Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 40
- Celebrada el 21 de diciembre de 1966
- Legislatura Extraordinaria periodo 1966 -1967
Índice
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Intervención
CONFLICTOS GREMIALES DE LOS PERSONALES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE Y DEL SERVICIO NACIONAL DE SALUD.
Autores
El señor
El Senado comprenderá que es difícil, por lo menos para mí, intervenir en un problema de la importancia y trascendencia del que aquí se ha planteado. Por eso espero en la reunión de Comités sugerir que haya una sesión especial de la Corporación para tratar este asunto. Me parece que el Senado debe tener el máximo de antecedentes para formar criterio sobre algo que interesa tanto al presente y futuro del país.
Dentro del tiempo de que dispone el Comité Socialista y el del Honorable señor Teitelboim. Entiendo que mi Comité tiene 30 minutos, de los cuales habría que descontar los 5 concedidos al Honorable señor González Madariaga; por lo tanto, el Honorable señor Teitelboim dispondría de 10 minutos, más los cinco cedidos por el Comité Mixto, lo cual haría un total de 15.
El señor
El Comité Socialista disponía de 30 minutos, de los cuales ha cedido cinco.
El señor
Entonces, quedan 25.
El señor
Su Señoría dispone hasta las 21.11.
El señor
Como yo sólo ocuparé 10 minutos, el resto de mi tiempo lo cederé al Honorable señor Teitelboim.
E] señor AGUIRRE DOOLAN.- Más cinco minutos del Comité Radical.
El señor
Señor Presidente, en forma muy breve, quiero plantear una vez más la inquietud de mi partido y personalmente, la del Senador que habla, por la forma como el Gobierno procede ante los conflictos de los personales de profesores y empleados de la Universidad de Chile y del Servicio Nacional de Salud.
En realidad, "pocas veces el país ha visto una expresión de protesta más justa que la que están manteniendo los servidores de la universidad estatal y el Servicio Nacional de Salud.
Quiero destacar que el personal del plantel universitario, después de dos años de hacer presente la justicia de sus reclamaciones, ha sido una -vez más postergado. Yo he dicho, en presencia del señor Ministro de Hacienda, y no he sido rebatido, que de los 40 millones pedidos por la Universidad de Chile, sólo se le han dado 13. Por lo tanto, ese plantel podrá mantener a duras penas sus actuales servicios.
El personal en huelga ha ocupado las escuelas universitarias. Al respecto, es lamentable dejar constancia de que hubo decanos que pidieron la intervención de la fuerza pública. Por cierto, el Rector de la Universidad y el propio Consejo Universitario rechazaron esa idea. El personal que ocupó la Casa Central de la Universidad de Chile, esta tarde, con muy buen criterio abandonó el local, con el objeto de que no se especulara en el sentido de que la huelga estaba dirigida contra el Rector y el Consejo Universitario. Queda en pie el hecho de que este personal sigue en huelga; que la Universidad ha sido cercenada en sus ingresos; que hay una política contraria a ese plantel estatal, y que ello repercute en la posibilidad dé dar acogida a mayor número de estudiantes impidiendo la ampliación de las actividades de investigación y -al montaje de laboratorios, como también el pago adecuado del personal que allí trabaja.
En cuanto al Servicio Nacional de Salud, debo decir que el Partido Socialista -me he encargado personalmente de ello- ha agotado todos los caminos para que el Gobierno haga posible una solución del conflicto que mantienen los trabajadores de ese organismo,
Antes de iniciarse el movimiento, advertí en dos oportunidades en este recinto lo que ocurriría. Di cifras y antecedentes, y plantée la inquietud del cuerpo médico. La Comisión de Salud citó al Ministro del ramo y al director del Servicio; ninguno de ellos concurrió. En seguida, invitamos al presidente del Colegio Médico, quien entregó una presentación, la cual di a conocer en el Senado y fue acordada su publicación "in extenso".
Por otra parte, la Comisión de Salud de esta Corporación hizo una declaración, solicitando al Gobierno preocuparse del conflicto, no sólo en cuanto al personal en huelga, sino también de la situación creada en los hospitales, que es dramática, pues nunca hasta ahora hubo una huelga más amplia en el país. Siempre hubo conflictos del personal de servicio; pero ahora el movimiento comprende no sólo a dichos servidores, sino también a los funcionarios administrativos, técnicos y profesionales, y gran parte de los médicos. A pesar de lo que se diga, ha adherido al conflicto el 97% del personal administrativo, técnico, profesional y de servicio.
Tengo a mano un documento que consigna la voluntad expresada por los médicos en una votación que, incluso, fue hecha en forma artificiosa^ ya que a los facultativos se les preguntó si estaban dispuestos a hacer la huelga total. Ello hizo pensar a algunos profesionales que el paro significaría el abandono absoluto de todos los servicios, lo cual, indiscutiblemente, no podía ser acogido por los médicos. La consulta debió hacerse en el sentido de si eran partidarios del conflicto, en el entendido de que se dejaría un servicio de emergencia.
En el Colegio Médico de Chile están inscritos, según mis antecedentes, 5.663 profesionales médicos, de los cuales votaron 3.036, y 1.814 se pronunciaron por la huelga; en contra de ella votaron'1.222. Es decir, un porcentaje extraordinariamente alto acepta el procedimiento. Hubo provincias, como en el caso del Consejo Regional de Talca, en que,' de un total de 166 médicos, 101 votaron por la huelga,-y 21, en contra. Desde luego, debo advertir que no es lo mismo que se plieguen a la huelga 101 médicos de Talca, porque ello, en realidad, significa que cuatro provincias quedarían sin atención médica.
Esta es la realidad: nunca en la historia de Chile hubo un conflicto de tal magnitud. Y ante este conflicto social justo, como lo ha reconocido incluso el propio Ministro de Hacienda en este recinto, la respuesta del Gobierno es implacablemente dura, terca y cerrada.
Formulamos indicación en la Comisión de Gobierno para enviar un oficio al Ejecutivo, en nombre de toda la comisión, a fin de otorgar al personal del Servicio Nacional de Salud una renta equivalente a 90% de las remuneraciones-propuestas en la escala de la ANEF. El Gobierno también rechazó esa proposición. ¿Qué quiere entonces? ¿Hasta dónde desea llevar el conflicto?
Yo se lo dije en forma muy tranquila: del adversario, el consejo. Una vez, la lamentable muerte de un joven estudiante de medicina, compañero mío, Jaime Pinto Riesco, puso fin a un Gobierno. Hoy, el proceso social está en ascenso. Los afanes de los trabajadores del Servicio Nacional de Salud; la voluntad de los médicos; lo ocurrido en la Universidad de Chile, no se detienen con medidas represivas y de violencia. Aun cuando se logré aplastar este movimiento, habrá de quedar un saldo brutal de resentimiento, amargura, e injusticia. Desde aquí, una vez más, digo al Gobierno que no es posible continuar en esta política, no diré de mano dura, sino de violencia, atropello, persecución y cárcel. Por eso, creo que el Ejecutivo debe acoger lo que serenamente le hemos dicho, como voluntad de la mayoría de los Senadores, aunque el Senado, como tal, no se ha pronunciado.
El Gobierno tiene los medios y puede solucionar el conflicto. Debe hacerlo por Chile, por los miles y miles de conciudadanos que en estos instantes sólo tienen atención médica mínima. Asimismo, debe hacerlo porque el personal del Servicio Nacional de Salud no puede cuidar la salud ajena cuando carece de los recursos para cuidar la propia. Debe hacerlo, porque la Universidad de Chile ha sido cercenada en sus ingresos, y porque una política contraria a ese plantel ha llevado a la huelga a un personal que desde hace dos años está postergado.
Espero que mis palabras penetren a través de la conciencia inconsciente de quienes gobiernan, que hoy día persiguen a los trabajadores y que mañana, de nuevo, ensangrentarán a Chile como lo hicieron en El Salvador.
El resto del tiempo lo empleará el Honorable señor Teitelboim.