no sólo las pertenencias en explotación, sino también las que sea necesario mantener en reserva para justificar las inversiones considerables que se necesitan para instalar una faena minera, y, además, que se mantenga un sistema especial de amparo para las pertenencias que se encuentran en estudio, en reconocimiento o en preparación. También estimamos indispensable mantener un sistema de amparo, no basado en el trabajo para aquellas substancias que, por razón de las condiciones del mercado o de la situación económica interna, sea imposible explotar, pues el no hacerlo así significaría quitar todo incentivo a la búsqueda de sustancias que como el oro, la plata, el plomo y otros, no tienen actualmente posibilidades de ser explotadas, pero que pueden tener un valor futuro considerable.Por último, es necesario que de alguna manera se establezca un régimen que permita obtener ganancias al descubridor de una mina, aun cuando por otras razones no pueda obtener título para explotarla, ya que es indispensable mantener un incentivo para la búsqueda de minas, porque a pesar del desarrollo de los métodos científicos de prospección aún es cierto que la mayor parte de las minas han sido descubiertas por el buscador individual.En el caso de que, por alguna razón, sea necesario expropiar una pertenencia minera, pedimos que se considere dentro de su valor, además de las inversiones visibles, aquellas invisibles que corresponden a estudios, muéstreos, constitución de la propiedad, y el esfuerzo intelectual-industrial que es preciso desarrollar para llegar a constituir una pertenencia y determinar su valor.En definitiva, queremos que al estudiarse la modificación del Código de Minería se consideren estos puntos, sin perjuicio de establecer para las grandes empresas mineras un sistema de amparo de propiedad basado en un programa de trabajo previamente estudiado con sus plazos y presupuestos y aprobado por el Supremo Gobierno. Queremos que en esta cuestión tan compleja y vital para la vida de la industria minera, se considere especialmente la opinión de la Sociedad Nacional de Minería.En lo referente a la situación tributaria, queremos que se establezca de una vez una definición de lo que es pequeña y mediana minería, de manera adecuada a las condiciones actuales y ojalá en forma que sea definitiva y no obligue a nuevas modificaciones futuras. Por esta razón, pedimos que se establezca el límite de la pequeña minería en toneladas de cobre fino anual para que desaparezca la actual situación en que numerosas faenas se encuentran en falsa posición por el hecho de estar tributando en una categoría que no les corresponde.Debo decir, también, como ya lo expresé al discutirse el proyecto de estímulo a las exportaciones que éste ha sido desvirtuado en su proceso legislativo.Se llega al extremo de que para muchos productores mineros resulta más conveniente el DFL. Nº 258, que no recarga innecesariamente los costos de producción.Otro fue el alcance de esta iniciativa, que se inspiraba en evitar que el sistema tributario siguiera recargando los costos de producción interna, distanciándolos de los precios internacionales, y compensando lo que no pudiese eliminarse de pleno derecho, por medio de devoluciones. Ello implicaba devoluciones menores para quienes lograban exenciones de pleno derecho, y mayores hasta en 30% a quienes no gozaron de las mencionadas exenciones.Los recargos en los costos de producción que fijan los gravámenes existentes, llegan a más de 35% en el suministro de energía eléctrica, a base "Diessel", y sobre ese valor hay que agregar gastos de financiamiento y otros que en ningún caso pueden ser objeto de devoluciones.La electricidad se paga, en el norte de Chile, a cinco y aún siete veces el precio de esa energía en otros países.El flete ferroviario cuesta en nuestro país tres a cuatro veces lo que se paga en otras regiones mineras.Los productos de fabricación interna tienen precios que duplican y a veces triplican el valor internacional del mismo producto. Nuestra legislación tributaria es la causa de parte de este estado de cosas y su compensación era un proyecto de estímulo a las exportaciones.Con estos recargos en los costos de producción se debe competir en el mercado internacional. Para la gran minería es también un gravamen, pero ella tiene un margen aceptable entre costo y venta cuando los precios del cobre son normales. Los demás productores mineros tienen un margen muy estrecho, y este estado de cosas los afecta muy seriamente, salvo mientras subsisten precios internacionales como los actuales del metal rojo.Distinto es el caso de otras producciones, como la plata, el mercurio, el fierro, cuyos precios en el mercado internacional limitan sus posibilidades, y los recargos internos les crean graves problemas, cuando no paralización.Como si ello fuera poco, debo expresar que la selva burocrática ya se ha hecho presente para distorsionar la aplicación del artículo 11 de la ley 16.425, modificatoria de la 11.828, de nuevo trato al cobre, que a la letra dice:"Libéranse de derechos de internación y demás impuestos que se perciban por intermedio de las aduanas y de cualquier otro gravamen o contribución, como igualmente de todo depósito previo o de otras obligaciones o exigencias que las afecten, a las maquinarias, máquinas, repuestos y demás elementos que se destinen en forma permanente al desarrollo y funcionamiento de minas, plantas de beneficio, fundiciones, refinerías u obras complementarias y accesorias que importen al país las empresas de la Pequeña y Mediana Minerías Nacionales, cualquiera que sea su naturaleza.""Este artículo no podrá, en caso alguno, significar disminución de las franquicias o beneficios legales de que goza actualmente la Pequeña Minería".Es de esperar que el Banco Central aplique esta disposición derechamente.En el Congreso Minero de Copiapó, el Presidente de la República instó a los mineros a producir más, y éstos respondieron al llamado presidencial aumentando su producción en 29% de cobre fino y 52% de cobre físico.Pero hay instituciones, como ENAMI, que no han interpretado el pensamiento presidencial y desoyen el clamor de los mineros; y a fin de que no se diga que estas palabras no tienen la fuerza de los hechos bástenos citar como vía de ejemplo que en Atacama se ha producido la desmantelación de la planta Carrera Pinto y la limitación de la producción de la mina Candelaria, que, fuera de ser castigada con una tarifa discriminatoria, se ha limitado su producción a 1.200 toneladas mensuales, en lugar de estar produciendo más de 4.000 toneladas mensuales del metal rojo. La planta Elibor, en lugar de mejorar el proceso de recuperación y aumentar su capacidad de tratamiento, mantiene un estancamiento y un retroceso inexplicable que pugna con el ritmo de aceleramiento que el alto precio del cobre impone y exige perentoriamente en los actuales momentos.En su último mensaje, el Presidente de la República hace una severa advertencia a los mineros y aparece inspirado en las angustias del gobernante. Nosotros coincidimos con esas inquietudes y angustias y, como él, ambicionamos que la pequeña minería, por intermedio de ENAMI, en un drástico saneamiento comercial, se coloque en la realidad económica y, que esa entidad, sacudiendo su inercia e impearmeabilidad, otorgue a los mineros elementos de desarrollo e instalaciones industriales, les permita importar elementos de trabajo, cree líneas de crédito exterior y tarifas justas y contribuya al desarrollo de una política minera ágil, que transforme el desaliento en esperanzas.Es doloroso decir que han pasado 16 meses desde el Congreso Minero de Copiapó, y la pequeña y mediana minerías no han recibido la mínima ayuda, en circunstancias de que han sido las primeras en responder a los planes y propósitos del Supremo Gobierno de duplicar la producción. Por lo contrario y por causas inexplicables, se han visto obligados a disminuir o paralizar sus actividades, ya que no hay poder comprador suficiente para adquirir la totalidad de su producción, pues todavía no se ha dado la importancia que merece al enorme negocio que significa para el erario el cambiar escudos por dólares.Ejemplos palpables de lo anterior son el cierre del poder comprador en Taltal para los mineros que no sean exclusivamente del departamento, y los grandes "stocks" en fundiciones y plantas de beneficio de ENAMI a lo largo del país, factores todos ellos que han llevado a dicha entidad al desfinanciamiento total, como también arbitrarias e injustas retenciones en las liquidaciones de los mineros, como medio de obligarlos a reducir su producción o paralizar sus actividades.Sólo la situación expectante de precios del mercado internacional ha permitido permanecer en actividad a la minería nacional; o sea, de no mediar estas circunstancias excepcionales, tal actividad estaría completamente paralizada.Es sabido que el Estado ha dedicado todo este tiempo a solucionar y llevar a término negociaciones y situaciones de la gran minería, por considerarla la poderosa palanca que ha de cambiar el rostro de Chile, ya que existe la esperanza de que sus 268 millones de dólares de retornos actuales sean duplicados en el transcurso de seis años. Sin embargo, a menos de un año de la enunciación de tales propósitos por el Gobierno, la pequeña y mediana minerías han llegado a producir 148 millones de dólares; en otras palabras, han duplicado en un año los retornos, en circunstancias de que sólo cuentan con el estímulo de los precios del mercado internacional. ¿Qué pasaría, entonces, si sumáramos a estos estímulos la tan esperada ayuda del Estado, traducida en poder comprador y financiamiento estatal ilimitado de ENAMI, en créditos, ayuda y asistencia técnica? Tenemos la firme convicción de que la respuesta es una sola: que el verdadero nuevo rostro de Chile lo darán antes que nadie la pequeña y mediana minerías nacionales.Estas actividades deben constituir atención preferente del Estado. Deben desarrollar un ciclo netamente nacional, desde la extracción y elaboración hasta la obtención de productos terminados, ya que proporcionan trabajo, estimulan el comercio y sus divisas permiten la existencia y el desenvolvimiento de otras actividades que no podrían subsistir al no contar el fisco con estos recursos.De principal importancia es el financiamiento total y por largos años de la Empresa Nacional de Minería, que podría lograrse, sin lugar a dudas, sobre la base de los mayores recursos que obtendría el Estado del mayor precio del cobre de la gran minería. Se podría establecer un nuevo y novedoso sistema "dólares para producir más dólares", sin que ello signifique un proceso inflacionista para el país.Durante el discurso que Su Excelencia el Presidente de la República pronunció en el Congreso Minero de Copiapó, en el teatro Atacama de esa ciudad, hizo una síntesis de los puntos que abarcaría principalmente el programa que su Gobierno tiene el propósito de llevar adelante en beneficio de la minería nacional.Dijo textualmente en esa parte de su discurso:"Yo diría para resumirlo todo en una sola expresión lo que el país necesita para alcanzar metas, que hoy nos parecerían increíbles, es "soltar las riendas a su industria minera"."Para el Presidente de la República, según sus propias palabras, soltar las riendas significa:a) Suprimir o compensar con decisión y sin encogimientos timoratos, los factores económicos que hoy gravan a la minería, con perjuicio de su capacidad competitiva en los mercados internacionales, que son su campo de acción.b) Reconocerle la evidente prioridad en el uso de sus propias divisas, para la importación de elementos sin los cuales no puede exportar ni producir divisas. No detenerse en esto por temor, sino avanzar resueltamente con el ánimo de facilitar y promover la producción.c) Asegurar la estabilidad a largos plazos de su régimen tributario y monetario, tal como la tienen sus competidores mundiales a fin de que los proyectos productivos no estén sometidos "a la tembladera de las modificaciones legales o de las resoluciones administrativas".Hemos llegado al extremó verdaderamente grotesco de imponer por la ley a nuestros mineros, el temor al crecimiento de su actividad, bajo la amenaza del cambio de las reglamentaciones legales y tributarias.d) Asociar la actividad del Estado y la inversión pública al desarrollo de los proyectos concretos de producción minera, en la energía, el transporte, el aprovechamiento de los puertos por todos los mineros, el crédito y las instalaciones básicas de beneficio o enriquecimiento de minerales de fundición y refinación, así como, también, en el comercio internacional, que sólo debe someter a la norma suprema de la expansión y calificación técnica de la producción, para el interés general del país y no de reglamentaciones que lo entraban.e) Organizar en la más vasta escala, con todos los medios disponibles en el país o en la cooperación internacional, pública y privada, la exploración de nuestros recursos y la creación de una capacidad técnica nacional capaz de darles el máximo de valor y de construir una minería verdaderamente chilena e independiente.Continúa Su Excelencia en su exposición:"Los chilenos debemos acostumbrarnos a comprender, de una vez por todas, que estos 5 puntos no constituyen excepción ni privilegios, cuando se aplican a una industria que es esencialmente de exportación, cuyas posibilidades no se miden ni pueden medirse por las condiciones internas del país, sino por las condiciones de la competencia internacional. Eso es lo que con audacia están haciendo otros y que por temor o falta de visión no realizamos nosotros, con la pérdida de múltiples oportunidades"."En muchos causa resentimiento y resistencia, que tales sean las bases ineludibles para las inversiones extranjeras, y no comprenden que tales bases sean exactamente las mismas que necesita toda la minería chilena, grande, mediana y pequeña.""¿Es posible proyectar y crecer sin un mínimo de estabilidad tributaria durante el período de explotación de la mina, para afrontar las condiciones variables de los mercados?""Si no hay en Chile capacidad suficiente de crédito para la capitalización minera ¿es posible obtener crédito exterior sin la garantía del Estado, especialmente en cuanto a una segura disponibilidad de divisas productivas para el servicio de esos créditos ?""Si la Industria Nacional no produce todos los elementos necesarios para el trabajo de la industria minera, o los "produce más caros o en cantidades insuficientes, ¿podrá mantener su producción y aumentarla, si no puede disponer de una parle de las propias divisas que produce para importar esos elementos en condiciones comparables a las de sus competidores extranjeros?""En cuanto a los equipos importados y elementos constitutivos de las inversiones mineras ¿ podrían traerse con el enorme recargo de los derechos de aduana?""Por último, si el tipo de cambio oficial para los retornos de las exportaciones se aleja de la realidad y se deprime arbitrariamente, por muy serias que puedan ser las razones respecto de otras actividades económicas, ¿no se está deprimiendo también nuestra minería nacional, destruyendo su estabilidad económica, y anulando su capacidad de competencia en los mercados internacionales?" "El reconocimiento de estas condiciones y el otorgamiento de las consiguientes franquicias y garantías ¿es realmente un sistema de privilegio?, ¿o es, en realidad, la justa consideración de la naturaleza y la forma evidente de impulsar su expansión, crear fuentes de trabajo y de divisas?"Este es el resumen del discurso y de las palabras textuales que Su Excelencia el Presidente de la República, clon Eduardo Frei, pronunció en Copiapó, y que son el análisis claro, preciso y contundente de la realidad que afronta el minero chileno y que se debe encarar con decisión y firmeza, en la misma forma planteada por el Primer Mandatario, pero que hasta ahora no se enfrenta de ninguna manera.Si analizamos los factores que configuran nuestra economía, debemos concluir, mal que pese a muchos, que nuestro país ha vivido, vive y vivirá de la minería. Chile no es un país básicamente industrial ni fundamentalmente agrícola. En primer lugar, porque la masa de nuestra industria, aunque pujante y diversificada, ha nacido principalmente, se ha desarrollado y vive bajo el alero protector de un fuerte régimen aduanero, que representa hoy la bonificación superior a 5% de los precios internacionales. La agricultura casi no cuenta en este enfoque, pues, como es sabido, es insuficiente para abastecer normalmente al país.La situación cambia en forma radical si nos enfrentamos con la minería, que durante los últimos cien años ha sido portaestandarte de la economía chilena, y que en el futuro seguirá produciendo las divisas necesarias para que Chile pueda subsistir de manera decorosa y se produzcan los cambios de estructura económicos y sociales que tan necesariamente requiere nuestro país.Deseo continuar ocupándome en algunos aspectos particulares de este tema, en cuanto a Tarapacá y Antofagasta, y también a otros problemas generales sobre la misma materia.La minería de las provincias de Tarapacá y Antofagasta responde por entero a la conjugación de tres factores esenciales, que directamente son: a) la lejanía de los centros de consumo y/o tratamiento de minerales; b) la gravitación que sobre ellas representa la falta de caminos adecuados, y c) específicamente, dentro de la minería del cobre, la escasísima o casi nula gestión de los poderes públicos para absorber los minerales de baja ley.Los tres factores que señalo principalmente como negativos a la gestión minera, no han podido, sin embargo, ahogar el sueño de los cangallas, y desde el "chango" López en adelante, los antofagastinos y tarapaqueños, con tesón, hombría y audacia, han entregado sus mejores esfuerzos al desarrollo de la pequeña minería de la zona.Durante muchos años, las provincias mencionadas solicitaron regímenes especiales de importación para obtener un desarrollo acorde con las técnicas modernas, de reconocimiento y explotación de minerales. En 1959, por iniciativa del Senador que habla, se obtuvo la dictación, a favor de la pequeña minería del cobre, del artículo 256, redactado por mí, de la ley N9 13.305, que hizo aplicable a esa actividad algunos preceptos de la ley de zona franca de Chañaral y Taltal. Esa sola disposición incrementó de inmediato el auge minero. Pero hoy, y no obstante la amplitud con que la disposición fue redactada, nos encontramos con una verdadera maraña de trámites administrativos y reglamentarios, que han desvirtuado en gran medida su alcances primitivos.El simple trámite de presentar un registro de importación requiere dos informes; una sesión de consejo; en algunos casos, informes de la Contraloría General de la República o de la Fiscalía del Banco Central o aún del Departamento del Cobre. Y, finalmente, si el registro es cursado con sus 22 copias, el minero suele ver con angustia, que no cuenta con crédito alguno que le permita financiarlo y que su propio dinero permanece en poder de ENAMI, sin percibirlo por largo tiempo.Así como la ley N° 13.305 ha tenido para nosotros un triste alcance final, lo han tenido también las conclusiones mínimas a que llegó con relación a la provincia de Antofagasta el Congreso de Intendentes, celebrado hace ya un año en esa zona.Se recomendaba allí, por ejemplo, el estudio urgente de las inversiones y costos que representaría una planta de tratamiento electrolítico para la ciudad, lo que permitiría producir cobre de más alta calidad, eliminando el consumo de chatarra, mientras se determinaba el uso de un precipitante equivalente. Como solución inmediata, se auspiciaba el estudio de la importación de chatarra por un organismo técnico competente, y, en otros aspectos, se pedía la instalación en la ciudad de Antofagasta de un laboratorio oficial que hiciera los análisis requeridos por los productores. ¿Alguna de estas conclusiones o de las 31 otras restantes, referentes a la minería, ha encontrado siquiera el inicio de una preocupación oficial en el curso de un año transcurrido?La minería de la zona -para que nuestras autoridades lo sepan en forma clara y precisa- no merece esta despreocupación y casi menosprecio con que aparece tratada.Permítanseme algunos ejemplos, sólo al pasar.El poder comprador particular de minerales de cobre de baja ley en la provincia de Antofagasta -quiero colocar énfasis en que se trata de un poder comprador particular, no de una tarifa o una política de tarifas, sino sólo de la existencia del poder comprador-, ha sido capaz, en los dos últimos años, de adquirir 30.000 toneladas mensuales de dichos minerales; ¡ 30.000 toneladas mensuales! ¡ Sin ENAMI y sin tarifas adecuadas!Respecto de las plantas de la industria particular, ellas están consumiendo diariamente 6.500 toneladas de minerales de cobre, que los mineros extraen del cerro.Con estos datos, llegamos a una interrogante: ¿todavía piensa ENAMI que en la provincia sólo hay fuerza minera para instalar una planta de 100 toneladas diarias en Taltal? ¿Todavía tiene la osa.-
día de dudar de la ampliación de la planta a sólo 200 toneladas? ¿Qué demostraciones hay que hacer a la ENAMI para que se decida definitivamente a establecer plantas regionales en diversos asientos mineros?
Una política de tarifas justas es lo único que los mineros requieren para entregar al país sus esfuerzos y proporcionarle divisas. No nos importa la lejanía. Estamos dispuestos a enfrentar los fletes y los malos caminos. Y ya lo hemos probado, en la medida en que se estaban fletando minerales desde Antofagasta para entregarlos en la planta de Taltal, distante 400 kilómetros.
¿Por qué no referirnos, también, a los otros minerales ? Sobre ellos se pueden hacer consideraciones que parecen grotescas.
Se habla hoy en Chile del problema del azufre. El mercado mundial requiere once millones de toneladas anuales de ese elemento para su consumo y desarrollo. En el Golfo se producen 9 millones de toneladas y el resto, en los países del área mediterránea. Chile requiere 50.000 toneladas y produce 30.000 : déficit permanente.
Pues bien, la provincia de Antofagasta tiene reservas calculadas oficialmente en más o menos doscientos millones de toneladas de azufre de origen volcánico... Esto es necesario destacarlo. Pero es por todos conocida la dificultad inmensa que 'la exploración y explotación de dicho mineral representan. Causas climáticas, sociológicas, económicas, casi ahogan el ímpetu particular para enfrentarlas. Y no se trata de detalles. Conozco un caso reciente. Hay un industrial azufrero de la zona que en hacer un camino de sólo 15 kilómetros, con maquinaria particular, para trabajar en el asiento minero de Ollagüe, ha invertido, por ese solo concepto, Eº 600.000. Y dicho industrial sólo empezará a producir en 1967.
Es obvio que la más elemental preocupación de los poderes públicos está aconsejando claramente que, ante la imposibilidad de los particulares de abordar técnicamente el problema del azufre, sea el Estado o los organismos estatales quienes deban enfrentarlo. Quieren que la minería produzca divisas, pero cierran los ojos a las inversiones mínimas de caminos...
En Estados Unidos se está explotando mármol que tiene una sobrecarga de 150 metros. En Chile, en la provincia de Antofagasta, hay incalculables reservas de este mineral, con menores costos de extracción. ¿Y existe siquiera preocupación inicial por abordar el problema? No sólo no existe, señores Senadores, sino que -ello es lo más grave- hay desconcierto absoluto e ignorancia.
Hay tanta ignorancia, tanta despreocupación, que los antofagastinos han visto la semana recién pasada, no sin congoja, cómo un barco italiano estaba cargando en su puerto minerales de ónix provenientes de Argentina. Esto, que es grotesco y doloroso, demuestra el hecho cierto, de que la preocupación se ha centrado sólo en algunos aspectos de la gran minería, despreciándose la pequeña y la mediana.
Se suele escuchar que en Antofagasta 'los pequeños mineros tienen trato especial en materia de importaciones y tributario, y que ello los beneficia. Pues bien, yo pregunto a quienes se refieren a ello: ¿saben siquiera la cantidad de dólares que se ha exportado por el puerto de Antofagasta entre los meses de enero a septiembre de 1965 Por dicho puerto se exportaron US$ 165.261.000. Y en el mismo período, se importaron mercaderías y bienes por valor de US$ 29.300.000. Un porcentaje alto de esas exportaciones es producto de los pequeños y medianos mineros. Y un pequeño porcentaje de las importaciones les corresponden. ¡ Qué diferencia con otros puertos de la República!
Por Valparaíso se exportaron, en el mismo período, sólo US$ 49.077.000, ¡y por el mismo puerto se importaron 197 millones 506 mil dólares...! Yo pregunto, después de exponer estos antecedentes: ¿ estamos todavía beneficiados? ¿Quién beneficia a quién?
Si los mineros de este norte chileno no han sido capaces de dar al país bienestar, artículos suntuarios, automóviles de lujo, televisores, ¿cuánto más podrían darle con una política ciertamente preocupada del problema y con criterio justo y ecuánime ?
Estamos en la brecha luchadora. Sabemos que el primer minero del país está cierto de que la viga maestra de su economía descansa en el desarrollo minero.
El Presidente nos ha emplazado en su mensaje. Estamos dispuesto a tomar la responsabilidad que de ese emplazamiento derive. En el aumento de 93% de la producción de cobre que se espera para el próximo quinquenio, la pequeña y la mediana minerías serán las primeras en gritar "¡presente!", como ya lo han hecho desde que el Presidente electo fue recibido en tal calidad en la Sociedad Nacional de Minería.
Pero en este crecimiento, deseamos ser escuchados directamente. Queremos advertir al Primer Mandatario que está mal informado sobre la política, sobre el tributo, sobre el desarrollo y sobre las condiciones económicas en que esta actividad se está desenvolviendo. Que no lo engañen, Presidente, aquellos que le están afirmando que nuestra situación es excepcional y que hemos tenido al alcance de nuestro esfuerzo y desarrollo la más amplia cooperación de los poderes públicos, pero que a pesar de todo nos quejamos. Nada está más lejos de la realidad minera que estas afirmaciones interesadas. Sabemos que el Presidente de la República es el primer minero del país, y por eso nos duele que estén desvirtuando la verdad quienes tienen la obligación primaria de conocerla y que deben, lealmente, decírsela.
Si la pequeña y mediana minerías del cobre, en el año 1965 retornaron al país totalmente USS 92.687.712, deben de ser atendidas con la misma preocupación que se tiene respecto de otras industrias, que reciben tratamientos excepcionalísimos, como la salitrera íntegra, a pesar de que ésta sólo retorna US$ 16.219.496; es decir, una sexta parte de las industrias minera, pequeña y mediana del cobre.
Los acuerdos adoptados por la Convención Minera Extraordinaria son los siguientes :
"1.- Reforma constitucional.- Solicitar del Supremo Gobierno que por la vía del veto se modifique el art. 10 Nº10 del proyecto de reforma constitucional, en el sentido de que dicha reforma no discrimine en perjuicio del esfuerzo y capital que se invierta en minería y se respete el principio de igualdad ante la ley. Lo contrario desalentaría las inversiones de esta rama de la producción que el Supremo Gobierno desea precisamente fomentar.
"Se considera que un precepto constitucional debe permitir una amplia legislación que armonice los diferentes casos con el interés colectivo. Así ocurre, por ejemplo, con los pequeños productores mineros que no pueden tener el mismo tratamiento legislativo que resulte conveniente aplicar a la gran minería.
"Por las razones anteriores, se propone al Supremo Gobierno la siguiente redacción del inciso 3º del artículo 10, Nº 10, del proyecto de reforma constitucional:
"La ley establecerá sistemas de amparo que, resguardando los derechos de los mineros en actividad, permita recuperar para el dominio del Estado, las pertenencias inactivas, sin perjuicio de la obligación de pagar la correspondiente indemnización. Lo mismo regirá respecto de las pertenencias inactivas e innecesarias para las que estén en actual explotación o exploración".
"2.- Normas de fomento a las exportaciones.- Solicitar del Supremo Gobierno el veto constitutivo del proyecto de estímulo a las exportaciones, porque esta importante iniciativa legal, en la forma en que ha sido despachada por el Congreso, en su quinto trámite constitucional, no cumple la finalidad de fomento que persigue.
"La legislación tributaria actual no ha sido orientada para evitar recargos en los costos y precios, ni tampoco se pueden evitar todos los gravámenes tributarios comunes, por medio de las exenciones que contempla este proyecto de ley.
"Si se quiere realmente fomentar las exportaciones, es conveniente eliminar el mayor número posible de impuestos y gravámenes que afectan a los costos de producción, pues es necesario tener presente que a estos recargos se suman intereses y otros gastos que, en definitiva, no pueden quedar sujetos a un sistema de devoluciones.
"Por estas y otras razones, la Convención propone al Supremo Gobierno la redacción que se acompaña como anexo.
"3.- Solicitar al Supremo Gobierno que en un veto aditivo del proyecto que fomenta las exportaciones, se establezca la producción máxima que se estime conveniente determinar para la pequeña minería.
"Se sugiere establecerlas en un porcentaje de, la producción anual que define legalmente la gran minería del cobre.
"Para otras pastas, la producción de pequeña minería sería aquella que tuviera el valor equivalente.
La Convención acordó aconsejar este porcentaje en un 5% de la producción que legalmente define a la gran minería, tomando en consideración la declaración amplia que S. E. el Presidente de la República hiciera en Copiapó sobre esta materia.
"4.- Solicitar al Supremo Gobierno un aporte adicional estable a la Empresa Nacional de Minería, equivalente en escudos a cinco millones de dólares anuales, ser destinados exclusivamente a la mecanización y ampliación de las actuales explotaciones mineras, a fin de instalar nuevas fundiciones o refinerías que hagan posible un plan funcional de desarrollo de pequeña o mediana minería con costos que le permitan estabilidad en su producción y desarrollo.
"Estos fondos se financian con el mayor aporte que proporciona al erario nacional el aumento de divisas correspondientes a los retornos de la pequeña y mediana minerías que ha superado en el primer año las expectativas del Supremo Gobierno, estimuladas por los precios alcanzados por el metal rojo.
"Considerando el retorno total que proporciona la pequeña y mediana minerías, el aporte que se pide para ENAMI vuelve en un corto período a las arcas fiscales, a través de derechos e impuestos que se recaudan por aduanas o de transferencias de las mercaderías que con esas divisas se importan además de los impuestos directos a las rentas correspondientes.
"5.- Se acordó solicitar al Supremo Gobierno la ampliación del Consejo de la Empresa Nacional de Minería, dándole representación a cada una de las asociaciones mineras cabeceras de ¡as cuatro provincias del norte, más una por las provincias de Aconcagua al sur, elegidas por las asociaciones mineras de las provincias.
"Se acordó, asimismo, exponer a S. E. el Presidente de la República la necesidad de reemplazar a aquellos funcionarios ejecutivos de ENAMI que no representan la política minera planteada por el Presidente de la República en reiteradas ocasiones.
"6.- Solicitar al Supremo Gobierno, como un medio de dar estabilidad al desarrollo de la minería nacional, que se calculen los gastos de compra de minerales, de concentración o lixiviación, sobre la base de costos reales en plantas particulares de producción similar y equivalentes a maquilas internacionales para concentrados, precipitados y minerales de fundición directa.
"Se acordó que una comisión integrada por representantes de ENAMI y de la Sociedad Nacional de Minería, encabezada por su presidente, aborde todos los aspectos que puedan facilitar el régimen de tarifas que se solicita al Supremo Gobierno.
"Se acordó, asimismo, pedir un plan de acción en favor del desarrollo de la minería nacional que deberá emprender la Corporación de Fomento de la Producción, encargado a un comité ejecutivo, similar al Comité Agrícola citado por el DFL. 211, de 1960.
"7.- La Comisión tomó conocimiento de que se habían concluido con éxito las negociaciones para maquilar en Chuquicamata 15.000 toneladas mensuales de minerales oxidados.
"La Convención acordó felicitar al Intendente de Antofagasta por la destacada actuación que ha tenido en la mencionada negociación y reiterar las peticiones hechas por las Asociaciones Mineras de Antofagasta y Atacama y por la Sociedad Nacional de Minería para obtener convenios similares con la Chilex y ia Andes Copper Mining para el tratamiento de minerales de fundición directa y de minerales de concentración o lixiviación, que representarían una solución a los problemas de producción de ambas provincias y que servirían de base para determinar la capacidad de futuras instalaciones en estas provincias.
"8.- Crédito Minero. Considerando que ni los bancos particulares ni el Banco del Estado tienen líneas de crédito para la minería, se acuerda:
"a) Solicitar al Supremo Gobierno que instruya al Banco del Estado para que, previa la autorización legal correspondiente, y fuera de sus márgenes ordinarios de crédito, abra una "línea de crédito minero" amortizable con un 10% de las entregas que éstos hagan de productos mineros a ENAMI u otra casa compradora.
"b) Que sirva de garantía del crédito minero una "carta resguardo" de la Empresa Nacional de Minería o de las casas compradoras particulares, que acrediten al minero como cliente habitual con un mínimo de 6 meses."
"9.- a) En lo referente a maquilas, recomendar, que la Empresa Nacional de Minería, busque la forma de maquilar en establecimientos particulares de la grande, mediana y pequeña minerías, los minerales que compre en las provincias de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo .
"b) En aquellas zonas donde exista justificación económica para instalar plantas de beneficio de propiedad de ENAMI, la Convención recomienda que los proyectos de estas plantas consideren esencialmente su calidad de plantas mixtas, con e| objeto de obtener el máximo de recuperación.
"c) En aquellos casos en que existan plantas ya instaladas, donde sea factible refaccionar o modernizar sus instalaciones, como en el caso de la PlantaOsvaldo Martínez (El Salado), Domeyko o particulares, la Convención acuerda recomendar se efectúen dichos arreglos a la brevedad posible.
"d) Con el mérito de los antecedentes técnicos y de prospección minera hechos valer en las Comisiones, la Convención acuerda recomendar una política de amplio desarrollo minero en los departamentos de Iquique y Pisagua, de la provincia de Tarapacá, incluyendo la construcción de caminos y una inmediata ayuda económica.
"e) Específicamente, y con el mérito que emana de los mismos antecedentes técnicos aludidos en el memorándum precedente, la Convención acuerda obtener la instalación de los siguientes establecimientos de beneficio de propiedad de ENAMI, en los lugares o asientos mineros que se indican : Iquique, Tocopilla, Calama, Baquedano, Freirina, Paipote, Combarbalá, Ovalle y Coquimbo.
"f) Con el objeto de hacer realidad la prospección minera que se requiere para el desarrollo de la pequeña minería nacional, la Convención acuerda solicitar del Supremo Gobierno la creación de servicios nacionales de equipos mecanizados para la minería, los cuales cumplirían la doble función de abrir y mantener caminos mineros y desarrollar un plan de prospección, sondajes y reconocimientos.
"g) Considerando: que existe un proyecto en trámite de entregar al Servicio Nacional de Salud los problemas relativos a seguridad minera, y teniendo presente que este servicio carece de la experiencia y la base técnica que esta importante labor requiere, y teniendo además presente que el Servicio de Minas del Estado hasta ahora ha prestado eficiente atención a estas materias, la Convención acuerda solicitar al Supremo Gobierno no innovar en estas materias, manteniendo en consecuencia bajo la tuición del Servicio de Minas del Estado todo lo relativo a seguridad minera, dotando además a este servicio de los elementos y bienes mínimos que necesita para el mejor desarrollo de sus funciones.
"h) Considerando la íntima relación que el azufre tiene con la producción minera y con el desarrollo de la industria de la pequeña minería, y teniendo presente el déficit nacional e internacional de esta materia prima, la Convención acuerda: solicitar del Supremo Gobierno una prospección orgánica de la industria azufrera, por intermedio de asociaciones entre el Estado y los particulares, que permitan afrontar el fuerte desembolso que significa la instalación de faenas y la puesta en marcha de los establecimientos de beneficio.
"i) Considerando:
"a) Que a virtud de lo establecido en el artículo 256 de la ley 13.305, artículos 106 y siguientes de la ley 15.575, disposiciones de la ley 12.937, y art. 11 de la ley 16.425, la pequeña minería está facultada para internar maquinarias, útiles, vehículos, repuestos y demás bienes que necesita para su normal desenvolvimiento.
"b) Que es el hecho que todos los bienes importados al amparo de estas disposiciones, no pueden enajenarse o quedar a la libre disposición de sus dueños, sin previo pago de derecho, sino transcurrido un término de 10 años contados desde la fecha de internación.
"c) Que el aludido plazo es excesivo por la índole del trabajo a que estos bienes son sometidos, produciéndose así una disminución real en su eficiencia, lo que va en desmedro de la producción minera.
"d) Que por la misma razón anotada, los productores mineros ven aumentados sus costos de explotación y además disminuye sensiblemente su capacidad para importar bienes similares, la Convención acuerda: solicitar del Supremo Gobierno, la dictación de una ley que permita la libre enajenación de estos bienes importados, los que quedarán a disposición de sus dueños sin previo pago de derechos aduaneros, transcurridos que sean 5 años desde la fecha de la internación, sin ningún otro requisito."
Los delegados mineros que participaron en la Convención son los siguientes:
Sónami
Francisco Cuevas
Jorge Salamanca Mario Muñoz Manlio Fantini
Agrupación Pequeños Mineros
Emilio Godoy
Domingo Cruz
Juan Venegas Luis Fermandois Pedro Huidobro Juan Picarte
Áltamira
Juan Abarca Urbito Torres
Antofagasta
Sergio Berger Manuel Feliú Eddie Marre César Frixone Hernán Ramírez Gregorio Lobos Melanio Valladares Planta Aconcagua José López Walter Martínez Alejandro Briones Héctor Sermeño José Papic Héctor Santiago Darío Aguirre Octavio Peña Santiago Donoso Emil D. Raubaí Valeriano Dinamarca Ignacio Rodríguez Eduardo Casales Alberto Lyons Humberto Navarro Jorge Manterola Luis Borlando Ricardo Sotomayor Arpad Benedek Daniel Veas Julio Rumie
Andacollo
Luis Miranda Ubaldo Martínez Beltrán Amenábar
Cabildo
Gunther Rochefort Manuel Aguilera
Combarbalá
Antonio Mimica Roberto Manes
Copiapó
Manuel A. Matta Jorge Pizarro Tiburcio Padilla Jacobo Riff
Luis Moreno
Osvaldo Frías
Jorge Salamanca
Chañaral
Joaquín Gálvez (Soname) Santiago Cáceres
Domeyko
Enrique Cubillos Leopoldo Julio
Fernando del Campo
El Loa
Justo Ballesteros Jorge Brun
El Salado
Gonzalo Matta Oscar Rojas Manuel Cubillos
Freirina
Germán Arriaza
Illapel
Manuel Alvarez Pedro García Arturo Bustamante Héctor Carvajal
Iquique
Santiago Fauda Nicolás Fistonic Abel Gallardo
La Serena
Guillermo Doren José María Cerda Osvaldo García Carlos Canales
Ovalle
Julio Warner Samuel Guerra Salamanca Guillermo Espinoza Alfredo Saavedra
Santiago
Jorge Salamanca
Tocopilla
Josaías Núñez Diógenes Brontis Packad Kazazian Marcelino Escalera Manuel Torres Avedis Kazazian Juan Luis Mauras
Invitaciones
Joaquín Vial Izquierdo (Intendente Provincial).
Floreal Recabarren (Alcalde comunal).
Miguel Silva Arce (Presidente Conf. Antof.).
Pedro Radmilovic (Pdte. Cámara Comercio) .
Hugo Acuña Mattus (Director U. de Chile).
Francisco Reveco (Rector U. Técnica).
Soel Riffka (U. del Norte).
José Luis Gómez (Jefe Dpto. CORFO).
Tomás Astorga (Pdte. Asoc. Industrial ).
Fernando Aguirre (Conorte).
José Luis Sáez (ENAMI).
Juan Muñoz (ENAMI).
Humberto Sepúlveda (ENAMI).
Osmar Cordero (ENAMI).
Federico Marull (Conorte).
Jorge Saavedra (Consejero Nacional).
Hugo Robles (DiputadoProv. Antofagasta).
Adhesiones
Carlos Machuca (Servicio Cooperación Técnica) .
Andrés Radsynski (Investigaciones Geológicas).
Carlos Klon (Instituto Investigaciones Geológicas) .
Patricio Bañados (Dpto. del Cobre).
El señor
¿Me permite, señor Senador?
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor
¿Podría disponer de un minuto más, señor Presidente?
El señor
De acuerdo con el Reglamento, no es posible, señor Senador.
El señor
Yo le cedo un minuto.
El señor
Muchas gracias.
Agradezco la gentileza del Honorable colega señor Allende por cederme parte de su tiempo.
Los mineros no quieren cansarse. La condición esencial del minero es la esperanza. Tal vez, si hubiera que definir al pequeño o mediano minero, interpretando el sentir de todos estos trabajadores, podríamos decir que se ha formado en el yunque del trabajo, soportando sacrificios, incomprensiones, teniendo como compañero eterno el cansancio y, como consuelo e incentivo de vida, la esperanza.
Es aquel que, trasudando los "avatares" de su lucha dura y tenaz, se ha formado una cultura económica y social poco común en los demás gremios y ha templado una personalidad granítica que no puede estar sujeta a influencias ni debilidades que permitan prejuzgar de su honorabilidad o de su acerada independencia.
Es aquel nacido con el sino de desafiar a los cerros, llevando como espada la quimera del hallazgo feliz y como esperanza, el aporte de su contribución de patriota al fortalecimiento de la economía nacional. Y no le arredran las burlas ni las incomprensiones, porque tiene en su cerro mineral el ejemplo de la modestia estoica, sufriente, tenaz, de aquel pequeño minero a quien llamaban "el Loco del Burro" allá en la tierra ovallina; y ese minero con corazón de acero, José Tomás Urmeneta, silenciosamente plasmó en la cumbre del cerro Tamaya una de las más portentosas riquezas de Chile, llegando en un gesto de altruismo en cierto año, a facilitar el dinero para financiar el presupuesto de la nación.
Debo decir en el Senado que, con espíritu de justicia, el Congreso Minero Nacional Extraordinario rindió un homenaje de admiración al Presidente de la Sociedad Nacional de Minería, señor Francisco Cuevas Mackenna, por su capacidad, tenacidad y voluntad puestas al servicio del gremio.
También debo señalar que, a proposición del Presidente de la Sociedad Nacional de Minería, se tributó un aplauso al Intendente de Antofagasta, señor Joaquín Vial, por su iniciativa de maquilar 15.000 toneladas mensuales de minerales de cobre de baja ley en las plantas de Chile Exploration, en Chuquicamata.
Por mi parte, deseo felicitar a la Asociación Minera de Antofagasta, en especial a su Presidente, don Sergio Berger Ayala, por la eficiente organización de la Convención.
Formulo votos por que los sueños de los mineros sean realidad, pues ello será en beneficio de Chile.
La pequeña y mediana minerías son piedra angular de Chile y no permitirán que la burocracia, la desidia y la indiferencia oficiales pretenden convertirlas en lápida sepulcral.
Quisiera tener la elevación romántica y espiritual de un minero para poder decir con. Osvaldo Frías: que invocamos a beneficio de Chile a los manes de Godoy, de Pedro León Gallo, de Manuel Antonio Matta, de José Santos Ossa, del "chango" López, del Manco Moreno, de Almeyda y del loco Urmeneta, quienes lucharon estoicamente entre cerros, pampas y quebradas abruptas contra una naturaleza hostil y le arrancaron sus riquezas, forjando una patria grande y altiva, en la que está impreso, como mandato irreversible, el empuje individual y titánico del minero chileno. Y permítaseme decir, en cuanto a los patriarcas radicales aquí mencionados, que ellos no sólo dieron riqueza material al país, sino que, al fundar el radicalismo, le dieron también un mandato irreversible de tolerancia, democracia, libertad, cultura, humanismo y respeto por los derechos y personas de los demás.
Para que los señores Senadores escuchen, y a los que no son de zonas mineras llegue este hálito de espiritualidad del trabajador minero, les diré que en los aledaños finales de la Convención, un noble minero coquimbano, Julio Werner Alarcón, recordó a un bardo de su tierra que en un himno quiso establecer el contraste de la vida dura del minero con su espíritu esperanzado, alegre y optimista:
"Con las almas radiantes de cielo, Perfumadas las manos de amor, El camino lo haremos guirnaldas Y la vida la haremos canción."
He dicho.